La Gracia de Cristo en la Ley.
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Introducción:
Introducción:
Lo más importante que necesita toda persona y lo que mas necesitamos los creyentes es entender que necesitamos la gracia de Cristo para todo. Y donde generalmente cuesta encontrar la gracia de Dios es en lo que respecta a la obediencia de los mandamientos, cuesta entender que ahí necesitamos y debe estar presente la gracia del Señor también.
He aquí algunos pensamientos equivocados relacionados con los mandamientos de Dios y su deber de obedecerle:
Muchos piensan que pueden ser salvos por obedecer los mandamientos y no confían en la gracia de Cristo para ser salvos.
Por otra parte gran parte de los creyentes piensan que la gracia de Cristo la necesitaron únicamente en el momento de su conversión pero después de eso piensan que todo depende de ellos y su esfuerzo por obedecer la Ley.
Por otro lado hay un error mucho más grave y es el no preocuparse por necesitar de la gracia. Muchos, y en especial de los que se llaman cristianos ni sienten preocupación por su desobediencia y por ello no buscan en la gracia. Los que viven de esta manera corren el grabe peligro de ser falsos creyentes, lo cual es más grave incluso que uno que sabe que no es creyente, este último de alguna manera sabe de su indignidad y puede estar dispuesto a buscar la gracia pero los falsos creyentes ya no buscan la gracia porque piensan que no la necesitan.
Es por todo esto necesario que entendamos que las Escrituras nos muestran de una manera clara que la gracia está presente y es necesaria en los mandamientos.
1. La Ley, al mostrar nuestro pecado nos conduce a buscar la gracia de Cristo.
1. La Ley, al mostrar nuestro pecado nos conduce a buscar la gracia de Cristo.
No fue el propósito de la Ley salvar al hombre si no mostrar su pecado.
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Al mostrar el pecado también nos muestra la necesidad de un salvador.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
2. Necesitamos recibir la Gracia de Cristo primero para luego obedecerle.
2. Necesitamos recibir la Gracia de Cristo primero para luego obedecerle.
Esto se expresa de manera clara justamente cuando Dios le dio la ley a su pueblo.
1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Esto se ve más claramente en el capítulo anterior:
3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Toda esta obra que dios había hecho con su pueblo al liberarles sería una sombra de lo que Dios haría en el futuro. Recordemos que se podría decir que ellos fueron liberados cuando el Señor al enviar la última plaga, la muerte de los primogénitos, les proveyó de un cordero para que sus hijos fueran salvos, eso era imagen de lo que Cristo haría por nosotros:
7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
3. La Gracia de Cristo nos capacita para obedecer la Ley.
3. La Gracia de Cristo nos capacita para obedecer la Ley.
Esto se nos muestra en las profecías que hablaban del nuevo pacto. Este nuevo pacto es el cumplimiento de todo lo que en el antiguo testamento era sombra o se prometía, es el tiempo que estamos viviendo ahora. De este tiempo anunciaron los profetas:
31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Esta es la obra que el Señor hace por los suyos hoy.
Conclusión:
Conclusión:
¿Realmente estás descansando en la gracia de Cristo? ¿Estas seguro que has recibido la gracia de Cristo o todo se trata de tu vano esfuerzo de vivir de una manera decente? Nadie puede recibir la Gracia de Cristo si primero no ha reconocido su indignidad y desobediencia. Por otra parte la vida del creyente se trata de vivir continuamente unido a Cristo, descansando en su gracia. Constantemente debemos consolarnos en la verdad que “él llevó nuestros pecados , considere lo siguientes textos:
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Descansando en su gracia también debemos confiar en su promesa de que él nos capacitará, nos santificará, obrará poderosamente en nosotros de modo que la Ley llegue a ser nuestra forma de vivir y nuestro gozo.
Sea como sea necesitamos hoy venir a Cristo y beber de su gracia. No nos olvidemos que no se trata de nosotros si no de él.
Vengamos a el hoy, pongamos nuestra vida en sus manos y entreguémoste a él toda nuestra desobediencia que su gracia será suficiente para perdonarnos y transformarnos.