El Fin Se Acerca
Notes
Transcript
Introducción
Introducción
Estamos viviendo tiempos que ha muchos nos ha llevado a pensar si estamos cerca del fin.
El día de ayer, a causa de las lluvias, se cayó parte de la carretera 1 cerca de Santa Cruz, CA.
El COVID-19 ha causado más de 2M de vidas.
Se sabe que este virus se está mutando y es más contagioso, pero gracias a Dios no necesariamente más mortal.
En Washington se ha detectado el “avispón mortal”. Estos avispones en Japón matan alrededor de 50 personas cada año. Dicen que un piquete de este avispón se siente como si un metal caliente atravesara el cuerpo humano.
Por estas y más razones algunos se preguntan si el fin está cerca.
Sucede que muchas veces la preocupación de la gente acerca del fin del mundo, o incertidumbre por lo que está ocurriendo sucede durante los primeros días de estos eventos.
Al pasar los días la gente vuelve a despreocuparse y vuelven a la normalidad.
Con el pasar del tiempo la gente ve que tal vez era solo una falsa alarma y todo vuelve a ser como antes.
…hasta el próximo evento / acontecimiento que vuelve a causar ansiedad y preocupación.
El mensaje que Dios nos quiere dar mediante 1a Corintios es:
El tiempo se ha acortado
¿Cómo debemos de vivir en este tiempo?
El mundo es pasajero
El tiempo se ha acortado
El tiempo se ha acortado
Pablo vivió hace alrededor de 2,000 años cuando escribió:
Pero esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
Notemos su afirmación “el tiempo ha sido acortado”.
La RV60 dice “el tiempo es corto”.
Desde hace 2,000 años Dios estaba anunciando a su pueblo que el tiempo restante para la humanidad era poco.
El fin del mundo, el fin de la historia de la humanidad, el desenlace de la última batalla y rebelión contra Dios, no es algo que está millones y millones de años en el futuro.
Según el tiempo de Dios el desenlace final se acerca y el tiempo que resta es ya muy poco tiempo.
El pueblo de Dios, desde tiempos de los apóstoles, vive con la perspectiva de que el reloj del tiempo de Dios va corriendo como si fuera un reloj de arena. Es más la arena que ya ha caído y es muy poca la arena que falta por caer.
Por lo general la humanidad no cree en Dios ni le sirve. Viven como si el tiempo fuese ilimitado y jamás se fuera a acabar.
La realidad es que aun los científicos están alarmados:
Unos hablan de calentamiento global. Temen que llegará el tiempo en que la temperatura del planeta aumente a tal nivel que derretirá el hielo de los polos norte y sur que causará una gran inundación.
Otros temen que la capa de ozono ha sufrido tanto daño que permite que los rayos solares y su radiación aumenten y esté provocando cánceres de la piel y los ojos.
Los diferentes países temen que tienen que abastecer sus reservas nucleares para poder defenderse. El problema es que entre más aumentan las armas nucleares más aumenta la posibilidad de una catástrofe nuclear capaz de acabar con la humanidad.
Por tanto, nos damos cuenta, que aunque muchos niegan el tiempo del fin, la realidad es que no podemos evitar que cada día nos acercamos a la orilla de la barranca, y llegará en el momento que menos esperamos llegará el final del camino.
Pablo esta convencido que el tiempo llegaría a su fin y que el tiempo que restaba no era mucho.
Nunca debemos de perder de vista esta realidad y olvidar que es más el tiempo que ya ha pesado comparado con el tiempo que nos resta.
Desde el derramamiento del Espíritu Santo durante la fiesta de Pentecostés, Pedro declaró:
»Porque estos no están borrachos como ustedes suponen, pues apenas es la hora tercera;
sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:
“Y sucederá en los últimos días”, dice Dios,
“Que derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne;
Y sus hijos y sus hijas profetizarán,
Sus jóvenes verán visiones,
Y sus ancianos soñarán sueños;
Los apóstoles del Señor Jesucristo tenían muy marcada esta verdad - el tiempo era corto y estaban ellos ya viviendo en los últimos tiempos.
En más de una ocasión vemos a los autores de la Biblia, inspirados por el Espíritu Santo, recalcando esta verdad - la vida es breve.
»Porque nosotros somos de ayer y nada sabemos,
Pues nuestros días sobre la tierra son como una sombra.
Recuerda cuán breve es mi vida;
¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres!
Mis días son como sombra que se alarga;
Y yo me seco como la hierba.
Porque:
«Toda carne es como la hierba,
Y toda su gloria como la flor de la hierba.
Sécase la hierba,
Cáese la flor,
Cada uno de estos pasajes nos recuerdan la brevedad de nuestra vida.
Tal vez usted no crea que el final del mundo esté cerca. Está bien…pero lo que si le puedo decir es que el final de nuestra propia vida se acerca cada segundo, minuto, hora, día que pasa.
El día llegará en que nosotros dejaremos esta vida.
Este es el fin de todo ser mortal.
¿Cómo debemos vivir en este tiempo?
¿Cómo debemos vivir en este tiempo?
Lo que creemos acerca de la vida debe impactar como vivimos en este mundo. Si el tiempo es corto, si estamos llegando pronto al final de la historia de la humanidad, entonces:
Pero esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
los que lloran, como si no lloraran; los que se regocijan, como si no se regocijaran; los que compran, como si no tuvieran nada;
los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Pablo exhorta a las siguientes personas:
El que está casado que viva como si no tuviera esposa.
El que llora, como si no llorara.
El que está regocijándose, como si no lo hiciera.
El que compra, como si no comprara.
El que vive aprovechando lo que hay en este mundo, como si no encontrara en él provecho.
Algunos podrían pensar que la exhortación de Pablo es a olvidarse uno de este mundo.
De hecho, hubo un tiempo en que muchos cristianos pensaron que esta era la voluntad de Dios.
Muchos llegaron a pensar que estar mezclado con las cosas de este mundo era algo malo y por lo tanto debían buscar la manera de apartarse de él.
Muchos de estas personas formaron monasterios y conventos donde la gente que se dedicaba a la vida religiosa pudieran abandonar lo que este mundo ofrece, privarse de cosas físicas, hacer votos de silencio / celibato / pobreza, etc…con el fin de acercarse más a Dios.
El llamado de Dios no es llevarnos a una vida de privaciones.
Mas bien, el llamado de Dios es a que veamos las cosas sabiendo que nuestra prioridad principal no es lo que tenemos en este mundo.
El que está casado tiene la bendición de Dios de haber conocido a una persona y formar un hogar; sin embargo, el matrimonio no es permanente. Algún día uno de los dos dejará esta vida.
El que llora sabe que hay experiencias dolorosas en esta vida, pero a final de cuentas no son lo principal para nosotros.
El que se regocija hoy, puede ser que el día de mañana acabe su gozo y llegue el momento de llorar. Finalmente lo que hoy nos da alegría puede ser temporal y de pronto cambian nuestras emociones.
El que compra sabe que todo lo material se acaba / descompone / se gasta. El gusto de un coche o casa nueva dura solo un momento.
El que disfruta lo que hay en el mundo, ya sea un paisaje, una playa, o aún la misma comida, se da cuenta que estas experiencias son temporales, duran solo un momento.
El mundo es pasajero
El mundo es pasajero
El llamado del apóstol se resume en el versículo 31:
los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Pablo quiere hoy todos estemos conscientes no solo de la brevedad de esta vida, de que el tiempo es corto, que la vida se va entre nuestras manos - quiere que entendamos que este mundo es pasajero.
Todo lo que hoy vemos es temporal.
Todas las cosas buenas, malas, las alegrías, las tristezas, el llanto, el dolor, las sonrisas, los logros económicos, etc., todo es pasajero.
Esta vida es pasajera.
Hoy es y mañana ya no existe.
De un momento a otro nuestras circunstancias pueden cambiar de manera radical.
La vida no nos ofrece ninguna garantía excepto:
La vida es corta.
Todos nos dirigimos hacía un destino final.
El final se aproxima.
Al reconocer estas realidades muchos podrían perder la esperanza.
Saber que el fin viene podría producir en muchos una gran desesperanza.
Saber que llegará el momento en que no veremos a nuestros seres queridos podría ser como una nube gris que está sobre nuestras cabezas cada día - hasta nuestro último día.
Sin embargo esto es la realidad.
La realidad es que al ver la brevedad de la vida nos damos cuenta lo que realmente importa.
Lo que más importa entonces en esta vida no es con quien nos casemos, cuanto dinero tengamos, cuantas alegrías o tristezas vivamos en esta vida - lo más importante es que nosotros podamos lograr tener la esperanza de una vida más allá de esta vida terrenal.
Si sabemos que esta vida es corta, y que algún día llegará el fin, la pregunta es que sucede después de la muerte y que podemos hacer para tener seguridad cuando llegue el momento del fin de nuestra vida mortal.
Jesús le contestó: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá,
y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?».
Ella le dijo*: «Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, o sea, el que viene al mundo»
El Señor Jesús nos da la respuesta.
Jesús siendo el dador de la vida le dice a Marta, quien acababa de perder a su hermano, que él era el dador de la vida, él era la misma resurrección.
El que en él depositará su fe tiene la seguridad de que aunque llegue el fin de su vida o el fin del mundo - aunque muera, vivirá.
¿Qué se requiere entonces para vivir?
Debemos confesar lo mismo que confesó Marta: Creer que Jesús es el Cristo, el mesías, el Hijo de Dios, el que vino al mundo para salvar nuestra alma perdida.
Entreguemos nuestra vida y corazón a Dios. Solo creyendo en él tenemos la seguridad de la vida eterna.
ADVERTISEMENT
Related Media
See moreRelated Sermons
See moreJacob R. • 397 views
Jacob R. • 13 views
fidel • 1,551 views