Aquella noche especial

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 23 views

Dios interviene en la historia para trazar el Único Camino de Salvación

Notes
Transcript

Introducción:
Podríamos llegar a pensar que los eventos más importantes de la vida ocurren siempre rodeados de mucho ruido, fiesta, publicidad, reconocimiento general. Y pasa así con algunos de ellos, como por ejemplo cuando celebramos una boda.
Pero no siempre es así. Hay ocasiones en que los eventos que nos cambian la vida suceden casi en silencio, pasando desapercibidos para muchos, pero siendo impactantes en cuanto a sus resultados.
Así fue con el evento que trastornó la historia de la humanidad. Celebremos la Navidad recordando aquel momento especial en que la Luz eterna de Dios vino a alumbrar la oscuridad de las vidas humanas.

1. Las coincidencias no existen

Lucas 2:1–5 RVR60
1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
Lucas 2:1–5 NVI
1 Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano. 2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria.) 3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. 4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, 5 para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta
Lucas 2:1–5 NTV
1 En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio romano. 2 (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria). 3 Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. 4 Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. 5 Llevó consigo a María, su prometida, cuyo embarazo ya estaba avanzado.
A veces podríamos transitar por la vida como si las cosas que nos suceden fueran nada más producto del azar, como si todo se fuera dando “casualmente”, sin que exista conexión entre una cosa y otra. Pero no es así.
Los eventos alrededor del nacimiento de Jesús son una prueba inmensa de esto.
Lucas abunda en detalles que apuntan a situaciones aparentemente casuales, pero que al analizarlas un poco más profundamente arrojan luz hacia un plan cuidadosamente entretejido para la intervención de Dios en la historia de la humanidad. Y en tu propia historia.

1. El edicto de Cesar: un censo del Imperio.

Augusto César gobernaba en Roma, a una gran distancia de Israel, o de Belén. Haciendo alarde de la inmensa autoridad que le correspondió ejercer, emitió una orden que sería cumplida en todos los rincones del inmenso Imperio Romano.
a. Nosotros recordamos particularmente la parte de este evento que afectó a José y María, pero sería bueno que recordáramos que esta decisión de Augusto César implicó que millones de personas se movilizaron de un lugar a otro, en diferentes naciones, para dar cumplimiento a esta ordenanza.
b. Lucas aporta los detalles del censo, algo que permite que los historiadores lo identifiquen con claridad. La mención de Cirenio como gobernador de Siria es un punto de referencia.

2. La obediencia de José y María al censo.

Ambos procedían de la descendencia de David.
a. Eso habla del cumplimiento de una profecía: el Mesías sería descendiente de David.
Isaías 9:6–7 RVR60
6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaías 9:6–7 NVI
6 Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 7 Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso.
Isaías 9:6–7 NTV
6 Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Su gobierno y la paz nunca tendrán fin. Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David por toda la eternidad. ¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales hará que esto suceda!
b. Y de otra: el Mesías nacería en Belén.
Miqueas 5:2 RVR60
2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Miqueas 5:2 NVI
2 Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales.
Miqueas 5:2 NTV
2 Pero tú, oh Belén Efrata, eres sólo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, de ti saldrá un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.
3. Aquí es donde se pone en evidencia esta realidad de que, en realidad, nada de esto sucedió por coincidencia. ¿No agita tu alma el hecho de que Dios movilizó todo un Imperio para que se cumpliera su Palabra? ¡Es impresionante!
4. Aplica ahora esta realidad a tu propia vida. Así como aquello no fue mera casualidad, tampoco lo son los acontecimientos que han alcanzado y están alcanzando tu vida en este tiempo. Deja ya de pensar que “solo ocurrió”, producto del azar. Vuelve a mirar a los acontecimientos, y podrás ver la mano de Dios, así como estuvo presente para que Jesús naciera en Belén de Judea.

