Cambio de Dirección 1
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Hablar de las finanzas en la iglesia es algo que incomoda a algunos, otros ya se quieren ir y algunos más se muestran interesados. Pero, para relajar el ambiente te quiero hacer una pregunta, si el dinero hablara ¿qué te diría? sin pensarlo mucho, quizá ya sabes qué te diría, tal vez algo así como: era tuyo me tenías y me dejaste ir; para qué compraste…; ¡te lo dije! Pero si el dinero hablara y te quisiera ayudar ¿qué te diría? Sabes, que la forma como manejamos, administramos el dinero es un indicador de qué dirección lleva tu vida.
Los cristianos tenemos una explicación a esto, pero sin importar tu creencia, al pensar en cómo gastas el dinero, revela la dirección que lleva tu vida. En lo que veremos y si el dinero pudiera hablar, te sorprendería, que tiene un paralelo muy estrecho con lo que Jesús sí dijo cuando habló. Sabes, que el Señor Jesús habló más de dinero que del cielo; las parábolas son historias que Jesús inventa para ilustrar como es el Reino de Dios y lo que debemos hacer antes de llegar. 16 de sus parábolas, tienen que ver con dinero o posesiones, lo interesante es que ÉL nunca pidió dinero, todo el tiempo habló de dinero, pero nunca pidió, bueno, una vez pidió una moneda prestada para usarla en una ilustración, pero suponemos que la devolvió.
Al leer los evangelios, verás que cuando Jesús habló de dinero y posesiones, siempre iba tras algo más que el dinero. Respira hondo y empecemos.
Si el dinero hablara quizá diría algo así: “Yo puedo agregar sentido o propósito a tu vida, pero no soy el sentido o propósito de tu vida.”
Nos recordaría que el dinero no tiene un papel estelar en los funerales, hablando de lo importante. Es verdad, saldrá a relucir el dinero pero siempre unido en lo que hizo con él por otras personas; porque el dinero es aliado como medio, pero enemigo como fin. Si haces del dinero un fin en sí mismo, puedes terminar solo. Usar el dinero como un medio para un fin, entonces tiene sentido o propósito. Esto es para cristianos o no. El dinero como medio para un fin, da sentido o propósito. Esto quiero desarrollar las siguientes semanas ¿cómo ser un medio para algo más que no sea yo mismo?
Cuando ves el dinero como un medio, empiezas a ver todo, los recursos, tiempo, habilidades, tu red de trabajo, el negocio como una herramienta y eso es. Jesús nos enseña sobre esto.
Lucas un doctor del primer siglo, investigó la vida de Jesús y la ordena cronológicamente. Registra varias parábolas de Jesús, una de esas es sobre el dinero y las posesiones, lo dice a un grupo de seguidores suyos, entre los que están los discípulos.
“Jesús les contó la siguiente historia a sus discípulos: «Había cierto hombre rico que tenía un administrador que manejaba sus negocios. Un día llegó la noticia de que el administrador estaba malgastando el dinero de su patrón.” (Lucas 16:1, NTV)
Un hombre tiene tanto dinero que necesita un administrador que hacía negocios , vendía, compraba, cerraba tratos a su nombre; le llega la noticia que este hombre está haciendo negocios bajo el agua.
“Entonces el patrón lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Prepara un informe final porque voy a despedirte”.” (Lucas 16:2, NTV)
¿Qué está pasando? Me entero que no estás siendo responsable, ni honesto, no me estás representando bien ante mis empleados y en los negocios, dame un reporte final, los registros, termina lo pendiente porque ya no serás mi administrador. Jesús tiene la atención de los oyentes, porque es el experto narrador.
“»El administrador pensó: “¿Y ahora qué haré? Mi jefe me ha despedido. No tengo fuerzas para cavar zanjas y soy demasiado orgulloso para mendigar.” (Lucas 16:3, NTV)
El administrador no se lo esperaba, lo atraparon ¿ahora quién podrá defenderme? Soy más de oficina, computador y café que de campo, machete y pulque. Y este hombre ve que tiene poco tiempo y unas cuantas oportunidades para descubrir ¿qué hacer? ¿a dónde ir después? ¿quién lo va a recibir? Lo piensa y se le ocurre una idea.
