DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ

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Transcript
Mis amados hermanos, con la bendición de nuestro Señor hoy llegamos al sermón 33 de nuestra serie ¿Quién es este Jesús? y antes de comenzar me gustaría traer a sus corazones y mentes el pasaje en el cual basamos esta serie:
Lucas 9:20 RVR60
Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
El Cristo de Dios, el ungido de Dios el Hijo Eterno de Dios es de ese gran hombre y Dios que meditamos domingo tras domingo, y ese debe ser nuestro sentir en todo tiempo mis hermanos y aún mas el día de hoy, que es el día del Señor. Gocémonos en hablar del redentor de nuestras almas y en su voluntad pidamos su guía para que lo que aprendamos en esta tarde sea de edificación.
Oración

Introducción Contextual

Por la gracia del Señor hemos venido estudiando las palabras de Jesús en cuanto al reino suyo (El reino presente y futuro, la justicia a sus escogidos, Jesús y los niños), esta secuencia tan exacta que el Señor en su palabra no podría continuar sin tener un ejemplo real de cómo una persona llega a ser parte del reino del Señor. Mis hermanos. hoy vamos a meditar en el sermón “De las Tinieblas a la Luz”
Lucas 18:35–43 RVR60
Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
Estamos ante un ejemplo de cómo obra la salvación en una persona, vamos a meditar de forma paralela entre la explicación del texto y la doctrina, en cuanto al aspecto doctrinal vamos a hablar de un aspecto que debe ser entendido con sencillez pero con profundidad para explicar de mejor forma sobre la aplicación de la salvación. Esta doctrina pertenece a la rama de la teología llamada soteriología o estudio de la salvación y trata de cómo el Señor aplica la obra de Cristo en el pecador. Hay un orden en el proceso al cual llegaron nuestros hermanos por medio de la palabra del Señor, el cual han denominado Ordo Salutis, y este es el orden en el que el Señor aplica sus bendiciones salvíficas en un pecador, es necesario recalcar que a lo largo de la historia de la iglesia, hubo discrepancias en este sentido, pero (por la gracia y conocimiento que el Señor me ha dado hasta ahora) creo que este orden es correcto. Veamos de manera breve el Ordo Salutis.
Romanos 8:30 RVR60
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Cabe mencionar que este proceso sobrenatural es llevado a cabo por las 3 personas de la trinidad: El Padre recrea en el nuevo nacimiento, el Hijo es el mediador que por su justicia es justificado el pecador y el ES obra en el regenerado convenciéndolo de pecado, justicia y juicio

1. Regeneración y llamamiento:

Este es el primer obrar del Señor en el corazón del pecador, es un obrar que parte de la voluntad misma de Dios, es instantáneo y necesario para la aplicación de las demás bendiciones salvíficas, es conocido como el nuevo nacimiento, este ocurre (como los teólogos reformados dicen) por debajo de la conciencia, es decir en el inconsciente. Se ha denominado también la recreación inmediata de la naturaleza pecaminosa por parte de Dios el Espíritu Santo y una implantación en el cuerpo de Cristo (G.V.). La voluntad del pecador es cambiada desde la raíz. Ahora, el llamamiento proviene de la predicación de la palabra del Señor y apela a la conciencia del pecador regenerado, este tiene dos componentes, un llamado externo (predicación de la palabra, sólo lectura, himnos con contenido bíblico, salmos) y se hace efectivo en el pecador cuando el segundo componente es aplicado al corazón del pecador con el llamamiento eficaz (a los predestinados). Tanto la regeneración como el llamamiento tienen una cercanía en el proceso, pero debemos entender que el Señor da vida (regenera) y por medio de la predicación de su palabra llama al pecador.
Juan 3:3 RVR60
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Juan 3:8 RVR60
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Hechos de los Apóstoles 16:14 RVR60
Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
En el caso de nuestro texto encontramos los siguientes pasajes:
Lucas 18:35–39 RVR60
Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
En primera instancia notemos algunas consideraciones en la vida de este hombre:
Este relato aparece en pasajes paralelos de otros evangelios canónicos como en Mateo 20:29-34 y Marcos 10:46-52 en los cuales podemos encontrar que este ciego se llamaba Bartimeo, y que la aparente contradicción entre “se acercaba a Jericó” y “salir de Jericó” se debe que esta ciudad fue movida en los días del Señor, entonces existía la antigua Jericó y la nueva.
Ahora, apliquemos el Ordo salutis en la vida de Bartimeo
Lo primero que notamos es el estado en el que se encuentra, es ciego y mendigo junto al camino, lo cual para nuestra enseñanza, nos muestra el estado en el cual nos encontramos en este mundo pobres y ciegos.
Noten mis hermanos que la providencia del Señor obró, ya que el mismo Rey de Gloria estaba pasando por donde él estaba (día y hora), ahora, inconscientemente Bartimeo es regenerado por el Señor y esto se deduce del hecho que su voluntad fue cambiada a buscar y preguntar qué era aquello. El bien podía callar y seguir esperando monedas pero no, su voluntad regenerada lo llevó a preguntar qué estaba pasando.
El escuchó el llamado al percibir con sus oídos que era Jesús Nazareno, a lo cual de manera consciente ahora dice ¡Jesús, Hijo de David ten misericordia de mi! y no puede ser callado, sigue con más fuerza, ¡ten misericordia de mi! Bartimeo fue regenerado y llamado en ese momento.

Aplicación

Mis hermanos les invito a recordar el momento en el cual escucharon el llamado del buen pastor, el momento en el cual comenzaste a tener conciencia de tus pecados y que necesitabas el perdón de los mismos.
Si tu que oyes este sermón, nunca pensaste en esto, pero ahora sientes que tiene sentido lo que estamos meditando, por amor a tu alma clama al Señor para que se apiade de ti.

2. Conversión (arrepentimiento y fe)

La conversión es es ese acto de Dios mediante el cual Él hace que la conciencia del hombre regenerado se vuelva hacia Él por medio de la fe y el arrepentimiento (G.V.) Esto lleva al hombre a pensar y vivir de una forma diferente (matanoia) y a confiar, es decir tener fe con todo su corazón en Cristo para el perdón de sus pecados (fe sobrenatural).
Hechos de los Apóstoles 2:37–38 RVR60
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
En Bartimeo encontramos:
Lucas 18:40–42 RVR60
Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.
En estos pasajes encontramos la conversión del ciego, el cambio en el pensamiento como en lo externo sucedió y esto porque el clamor de misericordia de Bartimeo era ten misericordia de mi, vio delante suyo el estado de miseria y por la sola gracia del Señor ahora veía, y no sólo con sus ojos físicos, sino con los ojos de la fe misma. Pero hay algo que debemos entender a continuación. Ir en arrepentimiento y fe al Señor sólo puede ser posible por la perfección y méritos de Cristo.

Aplicaciones

¿Mi hermano, puedes identificar en tu vida el momento cuando entendiste que no tenías más opción que clamar por perdón y misericordia y viste por primera vez tu estado de pecado y miseria y te arrepentiste por haber traicionado el pacto del Señor y se te mostró a Cristo y este crucificado?
Mi amigo, si no hay regeneración y llamamiento, no hay conversión y por ende no hay arrepentimiento ni fe. Así que, te invito a revisar tu vida, y si es que el Señor está teniendo misericordia de ti, continúa en el sermón.

3. Justificación

Es ahora donde pasamos a la explicación judicial necesaria para que la obra salvífica sea aplicada al pecador. Se entiende por justificación a una asignación judicial al pecador del estado de justicia sobre la base de los méritos de Cristo, imputados a él por Dios, y en el cual, en fe, él deposita su confianza (G.V.).
Romanos 3:21–22 RVR60
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
Romanos 5:1–2 RVR60
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
La justificación sirve para quitar la culpa del pecado y reemplazarla por el derecho a la vida eterna en relación con Dios.
La justificación no es por méritos nuestros sino por la sola fe en Cristo Jesús. Es por ello que hasta acá ya podemos fácilmente explicar porqué la salvación no se basa en obras nuestras, necesitamos la justicia de otro para que podamos ser vistos justos delante del Señor y esto es recibido sólo por la fe, la cual no cuenta como obra sino como gracia, esto es: un don de Dios.
Efesios 2:8 RVR60
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Romanos 4:1–12 RVR60
¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
Es que de esta forma que Bartimeo fue justificado delante del Señor, por la fe en el HIjo de David, en el Rey de Reyes. el cambio, ¿fue evidente, verdad? pero no se queda ahí, sino que el proceso continúa.

4. Santificación y Glorificación

Es la obra misericordiosa de Dios mediante la cual, bajo la operación inmediata del Espíritu Santo, el creyente justificado es renovado gradualmente en toda su naturaleza, de modo que Cristo es formado en él y él vive para Dios en buenas obras.
La santificación sirve para quitar la contaminación del pecado y reemplazarla con lo bueno como una disposición intrínseca; restaura en nosotros la conformidad a la imagen de Dios. Este proceso toma lugar en la totalidad de la vida terrenal del creyente.
1 Tesalonicenses 4:3 RVR60
pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
Filipenses 1:6 RVR60
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Efesios 2:10 RVR60
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Ser santos significa vivir apartados de lo profano, vivir en consagración al Señor, estar conscientes de lo que hacemos en los caminos de la luz, y no dejar de lado nunca el principal sentido de la santificación, esto es: la gloria del Señor. No somos santos para nosotros mismos, eso sería idolatría, somo santos porque Él es santo. Además que la santificación está situada en 4to lugar en el ordo salutis por el hecho de que una persona ya fue: regenerada, llamada, convertida y justificada, tratar de ser “santos” como un “paso” sin contemplar los primeros es vano.
En el caso del ciego Bartimeo, su vida entera, corazón, mente y cuerpo siguieron al Señor:
Lucas 18:43 RVR60
Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
Entonces, es de esta manera que una persona es echa parte del reino de los cielos, este es el orden de la salvación en la cual operan las 3 personas de la trinidad para su Gloria.

Aplicaciones Finales

Tenemos dos ejemplos de cómo una persona es excluida del reino de Dios: Autojustificación (fariseo) Amante del mundo y sus placeres (joven rico)
Recibir la vista de los ojos de la fe, quiere decir que podemos ver nuestro estado real de miseria, al igual que Bartimeo
Detrás de las curaciones que el Señor hace, uno debe considerar en primera instancia la curación o salvación de su alma
Aquellos que quieren ver deben hacer un mejor uso de su oído, y cuando no pueden ver con sus propios ojos, deben, haciendo preguntas, hacer uso de los ojos de otras personas.
Es para la gloria de Dios si seguimos a Cristo, como lo harán aquellos cuyos ojos son abiertos.
Debemos alabar a Dios por sus misericordias para con los demás, así como por las que tiene para con nosotros mismos.
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