El Señorío de tu vida, déjalo en las manos de Dios Salmos 119.133
Ps.Roberto Riojas
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Introducción
Introducción
Este salmo es una reflexión sobre la ley, el salmista ve su vida a la luz de ella.
La estructura de los salmos, que era considerado el himnario del pueblo de Israel, están distribuidas en cinco partes:
1 al 41
42 al 72
73 al 89
90 al 106
107 al 150
El autor de este salmo es anónimo
Pertenece al género de sabiduría.
Escrita en forma acróstica
A través de este salmo, el autor expresa sus necesidades.
Algunos lo consideran:
“Las dos caras de la moneda de la santidad”
I La necesidad de que sus pasos sean ordenados.-
I La necesidad de que sus pasos sean ordenados.-
a) El hombre necesita de Dios para lograrlo.
“La debilidad del hombre se convierte en la oportunidad de Dios para ayudarlo.
Jn 15.5; Lc 13.11
Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
b) Nos habla de colocar las cosas en el lugar que corresponden. Mt 6.33
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
c) Dirige mi conducta, con el fin de ser corregido. Pr 14.12; Tit 1.5
El corazón del hombre piensa su camino;
Mas Jehová endereza sus pasos.
“Dios usa su palabra como instrumento de corrección”
No son las buenas obras, ni filosofías, es la palabra que es viva y eficaz
Es como martillo y fuego
Es la que nos conmueve y nos lleva a sus pies. Hch 2.37.
La palabra tiene poder, nosotros al predicar no la hacemos poderosa, somos sus vehículos e instrumentos que usa Dios para su gloria.
Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
“Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero la Palabra de Dios puede romper mi corazón”
II ¿Quién es el Señor de mi vida?
II ¿Quién es el Señor de mi vida?
Señorear = dominar y controlar.
a) El pecado y no una persona.- Desea enseñorearse de nosotros, y eso nos habla de lucha, y del deber que tenemos de velar por nuestra vida espiritual. 1Tim 4.16
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Efesios 4.22-24
Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
b) No se pude servir a dos señores
No trae estabilidad
Nunca traerá crecimiento y madurez
Señal de descuido espiritual
c) Dios pide la primacía
No comparte su gloria
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
III Debo reconocer mi condición espiritual
III Debo reconocer mi condición espiritual
Debo ser humilde
Debo hacer una reflexión
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Dios les bendiga
Ps. Roberto Riojas