Sin temor
Al leer la historia vino a mi espíritu la pregunta ¿Cómo los hijos debemos enfrentar los “hornos” a los que entramos o somos lanzados para poder cumplir la asignación divina?
Algo importante que debemos entender es que los hornos ya están encendidos, solo esperan por ti. jejej
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego contestaron:
—Oh Nabucodonosor, no necesitamos defendernos delante de usted. 17 Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su Majestad; 18 pero aunque no lo hiciera, deseamos dejar en claro ante usted que jamás serviremos a sus dioses ni rendiremos culto a la estatua de oro que usted ha levantado.
La realidad es que Dios no los salvó del horno sino que los sostuvo en el horno, caminó con ellos en el horno.
De algo estoy seguro de estos tres jóvenes, probablemente sintieron temor. ¿Quién no siente temor a lo desconocido o al dolor?
15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos;a herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
7Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
26 Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de miedo, clamaron: «¡Es un fantasma!».
27 Pero Jesús les habló de inmediato:
—No tengan miedo —dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!110