Jesús, el mejor camino.

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Jesús es el mejor camino.

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Jesús, hablando del acceso al Cielo y a la presencia del Padre, dijo a los discípulos, “Yo soy el camino, la verdad, y la vida, y nadie viene al Padre sino es por mí”.
En el cap. 9, el autor de Hebreos había enseñado que, con el sacrificio de Cristo y con ello la llegada del nuevo tabernáculo no hecho por hombres, el camino al Lugar Santísimo había sido abierto.
Hebrews 9:8 NBLH
Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie.
Hebrews 9:11–12 NBLH
Pero cuando Cristo apareció como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna.
Los creyentes eran conocidos como “los del Camino”.
La observancia de la Ley, muy importante para los Judíos, era un camino sin salida puesto que nadie podía cumplirla a cabalidad. Pero Jesús vino a mostrarnos y guiarnos por un mejor camino.
La segunda parte del cap. 10 nos habla de ese mejor camino.
Leer Heb 10:19-39
Es un mejor camino porque es...

Un camino que nos alienta.

La Ley era desalentadora porque nunca podían satisfacerla. Los mejores esfuerzos del hombre nunca eran suficientes; siempre “el vestido les quedaba muy grande”, o se quedaban cortos.
Pero el camino que Jesús abrió nos alienta...

A acercarnos con sinceridad y fe.

puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,” 22
El creyente ya no tiene que buscar acercarse a Dios por medio de sacrificios de animales inocentes sino con la fe en Jesús, el sacrificio perfecto y con un corazón sincero (que no esconde nada).
El creyente tiene la total seguridad, “la plena certidumbre de fe” de que se presenta a Dios limpio, lavado por la sangre del Cordero.
… teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
Los sacerdotes y levitas tenían que lavarse antes de entrar al Tabernáculo; para eso eran los “lavacros”.
Jesús nos tomó sucios de pecado (inmoralidad, mentira, robo, etc) y nos lavó para que podamos entrar al Tabernáculo de Dios, el Cielo.
1 Corinthians 6:9–11 NBLH
¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
El camino que Jesús abrió nos alienta...

A mantener firme nuestra profesión.

Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió;” 23
El creyente tambalea en su fe cuando olvida las promesas de Dios y la fidelidad que Él ha mostrado cumpliéndolas.
Ese Mesías que abrió ese camino había sido prometido al pueblo de Israel muchisimos años antes. El pueblo dudó y se apartó de Dios, no mantuvieron la esperanza. Quizás creyeron que Dios no cumpliría.
El cap. 11 da una lista de aquellos que mantuvieron firme su esperanza porque creyeron al que les prometió y finalmente recibieron lo prometido.
Cada promesa cumplida por Dios es un refuerzo a nuestra esperanza. ¡No vaciles en tu esperanza, en tu fe. No dudes de Dios, Él hará!
El camino que Jesús abrió nos alienta...

A buscar animarnos unos a otros.

y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras,” 24
Estamos en una batalla espiritual en la cual el enemigo no cesa sus ataques tratando de derribarnos y desalentarnos.
Todo general del ejército debe saber el gran daño que puede causar el hecho de que las tropas se desmoralicen. El soldado no pelea con vigor ni con valor; el temor lo controla y podría hasta abandonar la batalla, desertar.
El ejército de Cristo no es la excepción. ¡Sus soldados necesitan ánimo!
Seguramente, algunos ya habían desertado de las congregaciones de creyentes hebreos.
El autor nos dice como podemos animarnos unos a otros:

Congregándonos constantemente.

no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,” 25a
Simplemente nuestra constante presencia en la congregación le comunica a otros soldados que no están solos, que hay otros soldados como él en la batalla.
¡El sentirse solo trae desánimo a cualquier persona!
Eso es lo que le sucedió al profeta Elías; creyó que estaba solo y quería morirse.
1 Kings 19:10–14 NBLH
Y él respondió: “He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela.” Entonces el Señor le dijo: “Sal y ponte en el monte delante del Señor.” En ese momento el Señor pasaba, y un grande y poderoso viento destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y una voz vino a él y le preguntó: “¿Qué haces aquí, Elías?” Entonces él respondió: “He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela.”
Aunque Dios le muestra Su presencia con hechos poderosos a través del viento y el terremoto, Elías seguía insistiendo: “He quedado yo solo...”
Entonces el Señor le habló de un remanente que, aunque Elías no los veía, seguían fieles.
1 Kings 19:18 NBLH
“Pero dejaré 7,000 en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y toda boca que no lo ha besado.”
Si Elías tan solo los hubiera visto, no se hubiera desanimado.
Tus ausencias desaniman, pero tu presencia anima y hace ver a otros que no están solos.
Podemos animarnos unos a otros con nuestras palabras:

