La Perseverancia del Cristiano
La perseverancia del cristiano en condiciones de persecución como señal del fin de los tiempos. Qué significa perseverancia, cómo se persevera en el camino del Señor.
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
5278. ὑπομένω jupoméno; de 5259 y 3306; quedarse bajo (detrás), i.e. permanecer, quedarse; fig. resistir, i.e. soportar (pruebas), tener entereza, perseverar:—padecer, perseverar, quedar, soportar, sostener, sufrido, sufrir.
PERSEVERAR Acto de mantenerse constante en algo, o de insistir en la práctica de una doctrina o en el cumplimiento de un deber.
significa una continua permanencia en algo
15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
14Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
12Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
Pablo asegura que Dios concede “vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Ro. 2:7).
31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
1Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Pablo pregunta de modo retórico: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”. Entonces contesta su propia pregunta: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 8:35, 37–39).