Generosidad a prueba de fuego
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Introducción.
Introducción.
Hay quienes piensan que las personas generosas lo son porque tienen dinero para dar y con honestidad pareciera ser así porque siempre tiene algo para dar.
Sin embargo la realidad es otra; la generosidad nada tiene que ver con el dinero o la riqueza. Una persona puede ser muy pobre y siempre ser generosa o con riqueza igual ser generosa. De la misma se puede ser pobre o rico y ser mezquino.
Las escrituras nos enseñan que al dar, hacemos tesoros en el cielo; esta es una gran verdad tan reconfortante que se puede afirmar que este tesoro no está alcance del fisco. Si el gobierno tuviera la posibilidad de cuantificar las riquezas de los cristianos que son generosos, no dudarían en cobrar impuestos a esta riqueza. Nadie te puede robar, nadie te va a cobrar impuestos es la inversión y la riqueza más segura que usted puede tener en esta tierra.
Un hombre muy rico me comentaba lo triste y frustrado que se sentía porque gran parte de su ganancia estaba destinada al pago de impuestos al gobierno.
La 1er prueba: La actitud. ¿Cual es su actitud al dar?
La 1er prueba: La actitud. ¿Cual es su actitud al dar?
“Cada uno de como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” 2 Cor 9.7
Dios evalúa nuestras acciones con base a nuestra actitud.
Reconoce como estamos dando.
No por obligación.
No por lástima.
No por jactancia. (Gn 4.4-5 la ofrenda de Caín)
La actitud correcta: un corazón lleno de amor.
Dios nos dio el ejemplo de dar motivado por el amor; Jn 3.16
Porque Dios es amor, también es dador.
Raramente en las iglesias el tiempo de las ofrendas es un momento de gran regocijo. Parece que las personas se ponen más serias a la hora de dar. Se puede comparar al paciente que espera en la silla al dentista que le va a extraer una muela.
La actitud cambia cuando sabemos a quién estamos dando.
Dios o los hombres.
El fundamento para dar con un corazón lleno de amor es reconocer que el diezmo y las ofrendas las estamos dando a Dios mismo, solamente que a través de los hombres y para beneficio de los hombres.
El primer paso para dar a Dios es darnos a nosotros mismos.
“2 Corintios 8.1-5
2da prueba: La dependencia ¿De quien depende ud?.
2da prueba: La dependencia ¿De quien depende ud?.
“He aquí de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella” Deut 10.14
1er paso para depender de Dios: Reconocer que Dios es el dueño.
Siendo honesto reconocer que Dios es el dueño de todo puede ser realmente difícil principalmente porque nuestra cultura se opone a este principio. Fácil es reconocer intelectualmente que Dios es el dueño de todo lo que poseemos, sin embargo la realidad es que vivimos como si esto no fuera verdad.
Todo lo que nos rodea, los medios de comunicación y a un la legislación nos dice que somos dueños...
Urge un cambio en la manera de pensar:
Ore en los próximos días pidiendo al Señor que le haga consciente de que el es dueño de todo.
Sustituya “mi, mio por suyo o de él”.
Nuestro dar es generoso porque honramos a Dios como dueño.
2do paso: Reconocer que Dios tiene el control.
“Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos” Sal 135.6
El Señor está en control aún de las situaciones difíciles.
Nuestro dar es generoso porque Dios está en control.
3er paso: Reconocer que él es Proveedor.
“Mi Dios pues suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” filip 4.19
El Señor promete proveer para nuestras necesidades. (entiéndase necesidades y no deseos) .
Dios cuida de su pueblo y no depende de una economía prospera para hacerlo.
Dios es tanto predecible como impredecible: Predecible en cuanto a su fidelidad e impredecible en la forma en que suplirá nuestras necesidades.
Nuestro dar es generoso por Dios es nuestro proveedor.
La 3ra prueba: La fidelidad: ¿Es fiel ud en su dar?
La 3ra prueba: La fidelidad: ¿Es fiel ud en su dar?
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes....después de mucho tiempo vino el Señor de aquellos siervos y arreglo cuentas con ellos” Mt 25.14-15 y 19
La fidelidad se base sobre el principio de una buen mayordomía.
El Señor nos pide que seamos fieles sin importar cuanto él nos ha confiado.
Dios nos exige que seamos fieles con el 100% de nuestro dinero no solo con el 10%.
El Señor premia la fidelidad sin importar la cantidad sobre la cual somos responsables.
Alguien dijo: “No es lo que haría si tuviera 1 millón sino que es lo que estoy haciendo con los 10 mil que tengo”