DIOS ES NUESTRO AMPARO

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DIOS ES NUESTRO AMPARO

Salmo 36 LBLA
Para el director del coro. Salmo de David, siervo del Señor. La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos. Porque en sus propios ojos la transgresión le engaña en cuanto a descubrir su iniquidad y aborrecerla. Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y de hacer el bien. Planea la iniquidad en su cama; se obstina en un camino que no es bueno; no aborrece el mal. Tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias. Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz. Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón. Que no me alcance el pie del orgullo, ni me mueva la mano de los impíos. Allí han caído los que obran iniquidad; han sido derribados y no se pueden levantar.
SUB - INTRODUCCIÓN
Que importante conocer la naturaleza de maldad del hombre y como se comporta el incredulo, en su corazon, con sus ojos, boca, manos y pies. veremos como estos objetos evidencian la maldad y la falta de temor a Dios. La incapacidad de ser moralmente irreprensibles sin Dios y como conociendo el caracter de Dios, corremos en ampararnos en El, porque solo El, puede sostenernos para no ser derribados.
Introducción
El salmo 36 es un salmo de David, el siervo del Señor que fue llamado conforme al corazon de Dios, y quien fue señalado ungido por Dios para ocupar el liderazgo de su pueblo hebreo, un hombre musico, tocaba el arpa, un guerrero, recto de corazon, leal, quien conocia el caracter de Dios y la capacidad de maldad del hombre.
2º Samuel 24:14 LBLA
Respondió David a Gad: Estoy muy angustiado. Te ruego que nos dejes caer en manos del Señor porque grandes son sus misericordias, pero no caiga yo en manos de hombre.
?como iremos adorar a un Dios que no conocemos?
David compuso este salmo, que tiene 3 estrofa y que contiene sabiduria, alabanza y oracion.
Una primera estrofa del 1-4 que describe al incredulo, impio o malvado,
una segunda estrofa del 5-9 que describe el caracter de Dios y sus beneficios
y una ultima estrofa donde David ora para ser guardado del mal.
Cuando leemos este salmo uno reconoce la urgencia de ampararse en Dios y reconocerle, respetandole y temiendole en reverencia. nos urge ir a El para que nos cuide de las consecuencias del hombre que no reconoce a Dios en sus caminos.
Ese hombre es descrito lleno de maldad y se evidencia por las siguientes caracteristicas:
La transgresion habla al impio dentro de su corazon; no hay temor de Dios delante de sus ojos.
El incredulo/impio recibe el consejo de su iniquidad, de su pecado y no de Dios, de hecho no hay temor de Dios delante de sus ojos. Le habla dentro de su corazon, en lo mas profundo
El salmo 1 dice que e bienaventurado el varón que no anda en consejos de malos.
El no teme a Dios, por tal razon no busca el consejo en Dios, no la busca en su palabra, el mismo salmo 1 dice que sera bienaventurado el que medita en la ley de Dios.
El cree que recibirá
2º Samuel 24:12–14 LBLA
Ve y di a David: “Así dice el Señor: ‘Te ofrezco tres cosas; escoge para ti una de ellas, para que yo la haga.’ ” Así que Gad fue a David y se lo hizo saber, diciéndole: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra, o que huyas por tres meses delante de tus enemigos mientras te persiguen, o que haya tres días de pestilencia en tu tierra? Considera ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me envió. Respondió David a Gad: Estoy muy angustiado. Te ruego que nos dejes caer en manos del Señor porque grandes son sus misericordias, pero no caiga yo en manos de hombre.
Romanos 3:10–18 LBLA
como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se han desviado, a una se hicieron inutiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua, veneno de serpientes hay bajo sus labios; llena esta su boca de maldicion y amargura; sus pies son veloces para derramar sangre; destruccion y miseria hay en sus caminos, y la senda de paz no han conocido. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Romanos 1:20–32 LBLA
Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío. Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen; estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.
Salmo 10:4–11 LBLA
El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios. Sus caminos prosperan en todo tiempo; tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista; a todos sus adversarios los desprecia. Dice en su corazón: No hay quien me mueva; por todas las generaciones no sufriré adversidad. Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión; bajo su lengua hay malicia e iniquidad. Se sienta al acecho en las aldeas, en los escondrijos mata al inocente; sus ojos espían al desvalido. Acecha en el escondrijo como león en su guarida; acecha para atrapar al afligido, y atrapa al afligido arrastrándolo a su red. Se agazapa, se encoge, y los desdichados caen en sus garras. Dice en su corazón: Dios se ha olvidado; ha escondido su rostro; no lo verá jamás.
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