La Justicia de Dios a sus escogidos
Sermon • Submitted
0 ratings
· 776 viewsNotes
Transcript
Mis amados hermanos, con la misericordiosa ayuda del Señor hoy avanzamos al sermón 31 de nuestra serie ¿Quién es este Jesús? y honestamente, cada vez me sorprendo más de la sabiduría del Señor Jesús al momento de tratar con las personas, el equilibrio perfecto de palabras y la singular enseñanza de parábolas dejan mi corazón con mayor ánimo de estudiar más y más sus enseñanzas.
El sermón de la semana pasada en relación al Reino del Señor tenía la intención de mostrarles la importancia de las palabras dichas por el Señor Jesucristo a los fariseos que creían que el reino vendría a ser un gobierno de prosperidad y liberación del yugo romano, ese sermón nos demostró que el reino no consistía de comida ni bebida, sino en justicia, paz y gozo en el ES (Rom 14:17)
El día de hoy a manera de complementar el sermón de la semana pasada, meditaremos en una parábola dirigida a los discípulos del Señor la cual de manera clara debemos afirmar, que debe ser interpretada a la luz de lo que hablamos en referencia al Reino del Señor. hoy meditaremos en (título del sermón)
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Introducción Contextual
Introducción Contextual
Como dijimos hace un momento, este relato debe ser entendido en su contexto inmediato superior, esto es: La venida del reino del Señor.
Nuestro texto aparece en razón de una parábola contada por nuestro Señor a sus discípulos, en la cual especifica cuál es el sentido de la parábola, esta es: La necesidad de orar siempre y no desmayar. ¿En qué sentido deben mantenerse en oración? en el sentido de espera por la justicia final que será cuando el reino sea consumado.
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Bien, leamos la parábola mis hermanos:
diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Los personajes de la parábola no deben ser interpretados de manera tal que los comparemos con el objeto o persona que pensamos que representa, por ejemplo: el juez injusto no representa al Señor en absoluto, sino que es utilizado como un contraste entre lo que este hombre impío hace y lo que el Señor realmente hace. En ese sentido, veamos algunas consideraciones de esta parábola:
Aún tratándose de un juez impío y de proceder malvado, él trato el caso de la viuda, entonces ¿Cuánto más el Señor?, esta comparación también puede verse en:
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
La viuda insistió e insistió para que se le hiciera justicia, entonces ella representaría lo que el Señor quiere enseñar, la perseverancia en la oración y el no desmayar en el hacerlo.
En palabras simples esta parábola nos enseña que: los hijos del reino deben tomar conciencia sobre la necesidad de insistir y perseverar en la oración en relación a la consumación del reino , esto es: orar fervientemente en espera de la segunda venida de Cristo y su Justicia Final, ya que si un juez impío obra de la forma que trató a la viuda, ¿Cuánto más el Señor no responderá al clamor de sus elegidos?
Exposición Doctrinal
Exposición Doctrinal
Antes de explicar el texto necesitamos exponer una doctrina que es conocida como la Justicia o rectitud de Dios, ya que en versículo 7 nos habla de la justicia, pero ¿Qué entendemos por justicia de Dios? ¿será que podemos concebirla a razón de nuestro conocimiento secular?, si y no, es por eso que debemos explicar qué es la Justicia o rectitud de Dios.
Tomaremos dos conceptos sencillos para explicar:
Teología Propia Capítulo 2: Nombres, ser y atributos de Dios
Como la disposición natural de su ser no sólo a mantenerse firme contra toda violación de su santidad sino también a mostrar en todos los aspectos que Él es santo
“La rectitud o justicia de Dios consiste en dar a cada uno su merecido, ya sea por medio de un castigo o una recompensa” Wilhelmus à Brakel.
Ahora bien, debe quedar claro que la justicia de Dios es perfecta, ya que (como dice Vos) Él se mantiene firme contra toda violación a su santidad. Entonces “Si creemos en un Dios Santo, entonces este debe ser Justo” y si Él es justo pues dará su merecido a los que violen su santidad.
