Ordenación - Anciano Gobernante

Ancianos Gobernantes   •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

Hoy es un día muy especial para iglesia, será la ordenación al ministerio de anciano, de nuestro hermano Angelo Scopetta. Todos debemos saber que cuando se esta ordenando a un anciano o a un pastor en la iglesia, estamos siendo testigos de una demostración visible de como nuestro Señor Jesucristo esta reinando a la diestra del Padre y de como esta haciendo esto por medio de su Espíritu y su Palabra que son administrados por ancianos que él da como un don a su iglesia. En Efesios 4:8 dice Pablo que Jesus, Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.... estos dones están detallados en el Vs.11… Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.
De manera que hoy estamos viendo como el Señor esta dándonos un don para esta iglesia, con el propósito de edificarla y hacerla prosperar para su gloria.
Conocí a Angelo hace unos 8 años en una panadería, el me llamo para pedir consejo acerca de algunas dudas que tenía, desde ese día he tenido el privilegio de pastorearle y verle crecer en su carácter y servicio al Señor.
Es mi deber hoy en su ordenación hablar acerca este oficio, las tareas que el Señor le ha encomendado, el carácter que debe cultivar y los deberes que el Señor le demanda a la iglesia para con el.
1 Tesalonicenses 5:12–13 RVR60
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
Esta es una exhortación de Pablo para una iglesia establecida, En su saludo, es claro que Pablo es quien escribe y lo hace junto con Silvano y Timoteo “OS”, ellos fueron sus colaboradores en la plantación de esta iglesia.
Pablo hace un varias recomendaciones a esta iglesia a manera de ruego, entre ellas estan las recomendaciones tocante a las responsabilidades de los ancianos y las responsabilidades de la iglesia para con ellos. Ustedes pueden imaginar este par de lineas siendo leídas en la iglesia, Pablo esta esperando ciertas cosas de los ancianos y esta pidiendo a la iglesia ciertas cosas.
Antes de considerar esto, quiero resaltar 4 cosas importantes:
La primera, es el uso aquí del verbo plural “los que trabajan”, no dice “el que trabaja”… como iglesia presbiteriana nosotros reconocemos que el Señor por medio de sus apóstoles estableció un gobierno plural de ancianos para su iglesia, de hecho cada pasaje en el Nuevo Testamento que habla acerca del gobierno de la iglesia menciona un gobierno plural de ancianos (Hechos 11:30, 14:23, 15:2; 1 Tim. 5:17; Tito 1:5; Sant. 5:14; 1 Pe. 5:1). Ningún pasaje sugiere que alguna iglesia, sin importar lo pequeña que fuera, tenía solamente un anciano u obispo, esto era algo deficiente según Tito 1:5.
Otro punto importante es que los términos obispo (Episcopo), anciano (Presbitero), son intercambiables, un termino de refiere a la sabiduría que deben tener para gobernar la iglesia y el otro termino se refiere a su función como supervisor de la vida espiritual del pueblo de Dios.
El tercer punto es resaltar que la función del anciano es gobernar la iglesia, no creemos en el gobierno de un solo hombre, tampoco creemos en el gobierno de la congregación. Pablo en nuestro texto esta halado de presidir, dirigir, gobernar. Por lo que el cuerpo de ancianos de la iglesia son los llamado a dirigirla o gobernarla, ningún anciano tiene un rango más alto que otro, aunque la iglesia presbiteriana históricamente ha distinguido dentro del grupo de ancianos a aquellos llamados y equipados por Dios para el oficio de la predicación publica y la administración de los sacramentos. 1 Timoteo 5:17 estos son ordenados por la imposición de manos del presbiterio como lo fue 1 Timoteo 4:14 - La diferencia entre el pastor y el anciano radica solo en su función, no en su autoridad. Un pastor no es superior a un anciano gobernante.
Un cuarto punto es que este oficio no es novedoso en el N.T. Los primeros ancianos fueron nombrados por Moisés para enseñar y juzgar a los hijos de Israel ( Éxodo 18). A lo largo del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios estaba representado y gobernado por ancianos que se sentaban a las puertas de la ciudad y enseñaban en las sinagogas.
Filipenses 1:1 Aqui tenemos pues una iglesia establecida con ancianos (gobiernan) y diáconos (Sirven). Este era el caso de la iglesia de Tesalonicenses.
Ahora estamos listos para considerar las tareas de estos ancianos, que espera el Señor de ellos, Pablo dice que estas personas son:
Los que trabajan entre la iglesia, presiden y amonestan. Estas son las tres labores que se esperan de ti hermano Angelo, tu trabajo como anciano implica liderar con tu trabajo y amonestación.

