La narrativa del A. T. como pedagogía

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Introducción.

Como creyentes que estamos interesados en entender la educación en un contexto cultural secularizado es necesario que vayamos a la fuente misma de nuestra fe: las Sagradas Escrituras. Solamente en la Palabra de Dios es que podremos entender el propósito de todas las cosas. ¿Qué dice la Biblia sobre la educación? Bueno, el hecho mismo que Dios haya querido revelarse a nosotros por medio de la escritura nos da a entender que la enseñanza, la pedagogía, la educación es algo de lo cual debemos aprender primeramente de Dios. En el presente ensayo examinaremos lo que el Antiguo testamento nos enseña sobre la educación y la pedagogía, para esto primeramente veremos un panorama general de la educación en la narrativa Bíblica para pasar en la segunda parte a definir los principios sobre la educación y la pedagogía que de ahí se extraen.

I. Panorama de la Educacion en el Antiguo Testamento

Podría decirse que la historia del Antiguo testamento parte con una familia en Edén para pasar después a formar una tribu, después un pueblo y finalmente una nación con todas sus leyes y reglamentos. Es en este progreso de la historia del pueblo de Dios que vemos que la pedagogía está siempre presente.

En el jardín de Edén.

En el comienzo de la creación del hombre vemos que Dios comienza su trato instruyéndoles, enseñándoles. Primeramente Dios les da el mandamiento de multiplicarse y de gobernar la tierra, Génesis 1.28. Después que creó Adán y Eva Dios hizo un pacto con ellos, Génesis 2.16-17 (el pacto de obras), en este pacto se les daba libertad de comer de todos los árboles de huerto pero se les prohibía comer del árbol del conocimiento del bien y el mal. Aquí vemos claramente que hay una instrucción de parte de Dios de lo que ellos pueden hacer y no deben hacer, Dios les estaba ya dando su Ley. Justamente por eso se llamaba el árbol del conocimiento del bien y el mal porque el mismo árbol era un recordatorio constante de la Ley de Dios. No necesitaban comer de él para conocer lo que era bueno y lo que era malo, al verlo ya sabían lo que era malo: comer de él. El mandamiento de multiplicarse, de gobernar la tierra y de abstenerse de comer del árbol de la ciencia del bien y el mal constituían la manera en que Dios les estaba enseñando, instruyendo lo que ellos necesitaban saber.

En la vida después de la caída.

Inmediatamente vemos que, después de la caída de Adán, la maldad entró a sus hijos. Caín y Abel van a presentar sus ofrendas de adoración a Dios, Génesis 4.1-5. Sabemos que la ofrenda de Caín, que consistía en vegetales, no fue aceptada por Dios pero la ofrenda de Abel, que consistió en un sacrificio si fue aceptada por Dios, nos preguntamos entonces ¿Cómo sabían Caín y Abel que debían dorar a Dios?, ¿Como sabía Abel qué ofrenda le agradaría a Dios? La respuesta más obvia es que sus padres tenían que haberle enseñado. En Génesis 3.21 se nos dice que Dios les hizo túnicas de pieles y los vistió. En esto aprendemos que Dios Hizo el primer sacrificio por el pecado, esto aprendieron Adán y Evan y esto enseñaron a sus hijos. Vemos que hay un conocimiento que se transmitió de los padres a los hijos.

En la familia de Abrahám.

Cuando Dios iba a destruir a Sodoma decidió contarle esto a Abrahám. La razón de esto se ve en Génesis 18. 19 “Porque yo se que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová”. Abrahám mandaría s sus hijos, es decir les daría una enseñanza autoritaria acerca de seguir al Señor. En esto vemos claramente que había una instrucción de Abrahám para sus hijos.

En el Exodo.

En el Exodo vemos que cuando el Señor instituye la pascua les dice a su pueblo con relación a sus hijos: “Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas” Exodo 12.26-27 También cuando Dios les manda a consagrar a sus hijos les dice en Exodo 13.14 “Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre” En estos dos versículos Dios les enseña que las fiestas y ritos tenían un propósito pedagógico: provocar una pregunta en los hijos para poder así impartirles una enseñanza.

Al llegar a la tierra prometida.

Una vez que pasaron los cuarenta años Dios les enseña a las nuevas generaciones la ley de Dios (Deuteronomio 5) y entonces en el capítulo seis les dice qué debían hacer ellos son sus hijos:
Deuteronomio 6:6–7 RVR60
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Dios les dice claramente que ellos debían guardar la ley en su corazón para después instruir a sus hijos en ella. Era el deber de cada padre instruir a su familia y velar porque ellos anduvieran en el camino del Señor.