Pero, ¿Cómo podemos saber a quién da su merecido el Señor y a quién no? ¿Será que la justicia de Dios tiene que ver directamente con la retribución a nuestras malas acciones acá en vida?. Bien, es necesario que expongamos una parte del concepto teológico de la Justicia de Dios: Nos concentraremos en la Justicia retributiva de Dios.
Justicia retributiva consiste en retribuir el obrar perfecto y condenar al imperfecto (este último es conocido como justicia vengativa).
Justicia vengativa consiste en condenar a los pecadores
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
En cuanto a la justicia retributiva que sólo Dios brinda a aquel hombre que cumple con no violar su santidad, Él retribuye con Gloria a aquel hombre que no tiene pecado. ¿Quién encaja en esta descripción? ¿El papa de Roma, algún gurú de oriente o tal vez algún intelectual moralista? en ninguna manera. Sólo Cristo Jesús puede encajar en esa descripción.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
El Señor Jesucristo es perfecto, pero al serlo, sólo podría su perfección beneficiarlo a Él (lo cual es justo) PERO el se relacionó con nosotros haciéndose pecado en la cruz y llevando en sí, la justicia vengativa que justamente lo merecemos por ser enemigos de Dios.
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Ya que Dios no puede pasar por alto su justicia porque es Santo, Cristo se hizo pecado para beneficiar a sus elegidos, esto es: satisfacer la justicia vengativa de Dios en sí mismo.
Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle. Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
Entonces, por derecho todos los humanos, tanto hombres y mujeres son imputados de pecado, es decir, responsables del delito de traición cósmica, del delito de quebrantar la ley del Santo Dios, entonces justamente merecen la justicia vengativa de Dios. Pero existe esperanza ante la justicia vengativa, en el sustituto Cristo Jesús, y sólo aquellos que por medio de la fe en aquel que recibió la justicia vengativa en su cuerpo y exaltado por su obediencia y perfección podrán ser justificados delante del Dios Santo, esto hallan la justicia de Dios.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Ahora, ¿a quiénes se les aplica eficazmente la justificación? Sólo a los escogidos.
Este tema ha traído demasiada polémica en nuestros tiempos, y eso parte de una mala comprensión de la soberanía del Señor, ya que algunos dicen “Cómo es posible que Dios elija, si el ama a todos” “La palabra escogidos denota que Dios es injusto con algunos”. Y desde ya podemos ver que estas conclusiones son antibíblicas, por las siguientes razones:
Dios elige en virtud a su soberanía y decreto, no en virtud a lo que la persona hace o deje de hacer, ya que si fuera así (como hemos demostrado), nadie sería elegido sino merecedor de la justicia vengativa de Dios, eso sería lo justo.
Dios elige un pueblo para sí en Cristo, para compartir con ellos por medio de su gracia la abundantes riquezas en su hijo.
Si Dios no elegiría en virtud de su soberanía, nadie sería salvo.
Entonces, la palabra escogidos no debe llevarnos a concluir cosas apresuradas y mal fundadas, debe llevarnos a ser agradecidos que él tenga escogidos para que estos de manera misericordiosa reciban la justicia de Dios en Cristo.
Ahora, surge la pregunta: ¿Cómo se que soy un escogido?
Veamos desde la escritura las marcas de un escogido:
acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección;
Los elegidos tienen la fe salvadora, aquella que descansa en la justicia de Cristo y no en la suya.
Sus vidas son cambiadas a favor de las cosas del Señor, obran en obediencia del Reino y de su Rey, conforme a la medida que él los amó dando su vida para justificarlos delante del Padre.
Son constantes en la espera de la única forma de justicia perfecta que vendrá, estos esperan en la Justicia Final de Dios.