“Ah, ya sé cómo asegurarme de que tendré muchos amigos que me recibirán en sus casas cuando mi patrón me despida”.” (Lucas 16:4, NTV)
No tengo duda que mi patrón me despedirá, eso sucederá, pero ya se lo que haré para cuando ya no trabaje para él; su plan es que algunas personas lo reciban:
“»Entonces invitó a todo el que le debía dinero a su patrón para conversar sobre la situación. Le preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi patrón?”.” (Lucas 16:5, NTV)
El patrón seguro tenía muchos deudores, pero solo vemos 2 ejemplos:
“»Y él dijo: “Cien barriles (3,700 litros) de aceite”. Él mayordomo le dijo: “Toma tu factura, siéntate pronto y escribe cincuenta”.” (Lucas 16:6, NBLA)
Rápido antes que se den cuenta, pon 50, apúrate, no lo dice, pero seguro piensa: debo sacar ventaja de este poco tiempo que me queda, debo asegurarme un lugar a dónde ir y a quién ir ¡tengo poco tiempo!
Los que escuchan tienen pensamientos encontrados; los que tenían deudas decían ¡qué buena onda! Que administrador tan abusado, pagar la mitad ¡qué buen negocio! Los ricos piensan ¡qué transa! Lo bueno que lo van a despedir. Otros dicen: Jesús, continúa.
A quien le perdonan la deuda dice: gracias, muchas gracias. Si algún día necesitas algo ¡llámame!, Ah ¿cómo dices? Bueno, si se llega a ofrecer algo te buscaré.
“»Después dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Y él respondió: “Cien medidas (unos 37,000 litros) de trigo”. Él mayordomo le dijo*: “Toma tu factura y escribe ochenta”.” (Lucas 16:7, NBLA)
Acabemos rápido, escribe 80. Muchas gracias don, si hay algo que pueda hacer, dígame. Claro, sí lo haré (más rápido de lo que piensas). La implicación es que hizo esto una y otra vez, porque llamó a todos lo que habían hecho negocio con su patrón y se entiende que hizo lo mismo.
Algunos piensan: cuando el patrón se entere, seguro lo va a patear, es más que lo meta a la cárcel, ese hombre ya está muerto, no más no le han avisado.
Si no habías oído la parábola, quizá piensas lo mismo. Y es así porque Jesús sabe cómo tener la atención de la audiencia del primer siglo y lo sigue haciendo hoy. Por si no fuera confuso, pon atención y pregúntate ¿a dónde quiere llegar Jesús? ¿qué quiere decir? Porque en cada parábola, alguien representa a Dios, alguien la audiencia, alguien a Jesús y alguien a ti y a mí.
Los que escuchan asumen que el hombre se ha metido en problemas, quizá piensas lo mismo, pero se equivocaron y tú también, porque el texto dice que Jesús dijo que el rico felicita a este hombre. Cuando se entera se ríe, se sorprende para bien, le choca la mano; el texto dice que Jesús dijo en esta historia inventada para hacer entender algo a su audiencia, que el patrón felicita a este administrador deshonesto. Veamos.
“»Pues bien, el patrón elogió al administrador de riquezas..” (Lucas 16:8, NVI)
Lo elogia porque tomó decisiones con el futuro en mente, con su tiempo y oportunidades limitadas, pensó en su futuro. La audiencia, quizá igual que tú, está confundida. Este hombre debería estar en problemas, en lugar de eso, el patrón lo elogia ¿qué está pasando? Jesús los tiene exactamente donde los quería tener y nos tiene a nosotros donde nos quiere tener. Jesús empieza a enseñar la lección, lo que quiere que ellos aprendan.
En el Reino de los Cielos, la forma como Dios ve la riqueza, el dinero, las posesiones es diferente a como lo vemos nosotros. Ese es el mensaje de Jesús, es lo que debemos aprender, meditar es la aplicación de la parábola del administrador deshonesto. Jesús los ve, nos ve y dice:
“»…el patrón elogió al administrador de riquezas por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz.” (Lucas 16:8, NVI)
Actuó con astucia, los de este mundo son más astuto. Esta es la aplicación: la gente que vive como que si todo lo que hay en este vida es lo que puede ver, quienes creen que todo es nacer, comer, morir, son más astutos, piensan con astucia. A diferencia de los hijos de la luz, que en este contexto particular son los judíos que tienen la promesa eterna.
La gente que tiene el pacto, las promesas de Dios, algunas veces no son tan astutos, cuando menos no como el hombre de la historia o como las personas que viven creyendo que todo lo que hay es este mundo, y si hay un Dios no está interesado en su vida.
Esta lección se extiende a nosotros que hemos puesto nuestra fe en el Señor Jesús o todo el que cree que hay algo más que la vida, que cree que hay vida después de la vida; la gente de este mundo muchas veces piensa mejor que los que creemos o asumimos la eternidad, y que debemos vivir con un contexto más amplio.
El administrador fue felicitado por tomar ventaja de su tiempo y oportunidades limitados. Lo felicita porque actuó con astucia, pensó teniendo el futuro en mente, y el punto para ti y para mi es ¡debemos hacer lo mismo!
Cuando se trata del dinero, riqueza, ingreso, debemos verlo en el contexto de que no todo se trata de esta vida, sino un contexto amplio y debemos hacernos la pregunta ¿cómo puedo maximizar el uso del dinero? Tomando en cuenta mi tiempo y las oportunidades limitados que se me presentan.
Y para que no nos perdamos el punto, Jesús se inclina a ellos, se pone específico, tanto que, al entender las implicaciones, esto ¡cambia la vida! Modela nuestra vida, porque Jesús nos da un imperativo, un mandamiento a quienes decimos que somos sus seguidores.
Si no eres cristiano, no tienes que hacer esto, aprovecha para ver como va la salud del presidente, y de ninguna manera te estoy diciendo cómo debes vivir, no tengo autoridad sobre ti y si no sigues a Jesús, Él no te lo dice a ti. Aunque hay algunos puntos que puedes aprender. Pero si eres seguidor de Jesús, se inclina hacia ti y te dice:
“Por eso les digo …” (Lucas 16:9, NVI)
En otras palabras, pon atención, te hablo a ti, esto ya no es la historia es un mandamiento.
“…usen…” (Lucas 16:9, NTV)
¿Por qué? Porque el dinero es un recurso, es un medio para un fin, es una herramienta.
“…usen sus recursos mundanos…” (Lucas 16:9, NTV)
A lo que podríamos preguntarnos, pues, ¿qué otro tipo de recurso o riqueza hay? Ha, buena pregunta, has estado poniendo atención.
“Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones terrenales se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.” (Lucas 16:9, NTV)
El mandato es ganar amigos, para cuando el dinero se acabe y ¡se acabará! Bueno, de hecho, tú te acabarás. Cuando ya no estés, y esto es raro, cuando se acabe, ellos les darán la bienvenida en un hogar eterno.
Al leerlo a la primera como que no tiene sentido, porque la implicación es súper clara: hay una relación entre lo que podemos hacer con la riqueza temporal, en este tiempo limitado que puede hacer la diferencia eterna. Honestamente, nadie tomaría esto en serio, excepto por un evento. Después que Jesús fue crucificado ¡se levantó de la muerte!
Resucitó y alguien que predice su muerte y resurrección y lo cumple, tiene mi atención y más vale que pongamos atención. Lucas escribe esto después de vivir la resurrección de Jesús. Y aunque suena medio loco y la audiencia de ese tiempo no entendió algo que está claramente en esta parte: Jesús fundamenta la idea de la eternidad. No solo por las enseñanzas, sino por su propia vida, específicamente: su resurrección. El punto que Jesús dice es claro: tu dinero, mi dinero, las posesiones, son un medio y no un fin en sí mismo.
Es un medio para algo que va más allá de nosotros, mas allá de esta vida. Nuestros recursos de hoy tienen el potencial de hacer una diferencia eterna. El dinero no lo podemos llevar con nosotros, eso lo sabes. No te llevarás el dinero, pero hay una forma para que impacte más allá de esta vida, porque es un medio para un fin, una herramienta que se usa.
Si Jesús tiene razón y creo que la tiene, entonces debemos ver el dinero que damos no en un porcentaje que le tienes que dar a tu Padre Celestial, sino que debemos ver el 100 % de lo que tenemos como un medio para un fin. En otras palabras, la pregunta que debemos hacernos como seguidores de Jesús, si no eres, te animo que la hagas de todos modos, para que te conozcas. La pregunta es ¿cómo puedo usar lo que tengo como un medio para un fin que no sea yo mismo? ¿cómo puedo usar lo que tengo para un fin, que esté fuera de lo que sea un beneficio para mí? Y creo que la mayoría hemos experimentado la alegría que sientes dentro, cuando das.
Desde que nos casamos, Almita y yo hemos diezmado, hemos abierto nuestra vida, corazón, la casa, lo que tenemos para bendecir. Es una decisión que puedes tomar con tu pareja, más si están empezando una vida juntos. Decidan diezmar, ayudar a quienes se les presente la oportunidad.
Decidir vivir con un porcentaje es sabio, porque ¡vivirás con un porcentaje de tus ingresos! Si no lo decides, tú estilo de vida lo decidirá por ti y te llevarás sorpresas. Eso es lo que hace la gente astuta, no piensa en dinero sino en porcentaje. No importa lo que ingrese, vive con un porcentaje. Algunas veces tendrás éxito, otras no, pero ya tienes un plan.
Algo más que puedes hacer y es bien práctico es ¡vacía la bodeguita! ¿cuántas cosas hay ahí porque un día lo ocuparías y han pasado 7 años? Hasta el gato disecado está. Mejor regalarlo, dónalo, dalo a quien lo necesita, hay suficientes personas que necesitan algo que tienes bajo la escalera lleno de polvo, se generoso.
Haciendo eso verás que las cosas se vuelven historias y no las extrañarás, pero sí recordarás las historias y serán muy emotivas, las recordarás por años. El jueves nos dieron un testimonio de una despensa que dimos como Casa de FE, y ha durado milagrosamente. Estoy seguro que no extrañas el kilo de arroz, de frijol, pero ahora que te estoy diciendo esto, lo recordarás por días, meses o años. Cuando veas las historias que surgen de tu generosidad, con lo que estaba bajo la escalera, en el banco, para hacer cosas que no son para ti, pero bendicen a otros, entonces, el dinero es irrelevante, cuando se entiende que todo es de Dios.
Te sugiero que hagas la pregunta que te libere para ser la persona que en realidad quieres ser, la pregunta es ¿quiero más cosas o más historias? Te digo algo, nadie hablará de tus cosas al final de tu vida, pero dirán historias de ti.
Tu que eres parte de Casa de FE, mira a tu alrededor, esos salones vacíos ahora, este espacio, si has dado para hacer esto posible, pagar la renta cada mes, debes saber que, por el resto de tu vida, lo que sucede en este lugar es parte de tu historia. Cada persona que conoce a Jesús, cada historia de bautizo, cada persona que se re conecta con su Padre Celestial, cada mamá que trae a su hijo adolescente, cada esposa que arrastra a su esposo, son tus historias por el resto de tu vida. Nunca lo olvides ni pierdas de vista. Lo quise decir porque cada vez que Almita y yo venimos, cuando mi familia y yo los sábados hacemos aseo, cuando damos consejería aquí, esas historias son parte de nuestra historia. Cada joven que aquí es retado, las parejas que se reconcilian, mujeres que son consoladas, hijos que hacen paces con sus padres, dime ¿cómo comparas esas historias con cosas? Y no extrañamos el dinero que hemos dado, ni lo cambiaríamos por nada.
Jesús nos dice que el dinero agrega sentido a la vida cuando lo usas como un medio para un fin que va más allá de ti.
La historia no ha terminado, la gente está expectante, escuchando lo que Jesús dice:
“»Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes.” (Lucas 16:10, NTV)
Espera ¿qué dices?
“Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?;” (Lucas 16:11, NTV)
¿De qué hablas? Lo que dice es que no importa lo mucho o poco que tengas, no importa de donde crees que tu dinero viene, sino que tu dinero y posesiones, son solo un medio para un fin. Pero, además, desde la perspectiva del Reino de Dios, no es sólo una herramienta, es también una prueba, un examen. Es como el administrador de la historia, tenemos un poco de dinero, un poco de recursos, un poco de tiempo y básicamente estamos siendo probados para determinar ¿de qué reino somos? ¿a qué reino somos más fieles?
Hay mucho más de lo que podemos ver y va mucho más allá de nuestra vida temporal. Los cristianos lo tomamos en serio, por el evento histórico de la resurrección. Pero Jesús no ha terminado.
“y si no son fieles con las cosas de otras personas, ¿por qué se les debería confiar lo que es de ustedes?” (Lucas 16:12, NTV)
Yo no soy administrador de nadie, esto es mi quincena, mi negocio, lo que he trabajado, es más, ni dinero tengo, mejor dicho ¡estas son mis deudas!
Pero si el dinero hablara, confirmaría lo que Jesús está explicando, el dinero te diría: yo seguiré aquí cuando tú ya no estés. Cuando piensas que tú me posees, el momento que creas que me tienes, en ese momento, de hecho, soy yo el que te tiene a ti. Porque, como el administrador de la parábola, somos administradores, no somos dueños y la forma como te lo demuestro es que cuando te mueras el dinero seguirá aquí, porque nunca ha sido tuyo, sólo lo has administrado.
Si no eres dueño, sino administrador, la verdadera pregunta es ¿de quién eres administrador? Si solo eres polvo de estrella, un accidente de la evolución por selección natural, no podrás responder esta pregunta ¿de quién eres administrador? Un día dejarás todo en esta tierra, pero si en el principio Dios creó los cielos y la tierra, si en el principio Dios creó al ser humano a Su Imagen y nos hizo administradores de este planeta y nos dio a cada uno un poco de tiempo, un poco de oportunidades, un poco de recursos para administrar, entonces ¡todo tiene sentido! Jesús te dice ¡adminístralo bien!
Si el dinero hablara te diría: soy un medio ¡no un fin! Soy una herramienta y soy una prueba. Puedo agregar sentido a tu vida, pero no soy el sentido de tu vida.
Ahora ¿dónde empiezo? Para los seguidores de Jesús, que reconocen que hay algo más que esta vida y aún así luchas con las finanzas, sientes tensión cuando se trata de diezmar, ofrendar, dar, tu corazón te dice sí, pero al sacar la cartera dices: mejor sigo guardando o lo que es peor te quieres justificar diciendo ¡Dios sabe! Precisamente. Si luchas con eso, el lugar para empezar, no se trata de una cantidad, ni siquiera el porcentaje, la verdadera pregunta es una que no tiene que ver con el dinero, pero en el fondo tiene todo que ver con el dinero. Si lo que le da sentido a la vida es ser el medio par aun fin, si ser un medio para un fin es lo que le da propósito a la vida ¿para qué fin quiero que mi vida sea un medio?
Otra forma de hacer la pregunta es ¿qué quisieras que la gente te diga para felicitarte cuando estés al fin de tus días? Amigo, hermano, si no respondes esa pregunta, entonces tus apetitos, tus defectos responderán y te comerán, dirigirán. Y aunque no te conozco, se que no quieres el estilo de vida de: acumular, actualizar, una casa llena de cosas, pero vacía de historias. Si no decides para qué fin quieres que tu vida sea un medio, entonces la cultura decidirá por ti y te llevará adonde no quieres ir. Nadie quiere que digan de él o ella: nació, comió, bebió y murió, eso no es un legado.
Cuando respondas y creas la respuesta, tu corazón se moverá en esa dirección, el dinero te seguirá, porque es una herramienta, un medio para un fin, no es un fin en sí mismo.
La pregunta es: si ser un medio para un fin, es lo que le da sentido, propósito a la vida ¿para qué fin quiero que mi vida sea un medio? Y cuando lo identifiques y aceptes la respuesta, tu dinero empezará a seguirte y verás todo lo que tienes, lo que te llegue como un medio para un fin, así como fue diseñado que lo fuera.
Al fin de la enseñanza pasó algo interesante. Recuerdas que Jesús enseña a sus discípulos y seguidores, pues había otro grupo escuchando, en la orilla, a lo lejos, había gente que no quería aprender, sino oír algo para después acusar a Jesús. Lucas lo registra.
“Los fariseos, que amaban mucho su dinero, oyeron todo eso y se burlaron de Jesús.” (Lucas 16:14, NTV)
Los fariseos que amaban mucho su dinero, que decidieron que seguirían sus ideas, los que amaban mucho su dinero, se burlaron. Tuvieron la oportunidad de tener una vida transformada y la despreciaron, por el amor al dinero. ¿sabes sus nombres? Yo tampoco.
Palabra de Dios.
Oremos