1. Trabajar

¿Cual es tu trabajo según la escritura?:
“Tu trabajo obra es la edificación de la iglesia Hechos 20:28, la salvación eterna de las almas 2 Tim 4:5, la restauración del mundo Col 1:28, en resumen, tu trabajo tiene que ver con la extensión del reino de Dios en Cristo”. Y eso es todo lo que se espera de ti.
Calvin comenta, “No es cosa fácil representar al Hijo de Dios, en una tarea tan grande como erigir y extender el Reino de Dios, cuidar la salvación de las almas que el Señor mismo se ha dignado comprar con Su propia sangre, y gobernar la Iglesia, que es La herencia de Dios.
Angelo, si esto no hace que te humilles ante Dios por tu encargo, nada lo hará- No es glorioso que hayamos sido llamados para este trabajo. Piensa en esto, Dios podría haber hecho este trabajo solo sin nuestra ayuda, pero en Su bondad, Él nos usa como hombres débiles, pecadores y falibles, para hacer una obra que es mucho más gloriosa que nosotros y que esta por encima de nuestras fuerzas. Alabado sea el Señor.

¿Como hacemos esta tarea?

Pablo usa la palabra “trabajan” que significa un trabajo arduo, que requiere un gran esfuerzo y produce agotamiento, Pablo uso este verbo en conexión con el rabajo manual de los agricultores que plantan, aran y cosechan (1 Co. 4:12; Ef. 4:28; 2 Ti. 2:6; cf. el nombre en 1 Ts. 1:3; 2:9; 2 Ts. 3:8), este es como un trabajo de parto que produce dolor Galatas 4:19, que requiere la disciplina de un atleta y el compromiso de un soldado para con el Señor. (Ro. 16:12 dos veces; 1 Co. 5:10; Gá. 4:11; 1 Ti. 4:10; 5:17). Spurgeon una vez dijo: "Me muero de trabajo y oro para vivir de nuevo".
Calvino anoto lo siguiente comentando el pasaje: "De esto se sigue que todos los vientres ociosos están excluidos del número de ancianos", este ministerio no es pues para hombres perezosos. Que este sea un distintivo de nuestro servicio a esta iglesia. Que nadie piense que no estamos trabajando en nuestro deber con gozo.
Si este es un deber, entonces trabaja duro.

2. Liderar o Presidir en el Señor

Esta palabra tiene que ver con tener autoridad sobre alguien, cuidando, ayudando, guiando, pastoreando.
Esta tarea tiene que ver con supervisar como “obispo”, cuyo significado literal es pararse frente al rebaño para conducirlos en el camino de la justicia
Es el deber de un anciano velar o cuidar del bienestar eterno de las almas de una congregación. De esto se trata presidir como dice Pablo en Hechos 20:28 se trata de aparentar la grey de Dios, debemos hacerlo en el Señor- según su consejo, sabiendo que no son nuestras ovejas, por eso se nos advierte en Pedro que no debemos liderar como teniendo señorío del rebaño 1 Pedro 5:1-4 sino siendo ejemplo. Para esto debemos poner nuestra mirada en las cosas eternas, no en las cosas temporales, debemos cuidar del destino eterno de la iglesia y del bienestar eterno de cada hermano.
Habrá un día en que estaremos como ancianos delante del Señor Jesús quien gano con su sangre a cada persona de la iglesia y el nos pedirá cuenta de lo suyo. Dios nos ayude a estar en pie ese día sabiendo que gastamos nuestra vida siendo fieles a este llamado.