En Salmos y Proverbios

En los salmos encontramos muchas veces que se habla de enseñanza, aquí tenemos unos ejemplos:
Salmo 34.11 dice que el Salmista desea enseñar el temor de Jehová.
Salmo 51.13 nos dice que el Rey David enseñaría a los pecadores el camino cuando él fuer perdonado por Dios.
El sabio Salomón compiló miles de dichos de sabiduría y muchos de ellos hablan de la educación.
Proverbios 1.7-9 Exhorta a no despreciar la enseñanza de los padres.
Proverbios 3.11 nos dice que no debemos menospreciar la corrección del Señor.
Proverbios 10.17 nos dice que el guardar la enseñanza es camino de vida y el que la desprecia está cometiendo una error.
Proverbios 22.6 nos enseña que en lo que se enseñe a una persona de niño, en eso se permanecerá toda su vida.
Proverbios 22.15 nos muestra que la corrección del muchacho lo alejará de la necedad.
En estos libros de sabiduría Dios nos muestra el valor de la enseñanza y el gran error que es despreciarla.

En el tiempo de la reconstrucción.

Cuando el remanente de Israel había regresado a Jerusalén el escriba Esdras consideró necesario, después de tanto tiempo, instruir al pueblo en la ley del Señor. En Nehemías 8.1-8 se nos muestra que todo el pueblo se reunió a escuchar la lectura de la Ley y el v.8 dice que “leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” Claramente hay aquí un trabajo de enseñanza, una explicación para que entendiesen lo que se les estaba leyendo.

II. Verdades y principios de la educación en el Antiguo Testamento.

Del panorama del Antiguo Testamento que acabamos de considerar identificamos los siguientes principios y verdades:

La educación se origina en Dios

Vemos en el libro de Génesis que es Dios el que da instrucción al hombre de que se multiplique, que gobierne la tierra y que se abstenga del árbol de la ciencia del bien y el mal. Es Dios el que comienza enseñando. En Dios se origina en la educación por lo tanto de él debemos aprender. Vemos también este principio reflejado en el libro de Deuteronomio cuando es Dios el que les ordena a los padres de familia instruir a sus hijos en la ley de Dios. Por lo tanto al educar estamos cumpliendo el mandamiento de Dios, él nos manda a educar a nuestros hijos en el camino de él y en las obligaciones de la vida tal como le dijo a Adán en el huerto de Edén.

La educación tiene como propósito conducirnos a Dios

Entendiendo que la educación se origina en Dios, el contenido de esa educación debe tener el propósito de conducirnos a él. En el libro de Génesis se nos muestra que los primeros padres educaron a sus hijos en cómo debían adorar a Dios, también vemos a Abraham que mandó a sus hijos que guardaran el camino del Señor, vemos en Exodo que las fiestas y ritos tenían el propósito de recordar las obras de Dios, vemos en Deuteronomio que la enseñanza principal que los padres debían dar a sus hijos era acerca de la ley de Dios, vemos en los salmos que las instrucción tiene que ver con aprender el temor de Dios y vemos que cuando él escriba Esdras leyó la palabra el pueblo fue con el propósito de qué ellos se volvieran al señor. En esto aprendemos que la educación, la cual abarca muchas áreas de la vida, debe estar centrada y enfocada en Dios y debe tener el propósito de conducir a nuestros estudiantes a él.

La educación se da en el contexto familiar

Aunque en las escrituras vemos que Dios estableció a los sacerdotes y escribas como los encargados de enseñar la ley al pueblo, esa responsabilidad era primeramente de los padres, eran ellos los que deben educar a sus hijos. En Génesis tenemos que los primeros educadores fueron padres, como también tenemos al padre Abraham instruyendo a sus hijos, en el éxodo vemos que son los padres los que tenían que explicar a sus hijos el significado de la fiesta del Señor, Deuteronomio vemos que son los padres los que deben guardar primeramente la ley en su corazón para luego explicarla a sus hijos en todo momento y en todo lugar, y en los proverbios Dios nos enseña a valorar la instrucción y corrección de los padres.
Hay un detalle que es importante considerar. En Deuteronomio 6.6 dice "y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón”. Vemos aquí una verdad muy importante: para que los padres pudieran instruir a sus hijos en la ley de Dios primera primeramente ellos debían amarla y guardarla en su corazón, enseñándonos este gran principio acerca de la educación: que nadie puede enseñar aquello que realmente no cree, aquello que verdaderamente no ama.

La educación está acompañada de corrección

Éste principio se puede ver con mayor claridad en el libro de proverbios. En este libro continuamente se nos recuerda que debemos valorar la enseñanza y la corrección de los padres, también se enseña a los padres que es importante corregir a los hijos y que esta corrección los librará de la necedad. Es por tanto la corrección un elemento importante en la educación. Mientras que impartimos el conocimiento necesario para la fe y para la vida tenemos que también identificar aquellas cosas que están mal y para hacer volver a nuestros hijos o a nuestros alumnos al camino del Señor.

Conclusión.

Puedo concluir que las escrituras constituyen el fundamento de la educación y que por ello debemos tener la en alta estima y dedicarnos a extraer de ella la dirección para nuestro trabajo educativo. También puedo decir que debemos enfatizar la importancia de que los padres estén involucrados activamente en la educación de los hijos y que todo lo que tiene que ver con el contenido de la educación debe tener a Dios como el centro y debe estar guiado por la palabra de Dios, supervisado por ella, para que cumpla el propósito de conducir a los hombres a glorificar a Dios y gozar de él para siempre.
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