Atravesando el Fuego de la prueba.
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Introducción
Introducción
Nos acercamos al final del año 2020, ha sido un año difícil en todos los áreas de la vida; económica, social, laboral pero principalmente en el aspecto espiritual. Ha sido un año de prueba para la iglesia y para cada cristiano. Para la iglesia ha sido la prueba de continuar la predicación del evangelio y continuar la enseñanza para el crecimiento de la membrecía aún con el templo cerrado.
Y para cada creyente ha sido la prueba de su verdadera fe; algunos han perseverado y han crecido por medio de esta prueba, sin embargo otros han retrocedido, se han desánimado y han vuelto a sus malos hábitos, otros volvieron atrás a sus vicios y mal caracter, otros han renegado de su fe.
Personas que vimos en la congregación muy motivados antes de que se cerraran los templos, hoy están totalmente alejados, y hoy inclusive algunos no quieren si quiera conectarse a una transmisión pudiendo hacerlo.
La pregunta es; ¿que paso con la fe de estas personas? ¿en que o en quien estaba puesta su confianza? ¿Acaso su vida espiritual dependía solo los cultos de domingo y de jueves? ¿fue acaso solo apariencia lo que mostraron?
Quiero iniciar este mensaje con una pregunta que quisiera que la respondiera con la mayor sinceridad posible; ¿Cuanto le ha afectado no congregarse? ¿Que aspectos de su vida espiritual se ha visto afectada por este hecho? Sin duda todos de alguna forma nos ha perjudicado de alguna forma en nuestra vida espiritual.
El apóstol Pedro escribe esta carta a los cristianos que estaban sufriendo por causa de su fe y algunos quizá empezaron a tener duda de si Dios todavía les amaba, si se daba cuenta de sus aflicciones o si podría hacer algo al respecto.
Pedro entonces responde a estas inquietudes en estos primeros versículos animando a los cristianos a comprender el propósito de la pruebas....y lo primero que aprendemos es que...
Las pruebas afirman el triunfo de la salvación. (v.3-5)
Las pruebas afirman el triunfo de la salvación. (v.3-5)
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo...”
Por medio del nuevo nacimiento.
Si hay algo que las pruebas hacen es manifestar lo que realmente somos en nuestro interior, con las pruebas salen a relucir nuestro verdadero yo, es decir lo que hay en realidad en cada corazón.
Con las pruebas la salvación en cada persona se hace más evidente, la esperanza de la resurrección de este cuerpo de muerte se hace más viva, mas deseable. Contemplamos la gracia y la misericordia de Dios más cerca que nunca.
¿Para que somos salvos? Pedro responde con un juego de palabras...
“para una herencia incorruptible, incontaminada, e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”
Es la herencia de la vida eterna; que no perece, no se deteriora, no puede ser contaminada, no se corrompe, es la esperanza viva del creyente, no es una esperanza que depende de las circunstancias de este mundo , de la incertidumbre de una vacuna, o de una solución de un presidente o la esperanza de que la economía mejore, más bien esta esperanza viva depende del poder de Dios.
En cambio el que no ha nacido de nuevo no tiene esta esperanza, por lo que las pruebas se convierten en un buen pretexto para el pecado, se hacen así mismos víctimas de las circunstancias y culpan a las circunstancias y a otros por su triste condición.
Para el que no ha nacido de nuevo las pruebas hacen descubrir lo que realmente son; las pruebas quitan la mascara de religiosidad y la verdad es que desnudan la ausencia de un arrepentimiento sincero..
No solo las pruebas afirman el triunfo de la salvación, sino que también...
Las pruebas hacen distinguir lo eterno de lo temporal. (v.6)
Las pruebas hacen distinguir lo eterno de lo temporal. (v.6)
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”<<<<<<<
Las aflicciones son pasajeras.
Cuan necesario es sacudir nuestra conciencia y reconocer que muchas veces caemos en el error de apegamos a lo material, y nos hemos dejado de enfocar en lo más importante; en lo verdadero y eterno.
Dios permite las pruebas para hacernos ver la diferencia entre lo temporal y lo eterno, haciendo anhelara lo eterno; cuanto más suframos aquí en la tierra, más ansiamos el cielo, más deseamos la venida de Cristo, mi pregunta para ud hoy es; ¿Cuanto anhela el reino de Dios? ¿Cuanto anhela que Cristo venga?