3. Debemos amonestar

Esta palabra puede entenderse como instruir, enseñar. Noten que no tiene que ver con regañar. Claro que implica confrontación, pero no como un regaño, sino como lo está haciendo Pablo aquí, como rogando “Les ruego” es confrontación con un tono fraternal, con un tono humilde, esto lo hacemos sabiendo que nuestra autoridad se deriva de la palabra de Dios.
Por esto quiero animarte Angelo, que seas un hombre del libro, que conozcas bien la escritura y el evangelio. Es tu deber amonestar solo con ella, y hacerlo en amor, con el ánimo de consolar, edificar, animar, instruir, proteger y guiar. La escritura es nuestra autoridad, no tenemos autoridad fuera de ella. Solo por medio de ella Dios ha dado un cuerpo de doctrina para salvarnos y santificarnos 1 Tim 4:16. - 2 Tim 3:16-17
Angelo, procura que nuestros amigos y hermanos en Cristo, sepan que creemos cada palabra de este Libro, y que estamos listos para vivir y morir por él.
Espero que puedas recordar tu labor como anciano en esta iglesia, debes liderar con trabajo y enseñanza.
Nuestro libro de orden dice: “Los ancianos gobernantes, individual y colectivamente con el pastor en el consistorio, deben dirigir la iglesia en el servicio de Cristo. Ellos deben cuidar diligentemente sobre el pueblo encomendado a su cargo para prevenir la corrupción de la doctrina o de la moral. Los males que no pueden corregir por la amonestación privada deben traerlos a la consideración del consistorio. Deben visitar al pueblo, especialmente a los enfermos, instruir a los ignorantes, aliviar a los que están en luto, y alimentar y proteger a los niños del pacto. Deben orar con y para el pueblo. Deben tener preocupación particular por la doctrina y la conducta del ministro de la Palabra y ayudarle en sus trabajos.

¿Que requisitos deben tener los que desempeñan esta tarea?

