EL LLANTO DE JESÚS, PAZ E INCREDULIDAD
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Agradecidos con el Señor por:
La ayuda en la preparación de este sermón 36 de la serie
Por permitirnos conocer más de cerca a nuestro bendito Cristo
Rogar porque nos abra el entendimiento en la predicación de su palabra
Sermón previo, “buen siervo del rey”
Introducción contextual
Introducción contextual
Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
Nuestro Señor se encuentra a poca distancia de Jerusalén, aproximadamente a 1 Km de distancia. El rey se dirigía a su victoria.
Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita. Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
Ahora, la forma en la que trajeron al asno sólo puede atribuirse a la omnisciencia del Señor Jesús, ya que de forma exacta encuentran el animal y al dueño de este, dejando ir al animal.
Y a su paso tendían sus mantos por el camino.
Nuestro Señor es sentado sobre el pollino (asno joven). Hasta ese entonces, muchas personas ya se habían aglomerado donde él estaba y cuando comienza su recorrido, la gente comienza a colocar sus mantos por donde él pasaba, esto solamente sería el inicio de un recibimiento mucho mayor.
Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Una multitud de discípulos (que posteriormente veremos que muchos lo seguían de forma incorrecta) declaran a grandes voces el Señorío y reinado de Jesús, pero el gran error fue creer que Jesús liberaría al pueblo por la vía política y militar los llevó a ser volubles en sus declaraciones, acá los encontramos diciendo:
diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
y luego encontrarlos gritar...
pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!
Ahora, no eran las únicas personas que estaban siguiendo de forma incorrecta al Señor, sino que los fariseos le seguían el paso al Señor con su celo mal fundado
Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
Jesús el bendito salvador responde a los fariseos de forma tal que nuevamente les trae a la mente que ellos no podrían jamás parar el ministerio del Señor Jesús y claramente la voluntad del Padre.
Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
Es en este contexto que llegamos a nuestros pasajes de meditación.
Exposición del texto
Exposición del texto
Desde el monte de los olivos se pueden ver los muros a lo lejos de la ciudad de David, la capital de Israel (la primera vista de un lugar único: mar). Ya nuestro Señor había sanado, liberado y resucitado (ciego Bartimeo, el hijo de la viuda de Nain, el leproso)
Con toda la muchedumbre de gente va llegando a Jerusalén, pero hay algo que afecta al corazón de nuestro Señor, que hace que llore, a saber, La incredulidad del pueblo.
Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.
El llanto de Jesús
La Bienaventuranza para los que conocen el día de paz
El terrible estado de la ceguera espiritual
1. El llanto de Jesús
1. El llanto de Jesús
Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella...
Este relato de las escrituras debiera causarnos un estremecimiento en todo nuestro ser, ya que si el Señor llora ha de ser por algo que es muy triste.
El Señor llora por la ciudad como si fuera un solo hombre, ya que casi en su totalidad en pocos días lo rechazarán y crucificarán. La dureza de su corazón e incredulidad no tendría límites.
Esta porción puede hacernos memoria a Jeremías recorriendo la ciudad destruida y asolada, siendo el pueblo exiliado por idolatría e incredulidad, y no es casualidad que este patrón singular vuelva a repetirse, pero en este caso el Señor Jesús llora con anticipación, ya que el 70 d.C. El emperador Tito asolaría y destruiría la ciudad y el templo, hasta nuestros días.
Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
La Palabra del Señor registra tres momentos en los cuales nuestro Señor lloró, en la resurrección de Lázaro, en esta ocasión y en el huerto de Getsemaní antes de su crucifixión.
En cuanto al llanto del Señor, algunos dicen que lo hizo de impotencia, pero no estoy de acuerdo con ello, mas bien notamos que el Señor lloró porque él conocía los corazones de aquellos que gritaban alabanzas pero no creían nada de eso y él sabía lo que tenían en sus corazones. No sólo eso, sino que la caída de la ciudad será inminente y ni aún así veían que necesitaban sinceramente al Bendito rey que viene en el nombre del Señor.
Aplicaciones
Aplicaciones
¿Realmente eres sensible al sentir del Señor Jesús en cuanto a la incredulidad?
Este asunto es serio ya que muchos hermanos concuerdan que el pecado imperdonable es despreciar el evangelio hasta la hora de la muerte, y este es producto de la incredulidad.
El llanto de Jesús es incomparable con alguno de los nuestros, ya que la incredulidad y necedad del pueblo no era para menos. Pero tuvo que pasar ello para que fuera experimentado en quebranto y venga a ser aquel que secará y enjugará todas nuestras lágrimas.
porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
2. La Bienaventuranza para los que conocen el día de paz
2. La Bienaventuranza para los que conocen el día de paz
¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!...
La ciudad de David no conocía la paz de Dios.
El llanto del Señor Jesús por la incredulidad podría darnos a pensar que toda la ciudad sin excepción era incrédula, pero no, él dice: “Si tu también conocieses”, en otras palabras, “además de mi conocimiento del asunto, hay otros que también conocen” esto es verdad, ya que sus apóstoles y algunos verdaderos discípulos estaban con Él.
Para este punto veremos las dos caras de la moneda:
1. Aquellos que conocen el día de la paz, son los hijos del Señor que en el tiempo aceptable conocieron la paz que podían tener con Dios por medio del Señor Jesucristo
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
El Señor de su sola misericordia es el que se da a conocer, recordemos el caso de cada uno de los apóstoles del Señor, fue el mismo Señor Jesucristo que los llamó y estos siguieron, ese día para esos hombres tal vez atribulados y cansados por los afanes de la vida, es día llego la paz a sus corazones.
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Aplicación
Aplicación
No hay nada más hermoso que tener en nuestros corazones la paz del Señor, pero una paz que nos debe llevar a meditar en sus 2 componentes: El medio pacificador y las implicancias del tratado de paz, pero antes de tratar esos componentes, preguntémonos:
¿Por qué el hombre necesita la paz de Dios?
Porque somo enemigos de Dios, nacemos en ese estado. Enemigos y ajenos a Dios
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
No existe forma humana sola, que pueda producir paz entre Dios y los hombres, ya que estos hombres al pertenecer a la raza de Adán, pecaminosa por generación ordinaria, están destituidos de su Gloria, de su Presencia. De ello la escritura dice que el Señor esta Airado con el impío todos los días de su vida (Salmos 7:11) Es por ello que es necesario un medio o mediador pacificador, el cual aplaque la ira justa del Señor y cumpla con los requerimientos exigidos para el tratado de paz, y ese mediador no es otro que el Señor Jesucristo. Y solo aquellos que lo reconocen como su mediador a través de la fe, pueden ser partícipes de la paz del Señor.
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Las implicancias del tratado de paz son vinculantes a aquellos que son partícipes de la paz del Señor:
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
Aquel que ha entrado en el tratado de paz, en el pacto de Gracia por medio de la sangre de Jesucristo vive de forma tal que espera a su Señor sin mancha e irreprensible.
Estos dos componentes deben ser considerados por aquellos que conocen el día de la paz.
2. Aquellos que rechazan e ignoran la paz del Señor, la paz por medio de Cristo, estos son: los que tienen el corazón endurecido e incrédulo.
3. El Terrible estado de la ceguera espiritual
3. El Terrible estado de la ceguera espiritual
Mas ahora está encubierto de tus ojos...
Jerusalén, había llegado a ser impía ya que la paz del Señor no era relevante para ellos. Se envanecieron en su religiosidad vacía.
Es necesario recalcar, que este estado es producido por el hombre mismo, no por el Señor. El Señor no crea incredulidad en el hombre, simplemente lo deja en su vano razonamiento y no obra en él, en otras palabras, lo deja en lo que “le gusta”.
En ese tiempo los hombres daban grandes voces alabando al Señor Jesús pero no con el fundamento correcto ya que los ojos de la fe no habían sido dados por el Señor, la ciudad casi en su totalidad rechazaría el tiempo de la visitación de Cristo.
Ahora, debemos entender que la revelación del Señor es oculta a todo aquellos que desechan la paz y el día de la visitación
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
El Señor obra ocultando su revelación a los impíos por ser estos soberbios y orgullosos. Esta es la actitud de la mayoría de las personas en la actualidad, según ellos no lo son, pero cuando se les presenta arrepentimiento y sola fe en Cristo desisten.
Aplicaciones
Aplicaciones
Hay personas hoy que viven engañadas, piensan que están en paz con Dios por “su intento de obrar bien” a ellos les digo, desiste de ello, ya que esa no es la forma de tener paz con Dios.
Si tienes un concepto erróneo del Señor Jesucristo, de la paz de Dios, te ruego que te arrepientas. Ya que hoy es el día de la visitación para ti:
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
Si tu esperanza es efímera como la de este pueblo que dio grandes voces diciendo: ¡Bendito, Rey, paz, Gloria! tu alma está en peligro, ya que no dudarás en gritar ¡crucifíquenle, crucifíquenle! cada vez que te “decepciones” de la felicidad terrenal que piensas que trae el evangelio. Te ruego busques la esperanza correcta en Cristo que es: Arrepentimiento de pecados, perdón y vida eterna.
No hay paz para con Dios después de la muerte sin Jesucristo, no hay un versículo en las escrituras que se de la paz en el estado “pos mortem” uno debe conocer la paz del Señor en vida.
¡Mi amigo, el Señor lloró! la incredulidad no es cosa liviana. Ya no seas incrédulo se creyente, creyente en Cristo.
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Por amor a tu alma, conoce el día de la visitación tuya que es hoy, encuentra la paz por medio de Cristo hoy. No seas como este pueblo que de forma efímera se alegró y después crucificó al Señor, busca la paz mientras puede ser hallada y descansa en ella hasta el día de tu muerte.
Doctrina Principal
Doctrina Principal
El bendito Rey Jesús lloró a causa de la incredulidad del pueblo, de aquel pueblo que debía reconocerlo como mesías. Lo hicieron con mantos y palmas y palabras ciertas, pero de forma efímera porque malentendieron la misión real del mesías, a saber, la liberación del yugo del pecado y no del yugo romano. Desecharon la paz de Dios por medio de Cristo Jesús el mesías de Israel. Esto nos enseña a los creyentes que debemos valorar la paz que Cristo compró para nuestra salvación y debe llevar al arrepentimiento a aquellos que ven y hablan de Cristo de forma efímera, ya que sus almas están en peligro.