LOS OJOS DE ADORACIÓN Parte 8
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La semana pasada estudiamos que la visión espiritual requiere la iniciativa divina:
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Tomando de nuevo la iniciativa (v.6 lo sana), Jesús encontró al hombre que había sido ciego. ¿Crees tú (enfático en el gr.) en el Hijo de Dios(Que Jesús es el Mesías)? Este era un llamado a que se comprometiera.
¿Crees tú?....en contraste con los judíos que no creyeron,pero ¿Crees tú?
Romanos 1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.
Eso fue lo que pasó a Adán…No le dio la gloria a Dios al no obedecer.Cuando no obedecemos a Dios, no le estamos dando la gloria.
Hoy veremos la respuesta del que había sido ciego y hoy es expulsado.
DESARROLLO
DESARROLLO
Este hombre tenía un conocimiento intelectual,que no es fe que salva:
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
1.LA VISIÓN ESPIRITUAL RESPONDE EN FE
Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
La palabra “Señor” aquí es solamente una señal de respeto a un desconocido, en contraste con el “Señor” del versículo 38.
En esta historia vemos a un preparado por Dios para creer en Jesús.Primero,sabe que no son las obras,ni una iglesia la que salva,sino ¿Quién?.Es una persona.
Lo considera un profeta:
Juan 9:17 “Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.” (su forma de hablar)
Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
Lo considera enviado por Dios:
Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.
Había experimentado el poder de Dios en la curación milagrosa.Él no sabía quién era el Mesías,pero si estaba seguro que Jesús si sabía y era el mensajero de Dios,confió en Jesús para que lo guiará en quien había de creer.Esta confianza ilustra que aun cuando la salvación es iniciada por Dios,nunca está separada de la respuesta de la fe.
Jesús dijo en el inicio de su ministerio,que los perdidos les era necesario arrepentirse y creer en el evangelio:
Marcos 1:15 “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Pedro le dijo a Cornelio que todos los gentiles:
Hechos 10:43 “todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”
No dice que TODOS VAN A HACER SALVOS,SINO QUE TODOS LOS SALVOS TIENE EN COMÚN QUE CREYERON SU NOMBRE
A los romanos Pablo les explicó que el evangelio es: Romanos 1:16 “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”
2.lA VISIÓN ESPIRITUAL RECONOCE A CRISTO.
Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
Como vimos en la introducción,todo el mundo tiene cierto conocimiento,lo que pasa es que lo que es revelado,no les gusta:
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
En cambio,el que de verdad quiera conocer más de Dios:
Juan 6:37 “...y al que a mí viene, no le echo fuera.”
No hallamos en los evangelios que Cristo se expresase de un modo tan explícito, y con tantas palabras, para declarar su identidad a ninguna otra persona, excepto a la samaritana:
Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
El mendigo respondió que deseaba creer, pero que era ignorante. Entonces Jesús se reveló a sí mismo y dio al mendigo el conocimiento necesario para que creyera. La fe involucra un acto de la voluntad que se basa en información recibida.
A otras personas, las dejó a que razonaran por sí mismas si Él era o no el Hijo del Hombre, el Mesías. Cristo se declara aquí a este hombre por dos detalles:
Juan 9:37 “Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.”
A.“le has visto” hasta ahora el mendigo no había podido ver a Jesús, pero podía reconocerle por el timbre de la voz. Curado de su ceguera, este pobre hombre tenía la gran bendición, de ver con sus propios ojos, a su Médico y Salvador. El mayor servicio que pueda prestarnos la vista del cuerpo es ayudarnos a incrementar nuestra fe.Llegará un día en que, con estos mismos ojos, veremos a nuestro amable Redentor:
Job 19:26-27 “Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán”
Mientras tanto, contemplémosle con los ojos de la fe, veámosle en su gloria y en su hermosura, y demos constante alabanza y gratitud al que nos abrió los ojos del alma.
B.”el que habla contigo, él es.” “Los reyes,famosos y poderosos” de este mundo les gusta ser vistos por muchos,pero es casi imposible que puedas hablar con ellos.Pero Cristo tiene a bien conversar tiernamente con quienes se acercan sinceramente a Él, y se manifiesta a ellos como lo hizo a los dos discípulos que iban a Emaús:
Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Este hombre preguntaba por el Mesías cuando le estaba viendo y oyendo. El Señor Jesús está con frecuencia más cerca de quienes le buscan que lo que ellos mismos se pueden imaginar.
3.LA VISIÓN ESPIRITUAL ADORA A JESÚS
Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
El pobre hombre reacciona espontáneamente ante esta sorprendente revelación, y dice: “Creo, Señor. Y le adoró”. Profesó su fe en el Salvador, y le adoró.No lo hizo mañana..cuando fuera viejo,se pensionara,tuviera dinero o tiempo.La fe verdadera viene con adoración inmediata.
Aquí, la palabra “Señor” tiene un significado muy superior al del versículo 36. Era la profesión de fe en la mesianidad de Jesús.
¿Cómo podía dudar ahora de lo que Jesús le decía, cuando ya antes había dado tan buen testimonio de Cristo y ahora este mismo Jesús que le había curado milagrosamente, se le revelaba tan abierta y generosamente?
¿Como nosotros podríamos dudar de Jesús con todo lo que hemos visto y oído?
Al haber creído en el corazón, le confesaba también con la boca:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Este hombre se había convertido.Pasó de ser enemigo de Dios:
Romanos 5:10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo”
Ahora este hombre se había convertido en un cedro del Líbano y prestaba al Salvador del mundo su homenaje de pleitesía:
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.
Después de que Jesús reveló que él es el Hijo de Dios, el hombre respondió en fe, sin dudarlo:
Juan 9:38 “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.”
Al adorar a Jesús, reconocía implícitamente que Jesús era el Hijo de Dios. Y Cristo mismo confirmaba esta creencia, al dejar que el hombre le adorara :
Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
Todo el que de veras cree en Jesús, no dudará en tributarle adoración. En cuanto al ciego ya curado, ya no sabemos más de él por el texto sagrado.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
El mendigo respondió que deseaba creer, pero que era ignorante. Entonces Jesús se reveló a sí mismo y dio al mendigo el conocimiento necesario para que creyera. La fe involucra un acto de la voluntad que se basa en información recibida.
Después de que Jesús reveló que él es el Hijo de Dios, el hombre respondió en fe: Creo, Señor; y le adoró. Su adoración sustituyó la que realizaba en la sinagoga. Los judíos lo habían expulsado de ella, pero Jesús no echa fuera a los que vienen a él . Una meta de la salvación es adorar a aquél que salva.