La primera calificación abarca todas las demás:
El supervisor debe ser irreprensible (v. 2). 1 Timoteo 3:2. Debe estar libre de pecados escandalosos. Su integridad debe estar fuera de toda duda. Para ser irreprochable, debe ser:
Marido de una sola mujer: es decir, sexualmente puros. Los griegos y los romanos de la época de Pablo toleraban el pecado sexual grave. La poligamia era practicada tanto por griegos como por judíos. El matrimonio estaba siendo socavado en este entonces por divorcios frecuentes, adulterio generalizado y homosexualidad - nada diferente a nuestro tiempo. En medio de esta cultura Dios quiere que los líderes de la iglesia sean ejemplos vivos del matrimonio bíblico: entre un hombre y una mujer en un pacto de amor hasta la muerte. Ser fiel a los votos matrimoniales incluye evitar las relaciones íntimas con otras mujeres. Los pastores y ancianos sabios no aconsejan a las mujeres solas o en privado.
Sobrio: atento, despierto, alguien que puede ver las necesidades espirituales y puede advertir a otros sobre los peligros, esto es necesario para proteger a la iglesia del error. Es un hombre que tiene una verdadera cosmovisión.
Prudente: Tiene que ver con la toma de decisiones, debe ser sensato, con un juicio equilibrado, que sopese sus decisiones cuidadosamente sabiendo que cada decisión que tome puede repercutir en el futuro de la iglesia. e manera que no debe ser movido por las tendencias del momento, sino por la sabiduría de la palabra de Dios. Estamos edificando para futuras generaciones. Esta palabra implica tambien la capacidad de controlar sus apetitos, ¿Cómo podré gobernar a los demás si no tengo pleno poder y dominio sobre mí mismo? debe ser pues apto para enseñar a otros.
decoroso o respetable, alguien ordenado y educado. Una persona que nos es dada al vino (o a la embriaguez) 1 Timoteo 3:3
No pendenciero, sino amable: No puede ser alguien que intimide a la gente con su actitud violenta. No se puede confiar en hombres que abusan verbal o físicamente de las ovejas de Dios. Deben ser pacificadores, alguien dijo que: La verdadera fortaleza de un hombre radica en la dulzura. Por supuesto, un anciano debe ser firme cuando reprende el pecado. Cuando los ancianos carecen de valor para confrontar, la iglesia pierde su convicción. Pero debe ser amable. Debe vivir entre el pueblo de Dios como un tierno pastor. Debe ser comprensivo con los débiles y compasivo con los heridos. Cuando los ancianos discuten el ministerio de la iglesia, necesitan expresar sus opiniones porque las mejores decisiones surgen de discusiones. Pero esto nunca debe hacerse con espíritu contencioso.
Un anciano tampoco debe ser amante del dinero: desde los días de los apóstoles, algunos hombres han tratado de usar el ministerio para obtener ganancias económicas (1 Timoteo 6: 5 ). La codicia llevó a la corrupción de la iglesia medieval. En nuestra época, el amor al dinero ha hecho que muchas iglesias caigan en vergüenza publica. Hebreos 13:5 El antídoto para la codicia es la alegría. Las personas codiciosas siempre están pensando en lo que les falta. A los que están contentos no les falta nada. En cierto modo, como tienen todo lo que necesitan, son tan ricos como si poseyeran el mundo entero. Debido a que los ancianos están contentos, cuando se trata de dinero, pueden tomarlo o dejarlo.
Hospedadores: La hospitalidad siempre ha estado entre las más altas virtudes cristianas. Cualquiera que recibe a un extraño es como Abraham, que hospedaba ángeles (Gén. 18; Heb. 13: 2). Todos los cristianos deben ser buenos anfitriones. Sin embargo, en los días de la iglesia primitiva, la hospitalidad era necesaria para la propagación del evangelio. “Porque en aquellos días no había hoteles comparables a los que conocemos, y las posadas junto a la carretera eran escasas, sucias, inseguras y desagradables”
Apto para enseñar: debe estar “capacitado por la educación y el poder moral para impartir la sana enseñanza cristiana en oposición a los muchos falsos maestros” .18 Un anciano debe tener sabiduría, dice Calvino, “para saber cómo aplicar la palabra de Dios en beneficio del pueblo. Los ancianos enseñan clases de escuela dominical y estudios bíblicos en el hogar. Enseñan siempre que discipulan, evangelizan o hacen visitas pastorales. Para todos estos deberes, los ancianos gobernantes deben poder enseñar.
