La Ira de Dios
Introducción
En primer lugar (1:18–32), presenta la depravada sociedad gentil con su idolatría, inmoralidad y comportamiento antisocial.
En segundo lugar (2:1–16), se dirige a los moralistas críticos (sean gentiles o judíos) que profesan tener elevadas normas éticas y que se las aplican a todos excepto a sí mismos.
En tercer lugar (2:17–3:8), se vuelve hacia los judíos que confían en sí mismos, que se jactan de su conocimiento de la ley de Dios, pero que no la obedecen.
En cuarto lugar (3:9–20), engloba a toda la raza humana y concluye con la afirmación de que todos somos culpables y que no tenemos excusa alguna delante de Dios.
Leon Morris, la ira de Dios es la ‘revulsión divina personal ante el mal’ y su ‘vigorosa oposición personal’ al mismo. Hablar así de la ira de Dios es un antropomorfismo legítimo. Pero reconocemos que es solo un tosco paralelo, por cuanto la ira de Dios es absolutamente pura e incontaminada por esos elementos que hacen que el enojo humano sea pecaminoso. Generalmente la ira humana es desinhibida y arbitraria; la ira divina es siempre controlada y se basa en principios. Nuestro enojo tiende a ser un arrebato, incitado por algún resentimiento y en busca de venganza. La ira de Dios es un continuo y sereno antagonismo, incitado solo por el mal, y que se expresa en la condenación del mismo. Dios está completamente libre de animosidad o vengatividad personal; más todavía, lo anima un incontenible amor hacia aquel que lo ha ofendido.
Charles Cranfield hace la siguiente síntesis.
[La ira (orgē) de Dios] no es ninguna pesadilla ocasionada por una furia irracional, descontrolada e indiscriminada. La ira del Dios santo y misericordioso es despertada por, y dirigida contra, la asebeia (impiedad) y la adikia (injusticia) de los hombres
A. La necesidad de la propiciación: La ira de Dios
La realidad de la ira de Dios crea la necesidad de apaciguar esa ira, o de una propiciación. Aunque esa idea es pagana para el liberal, la verdad es que la ira de Dios es una enseñanza clara tanto en Antiguo Testamento como en el Nuevo.
1. En el Antiguo Testamento. Más de veinte palabras diferentes que aparecen cerca de 580 veces expresan la ira de Dios en el Antiguo Testamento (2 Reyes 13:3; 23:26; Job 21:20; Jeremías 21:12; Ezequiel 8:18; 16:38; 23:25; 24:13). En todos los lugares el pecado constituye la razón para la ira de Dios. La idolatría especialmente provoca Su ira (Deuteronomio 6:14; Josué 23:16; Salmo 78:21; Isaías 66:15–17). Los efectos de la ira de Dios incluyeron la aflicción general (Salmo 88:7), pestilencia (Ezequiel 14:19), matanza (9:8), destrucción (5:15), entrega a enemigos (2 Crónicas 28:9), sequía (Deuteronomio 11:17), plagas (2 Samuel 24:1), lepra (Números 12:10), y exilio (2 Reyes 23:26; Ezequiel 19:12).
Las formas de evitar la ira de Dios incluían purgar el pecado (Deuteronomio 13:15–17), arrepentimiento (Jonás 3:7, 10); intercesión (Salmo 106:23; Jeremías 18:20), y la acción misma de Dios en removerla (Salmo 78:38; Isaías 48:9).
La ira de Dios se dirige contra todo pecado humano, la desobediencia, la rebelión y la maldad, que amenazan con frustrar sus propósitos para su creación y su pueblo.
Causas de la ira divina
Desobediencia Is 5:24–25 Ver también Nm 22:22; Jos 7:1; 2 Re 22:13; Sal 78:21–22; Mi 5:15; Zac 7:12; Mr 3:5; Ro 2:5; Ef 5:5–6; He 3:7–12
Pecaminosidad Is 57:17 Ver también 1 Re 8:46; 11:9; 2 Cr 19:2; 32:25; Ef 2:1–3; Col 3:5–6
Apostasía e idolatría Nm 25:3 Ver también Dt 4:25; 9:8; Jos 22:18; 23:16; Jue 2:19–20; 10:6–7; 1 Re 14:15; 2 Re 22:17; Esd 9:14; Jr 7:17–18
Los atributos de Dios que provocan su ira
Es un Dios santo Sal 7:11 Ver también Jos 24:19–20; Jr 10:10
Es un Dios celoso Dt 6:15 Ver también 1 Re 14:22; Sal 79:5; Ez 16:38; Nah 1:2
Es el juez del universo Sal 79:6 Ver también Esd 8:22; Is 34:2; Sof 3:8
También es compasivo y lento para la ira Sal 103:8 Ver también Éx 34:6; Neh 9:17; Sal 78:38; 86:15; Jon 4:2; Nah 1:3
Consecuencias de la ira divina
Muerte y destrucción Dt 9:8 Ver también Éx 15:7; 32:10–11; Nm 11:1–2; Job 4:9; Is 13:5; Jr 32:29
Juicio presente Lm 2:2 Ver también Nm 32:13; 2 Re 13:3; Is 51:20; Ez 7:8; Hab 3:12; Mt 21:12–13
Juicio futuro Is 13:9 Ver también Dn 8:19; Mt 3:7; Ro 2:5
Dios rechaza a su pueblo Jr 7:29 Ver también Dt 31:17; 2 Re 17:18; 23:25–27; Sal 78:59; 89:38; Lm 2:6–7
Ser salvo de la ira de Dios
La ira de Dios puede ser temporal Sal 30:5 Ver también Sal 103:9; Is 54:8; 57:16; 60:10
La ira de Dios no se puede evitar por medios humanos Sof 1:18 Ver también Pr 11:4
Se requiere humildad y arrepentimiento Sof 2:3 Ver también Gn 18:30–32; Dt 9:18–19; 2 Cr 12:7,12; 30:8; Is 64:9; Jl 2:13
La ira de Dios es evitada a causa de su amor por los creyentes Lm 3:22 Ver también Os 11:9
La ira de Dios es evitada a causa de la obra de Jesucristo Ro 5:9 Ver también Jn 3:36; 1 Tes 1:10; 5:9