Finalmente, debemos ver la justicia de Dios, tal como en el concepto del reino de Dios, Cristo vino a satisfacer la justicia que el Padre exigía, y lo hizo en la Cruz a favor de los escogidos, pero aún falta el juicio final donde pagará a cada uno conforme a sus obras, vida eterna a los que por la fe fueron justificados en Cristo y condenación eterna a los que despreciaron la justicia de Cristo, estos llevarán en sí por toda la eternidad, la justicia vengativa de Dios.
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
Exposición del Texto
Exposición del Texto
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
La Justicia de Dios y el clamor de los santos
La Justicia de Dios y el clamor de los santos
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?...
Como ya hemos explicado, Dios obra a favor de sus escogidos dotándoles de su gracia para que estos puedan tener fe en la justicia obtenida por medio de la cruz, pero ahora nuestro texto nos lleva a meditar en la justicia que los escogidos esperan clamando día y noche. ¿Cuál es esa justicia que esperan? “El día glorioso del Señor donde juzgará con justo juicio y pagará conforme a sus obras, esto es El Reino consumado y el juicio final”
No es de ignorar que muchos cristianos han pasado persecución, es más hay clamores en el cielo mismo diciendo:
Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
Es por eso que sus discípulos ahora son instruidos en orar fervientemente en razón a esto, que cuando pidan justicia lo hagan pensando en aquel día en que el Hijo del Hombre venga, ya que sólo en aquel día la justicia será total.
El Señor dice que sí hará justicia, y esto es en lo que sus hijos deben perseverar, en clamar día y noche (continuamente) por justo juicio de Dios que será en aquel gran día de la ira de Dios.
Aplicaciones
Aplicaciones
En vista a lo aprendido, debemos saber que las injusticias de la vida no serán pagadas en esta tierra, si bien la providencia contempla “lo que el hombre siembre cosecha” esto no debe ser limitado a términos terrenales, no, esto es aún más grave, ya que esto hace referencia al Juicio Final, los cristianos si bien sufrimos injusticias, estas serán juzgadas en el día final.
Cuando sufres una injusticia ¿Piensas en que la persona pague y seas vindicado (vengado) en esta tierra o oras por la venida del Señor?
Aquellos que claman de día y de noche por la justicia de Dios son aquellos escogidos que tienen el sello del espíritu, por eso lo hacen. Tu como cristiano debes, es más deberías estar orando día y noche por la justicia de Dios.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
La Esperanza final y el llamado a no desfallecer
La Esperanza final y el llamado a no desfallecer
¿Se tardará en responderles?Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?...
Estas palabras fueron las que seguramente tuvieron los apóstoles más adelante cuando murieron por la causa de Cristo: “El Señor no tardará en responder nuestro clamor de justicia” pero, algunos dicen: - ya han pasado más de 2000 años y no hay ese día - A esos contumaces la escritura les responde:
Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
En ese sentido, el Señor exhorta:
El Señor cumplió, cumple y cumplirá lo que promete.
Que la fe verdadera, aquella que no desfallece y permanece en oración es aquella que está presente antes de la tribulación, durante la tribulación y después de la tribulación. Por eso es que:
Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Aplicaciones
Aplicaciones
Mis hermanos, jamás pero jamás pensemos que el Señor retarda algo en nuestras vidas, ya que eso sería rebelarnos ante los decretos eternos del Señor, él no tarda en responder a sus hijos, es más, Él los guarda con sigo aún después de la primera muerte y los vengará en el gran día del Juicio Final.
Nuestra oración en cuanto a la justicia de Dios debe ser en relación a la segunda venida de Cristo. Ya que es necio pedir justicia en un mundo impío y pecador, porque cualquier justicia que nos hagan nunca es suficiente (familiar asesinado).
Mi hermano, ¿Si vendría el Señor en este momento, te hallaría con la fe salvadora? con aquella que descansa en la justicia de Cristo y espera su retorno. o ¿Cómo te hallaría?