Debe administrar bien a su propia familia y asegurarse de que sus hijos le obedezcan con el debido respeto - 1 Timoteo 3:4 La vida familiar de un anciano debe ser ejemplar. La palabra para administrar ( proistamenon ) tiene dos significados. Uno es supervisar o dirigir los asuntos , como se traduce más tarde (5:17). El otro significado es nutrir o preocuparse. La paternidad reúne ambos aspectos. Ejercen su autoridad espiritual tanto gobernando como cuidando.
¿Qué significa para el anciano debe tener hijos que le obedezcan? Casi parece que se supone que el hombre debe gobernar a su familia por la fuerza. Pero, por supuesto, la obediencia nunca puede ser coaccionada porque es un asunto del corazón. Todo lo que el versículo dice en realidad es "tener hijos en obediencia".¿Cómo se vuelven obedientes los niños? La forma de hacer que los niños sean obedientes no es controlarlos o manipularlos, sino respetarlos. Esto significa ser justo, consistente, comprensivo y misericordioso. Un padre que trata a sus hijos con respeto se ganará su respeto. Para cambiar esto, un hombre cuyos hijos lo respeten debe ser un buen padre, que es exactamente lo que la iglesia está buscando. Un hombre que cuida bien a sus propios hijos está dispuesto a cuidar de todos los hijos de Dios. Él ya sabe cómo instruir, nutrir, disciplinar y lidiar con paciencia con la rebelión. Si alguien no sabe cómo administrar su propia familia, ¿cómo puede cuidar de la iglesia de Dios? (v. 5) La pregunta es retórica. Obviamente, un hombre debe tener su propia casa en orden antes de poder mantener la casa de Dios en orden.
No un Neofito 1 Timoteo 3:6 Pablo llama neófito a un cristiano recién bautizado, que significa literalmente "nuevo crecimiento" o "recién plantado (una planta que no soporta el invierno)". Un nuevo cristiano no está listo para supervisar la iglesia. Todavía no ha soportado el invierno de la dificultad espiritual. Este ministerio no es para principiantes. Como Pablo dirá más tarde, 1 Timoteo 5:22. Los nuevos conversos crecen tan rápido en la vida cristiana que se sienten tentados a despreciar a los demás. Sin embargo, el orgullo es el rasgo de carácter más peligroso de un ministro, que debe ser el servidor de todos. Una iglesia gobernada por neófitos probablemente terminará en una niebla teológica.
Buen testimonio con los de afuera 1 Timoteo 3:7 Los ancianos tienen un papel público en la comunidad. A menos que sus vidas hablen por sí mismos, nadie escuchará lo que tienen que decir. Si la gente no piensa muy bien de los líderes de una iglesia, no pensarán muy bien de la iglesia. La iglesia ya tiene suficientes críticos y detractores sin poner a hombres escandalosos en su liderazgo.
Estas calificaciones terminan indicando un peligro, Satanás. Si los nuevos conversos se apresuran a ocupar un cargo, pueden caer bajo el mismo juicio que el diablo (v. 6). O un anciano con mala reputación caerá en desgracia y en la trampa del diablo (v. 7).
Cuando la iglesia hace una mala elección de los ancianos, siempre existe el peligro de que caigan en un comportamiento diabólico. Como Satanás, un anciano puede volverse orgulloso. Entonces, como Satanás, estaría sujeto a la maldición de Dios sobre los arrogantes y rebeldes. O un anciano puede caer en una trampa tendida por Satanás. Como un pájaro desprevenido, puede caer en la trampa del cazador.
Llegamos a una conclusión obvia: Satanás quiere atrapar a los ancianos de la iglesia. Esta es una estrategia militar básica. En verdad, es el truco más antiguo del libro. Satanás lo ha estado usando desde los días de Adán. La mejor forma de derrotar a un ejército es atacar a su mando y control. ¿Qué mejor manera de frustrar los planes de Dios para la iglesia de Jesucristo que derrocar a los ancianos que él ha designado para dirigirla?Considere cuán efectivo ha sido Satanás en los últimos años para dañar el oficio de anciano. Primero, muchos ministros han caído en pecados graves. Cuando un ministro es deshonrado, su ministerio es deshonrado. De hecho, toda la iglesia de Jesucristo queda en descrédito cada vez que un ministro comete un pecado escandaloso.
Estas menciones del diablo son un recordatorio para que los superintendentes estén en guardia. Cuidado con la tentación. Viva por encima de cualquier reproche. Use buen juicio. Practica la hospitalidad. Defiende la sana doctrina. Sea pacífico. Cuida de tu familia. Resiste al diablo y él huirá de ti ( Sant. 4: 7b).Este es también un recordatorio para que todos los cristianos oren urgentemente por los ancianos de la iglesia. Están sujetos a la guerra espiritual más intensa de todas.

