1 Pedro 2.1-3

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Introducción:

Escuche esta palabras:
Salmo 119:97 RVR60
97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
Salmo 119:127 RVR60
127 Por eso he amado tus mandamientos Más que el oro, y más que oro muy puro.
Salmo 1:2 RVR60
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Jeremías 15:16 RVR60
16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
¿Qué vemos en estas palabras? Vemos que todas son expresiones de deleite en la Palabra de Dios. En las Escrituras tenemos un maravilloso tesoro y un fuente abundante de consuelo y gozo pero, ¿Porqué no encontramos deleite en la Palabra?
Comenzando este nuevo año de estudio de los días miércoles quiero animarle a que usted valore y ame la Palabra y se proponga, por medio de ella crecer en el Señor.

Desarrollo

1 Pedro 2:1–3 RVR60
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
Contexto imediato:
El apóstol venía instando a los creyentes a vivir una vida de santidad en este mundo siguiendo el ejemplo del Señor y recordando que el Señor les había redimido y que les había hecho renacer por la Palabra de Dios. Por lo tanto venía mostrando la importancia de la Palabra, ella fue la que les hizo renacer, en ella encontraron al Mesías y ella es la que permanece para siempre. Teniendo eso en cuenta él les va a animar y a exhortar a que deseen la Palabra.

1. Lo que es necesario desechar, v.1

1 Pedro 2:1 RVR60
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
Primeramente menciona que hay cosas que es necesario desechar para poder desear la Palabra.
Desechar: quitar algo que es de estorbo o inutil.
Malicia: maldad; engaño; hipocresía, envidias, detracciones: maledicencias.
Estas son cosas que están en nosotros pero deben ser desechadas, no debemos darle valor, es basura que debe ser sacada de nuestra vida. Por eso los autores del nuevo testamento se referían al pecado de los creyentes de esa manera, por ejemplo:
Romanos 13:12 RVR60
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Efesios 4:22 RVR60
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
Colosenses 3:8 RVR60
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
Hebreos 12:1 RVR60
1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Esto nos enseña la verdad de que es necesario quitar aquellas cosas que no están bien para poder desear la Palabra, muchas veces nuestra falta de amor por la Palabra es porque estamos llenos de maldad y no queremos dejarla.
Este mismo sentir lo vemos en
Santiago 1:21 RVR60
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

2. Lo que hay que desear, v.2

1 Pedro 2:2 RVR60
2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
Hay muchas cosas que podríamos pensar que son respuestas que surgen de nosotros a algún estímulo pero la Palabra nos enseña que son mandamientos que debemos obedecer.
Por ejemplo el gozo, a veces pensamos que solo puede venir como una reacción a algo bueno que nos pasa, pero las escrituras nos mandan a gozarnos en el Señor,
Filipenses 3:1 RVR60
1 Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
el amor, se nos manda amar a nuestras esposas no importa como sean,
Efesios 5:25 RVR60
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
Así también aquí se nos dice que el desear la Palabra de Dios es un mandamiento que debemos obedecer.
Desear la Palabra es tener un interés profundo en ella, considerarla como muy valiosa y necesitar estar con ella.
Tiene que ver con el valor que le damos. Y relacionado con el versículo anterior podemos decir que cuando quitamos de nosotros las distracciones del pecado la Palabra comienza a ser más atractiva a nosotros y la deseamos.
Se nos dice que debemos desear la Palabra “como niños recién nacidos”. Esto no quiere decir que los lectores del apóstol fueran inmaduros, mas bien tiene que ver con la actitud que ellos deben desear la Palabra. La deben desear de la misma manera que un niño desea la leche.
Se le llama la “leche espiritual no adulterada” para describir su carácter nutritivo y puro.
Es leche espiritual porque tiene todos los nutrientes que necesitamos, ella nos muestra la verdad que debemos creer para conocer a Dios, experimentar en su gracia y crecer en e conocimiento de él.
Se le llama no adulterada porque ella es pura, no está diluida con agua ni contiene sustancias extrañas. Podemos alimentarnos de ella confiadamente
Interesante esta comparación del creyente con un recién nacido y la Palabra con leche. Un recién nacido no desea carne, ensaladas, banquetes, él solo desea una cosa, la leche. Ese alimento sencillo es lo único que desea, pero esa leche va acompañado del regazo cálido de su madre, de igual modo el creyente no necesita más en esta vida que la Palabra, en la Palabra encuentra el regazo cálido del Padre celestial, ahí encuentra el acogedor hogar celestial donde abunda el gozo la paz, la gracia.

3. Propósito, v.2b

1 Pedro 2:2 RVR60
2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
Esto tiene que ver con el propósito de desear la Palabra.
El propósito es crecer en la Salvación, otras versiones de las Escrituras traducen: “por medio de ella, crecerán en su salvación” (NVI)
Es decir que el creyente se nutre y se va desarrollando en esta salvación que el Señor le ha dado por Cristo.
¿En qué consiste este crecimiento? La Escritura nos da detalles en otras partes sobre esto:
se nos dice que el creyente crece en el conocimiento del Señor,
2 Pedro 3:18 RVR60
18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
crecer en comprender el amor del Señor,
Efesios 3:14 RVR60
14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Efesios 3:17–19 RVR60
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
crecer a la imagen del Señor Jesucristo,
Efesios 4:11–13 RVR60
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
crecer en el entendimiento de la fe y en el amor,
Efesios 4:14–16 RVR60
14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Ahora todo esto es maravilloso pero hay una condición.

4. Condición, v.3

1 Pedro 2:3 RVR60
3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
El apóstol Pedro da una advertencia aquí, una condición necesaria para que todo esto ocurra. Sin cumplir esta condición nunca se podrá desear y experimentar verdaderamente la Palabra.
La condición es haber gustado la benignidad del Señor.
Gustar quiere decir participar, experimentar, en este caso, la benignidad del Señor.
Pero, ¿Qué es esta benignidad?: muchos pensarán que han experimentado la benignidad del Señor porque han recibido algún favor de él, pero esta benignidad es otra, es la obra favorable de Dios obrando para nuestra Salvación,
Romanos 2:4 RVR60
4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
La obra de Dios consiste en concedernos el don del arrepentimiento y la fe en el Señor.
Quien no ha gustado esto no puede realmente desear la Palabra, está muerto, no puede ver la suciedad de su pecado, no puede ver a Cristo y no puede desear la Palabra.

Conclusión:

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