Jesús es nuestro Salvador

Introducción

¿Qué haz perdido?

¿Qué tienes en la vida?

¿Es suficiente?

De qué nos salva?

Del pecado (identidad)

Del poder de Satanás (vida)

Colosenses 1:9–14 NTV

Así que, desde que supimos de ustedes, no dejamos de tenerlos presentes en nuestras oraciones. Le pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual. Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto, irán creciendo a medida que aprendan a conocer a Dios más y más. También pedimos que se fortalezcan con todo el glorioso poder de Dios para que tengan toda la constancia y la paciencia que necesitan. Mi deseo es que estén llenos de alegría y den siempre gracias al Padre. Él los hizo aptos para que participen de la herencia que pertenece a su pueblo, el cual vive en la luz. Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.

Del temor a la muerte (eternidad)

Lo que nos trae?

Perdón de nuestros pecados

Justificación delante de Dios

El efecto Toscanini:

Arturo Toscanini fue por muchos años el brillante, pero temperamental director de la Orquesta Filarmónica de Filadelfia. Famoso por haber perfeccionado el “arte” de la motivación negativa, con frecuencia regañaba y ridiculizaba a sus músicos en su búsqueda apasionada por la perfección sinfónica.

Una noche, luego de una función casi perfecta de la Quinta Sinfonía de Beethoven, una audiencia anonadada aplaudía con entusiasmo, obligando a los músicos a salir vez tras vez a recibir el reconocimiento del público. Fue uno de esos momentos maravillosos para los cuales viven los músicos profesionales. Al bajar el telón por última vez, y mien- tras los músicos todavía se regocijaban en la reacción del público, el rostro de Toscanini se tornó sombrío y éste comenzó a hablar en voz baja. “Damas y caballeros – les dijo – ustedes no son nada.” Sus palabras no sorprendieron a nadie, pues él a menudo los menospreciaba. Pero entonces añadió algo que los tomó completamente por sorpresa. “Y yo no soy nada.” Eso era algo que nunca habían escuchado antes. Finalmente añadió, “pero Beethoven... ¡Beethoven lo es todo!”

Los pasos por los que se recibe

Por qué es urgente esta salvación

Conclusión

Salmo 73:25–26 NTV

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre.