la Supremacía y Bondad de Dios
Introducción
La Supremacía de Dios.
Cotton Mather, quien ministró en Nueva Inglaterra hace 300 años, dijo: “En la tarea de un predicador cristiano, el gran esquema e intención es restaurar el trono y dominio de Dios en las almas de los hombres
La Bondad de Dios.
¿Qué retribución se merece esta clase de personas? Si Dios fuera sólo justo, recto, imparcial e íntegro con nosotros, ¿qué trato tendría que darnos? Un juicio fulminante. Una condenación eterna.
Sin embargo, no nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades; porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen (Salmo 103:10–11).
La cruz de Cristo es la medida de la bondad de Dios. La pequeña palabra insignificante empieza a adquirir entidad cuando nos paramos a contemplar el sacrificio de nuestro Salvador. Dios es bueno y su bondad se ve en que, pudiendo y debiendo tratarnos con toda la severidad de su justicia, quiso ir más allá de la sola rectitud y mostrarnos la abundancia de su misericordia.