Intérpretes del tiempo
El Último Congreso, Mensaje 9 • Sermon • Submitted
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20 Ciertamente les aseguro que ustedes llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Se pondrán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Empiezan a entender
Empiezan a entender
El Último Congreso está llegando a sus etapas finales. Es aquí, en una de las últimas interacciones, cuando los discípulos reconocen que por fin están entendiendo a Jesús.
Cada versículo que Jesús pronunció lleva como fin preparar a los discípulos para cumplir la misión de transformar al mundo.
El objetivo no era hacerlos sentir importantes como si eso fuera un fin en sí mismo, sino hacerles saber que tenían una misión muy importante porque el mundo necesitaba a Jesús y ellos debían anunciarlo.
Este último bloque de enseñanza llevó al máximo la capacidad de comprensión y análisis de los discípulos, pero no les fue del todo fácil entender.
Aquí Jesús les habla de los cambios a través del tiempo. Esto dejó a los discípulos confundidos en un inicio, pero poco a poco fueron comprendiendo.
Jesús está insertando en sus discípulos la capacidad de leer el tiempo, de interpretar los acontecimientos, no a la luz de lo inmediato sino a la luz de los procesos.
Para cambiar al mundo tenemos que ser buenos lectores del tiempo. Esto nos ayudará cuando:
Personalmente estemos viviendo momentos difíciles.
Tengamos que aconsejar a alguien y ayudarle a recuperar la esperanza.
Enfrentemos oposición a la hora de cumplir la misión.
Nuestra mente solo ve castigo en vez de amor.
Alegría y paz (v.24 y 33)
Alegría y paz (v.24 y 33)
En este último bloque Jesús hace mención de dos conceptos que son tesoros por los que se pagan millones de dólares en estos tiempos.
Estos dos tesoros son la recompensa de aquellos que aprenden a leer el tiempo y logran interpretarlo adecuadamente.
Para los cristianos que se mantienen en la misión, aprender a interpretar el tiempo es una necesidad que tiene como resultado el la paz y la alegría.
En un mundo tan atribulado todos buscan la paz.
En un mundo lleno de dolor todos necesitan alegría.
Nosotros no estamos obsesionados con la alegría o la paz porque entendemos que estos son resultado de la madurez, de haber aprendido a interpretar los tiempos.
¿Qué es esto de leer los tiempos? Es poder reconocer las etapas que atravesamos sin permitirnos decaer por lo que pasa en el momento, es tener una visión más amplia de lo que pasa.
Cuando aprendemos a interpretar los tiempos reconocemos una cosa: al final ganamos. Aun perdiendo una batalla, al final ganamos la guerra.
Por eso podemos tener paz y alegría, porque no vemos el efecto inmediato sino el resultado final.
¿Cómo podemos leer los tiempos?
¿Cómo podemos leer los tiempos?
Jesús está retando la capacidad de sus discípulos, los está llevando a ver lo que nunca han visto, a interpretar los acontecimientos del presente no solo a la luz del futuro sino desde la óptica de la eternidad.
Ahora sabemos que es importante interpretar el tiempo para cumplir la misión, para tener alegría y paz. Pero ¿cómo lo hacemos? Jesús nos da algunas pautas:
Dios lo sabe todo
Dios lo sabe todo
19 Jesús se dio cuenta de que querían hacerle preguntas acerca de esto, así que les dijo: —¿Se están preguntando qué quise decir cuando dije: “Dentro de poco ya no me verán”, y un poco después volverán a verme”?
Antes, durante el congreso, ya Jesús les había hablado de la necesidad de confiar en Dios y entregarle a él la vida.
No podemos interpretar los tiempos desde la concepción humana, tenemos que buscar un telescopio que nos ayude a ver más lejos. Ese telescopio es Dios.
Jesús demuestra tener conocimiento de los pensamientos de sus discípulos, sabían lo que carecían y lo que entendían.
Ver el final
Ver el final
21 La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser.
Para ser buenos intérpretes debemos aprender a ver el final.
Jesús usa una ilustración para que sus discípulos entendieran los procesos. Les indica que la alegría al final del parto hace olvidar —mas no evita— el dolor.
Así debemos buscar más allá del presente para comprender el presente.
Si nuestra mirada solo está en los acontecimientos inmediatos nos llenaremos de dudas, dolor y frustración, podríamos perder la fe y creer que Dios nos ha abandonado.
Las emociones son cambiantes
Las emociones son cambiantes
20 Ciertamente les aseguro que ustedes llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Se pondrán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Para ser buenos intérpretes tenemos que desapegarnos de las emociones para que estas no nos arrastren. No me refiero a ignorarlas sino a no dejarse llevar por ellas.
Las emociones son cambiantes. Jesús lo sabía y les dijo a sus discípulos que en un momento estarían tristes y en otro felices. Eso sería parte del proceso.
Las situaciones que ocurren en nuestro presente nublan nuestra vista y nos limita para interpretar adecuadamente lo que Dios está haciendo.
Aprende a pedir
Aprende a pedir
24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
¿Quieres ser un buen intérprete del tiempo? Pide.
Jesús no espera que sus discípulos resuelvan todos los misterios o tengan todo el conocimiento o actúen todo el tiempo con sabiduría. Lo que Jesús sabe es que ellos pueden pedir lo que necesiten y lo van a recibir.
Acudir al Padre que es el todo en sabiduría y conocimiento es la mejor acción que podemos hacer cuando no entendemos algo.
Nuestra mente materialista suele pensar en lo material cuando se trata de pedir pero también se trata de pedir conocimiento y dirección para tomar decisiones.
La declaración final
La declaración final
33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Jesús hace una de las declaraciones más fuertes, profundas y contundentes de El Último Congreso, esta declaración deja claro:
Él lo sabe todo: es omnisapiente. Conoce el tiempo, los procesos, el pasado, presente y futuro.
Él está en todo lugar: es omnipresente. Está en todo lugar en el mundo, no conoce fronteras.
El tiene el control de todo: es omnipotente. Tiene el poder para someter al mundo.
Él, Jesús, fue quien nos comisionó para una misión en la cual está totalmente involucrado, está con nosotros y nos guía.