¿Cual es deber de la Iglesia para con sus ancianos?

Pablo amonesta a la iglesia para que los reconozca, esto no quiere decir solo distinguirlos y saber quienes son, sino que:
1. Los miembros de la iglesia deben reconocer la autoridad de sus pastores: Ellos tienen una autoridad delegada por Cristo. Debemos reconocer esa autoridad y actuar en consecuencia. Eso no es algo opcional, noten la orden: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (He. 13:17).
Problemas que tenemos para someternos:
Nuestra resistencia para someternos a la autoridad, por causa del pecado que todavía mora en nosotros. La esencia del pecado no es otra cosa que rebeldía, una resistencia a someternos a la voluntad de otro, incluyendo la voluntad de Dios mismo (esa fue la tentación del diablo a nuestros primeros padres: “seréis como Dios”.
Los líderes a los cuales debemos someternos no son perfectos. Dios hubiera podido enviar ángeles para que pastorearan la iglesia, pero quiso enviar hombres, hombres con debilidades que tienen que luchar con sus propios pecados; hombres que cometen errores, que se cansan.
El individualismo de nuestra época. No reconocemos que nos debemos a otros; y eso afecta la iglesia, muchos que profesan ser cristianos no quieren que nadie se meta en sus vidas. “Es mi libertad cristiana; es mi relación con el Señor; es mi ministerio”. Ese es el espíritu de la generación en que nos ha tocado vivir. Pero el mandato de He. 13:17 sigue tan vigente hoy como hace 2,000 años: “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos”.
OBEDECER: en el texto íntimamente relacionados entre sí. La palabra “obedecer” significa lit. “dejarse convencer con argumentos”, “ser persuadidos”, en este caso de la enseñanza fiel de la Palabra de Dios.
Y eso es algo que los mismos pastores deben distinguir con claridad. Muchas veces tenemos que dar consejos en asuntos que son neutrales, donde hay varios cursos de acción que son legítimos. En tal caso el hermano o la hermana es libre de seguir o no el consejo pastoral. Pero cuando se trata de un claro mandato de la Palabra de Dios, la obediencia no es opcional.
Pero no sólo se trata de obedecer, sino también de sujetarse a ellos; en otras palabras, reconocer la autoridad que ellos poseen en lo tocante al gobierno de la iglesia, aún en situaciones en las que no estamos de acuerdo (siempre y cuando estemos hablando de cosas neutrales que no viole nuestras conciencias).
Lo que se requiere de los miembros no es una obediencia mecánica, sino el tipo de trato que damos a una persona a la que queremos honrar, Pablo dice en nuestro texto, que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra.
¿Como pueden amar y estimar a sus ancianos por causa de su labor?
Sean considerados con ellos en razón de su trabajo arduo. Respete su llamado y preocúpense por ellos y sus familias, tráteles con cariño, recíbanles en casa en razón de su oficio (visitación).
Dando evidencia de que realmente su exhortación no la tomamos en balde (1Ts. 2:19-20).
Andando en la verdad que nos enseñan (3 Jn. 3-4; 1Ts. 3:6-9).
Cultivando y preservando la paz de la iglesia (Fil. 2:1-2).
Luchando con él en oración (Rom. 15:30
Manifestándoles amor y aprecio por su labor (2Cor. 7:5-7 ; He. 13:24).
Dándoles el beneficio de la duda en las decisiones que toman (1Cor. 13:7 – eso no quiere decir que no podemos estar en desacuerdo con las decisiones de los pastores o que no debemos expresarles nuestros desacuerdos, pero debemos estar siempre dispuestos a poner lo mejor de nosotros para ayudar en la edificación del cuerpo de Cristo siguiendo su dirección cuando no contradice nuestra conciencia).
Habiendo visto el trabajo de los ancianos, el carácter que el Señor demanda de ellos y la responsabilidad de la iglesia para con ellos.
Oremos por la ayuda del Señor y procedamos a la ordenación de nuestro hermano.
...............
Después de haber dado a conocer a la congregación el nombre de Angelo Scopeta para el cargo de anciano, y no habiéndose presentado nadie con alguna objeción válida en contra de el, en el nombre del Señor procederemos ahora a su confirmación.
El Apóstol dice: "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente aquel/os que trabajan en predicar y enseñar".
Angelo, recuerda que hay dos clases de ancianos, unos que trabajaban en predicar y enseñar, los pastores, quienes proclamaban el Evangelio y administraban los sacramentos; otros que, juntamente con los pastores, cuidaban del gobierno y la buena administración de la Iglesia.
Aunque los dos cargos son distintos, los ancianos cooperan con los que predican la Palabra. Y es conveniente que sea esto así, pues cooperando éstos, juntamente con los que ministran la Palabra, en el gobierno de la congregación, se evita el gran peligro de que ésta caiga bajo la tiranía o dominio de una persona. Los ministros de la Palabra y los ancianos constituyen, pues, el consejo eclesiástico que representa a toda la congregación. Y es así como hemos de entender las palabras de Mateo 18, donde Cristo dice: "... dígalo a la iglesia". Aquí el Señor Jesús no se refiere a cada miembro de la congregación, sino a los que han sido llamados a gobernar la Iglesia “Sus representantes”.
