Disponibles a la voluntad de Dios
Sermones sobre los libros de Samuel • Sermon • Submitted
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· 30 viewsSamuel estuvo completamente a disposición de Elí y a Dios. Elí estuvo listo a lo que disponga Dios.
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Disponibles a la voluntad de Dios
Disponibles a la voluntad de Dios
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 3
Habla, porque tu siervo oye
Cuando el joven Samuel ministraba a Jehová escaseaba palabra de Dios, porque no había la disposición a la voluntad de Dios. Eso se da por el mal liderazgo en el pueblo de Dios.
PRINCIPIOS VISTOS ANTERIORMENTE
En dónde hay lideres alejados de la voluntad de Dios, escasea su palabra.
Sí no hay oídos listos para escuchar la palabra de Dios, la palabra de Dios no es expresada.
Ante la ambición de los hombres, el pueblo menosprecia lo dedicado a Dios.
DISPOSICIÓN A OBEDECER.
La posición de Samuel era de un siervo en el templo.
Samuel estaba dispuesto a obedecer a Elí. “Heme aquí”. Obediente al hombre. El servir a los hombres suele ser mal visto, pero es ahí dónde aprendemos a servir y obedecer a Dios. Si nunca aprendemos a obedecer, cómo obedeceremos a Dios.
Dispuesto a obedecer a Dios. Luego de que Elí le indicara que hacer ante el llamado de Dios, Samuel estuvo listo para escuchar el mensaje de Dios. La posición de siervo no cambia, cambia la dirección de los oídos. “Habla que tu siervo escucha”.
DISPOSICIÓN A ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS
Elí sabía que su discípulo, su siervo, menor, no de su descendencia, había recibido mensaje de Dios. Ante ello no sintió celos, ni contiendas. Sino quería saber el mensaje revelado de Dios.
Elí estuvo dispuesto a aceptar la voluntad a pesar que esto sería muy doloroso en su vida y la de los suyos. Hay resignación y aceptación de la voluntad de Dios.
RECOMPENSA DE LA DISPOSICIÓN
Dios no permitió que las palabra de Samuel caigan a tierra. Dios respaldaba en todo a Samuel.
CONCLUSIONES
Aprendemos sometimiento primeramente con nuestros iguales.
Luego de aprender a someternos, somos llamados a someternos a Dios.
Al escuchar la voz de Dios, no queda otra cosa, sino obedecer.
Dios recompensa la fidelidad y nuestra disposición.