Exploradores de otro mundo
El Último Congreso, Mensaje 6 • Sermon • Submitted
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13 Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.
Un territorio desconocido
Un territorio desconocido
Siendo adolescente, cuando era dueño del mundo, tenía muchas ganas de manejar, dije: “esto es fácil”. Conocía la teoría y había andado muchas horas con mi papá mientras él manejaba. Un día Martín me dio las llaves de su carro y me dijo que manejara. Me paralicé y no pude hacerlo porque no sabía, solo conocía la teoría.
Creo que los discípulos experimentaron una experiencia semejante durante El Último Congreso cuando Jesús les habló acerca del Espíritu Santo.
Ellos habían visto a Jesús echar fuera demonios, reprender espíritus malignos y hablar sobre el diablo; anduvieron con él en un recorrido por el mundo espiritual, quizás dijeron “esto es fácil”, pero había llegado la hora de aprender de verdad.
Mirar el un mundo espiritual era diferente a conducir por él. Jesús, al presentarles al Espíritu Santo les hace ver que ahora tendrán que conducirse por este territorio desconocido.
El mundo espiritual no era desconocido para Jesús, él sabía sobre las fuerzas del mal y cómo ellas operaban en el mundo para engañar y destruir, pero para los discípulos este era un territorio nuevo, uno que debían dominar si querían conquistar el mundo.
La transformación del mundo no podría darse por métodos humanos, no habría que lidiar, en primera instancia, con las personas y los imperios de la tierra; la transformación empezaba en el territorio espiritual.
Al hablar del Espíritu Santo, Jesús introduce a los discípulos en un nuevo mundo, no en el terrenal donde Roma gobierna y los judíos tienen la exclusividad de la salvación sino en uno donde el príncipe es el diablo y él atormenta a todos en la oscuridad.
Los discípulos debían continuar una misión que no se trataba de luchar contra imperios terrenales sino contra fuerzas espirituales.
Tú y yo, como cristianos, tenemos una misión que no se trata de luchar contra gobernantes políticos o movimientos humanos sino contra fuerzas espirituales. Sin la capacidad de movernos en el mundo espiritual no podemos transformar al mundo.
Toda transformación tiene resistencia y la que enfrentamos es espiritual.
Un Espíritu que guía
Un Espíritu que guía
26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
Jesús les dice a sus discípulos que el Espíritu Santo les enseñará y les recordará, además de que les dará consuelo.
Pero póngase en la mente de aquellos humanos que nunca habían tomado un carro para manejarlo, que tan solo conocían lo que habían visto y oído. ¿Cómo un espíritu los consolaría, enseñaría y recordaría? Un humano, sí, lo entenderían, pero ¿un espíritu?
¿Cómo se interactúa con un espíritu? ¿Debían caer en algún trance? ¿Poseer un sexto sentido? ¿Llamarlo con algún conjuro determinado?
Nosotros, que hemos leído la Biblia y hemos estado más expuestos a esta realidad espiritual, entendemos un poco más fácil lo que Jesús dijo; pero seguro para sus discípulos era diferente. Por eso Jesús se refiere al Espíritu Santo en varios momentos del congreso.
Esta no era una enseñanza común que debían dejar para comentarla después, era un elemento central, necesario e indispensable para cumplir la misión. Adentrarse al mundo espiritual requería de un guía espiritual que les ayudara a desenvolverse con seguridad en ese nuevo territorio.
Visitar un país es algo grandioso, nos abre la mente y cambia nuestra forma de ver el mundo pero si queremos saber realmente sobre la cultura e historia, sobre la forma de vida y la realidad de aquella nación nada mejor que hacerlo con alguien del lugar. No solo que lo conozca sino que viva ahí.
Jesús está dejando a sus discípulos en manos del Espíritu Santo, para ser su guía en el mundo espiritual, porque esta transformación provocaría una guerra en ese mundo y no podríamos salir vivos de ella a menos que esté con nosotros el E.S.
Un Espíritu con personalidad
Un Espíritu con personalidad
14 Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.
