Aliento en medio del desanimo
Antecedentes
La cautividad babilónica terminó por un decreto de Ciro, el conquistador persa del imperio de Babilonia. Al fin ya no les estaba prohibido a los judíos retornar a su patria
Pero hubo un grupo de unos 50.000 que retornaron con grandes esperanzas bajo la dirección de Zorobabel
Sin embargo, debido a la oposición que tuvieron que enfrentar en su tierra, especialmente de sus vecinos samaritanos, no pudieron llevar a cabo sus planes de reconstruir el templo y restaurar la ciudad.
Al ascender al trono Darío Histaspes, fue revisado y abrogado el decreto que había detenido la obra. Por lo tanto “los profetas Hageo y Zacarías instaron vigorosamente a sus coterráneos a reasumir el trabajo … En consecuencia, se reinició el trabajo de reconstruir el templo”. Este nuevo ímpetu se produjo después de un período de unos 17 años durante los cuales la obra había estado detenida. El ministerio de Hageo debe verse e interpretarse sobre el fondo de esta situación
El desaliento del pueblo v.3
Evidentemente la pobre comunidad de los exiliados que habían vuelto no estaría preparada para duplicar tan extravagante estructura. Sin embargo, Hageo se dirige a Zorobabel, Josué y el pueblo (4), exhortándolos: cobrad ánimo
Las promesas de Dios alientan v.4, 9
“La gloria aquí prometida es primera y más obviamente una gloria material”, dice Perowne, “las cosas deseables, los dones preciosos de todas las naciones”. Pero indudablemente se acerca más a la verdad cuando agrega: “Pero incluye la gloria espiritual, sin la cual el esplendor material carece de valor y es inaceptable a la vista de Dios.”
La segunda promesa daba la seguridad de que el pueblo de Dios tendría seguridad en medio de las convulsiones que sacudían la tierra y las naciones.