2. Como un nacimiento más.

Lucas 2:6–7 RVR60
6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Lucas 2:6–7 NVI
6 y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. 7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
Lucas 2:6–7 NTV
6 Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. 7 María dio a luz a su primer hijo, un varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.
A veces podríamos llegar a la conclusión errónea de que los acontecimientos de Dios siempre son estruendosos y llamativos, rodeados de efectos especiales como los que se producen en medio de una tormenta eléctrica. No es así. Los grandes hechos de Dios, en muchas ocasiones, se manifiestan en circunstancias que nos suelen parecer “comunes y corrientes”.
¿Te has dado cuenta cómo se relata el nacimiento del Hijo de Dios?
a. María estaba encinta.
b. “Se cumplieron los días de su alumbramiento” — se suele llamar “embarazo a término”.
c. “Y dio a luz a su Hijo primogénito”.
El mayor milagro, en un evento normal
¿Qué tiene de especial todo esto? Una mujer encinta + 38 a 40 semanas = nacimiento.
¡Muchos de nosotros nacimos simplemente así!
Claro que tiene de especial que la concepción fue sobrenatural, sin la intervención del espermatozoide masculino. Pero, ¿cuántas mujeres habrán dado a luz ese mismo día en el mundo? ¡Muchas!
Los eventos de Dios a veces se manifiestan en situaciones que consideramos normales. Dios podría estar interviniendo ahora mismo en tu vida, en medio de eventos que no parecen tener nada de especial.
2. Vino sin reclamar privilegios
Lo que sí podemos considerar especial es el hecho de que el Hijo de Dios nace como un desterrado, como alguien para quien no hay lugar.
“…lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.
El Hijo de Dios, el Dueño de todo, que podía haber dispuesto de las mayores riquezas, nació con menos privilegios y comodidades que tú.

3. Sorprendidos por una sorprendente revelación

Lucas 2:8–20 RVR60
8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! 15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Lucas 2:8–20 NVI
8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: 14 «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» 15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.» 16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.
Lucas 2:8–20 NTV
8 Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. 9 De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, 10 pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo —dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. 11 ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David! 12 Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre». 13 De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud —los ejércitos celestiales— que alababan a Dios y decían: 14 «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace». 15 Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció». 16 Fueron de prisa a la aldea y encontraron a María y a José. Y allí estaba el niño, acostado en el pesebre. 17 Después de verlo, los pastores contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho acerca del niño. 18 Todos los que escucharon el relato de los pastores quedaron asombrados, 19 pero María guardaba todas estas cosas en el corazón y pensaba en ellas con frecuencia. 20 Los pastores regresaron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como el ángel les había dicho.
¡Cuántas “celebridades” humanas a lo largo de la historia han tenido más prensa en el momento de su nacimiento que el Hijo de Dios! “El príncipe y la princesa anuncian públicamente el nacimiento de su segunda hija”, y convocan a la prensa para eso.
El Hijo de Dios nació sin aspavientos, sin aplausos, sin fama. ¿A quiénes se les anunció? A unos humildes pastores.
Humildes y privilegiados
No eran reyes, gobernadores o personas importantes (bien que le dolió al rey Herodes que el anuncio no se le hiciera a él).
2. Un momento como cualquier otro
No estaban haciendo un ayuno de 40 días, ni una procesión, ni una grandiosa celebración. Estaban reunidos como siempre, como lo habrán hecho ellos mismos cientos de veces y como también lo harían otros colegas en otros lugares. ¿Dónde los encontró Dios? Justo donde estaban. Dios se les acercó, sin que interviniera ningún mérito de su parte.
3. Una revelación sorprendente
Luz, mucha luz, seres espirituales que les hablan y les animan con nuevas de gran gozo (¡Oigan! ¡Celebren! ¡Consideren lo que acaba de pasar!).
Les fue anunciado, sin parábolas, sin mensajes ocultos, que había nacido el Mesías.
¿Cómo sabrían quién fue? Lo único diferente sería que lo encontrarían en un establo, ni siquiera en una casa común.
El Salvador no estaría en un lugar inalcanzable, rodeado de soldados que lo custodiaban o con un protocolo que hiciera difícil llegar a Él.
Los ángeles los animan a celebrar, y ellos mismos celebran, cantando.
4. Algo digno de verse
“¿Será en serio? ¡Comprobémoslo!”
Los pastores asumieron de inmediato que el Señor les había dado una revelación. Así que se apuraron para estar allí.
¿Qué encontraron? Un bebé envuelto en pañales. ¡Qué novedad! A no ser por el hecho de que lo encontraron en un establo, tal como les había sido anunciado.
¿Cuál es el detalle? ¡Ellos creyeron!
José y María escucharon el asombrado relato de aquellos hombres humildes y trabajadores.
Además se menciona “los que oyeron”. Aquellos hombres compartieron lo que vieron más allá de las paredes del establo.
Volvieron maravillados.
Conclusión:
Dios obró entonces.
Dios está obrando también ahora.
Así como lo hizo, Dios va a traer revelación, bendición y dirección a las vidas de personas comunes, acercándose a donde ellas están.
Como en aquel momento, las grandes obras de Dios tal vez se manifestarán en eventos aparentemente “normales”, sin “efectos especiales.
Related Media
See more
Related Sermons
See more