Para que los discípulos pudieran conocer al Espíritu Santo tenían que conocer a Jesús. Esa era la única manera de que ellos distinguieran quién era el E.S. a pesar de no verlo.
Sin la referencia de Jesús, el E.S. no podría ser conocido porque no es fácil para los seres humanos comprender aquello que nuestros sentidos no perciben.
Conocemos el mundo material a través de los sentidos: vista, gusto, olfato, oído y tacto. Pero lo espiritual es imperceptible a ellos. Por eso no podemos esperar que nuestra razón entienda lo espiritual, porque no puede. Lo que hacemos es someter la razón a lo espiritual, no tratar de entenderlo.
Jesús habló del padre como una persona y del E.S. también como una persona. Cada vez que se refirió a él le dio características de una persona. No podemos pensar en una fuerza o en una luz o en una sensación, cuando nos referimos al E.S. hablamos de una persona.
Como transformadores de este mundo debemos recordar que el E.S. nunca nos dirá algo que esté lejos de Jesús. Nunca recibiremos una ordenanza del E.S. que vaya en contra de la Palabra. Debemos tener cuidado de no confundir los espíritus.
Solo a través de conocer a Jesús podemos relacionarnos con el E.S.
Los discípulos entendían que Jesús era su Señor, que estaba sobre ellos; habían entendido que Jesús era Dios, ahora estaban conociendo al E.S. quien también era Dios.
El E.S. no vendría al mundo para someterse a la autoridad de los discípulos sino para guiarlos. Muchas veces queremos estarle dando órdenes al E.S. como si nosotros mandáramos sobre él.
Un Espíritu convincente
Un Espíritu convincente
8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio;
El E.S. no necesita que hagamos su trabajo. Él, al igual que Jesús, sabe cuál es su misión y llegado el final de los tiempos la cumplirá.
Esto es algo que Jesús les dejó claro a sus discípulos, recordamos una aclaración que en algún momento le hizo a Pedro, otra que le hizo al mismo diablo cuando lo tentó. Jesús no necesitaba ayuda para cumplir tu misión.
Algunas de nuestras acciones parecen evidenciar que no confiamos en la obra del E.S. porque somos dados a la tarea de convencer a los demás acerca de su pecado o de Jesucristo o de las cosas venideras cuando esa no es nuestra misión.
Así como le queremos dar órdenes al E.S. para que haga lo que pensamos que debe hacer también queremos tomar su lugar en la vida de las personas, cuando en realidad estamos bajo su cuidado y dirección.
Seguimos siendo seres humanos que viven en un mundo material y que tenemos conocimientos parciales del mundo espiritual, necesitamos al E.S. para que nos guíe mientras nos desplazamos en ese territorio desconocido.
La labor de transformación del mundo no se trata de un convencimiento intelectual sino de una aceptación espiritual. Por eso cuando nos excusamos diciendo que no sabemos suficiente para compartir del amor de Dios estamos demostrando que no hemos entendido en qué consiste nuestra misión.
Somos transformadores del mundo pero esa transformación la provoca el E.S., nosotros somos voceros de la libertad, del amor, de la gracia.
Cuando hacemos ejercicio de nuestros dones no estamos tocando el mundo material sino el espiritual. Debemos aprender que este mundo influye en todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Un descubrimiento constante
Un descubrimiento constante
13 Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.
Todavía somos novatos en el conocimiento del mundo espiritual.
Después de 15 años viviendo en Panamá puedo decir que conozco muchas cosas de la cultura, la historia y las costumbres de los panameños, pero constantemente aprendo cosas nuevas de las que no había escuchado antes.
El mundo espiritual sigue siendo un territorio desconocido para nosotros, pero tenemos la guía del mejor, es el E.S. quien nos continúa enseñando y dirigiendo.
¿Conoces al E.S.? Sea cual sea la respuesta, sé que todavía no lo has conocido a plenitud, todavía hay mucho de él que debemos descubrir y aprender.
Solo podremos ser guiados por el E.S. si nos mantenemos en estrecha relación con él. No hay un conjuro que active su poder, no hay un trance que evidencia su presencia, tan solo hay una relación. Sin relación no hay comunión y sin comunión no hay dirección.