EL ESPIRITU SANTO EN LA CREACION

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EL ESPIRITU SANTO EN LA CREACION

Fundamentos de Teología Pentecostal 1. En Relación con el Universo Material

En la narración de la creación dada en Génesis 1:1–27,

Génesis 1 RVR60
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. 6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero. 14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
BARA - CREAR

1254. בָּרָא bara; raíz prim.; (absolutamente) crear; (calificado) cortar (madera), seleccionar, alimentar (como procesos formativos):—atravesar, creación, creador, crear, criar, desmontar, desmonte, engordar, nacer, producir.

LA TERMODINAMICA
En la práctica, hay cuatro leyes de la termodinámica.
Dos de estas son relativamente poco importantes cuando se habla de teología, pero las otras dos tienen fuertes implicancias con respecto a la creación. Para los propósitos de esta discusión, el creacionismo simplemente significa la idea de que Dios (a diferencia del tipo de física donde se asume que no hay una mente detrás de todo), es responsable de lo que vemos en la naturaleza. Aplicada a la idea de un Creador, la termodinámica realmente se aplica a un nivel fundamental, no a un nivel específico. Es decir, la termodinámica no proporciona evidencia particular de cómo Dios pudo haber creado, solo que Dios es necesario.
LA TERMODINAMICA EN LA CREACION
La primera ley de la termodinámica implica la conservación de la energía. Lo más importante, en beneficio del creacionismo, es que esta ley establece que la energía no puede ser creada ni destruida; solo se puede cambiar en forma o función. Esto significa que la energía total de un sistema aislado es constante, ni aumenta ni disminuye. Esto es evidencia del creacionismo sobre la base de una lógica simple. Si ningún proceso natural puede crear o destruir energía, entonces ni el universo ni las leyes de la física pueden explicar la existencia de energía. En otras palabras, si la energía es imposible de crear, ¿por qué existe? La explicación más razonable es algo, o alguien, fuera de las leyes de la física y fuera del universo.
La segunda ley de la termodinámica implica un concepto conocido como entropía, que es más o menos una medida del caos. En términos técnicos, la segunda ley dice que cuando dos sistemas interactúan, siempre tenderán a una mayor entropía total a medida que alcanzan un estado de equilibrio termodinámico mutuo. En términos simples, la energía siempre fluye del calor al frío. Esto significa que la tendencia natural de todos los sistemas es a estados de energía uniforme, o aumentar la entropía o el desorden.
La segunda ley de la termodinámica proporciona evidencia del creacionismo de varias maneras, pero a menudo es mal entendida y, por lo tanto, mal aplicada. Al igual que con la primera ley, el concepto de entropía lleva a algunas conclusiones lógicas sobre el universo. Si el universo fuera infinitamente viejo, ahora estaría en un estado de máxima entropía: en el caos total. Todas las temperaturas en el universo se igualarían, y no habría nada más que un estado de casi inexistencia sin forma. Como este no es el estado actual del universo, el universo debe tener una edad finita y, por lo tanto, un comienzo. Esto hace que sea razonable considerar el universo como un "efecto", no una "causa" y, por lo tanto, requiere algo más allá de él para comenzar.
La segunda ley también es un punto razonable a señalar cuando se trata de aspectos de la biología. Sin embargo, esto tiene que hacerse con cuidado. Los creacionistas a menudo citan la segunda ley de la termodinámica como una razón por la cual la vida en la tierra no podría haber evolucionado de formas más simples a formas más complejas, ya que esto viola el principio de entropía. Sin embargo, la tierra no es un sistema cerrado. Así como el agua se congela en una cubetera, pero hierve en la cocina, las fuentes externas de energía pueden alterar la entropía de un sistema. La tierra recibe energía del sol; Esto es, en teoría, una fuente de energía que podría alterar la tendencia normal hacia el aumento de la entropía.
Donde la entropía es un punto válido respecto a la creación, aplica más en un nivel "percibido" que en un nivel específico. En términos generales, todo en el universo tiende del orden al desorden. Cuando los procesos naturales crean orden, lo hacen de manera caótica o simple. Aquí es donde entra en juego la idea de la complejidad especifica. La observación universal de la humanidad ha sido que el tipo de complejidad que se encuentra en la vida solo ocurre a través de medios deliberados e intencionales. Todas las reversiones observadas de entropía resultan en algo mucho menos complejo, por decir lo menos.
En otras palabras, mientras que las condiciones naturales pueden causar una inversión local de la entropía, la evolución naturalista (sin Dios) requiere una tendencia constante y consistente de elementos que vayan contra la corriente entrópica. Esto no solo va en contra de las observaciones, sino que desafía el sentido común.
Las otras dos leyes de la termodinámica tienen poco impacto en las discusiones sobre la creación. La tercera ley dice que la entropía de un sistema tiende hacia cero cuando la temperatura se acerca al cero absoluto. Es decir que a medida que la energía se elimina por completo, y todo movimiento molecular se detiene, el "caos" del sistema también se disuelve.
La cuarta ley de la termodinámica se llama en realidad la ley "cero", ya que lógicamente precede a las otras tres. Esta ley establece que dos sistemas independientes en equilibrio termodinámico con un tercer sistema están en equilibrio termodinámico entre sí. Esto parece evidente, pero permite definiciones no circulares de temperatura. Antes de principios del siglo XX, los físicos solo hablaban de las tres leyes de la termodinámica, pero cuando se necesitó expresar este concepto en términos objetivos, se denominó "ley número cero" o la ley "cero" de la termodinámica.
En general, la existencia de estas leyes, así como sus implicancias, le da mucho más peso a la idea de un creador y al creacionismo que al ateísmo o al naturalismo puro.
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