La adoración en el ambiente familiar.
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Introducción:
Introducción:
Considere por un momento el siguiente texto:
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
¿Qué te piensas cuando escuchas este texto?
¿Tu crees que el autor Bíblico al refererirse a la reunión de los creyentes tendría en su mente un lugar grande con un escenario y un grupo de música cantando para todos? ¿O quizá tenía en mente un domingo en la mañana todos vestidos de corbata y ropas elegantes recibiendo una cálida bienvenida de ujieres uniformados con sus nombres colgando del cuello? ¿O quizá te imaginas que el autor se refería a una reunión donde estamos todos alrededor de un púlpito y sacando nuestros himnarios entonamos “sublime gracia” o “El Salmo 01 del salterio de Ginebra”? Aunque todas estas formas de reunirse no son contrarias a la Escritura tenemos que ser honestos y confesar que nada de esto existía en los tiempos cuando esta exhortación fue escrita.
¿Qué nos enseña la Escritura acerca de la reunión de los creyentes?
En este texto vemos dos divisiones en las cuales meditaremos considerando otros textos de la sagrada Escritura.
1. Los creyentes deben congregarse.
1. Los creyentes deben congregarse.
Congregarse: reunirse, usado también en el siguiente versículo:
1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
Tiene el sentido no tanto de reunirnos en un lugar si no más bien de reunirnos con otros. Por lo tanto la reunión de los creyentes tiene en primer lugar un sentido relacional. Por eso el Señor nos enseñó que donde están dos o tres reunidos en su nombre él estaría en medio de ellos. Sin embargo las Escrituras nos que enseñan la forma y el lugar donde los creyentes se reunían daba lugar a priorizar la relación y comunión de los creyentes antes que darle el valor al lugar mismo o a cumplir con una rígida liturgia.
44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Podemos destacar aquí que los siguiente:
a. Los creyentes estaban juntos. Es decir que, habiéndose convertido, ellos se unían a los que compartían su misma fe. Como en:
4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas.
b. Tenían un corazón solidario. Esto era el resultado de la transformación del corazón de ellos.
Pero el v. 46 es mas específico
c. Perseveraban cada día en el templo.
d. Partían el pan en las casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Se reunían todos juntos en el templo (en los atrios) y se reunían en las casas, donde se daba claramente oportunidad para las relaciones y la comunión. Comp:
19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.
2. La reunión de los creyentes debe dar lugar a la participación y a la edificación mutua.
2. La reunión de los creyentes debe dar lugar a la participación y a la edificación mutua.
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Aquí dice que debemos considerarnos para “estimularnos a las buenas obras” y en vez de dejarse de congregar debemos “Exhortarnos unos a otros”.
26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.
27 Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.
28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.
29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.
30 Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.
31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;
33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,
Tanta era la participación de los hermanos que el apóstol tubo que establecer ciertas pautas de orden.
Conclusión: