Victoriosos en Cristo
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· 47 viewsDios es la fuente de toda victoria, la cual él concede a aquellos que obedecen sus mandamientos y ponen su confianza en él. Este principio es cierto para todos los conflictos de los creyentes, sean físicos o espirituales.
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Dios es la fuente de toda victoria
Dios es la fuente de toda victoria
»Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, está contigo! Cuando te prepares para una batalla, el sacerdote saldrá a hablarle a las tropas y les dirá: “¡Préstenme atención, hombres de Israel! ¡No tengan miedo cuando salgan hoy a pelear contra sus enemigos! No se desanimen ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos. ¡Pues el Señor su Dios va con ustedes! ¡Él peleará por ustedes contra sus enemigos y les dará la victoria!”.
Ver también 2 Cr 20:15; Sal 18:35; 1 Co 15:57; 2 Co 2:14
La victoria es alcanzada por Dios, no por las personas
La victoria es alcanzada por Dios, no por las personas
Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra,
pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
Esas naciones se derrumbarán y caerán,
pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.
Ver también 1 Sm 17:45–47; Sal 44:3–7; Sal 60:11–12; Sal 146:3; Pr 21:31
La victoria debe atribuirse a Dios
La victoria debe atribuirse a Dios
Se entonan canciones de alegría y de victoria en el campamento de los justos.
¡El fuerte brazo derecho del Señor ha hecho proezas gloriosas!
Ver también Éx 15:1; Sal 21:1; 1 Co 15:57; Ap 19:1–2
La victoria depende de la fidelidad
La victoria depende de la fidelidad
Dios concede la victoria a aquellos que le son fieles
Dios concede la victoria a aquellos que le son fieles
Pues tendrás éxito si obedeces cuidadosamente los decretos y las ordenanzas que el Señor le dio a Israel por medio de Moisés. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!
Ver también Éx 23:20–23; Sal 112:8; Pr 2:7
Infidelidad a Dios trae derrota
Infidelidad a Dios trae derrota
Pero Moisés les dijo: «¿Por qué desobedecen ahora las órdenes del Señor de volver al desierto? No les dará resultado. No suban ahora a la tierra. Lo único que sucederá es que sus enemigos los aplastarán porque el Señor no está con ustedes. Cuando enfrenten a los amalecitas y a los cananeos en batalla, serán masacrados. El Señor los abandonará porque ustedes lo abandonaron a él».
Ver también Dt 28:15; Dt 28:25; 2 Cr 24:20
Ejemplos de Dios dando la victoria
Ejemplos de Dios dando la victoria
Éx 17:8–15 a Israel sobre los amalecitas
A Josué en Jericó:
A Josué en Jericó:
Jos 6:2–5; Jos 6:20
Jue 7:15–22 a Gedeón sobre los madianitas; Jue 15:12–19 a Sansón sobre 1.000 filisteos; 1 Sm 7:7–12 a los israelitas en Mizpa; 1 Sm 17:38–50 a David sobre Goliat; 1 Re 18:36–39 a Elías en el monte Carmelo; 1 Cr 11:4–9 cuando David conquistó Jerusalén
Dios es capaz de obrar a través de las derrotas
Dios es capaz de obrar a través de las derrotas
Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas.
Ver también Jue 16:24; Jue 16:30; Ro 8:28; 2 Co 4:7–12; 2 Co 12:7–10
Dios es capaz de alcanzar sus propósitos a través de la victoria los impíos
Dios es capaz de alcanzar sus propósitos a través de la victoria los impíos
Cuando diga de Ciro: “Él es mi pastor”,
sin falta él hará lo que yo digo.
Él ordenará: “Reconstruyan Jerusalén”;
y dirá: “Restauren el templo”».
Esto le dice el Señor a Ciro, su ungido,
cuya mano derecha llenará de poder.
Ante él, los reyes poderosos quedarán paralizados de miedo;
se abrirán las puertas de sus fortalezas
y nunca volverán a cerrarse.
Esto dice el Señor:
«Iré delante de ti, Ciro,
y allanaré los montes;
echaré abajo las puertas de bronce
y cortaré las barras de hierro.
Te daré tesoros escondidos en la oscuridad,
riquezas secretas.
Lo haré para que sepas que yo soy el Señor,
Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.
»¿Por qué te he llamado para esta tarea?
¿Por qué te llamé por tu nombre, cuando no me conocías?
Es por amor a mi siervo Jacob,
Israel, mi escogido.
Ver también Is 41:25; Is 45:13; Ez 33:27–29 Esta es la manera en que Ezequiel explica la victoria de Babilonia sobre Jerusalén; Hch 2:36; Hch 3:17–18