MINISTERIO EN PRISIONES
Estar dispuesto a servir
El tercer requisito es estar dispuesto a servir. La razón por la que el Señor nos da de sus dones es el servicio en su cuerpo, que es la iglesia. Dios sabe muy bien si estamos dispuestos o no a servirlo. Cuando el servicio es lo que nos mueve, él nos da las herramientas que necesitamos para llevarlo a cabo. Asumir una actitud de servicio es lo que más nos acerca al perfil de Jesús mismo, ya que él no vino para ser servido, sino para servir (Mr. 10:45).
Orar
El cuarto requisito es orar. Antes, durante y después de este proceso de búsqueda de los dones es necesario orar (Stg. 1:5). Debemos buscar la guía de Dios, pues él es el primer interesado en que descubramos nuestros dones espirituales. Por cierto, mucho se ha dicho sobre la importancia de la oración como ejercicio de espiritualidad. Pero aquí no se trata de eso, sino más bien de usar la oración como medio de diálogo con el Señor, mientras le preguntamos sobre los dones que anhelamos y que él quiere darnos.
Redacta una oración en la que le pidas al Señor, con fe (Stg. 1:5, 6) aquel don o dones que sinceramente deseas en tu corazón y estimas necesario para el servicio en la iglesia: