Salmo 68
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Introducción
Introducción
Este otro salmo de David. Los detalles del salmo podrían parecer confusos, pero visto de manera panorámica, podemos observar que este es un cántico de alabanza a Dios por el cumplimiento de las promesas del pacto. En resumen, el salmo narra como Dios redimió a su pueblo de Egipto, triunfó sobre sus enemigos en su paso por el desierto, los estableció en la tierra de Canaan y puso su morada permanente en medio de ellos sobre el monte de Sión (Esta es la ocasión del salmo - David lleva el arca de Jehová a Jerusalén 2 Samuel 6 - Hace memoria del Exodo y exalta a Dios por su fidelidad, ya que finalmente ha cumplido su palabra estableciendo su reino en Sión), desde allí David espera que el gobierno de Jehová se extienda sobre todos los pueblos.
Este es pues el tema de las 10 estrofas del salmo. El salmo tiene un prólogo (vv. 1-6) y un epílogo (vv. 32-35). En el medio hay una sección central dividida en dos partes (vv. 7–18 y 19–31). Derek Kidner dice: “Flanqueadas por el exuberante prólogo y epílogo, las dos partes principales del salmo celebran, primero, la marcha victoriosa de Dios desde Egipto, con su culminación en Jerusalén (vv. 7-18), y en segundo lugar el poder y la majestad de su gobierno se ve por la gloria que ha dado a su pueblo y por la multitud de adoradores y vasallos que caen al estrado de sus pies (vv. 19-31) ”.
Este es un salmo extraordinario, y lo es por la manera que exalta a Dios.
David se refiere a Dios con varios nombres: Yahweh (Yo soy), Yah , Elohim (Todo posederoso), El, Adonai (creador) y Shaddai (Omnipotente).
Describe a Dios como aquel: que cabalga sobre los cielos (v.4), el padre de los huérfanos, el defensor de las viudas (v.5), el Dios del Sinaí (v.8), Dios nuestro Salvador (v. 19), el Señor Soberano (v. 20), mi Dios y Rey (v. 24), y el que cabalga sobre los cielos y truena con voz poderosa (v. 33).
Cada estrofa relata algo diferente sobre Dios, mientras narra los poderosos actos de Dios en el pasado (Exodo), su fidelidad en el presente y una visión profética del futuro reino mesiánico.
Prologo: “Levántate Señor”
Esta primera frase es una cita directa de Números 10: 25, 35–36.
Dios había redimido al pueblo de Israel de Egipto, ellos estaban acampando en monte de Sinaí, Dios les da su leí y ordena la construcción de una tabernáculo para hacer habitación en medio de su pueblo, en el tabernáculo estaba el arca de Jehová sobre la cual reposaba la gloria de Dios. Cuando la nube de gloria de Jehová se levantaba, Israel debía marchar hacia adelante con la seguridad de que Dios vencería a sus enemigos y los establecería en la tierra que juró a Abraham. De manera que una vez el arca se movía Moises decía: “Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel.” (Números 10:35–36)
David esta recordando el Exodo para Isael mientras introduce el arca del Pacto en Jerusalén. Lo recuerda por que quiere que el pueblo adore a Dios por su fidelidad, él ha sido fiel a su palabra, Israel era un pueblo insignificante, para este entonces estaban asediados de enemigos poderosos y David estaba contemplando la derrota de estos y el establecimiento del reinado de Jehová en medio de su pueblo. Dios había esparcido a sus enemigos y estaba a favor de su pueblo desprotegido, huérfano, sin hogar, sin protector, esclavo y oprimido.
David exhorta al pueblo a alabar a Dios. 1-6. La razón es:
1-2 por que Dios ha peleado por su pueblo y ha vencido a sus enemigos. Jehová es un rey guerrero, que ha vencido.
3-4 Como un jinete que cabalga sobre los cielos, Jehová a dirigido a su pueblo a travez del desierto a la tierra prometida. David exhorta al pueblo a exaltar a Dios por esto. Dios acompaño a Israel por el desierto y les mostró su poder soberano.
5-6 Dios es juez y rey justo. El protege a los desamparados y destruye a los que menosprecian su ley. Dios bendice a los necesitados, a los oprimidos, a los pobres y marginados. Pero juzga a los rebeldes de su reino.
¿Como no alabar a Dios? él no cambia.... no tenemos que estar atados al pecado, no vivir vidas miserables, él Señor se ha levantado contra nuestros enemigos y se ha levantado para vencerlos. Poderosa exhortación para confiar en él. La historia de Israel es nuestra historia, el que hizo proezas en medio del desierto con su pueblo redimido, esta caminando con nosotros mientras peregrinamos hacia la ciudad celestial hoy.
David en su prologo esta exhortándonos a recordar quien es nuestro Dios. Jehová es un rey guerrero, que pelea por nosotros y nos libra de nuestros enemigos, es un rey justo que se compadece de los debiles. Recordemos quien es Dios.
