No es noticia nueva el saber que estamos viviendo tiempos difíciles. Tiempos que han acarreado cierto tipo de incertidumbre, de inseguridad, de temor. Y en cierta forma, gran parte de la humanidad está experimentando algún grado de inestabilidad. Y no es para menos. Es más, me atrevería decir que muchos cristianos se sienten de igual manera. Y todo esto, por causa de las perturbaciones que le aquejan a este mundo que va en decadencia.