Exhortándonos unos a otros.

sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.” 25b
No hay nada que sustituya la “parakalesis”, la exhortación, el ruego, el llamado a la atención a permanecer en el camino recto o abandonar cualquier práctica pecaminosa.
Es importante recalcar que esa es una responsabilidad de todo creyente, no solo del pastor: “unos a otros”.
Muchas cosas andarían mejor en las congregaciones si los creyentes tomaran a pecho esta responsabilidad.

Un camino con advertencias.

¿Has alguna vez conducido en un camino que tiene muchos peligros, pero no tiene señales de peligro?
Seguramente no quisieras manejarlo de nuevo.
Este camino es mejor porque tiene dos rótulos de advertencia claras. La primera advertencia es ¡vivan en santidad!

A vivir en santidad.

Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de UN FUEGO QUE HA DE CONSUMIR A LOS ADVERSARIOS.” 26-27
Este es un camino de santidad en el cual no podemos continuar en pecado, como en el camino de nuestra vida antes de conocer la verdad.
Seguir en el pecado es un rechazo deliberado de la verdad y del sacrificio de Cristo para liberarnos del pecado.
1 Peter 1:14–16 NBLH
Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia, sino que así como Aquél que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir. Porque escrito está: “Sean santos, porque Yo soy santo.”
La segunda advertencia en este camino es: ¡consideren el castigo!

A considerar el castigo.

Hebrews 10:28–31 NBLH
Cualquiera que viola la Ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merecerá el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia? Pues conocemos a Aquél que dijo: “Mia es la venganza, Yo pagare.” Y otra vez: “El Señor juzgara a Su pueblo.” ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!
Cuando los castigos impuestos a criminales son muy suaves, el criminal fácilmente se ve tentado a cometer de nuevo el crimen. Los castigos muy severos disminuyen la criminalidad...
Las palabras de Dios, por medio del autor, conllevan el deseo de Dios de disuadir al hombre de que le conviene más alejarse del pecado que recibir el castigo por el pecado.

Un camino cuyas experiencias nos animan.

Las experiencias que el creyente ha vivido en el camino de Dios, no lo desaniman sino, al contrario, le animan a seguir adelante.

A perseverar en medio del sufrimiento.

Hay que recordar que los primeros creyentes eran hebreos. Su fe en Cristo les trajo persecución y sufrimientos. Por eso les dice:
Hebrews 10:32–34 NBLH
Pero recuerden los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, ustedes soportaron una gran lucha de padecimientos. Por una parte, siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros de los que eran tratados así. Porque tuvieron compasión de los prisioneros y aceptaron con gozo el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesión.
Si el camino estuvo plagado de peligros y sufrimientos pero logramos recorrerlo sin que nada nos detuviera, ¿Por qué habríamos de renunciar a seguir adelante? Recordar esas victorias nos ayuda a recordar que, con la ayuda de Dios, sí podemos seguir.
Tales experiencias en el camino nos animan a:

A no perder la confianza.

Hebrews 10:35–36 NBLH
Por tanto, no desechen su confianza, la cual tiene gran recompensa. Porque ustedes tienen necesidad de paciencia (perseverancia), para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios, obtengan la promesa.
La confianza se pierde cuando alguien nos falla. Aunque personas nos fallen en el camino, el guía, Cristo Jesús, no nos fallado.
La recompensa espera al corredor al final del camino: la corona de gloria que Dios tiene preparada para los que le aman.
Y nos anima a no regresar a donde estabamos.

A no echarnos para atrás.

Hebrews 10:37–39 NBLH
Porque dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendra y no tardara. Mas Mi justo vivira por la fe; y si retrocede, mi alma no se complacera en el. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.
Como decía aquella figura de la televisión: “Pa’lante, pa’lante; para atrás, ni para agarrar impulso.”
“Quitters never win; and winners never quit!” dice el conocido dicho en inglés (Los que renuncian nunca ganan; y los ganadores nunca renuncian).
Dios ha hecho al creyente un vencedor, no un perdedor:
Romans 8:33–39 NBLH
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: “Por causa tuya somos puestos a muerte todo el dia; somos considerados como ovejas para el matadero.” Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Permanezcamos en el camino, guiados por el que abrió el camino y nos guía, y llegaremos al destino, la patria celestial.
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