A pesar del sufrimiento, Pedro escribe que dentro de todo lo temporal y pasajero de este mundo se encuentran las mismas aflicciones.
Las pruebas ayudan a los verdaderos cristianos a quitar de sus vidas las distracciones de este mundo y que le alejan de su comunión y servicio fiel al Señor.
La aflicción produce perseverancia. En medio de las aflicciones, el músculo de nuestra fe se fortalece, y tenemos como resultado el ser moldeadas a la imagen de Cristo.
Esa alegría y ese gozo es eterno. (Santiago 1.2 )
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
Nadie desea pasar por aflicción, ¿cierto? Aun pensar en diferentes situaciones difíciles en nuestras vidas nos llena de temor, y si tuviéramos la oportunidad de evitarlas, lo haríamos sin pensarlo dos veces.
Si claro, las pruebas son dolorosas, pero pasar por ellas nos trae lecciones valiosas que pueden fortalecer nuestro carácter y traer crecimiento espiritual. Es a través de las pruebas que aprendemos a buscar de manera correcta a Dios para que nos provea nuestras necesidades y nos guíe. Ayudándonos a perfeccionar y construir el tipo de carácter que necesitamos para entrar en el Reino de Dios.
“Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos” (Salmos 119:71).
Las pruebas no solo nos ayudan a distinguir entre lo temporal y eterno, sino también...
Las pruebas confirman los que son de Cristo. (v.7)
Las pruebas confirman los que son de Cristo. (v.7)
“para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”
Las pruebas tienen un propósito para el cristiano verdadero:
Purificar.
No hay nada más llamativo que un anillo de oro de 24 quilates, lo que eso significa es que está hecho de oro puro, sin aleaciones con otros metales como sucede con el oro de 18, 14 o 10 quilates. Para llegar a 24 quilates, hay que fundir y refundir el metal a un calor sumamente elevado, a fin de que todas las impurezas suban a la superficie del metal fundido, para luego quitarlas y dejar nada más que el oro puro.
Pedro usa esta metáfora para decirnos que la fe es inmensamente preciosa, pero no solo eso y sino que de la misma manera que el oro, es necesario que la fe sea probada para quitar las impurezas que hay en la vida del cristiano.
Algunos de los profetas de Israel decían que Dios es un fuego purificador. El profeta Isaías dice que Dios ha refinado a Israel “en el horno del sufrimiento” enviando a su pueblo al exilio (Isaías 48, 10).
A su vez, el profeta Zacarías prometió, a quienes se mantuvieran fieles, que Dios los haría pasar por el fuego “como se purifica la plata…como se afina el oro” (Zacarías 13, 9).
Las pruebas también tienen un propósito para el que profesa ser cristiano y no lo es:
Es descubrir su falsa apariencia.
Hoy día hay una corriente generalizada, un cristianismo falso; que propone que en la vida espiritual, la santidad no es importante siempre y cuando tu apariencia religiosa permita que otros piensen que eres un cristiano fiel, que estas bien con Dios.
De esta manera este tipo de personas están más preocupadas por su reputación delante de los hombres y viven una religión, sin entender la importancia del arrepentimiento para salvación, ni de asumir la responsabilidad por las consecuencias de sus actos.
Pero este tipo de razonamiento no sólo es falso, diabólico y erróneo, sino ¡peligroso! El pecado tiene consecuencias que pueden ser eternas, condenación eterna, muerte eterna. Por esa razón debes examinarte si realmente tu fe es verdadera y si realmente eres salvo.
CONCLUCIÓN
CONCLUCIÓN
Hemos concluido un año difícil y comenzará un nuevo año; la pregunta es ¿que ha aprendido usted? ¿Se ha fortalecido su fe? ¿Anhela más de Cristo? ¿Desea servirle con mayor devoción? ¿Desea vivir en santidad? Sino es así, si se ha desanimado, si ha caído en el conformismo de este mundo; la invitación es a que se reconcilie con el Señor hoy mismo.
Hay varias cosas que podemos aprender de las pruebas, pero la principal es la necesidad de acercarnos más a Dios, aprendamos a depender menos de nosotros y de las circunstancias y más de Él.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17).
El tiempo que pasamos en medio de una prueba, no es nada comparado con la eternidad como hijos suyos, por eso esta pregunta es importante; ¿es ud realmente salvo?