1. Dios liberta a su pueblo cautivo de Egipto (Pasado) 7-18
Recordemos que este Salmo fue escrito para los Judíos en el tiempo que David subía a Jerusalén con el Arca, ninguna de las personas que estaban con él había experimentado el Éxodo. Sus padres no habían experimentado el Éxodo. Sus abuelos no habían experimentado el Éxodo. Sus bisabuelos no habían experimentado el Éxodo, pero David les habla como si hubieran estado allí. ¿Por qué? Porque es su historia. Esa es su historia; ese es su legado.
Verá, la salvación de Dios nos ata tanto con las bendiciones que Él ha dado a través de Sus promesas del pacto de gracia desde los días de Abraham en adelante, que nuestra historia es su historia; su historia es nuestra historia. Este legado del rescate y redención de Dios en el Éxodo, ¡esa es nuestra historia! Esa es nuestra gente. Y él está diciendo: 'Ese Dios es tu Dios que sacó a los hijos de Israel del Éxodo. Y es como si estuvieras ahí porque Dios es tu Dios y ese pueblo es tu pueblo. Esa es tu gente.
Cada vez que vuelves a la historia de las victorias de Dios en nombre de Israel, tienes que recordar: “Ese es nuestro pueblo”, porque Dios tiene un pueblo, Su Iglesia. En el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto, Dios ha escogido para si un solo pueblo.
David quiere recordarnos eso: que cuando estemos considerando la salvación que Dios ha obrado por su pueblo en el pasado, consideremos que él ha hecho esto también por nosotros. Somos parte de ese legado, ese legado es nuestro. Y por eso debemos alabar a Dios. El es nuestro Dios.
En estos versos del 7-18 se exalta a Dios por haber despojado a las naciones y enriquecido a Israel su pueblo con un gran botín. Dios ha derrotado a reyes poderosos mientras Israel peregrinó por el desierto. Y finalmente Dios ha derrotado a los habitantes de Canaan y ha dado esta tierra a Israel por heredad. Dios luego desciende sobre el monte de Sión, donde esta asentada la ciudad de Jerusalén y allí pone su morada permanente.
David habla de grandes montañas que están celosas por el monte Sion. Los Alpes, Los Himalayas, todos estos montes altos son mucho mas grandes que Sión, y están celosos. ¿Por qué? Porque Dios ha elegido reinar allí.
Dios toma lo que es pequeño a los ojos del mundo y lo convierte en morada. Sión es la envidia de todas las naciones. Dios ha entrado en su santuario en Sión, y allí ha establecido su gobierno soberano.
Pablo toma las palabras de David Efesios 4:8 y lo aplica a la ascensión de Jesucristo, y con razón, porque la historia del Exodo hasta el establecimiento del reino de David, fue una sombra de la encarnación, vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo para sentarse en Su trono y dispensar a Su pueblo todos los beneficios de Su obra redentora.
Este Salmo prefigura la gran obra de Cristo, su ascensión y los beneficios que como el rey derrama sobre su pueblo, la Jerusalén celestial.
2. Dios establece su gobierno desde Jerusalén (Presente) 19-31
Un cambio importante en el Salmo 68 ocurre en el versículo 19, marcado por la palabra diariamente . Hasta este punto, el salmo ha mirado hacia atrás a lo que Dios ha hecho por Israel en el pasado, en la historia. En este punto, comienza a alabar a Dios por ser el mismo en el presente como lo ha sido en el pasado, y ese cambio básico hace que el escritor mire hacia adelante en el tiempo hacia lo que Dios hará todavía.
El pueblo de Dios ahora está establecido en Sion, David es rey y el arca está en el santuario de Dios. ¿Qué van a hacer ahora? La respuesta es doble.
1. Deben alabar a Dios . Se les dijo que hicieran esto antes, en el prólogo (vv. 3-4), pero no se dijo nada acerca de alabar a Dios durante el resumen histórico del progreso de Dios desde el Sinaí hasta Jerusalén (vv. 7-18). Eso sigue naturalmente solo después de que sus victorias hayan pasado y el reino esté asentado sobre una base firme. A partir de este momento encontramos más a menudo alabanzas a Dios. Está en la sección de la procesión en los versículos 24-27. Llega a su punto máximo en los versículos 32–35. Es la nota con la que termina el salmo: "¡Alabado sea Dios!" (v. 35). Esta es la forma en que se desarrolla nuestra relación con Dios. Dios actúa, sus actos resultan en la salvación de su pueblo, y lo alaban por ello.
2. Deben seguir confiando en Dios . La segunda cosa que debe hacer la gente es confiar en Dios. Debido a que ha demostrado ser “Dios [su] Salvador”, deben confiar en él para que lleve sus cargas diarias. Debido a que es "un Dios que salva", deben confiar en él incluso cuando se encuentren cara a cara con la muerte. ios ciertamente puede salvar a su pueblo en el día de la batalla, pero la muerte llega de todos modos con el tiempo. Entonces, ¿qué pueden esperar de Dios? ¿Será la muerte el final? ¿Dios los abandonará? ¡De ningún modo! “Dios es un Dios que salva” está en tiempo presente continuo. Dios ha salvado en el pasado. Él salva hoy. Por lo tanto, se puede esperar que también ahorre en el futuro (y para siempre).