Recuerda que tu cargo de anciano implica:
En primer lugar, y juntamente con los ministros de la Palabra, vigilancia espiritual sobre los miembros de la congregación que ye han sido confiados. Los ancianos han de velar para que todos se comporten cristianamente en doctrina y práctica. A tal fin, amonestarán a los que no guardan las normas de la Iglesia, cuidarán de la ortodoxia en la predicación y en la observancia de los sacramentos, aplicarán las normas disciplinarias cuando sean necesarias y admitirán en el seno de la Iglesia a quienes se conviertan y confiesen su fe en Cristo el Salvador.
En segundo lugar, el cargo de anciano implica el tener cuidado de que todas las cosas en la Iglesia sean hechas decentemente y con orden, tal como amonesta el Apóstol. Los ancianos han de velar, también, para que sólo aquellos que han sido llamados y elegidos según las normas de la Iglesia, ocupen cargos en la misma.
En tercer lugar, los ancianos han de velar para que en todo momento la enseñanza y vida de los pastores sean de provecho, bienestar y edificación para la congregación; y al mismo tiempo han de vigilar para que no se introduzcan herejías en la Iglesia. Por consiguiente, los ancianos están bajo la obligación de examinar con solicitud la Palabra de Dios y ejercitarse continuamente en la meditación de los misterios de la fe.
Y ahora, amado hermano, para que todos los presentes sepan que estás dispuesto a aceptar los cargos a los que haz sido llamado, po responde a estas preguntas:
¿Creéis que verdaderamente has sido llamados por la congregación --y por ende por Dios mismo--, a estos sagrados ministerios?
¿Aceptas las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos como la única Palabra de Dios y completa doctrina de salvación, y rechazas toda enseñanza que le sea contraria?
¿Prometes desempeñar tu cargo de gobierno con fidelidad y según la medida de tus fuerzas y prometes comportarte piadosamente y en sumisión a la disciplina de la Iglesia?
Respuesta: Sí
El Dios y Padre Omnipotente te dé la gracia para que puedas llevar a término tus deberes y obligaciones y desempeñas con bendición tu cargo.
Angelo, te encargo como anciano, que --juntamente con los ministros de la Palabra-- seas fiel en el gobierno de la congregación que te ha sido encomendada. Sed como atalaya de la casa de Dios: amonestando y advirtiendo a los miembros de la misma de los peligros en torno a ellos. Cuida de la pureza doctrinal y de la piedad de vida en la congregación de Cristo. Pastoread y velad por la grey de Dios, no como ejerciendo dominio sobre la misma, mas como ministro de Cristo, siendo ejemplo en todo y para todos.
Te encargo, que seas fiel en el desempeño de tu cargo; manteniendo con pura conciencia el misterio de la fe; se ejemplo digno a toda la congregación. Si así lo haces, recibirás el debido respeto y aprobación de los que son de la fe, y un día entraras en el gozo de tu Señor.
Les encargo a ustedes, miembros de la congregación, que reciban a este hermano como siervo y ministro del Señor. Denle el debido respeto y honor, sometiéndose a él con agrado. Que Dios nos conceda a todos la gracia de ver en los ancianos el ministerio de la soberanía de Cristo, nuestro Rey. Haciendo esto, cada uno recibirá del Señor la recompensa de la justicia.
Oración
Dios y Padre celestial, gracias te damos porque para la edificación de tu Iglesia te ha placido levantar en ella, además de los ministros de la Palabra, ancianos a través de cuyo ministerio pueda ser preservada en paz y prosperidad la Iglesia.
Te imploramos, ahora, llenes de tu Espíritu a Angelo y le colmes más y más de los dones necesarios para su ministerio; concédele sabiduría, ánimo, bondad, discreción, simpatía para con todos, y todo cuanto sea necesario para el desempeño de su cargo, a fin de que, apartando los lobos del rebaño de tu amado Hijo, pueda mantener con diligencia la sana doctrina; y para que, amonestando a los que andan desordenadamente, puedan preservar la disciplina en la Iglesia.
Otórgale tu gracia, para que pueda perseverar en su ministerio y no sea vencido por la adversidad, el dolor o la persecución del mundo.
Concede tu gracia a la congregación de un modo especial, a fin de que voluntariamente se someta a las buenas exhortaciones de los ancianos y les tenga en honor y estima por razón de su cargo.
Y así, todos cumpliendo su tarea, puedan engrandecer tu santo nombre y hacer que venga y se extienda el reino de tu Hijo Jesucristo, en cuyo nombre oramos.
Amén.
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