Introducción a 1 JUan
2 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogadoc para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
13 Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a Él.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifiested, seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es.
3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro.
7 Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y lo que han tocado nuestras manos, esto escribimos acerca del Verbo de vida.
2 Y la vida se manifestó. Nosotros la hemos visto, y damos testimonio y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y se manifestó a nosotros.
3 Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo.
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogadoc para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
2 Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
20 Pero ustedes tienen la unción del Santo, y todos ustedes lo saben.
15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vidac, no proviene del Padre, sino del mundo.
17 El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
3 Y en esto sabemos que lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos.
4 Él que dice: «Yo lo he llegado a conocer», y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
5 Pero el que guarda Su palabra, en él verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en Él.
6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.
Mandamiento sobre el amor fraternal
7 Amados, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que han tenido desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que han oído.
8 Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera ya está alumbrando.
29 Si saben que Él es justo, saben también que todo el que hace justicia es nacido de Él.