Una vida diferente.

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La vida de fe debe ser diferente a la manera en que vivíamos antes de conocer a Cristo.

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En el cap. 12, el autor dio recomendaciones para correr la carrera de la fe (o la vida de fe) y mencionó elementos esenciales para permanecer en la carrera y llegar al final.
Jesús vino para darnos salvación y una vida abundante.
John 10:10 NBLH
»El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
No creo que este verso se refiera a abundancia de bienes materiales, porque, en algunos casos, ellos podrían ser un peso o estorbo para correr con libertad.
Pero de lo que estamos seguros es que el Señor murió y resucitó para que “andemos en novedad de vida”, una vida diferente a la que teníamos antes de conocerle.
En el cap. 13 de Hebreos podemos aprender cómo debe ser la vida del corredor de la carrera de la fe, la vida del creyente.
Esa nueva vida es...

Una vida de amor.

El amor debe ser la característica distintiva de aquellos que han conocido al Dios de amor.
Ese amor debe comenzar en casa, en este caso la iglesia.

Amor a los hermanos.

Lo primero que dice el autor es:
Permanezca el amor fraternal (φιλαδελφία).” 1
Dando a entender que eso es de gran prioridad en la vida de fe.
Que “continue” el amor a los hermanos; que no disminuya o desaparezca”.
Mostrando amor a los de la familia de la fe, comprobaremos a este mundo que somos discípulos de Cristo. Jesús se los dijo a los discípulos :
John 13:35 NBLA
»En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros».
Ese debe ser un amor de hechos, no solo de palabras:
1 John 3:18 NBLA
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 John 3:17 NBLA
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
Aplicación...

Amor a los extraños.

No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.” 2
Lot fue hospitalario con los visitantes, sin saber que esos serían los que le salvarían del fuego que cayó sobre Sodoma y Gomorra.
La palabra hospitalidad es la traducción de la palabra griega “φιλοξενία”, una palabra compuesta de “φιλοs” (amor) y “ξενία” (extraños, extranjeros, aquellos que no son considerados miembros de la familia ni amigos cercanos).
Antiguamente, el hospital era una casa donde se acogían pobres y peregrinos por tiempo ilimitado. Proviene del latín “hospitale” que significa “habitación para huéspedes”.
Hospitalidad una forma de amor mostrado al recibir a un extraño como un huesped. La hospitalidad es un mandato a los creyentes. Debemos ser hospitalarios tanto en casa como en la iglesia.

Amor a los presos.

Acordaos de los presos… y de los maltratados,” 3
Nuestro Señor, cuando habló del día del Juicio, el día de separación de las ovejas de los cabritos, dijo:
Matthew 25:34–36 NBLA
»Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. ”Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí”.
Con sus palabras dio a entender que esas acciones eran acciones de amor que las ovejas deben llevar a cabo.
Recuerda que en la primera persecución, la mayoría de los que fueron encarcelados eran creyentes hebreos. Y ese el ejemplo que los mismos hebreos habían dado:
Hebrews 10:34 NBLA
Porque tuvieron compasión de los prisioneros y aceptaron con gozo el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesión.

Una vida matrimonial honrosa.

El matrimonio, la unión de un hombre y una mujer mediante una formalidad religiosa o civil fue establecido por Dios en el huerto del Edén. Tal unión conlleva compromiso.
Esa sería la base fundamental de la sociedad. Desafortunadamente, el diablo ha atacado y debilitado el matrimonio, al punto que el divorcio o la uniones sin compromiso superan en número a los que se contraen matrimonio.
Del corredor de la carrera de fe, se demanda que honre el matrimonio.

Honrando el matrimonio.

Sea el matrimonio honroso en todos,” 4a
El creyente debe ver el matrimonio como algo de mucho valor y honra, algo por lo que una persona se siente enaltecida y orgullosa.
Honrar es mostrar respeto y consideración hacia alguien o algo.
Nunca debemos verlo como vergonzoso sino, al contrario, con orgullo.
El matrimonio lleva la bendición de Dios. Entre los creyentes ni siquiera debería existir el divorcio. Dios aborrece el divorcio:
Malachi 2:16 NBLA
»Porque Yo detesto el divorcio», dice el Señor, Dios de Israel, «y al que cubre de iniquidad su vestidura», dice el Señor de los ejércitos. «Presten atención, pues, a su espíritu y no sean desleales».
Esa última porción, “y no sean desleales” podría expresarse de otra manera: “y sean fieles”. Por lo tanto, debemos protegernos de la infidelidad y la inmoralidad (van de la mano).

Protegiendo la relación de la inmoralidad.

Sea el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.” 4b
La palabra κοίτη significa lit. “la cama, el lecho” pero que es usada figurativamente para referirse a la “relación o actividad sexual”. En español, la palabra κοίτo siempre es usada para referirse a la relación sexual.
La relación es contaminada cuando uno de los dos cae en inmoralidad (πόρνος) en sus diferentes formas o rompe el voto de guardarse solamente para el cónyuge y cae en adulterio.
El creyente debe esforarze en mantener la santidad de su matrimonio.

Una vida de contentamiento.

Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis,” 5a

Sin avaricia.

Literalmente “sin amor a la plata” (ἀφιλάργυρος).
Dios aborrece la idolatría y la φιλαργυρία es hacer del dinero un dios.
Matthew 6:24 NBLA
»Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.
Este es uno de los pecados que más afectan a muchos que dicen creer en Dios, pero que lo dejan en segundo término por amor al dinero.
El avaro, el tacaño, ama el dinero porque no confía que Dios le proveerá. El creyente no debe estar dependiendo de lo que tiene sino confiando en Dios.

Confiando en el Señor.

porque Él mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ, de manera que decimos confiadamente: EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERÉ. ¿QUÉ PODRA HACERME EL HOMBRE?” 5b-6
Matthew 6:25–32 NBLA
»Por eso les digo, no se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? »Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? »¿Quién de ustedes, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? »Y por la ropa, ¿por qué se preocupan? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. »Pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. »Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes, hombres de poca fe? »Por tanto, no se preocupen, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. »Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.
El contentamiento del creyente no se basa en cuanto tiene sino a quien tiene. Si tenemos mucho, estamos contentos; si tenemos poco, también estamos contentos.
Como lo expresó Pablo a los Filipenses:
Philippians 4:11–13 NBLA
No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Debemos vivir contentos y agradecidos. La vida del creyente debe ser una vida de gratitud.

Una vida de gratitud.

Con nuestro Señor.

Hebrews 13:15 NBLA
Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre.
“Confiesan” (dan gracias o alaban) a Su nombre.
Constantemente, el Señor está bendiciendo la vida del creyente, pero tristemente no somos agradecidos con Él.
A pesar de cualquier penuria o sufrimiento que podamos estar pasando, las bendiciones de Dios sobrepasan esos sufrimientos.
1 Thessalonians 5:18 NBLA
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.

Con los que nos enseñan.

Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios.” 7

Acordándonos de ellos.

Es muy fácil olvidarnos de aquellos que han enseñado. ¿Te acuerdas del maestro que te enseñó a leer? ¿Del que te enseñó la palabra? ¿Les has dado las gracias?
No se refiere a “no olvidar mentalmente” sino a pensar en ellos y mostrar agradecimiento por los que nos han enseñado.
Galatians 6:6 NBLH
Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le enseña.
Recuerda que te ha enseñado lo más precioso, lo eterno, la Palabra de vida.

Imitando su fe.

“considerando el resultado de su conducta, imitad su fe.” 7b
Esa es una de la mejores maneras de mostrar aprecio es poniendonos a pensar cómo se han coducido,e imitándoles si su vida es digna de imitar.
Lo más lindo para un maestro es escuchar al alumno decir “¡Yo quiero ser como usted! Y lo más lindo que pueder ver un maestro es ver a su alumno ser mejor que él.
La vida de fe es también una vida de sumisión.

Una vida de sumisión.

A Dios ante todo.

Si decimos que Él es el Señor, el Kurios, el amo, y el dueño, ¿No es lógico que debemos someternos a Él? ¿No es lógico que debemos hacer lo que a Él le agrada?
Si nos sometemos a las autoridades es porque, ante todo nos estamos sometiendo al que nos dijo que nos sometamos.
Romans 13:1–2 NBLA
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos.
Pero hay autoridades más importantes que las civiles o militares a las cuales nos debemos someter también.

A nuestros pastores.

Hebrews 13:17 NBLA
Obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes.
El creyente o la oveja debe entender que someterse a sus pastores es para su propio beneficio: velan por lo más precioso que tienes: tu alma.
La oveja rebelde, la descarriada, es víctima fácil del lobo; estas son las que dan dolor de cabeza al pastor, las que le traen desánimo.
Por el otro lado, la obediente, la que se mantiene cerca de su pastor, puede sentirse segura. No tendrá que preocuparse por pasto, por protección, y por guía.
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