“La salvación viene del Señor ” (Jonás 2: 9). Ese es el tema de la Biblia. Pero debemos recordar que no se trata de una declaración filosófica, sino de una confiada esperanza de bendición presente y futura fundada en el carácter de Dios, que ha obrado por nosotros de manera salvadora en el pasado. Es porque Dios ha salvado que creemos que lo hace y lo hará. Es por Jesús que tenemos la firme esperanza de la vida eterna.
La séptima estrofa (vv. 21-23) trata de las futuras victorias del pueblo.
En los versículos 24 al 27 la multitud de Israel está representada exaltando a Dios. Pero, en los versículos 28 al 31, el Dios de Israel es exaltado por el mundo entero. Todas las naciones alabarán a este Dios.
Este Salmo se cumple en parte en Hechos 2 y en Hechos 15 cuando los gentiles vienen a Cristo; y, por supuesto, se cumple en parte en la escena de Filipenses 2 cuando toda rodilla se dobla y toda lengua confiesa que Jesucristo es el Señor. Y se cumplirá en su plenitud cuando el reino de Jesucristo finalmente venga en su plenitud, cuando el cielo y la tierra se junten y la tierra sea llena de la gloria de Jehová-
Esto es lo que anticipa David......
3. Dios extenderá su gobierno hacia todos los términos de la tierra (Futuro) 32-35
Asi que exhorta a las naciones en el versículo 32 a alabar. Y observe que la motivación para hacerlo está en el inmenso poder y el gran cuidado de Dios por su pueblo.
Esta es pues nuestra esperanza, anhelamos ver a todas las naciones, a todos los reinos de la tierra reconociendo el inmenso poder y el intenso cuidado de Dios manifestado en la redención y el reinado de Jesucristo nuestro Señor.
Mongomery Boice dice:
Es fácil entender como el salmo 68 les atrajo a los hugotones, a Carlomagno, a Oliver Cromwell y a otras figuras militares. Eran responsables de luchar contra personas que consideraban enemigos de Dios, y la idea de que Dios se levantara para esparcir a sus enemigos y derrotar a sus enemigos era precisamente lo que deseaban y por lo que oraban. Si hubiéramos estado en sus zapatos, probablemente hubiéramos usado el salmo como lo hicieron ellos.
Pero no puedo dejar de observar, después de estudiar el salmo, que en el análisis final ninguno de esos esfuerzos militares fue un éxito rotundo, al menos a largo plazo. Es cierto que Enrique de Navarra ganó varias campañas importantes y que los hugonotes pudieron defenderse durante muchos años. Pero finalmente el Edicto de Nantes fue revocado, miles de cristianos protestantes franceses fueron asesinados y el resto fue conducido al exilio en beneficio de otras naciones como Inglaterra, Holanda y Estados Unidos, para el empobrecimiento de Francia.
Carlomagno tuvo cierto éxito reviviendo el llamado Imperio Romano. Pero su imperio no era de ninguna manera un equivalente al antiguo Imperio Romano. Y aunque tuvo victorias famosas sobre los moros, que eran considerados como los enemigos despiadados del cristianismo, en poco tiempo estos mismos moros se extendieron por el norte de África, el Cercano Oriente y Europa. Incluso las Cruzadas, a pesar de su gran esfuerzo y piedad, fueron incapaces de derrotarlos por completo o expulsarlos por completo.
¿Y Cromwell? Era un líder inusual, y algunos considerarían la era de ascendencia puritana como algo grandioso. Pero incluso si fue algo bueno, fue poco después de la muerte de Cromwell que Inglaterra se apartó de su pasado puritano inmediato, trajo a Carlos II de regreso del exilio y reinstaló la monarquía.
Nada de esto tiene la intención de disminuir la apreciación de cualquiera de las victorias o logros de cualquiera de estos líderes. Pero sí nos recuerda que el objetivo de la iglesia de Dios en esta era no son los triunfos militares, por nobles o muy motivados que puedan ser, como tampoco su metodología es la metodología del mundo. Nuestra comisión es predicar el evangelio de salvación por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo en todo el mundo y dejar la conquista del mundo a Jesús. Esto se debe a que solo él es el Rey. De hecho, él es el Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16). Él tiene el control total de todas las cosas. Él reinará en el poder. Todas las naciones vendrán a él, y ante él se doblará toda rodilla, en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios el Padre (Fil. 2: 10-11).
¿Cuál debería ser nuestra respuesta a eso? Obediencia, por supuesto. Jesús también es nuestro rey, y los reyes requieren obediencia. Pero, ¿qué tal la alabanza? El Salmo 68 es un salmo de alabanza entre otras cosas, y así termina incluso: "¡Alabado sea Dios!" Por eso, alabémoslo, aunque otros aún no lo hayan hecho. Recordemos que, aunque ahora suframos desánimos y, a veces, seamos derrotados, podemos seguir adelante con fe firme, sabiendo que Jesús está en el trono y que todos eventualmente se inclinarán ante él. Y animémonos recordando que reinaremos con él en ese día.
Oremos.