Evidencias de un crecimiento sano

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Ahora la iglesia ha sido bendecida con lo necesario para que crezca correctamente, hasta llegar a la misma medida de Cristo.

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Introducción

[Presentar el video]
Realmente es algo muy emocionante disfrutar de una buena orquesta. Uno puede observar la habilidad que tienen. Pero quiero preguntarles, ¿Notaron que cada instrumento tenía un papel que jugar muy importante? Les puedo asegurar que si se retirara un solo instrumento, la orquesta quedaría incompleta. A pesar de que las flautas, los chelos, violines y trombones tengan cada uno un sonido distinto al otro, en la música es increíble que puedan unirse para formar algo tan hermoso.
Lo mismo ocurre en la Iglesia. Vimos en Efesios 3.10 que la Iglesia es un despliegue de la Infinita Sabiduría de Dios al unir lo que naturalmente no podría unirse. Y, como mencioné la semana pasada, Efesios 4-6 están enfocados en el aspecto práctico de la teología, por lo que la pregunta que nos hicimos en Efesios 3, ¿cómo podemos vivir en unidad entre nosotros? Pablo responde esta pregunta en los versículos que estudiaremos el día de hoy:
Efesios 4:11–16 LBLA
Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Creo que este es uno de los pasajes más increíbles para hablar acerca de la iglesia. Sin embargo, al igual que muchos otros pasajes, se han mal entendido y los han usado para enseñar cosas equivocadas. Y hoy día existe un mal concepto de “Iglecrecimiento” que muchas iglesias han adoptado y enseñado. Se piensa que un el crecimiento de una iglesia está relacionado con el número de bancas llenas en cada servicio; o por el número de ministerios, o por los programas que tienen para jalar a la gente. Por tal motivo, he puesto como título al mensaje de hoy: Evidencias de un crecimiento sano.
Pero mi intención esta mañana es que puedas entender que la iglesia ha sido bendecida con lo necesario para que crezca correctamente, y por lo tanto es nuestra obligación involucrarnos activamente en el crecimiento adecuado de la Iglesia.
¿Cómo podemos saber que nuestra iglesia está creciendo de una manera saludable?
Vamos a ver 2 Evidencias que demuestran que una iglesia está creciendo saludablemente.

El buen funcionamiento del liderazgo (v.11-12)

Efesios 4:11 LBLA
Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,
Recordemos lo que hablamos la semana pasada, nuestro Señor, el que descendió a lo más profundo de la tierra, y que después ascendió, “dio dones a los hombres” (Ef.4.8), ahora Pablo se encarga de explicar algunos de esos dones que el Señor otorgó a Su iglesia: “los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros”. Pero antes de pasar a definir cada uno de estos oficiales, es necesario aclarar tres aspectos:
Estamos hablando de oficios dentro de la Iglesia, roles o ministerios que el Señor ha establecido. Notemos que dice “Él mismo”, es decir, Jesús. Es Jesucristo quien ha establecido los medios por los que Su Iglesia va a crecer (cf. Mt.16.18).
El tiempo en que Pablo está escribiendo es (gr.) aoristo. Es decir, una acción que inició y terminó. Puntual. Sin efectos ni continuación. Así como inició, terminó la acción. Esto es necesario de aclarar, porque muchas personas utilizan este versículo para fundamentar doctrinas extrañas.
La RVR60 utiliza la palabra constituir, y la NTV usó la misma palabra que la LBLA, “dio dones”. Es importante aclarar que la RVR90 cometió el error de traducir “constituyó”, pues esta palabra indica “colocar en una posición”, mientras que “dio” expresa una actitud de servicio.

Apóstoles

La palabra apóstol viene de una palabra griega que se pronuncia igual (ἀποστόλους), y que se usa 135 veces en todo el NT. Esta compuesta de dos palabras que significan “enviar hacia afuera”, lo que denota la acción de “enviar (hacia afuera) a un hombre para servir a Dios con la propia autoridad de Dios”. La Biblia enfáticamente nos enseña que los apóstoles son solo aquellos que han sido enviados directamente por el Señor y que lo hayan visto resucitado (Hch. 1.15-26)
Hechos de los Apóstoles 1:21–22 LBLA
Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea constituido testigo con nosotros de su resurrección.
Pero también, son apóstoles aquellos que han sido reconocidos por los mismos doce apóstoles, como el caso de Bernabé. Esto hombres fueron dados por Jesucristo, al igual que los profetas (que en un momento hablaremos de ellos) para que ejercieran autoridad sobre las iglesias que se estaban formando apenas. Ellos eran los encargados de salvaguardar la doctrina mientras la Iglesia de Cristo iba creciendo, y por eso cada que había algún problema teológico, los apóstoles escribían para resolver el conflicto (ejemplo Pablo, Juan, Pedro, Santiago, Judas), o bien iban para dar credibilidad y aprobación a un crecimiento de una iglesia (Hch.8.14-25).

Profetas

Según la Biblia, los profetas son aquellos hombres y mujeres que “reciben un mensaje de Dios y lo transmiten con fidelidad a quienes son sus destinatarios, siendo guiados en su declaración y autentificados por el Espíritu” (S. Perez Millos, 308). Ahora bien, es claro que los profetas abundaron en e Antiguo Testamento, pero en el NT se hace referencia a ellos en 85 ocasiones, de los cuales únicamente en 7 de ellas se refieren a personas que en ese tiempo vivían (Hch. 13.1, 1Co.12.28, 14.29, 32; Ef.2.20, 3.5; 1Jn.4.1).
Ahora bien ¿porqué tan pocos profetas en el NT?
Vayamos a Efesios 2.20, y allí Pablo nos explica el por qué YA NO HAY MINISTERIO APOSTÓLICO NI PROFÉTICO EN NUESTROS TIEMPOS.
Efesios 2:20 LBLA
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular,
Pablo esta diciendo que la razón por la que Jesucristo dio (tiempo pasado) apóstoles y profetas era por ellos iban a poner el fundamente sobre el cual la Iglesia iba a crecer. Ya ese fundamento fue puesto. Ningún arquitecto o ingeniero pondría doble fundamente para construir una casa. Es necesario únicamente UN FUNDAMENTO, y lo que hablaron y escribieron los profetas y apóstoles fue constituido como fundamento. Por lo tanto, YA NO HAY APÓSTOLES NI PROFETAS el día de hoy.

Evangelistas

En la Biblia aparece la palabra “evangelista” tres veces. La primera para referirse a Felipe (Hch.4.11); la segunda, con Timoteo y la obra que debía realizar (2Ti.4.5); y la tercera, para describir un un grupo dentro de la iglesia (Ef.4.11). Algo que hemos de notar es que, en esas ocasiones en las que se usa la palabra evangelista, todas ellas parecen ser personas con una subordinación al ministerio de los apóstoles. En el caso de Felipe, fue delegado por los Doce, y con Timoteo, él fue discípulo de Pablo.
Ahora bien, necesitamos hacer una distinción entre el hombre o mujer evangelista y el deber de todo creyente de hacer evangelismo. En Mt.28.19-20, nuestro Señor ordena a que todos Sus discípulos realicen la obra de evangelismo con el fin de formar más discípulos. Ese es tú deber, y mi deber. No hay opción. Pero, el evangelista que Efesios menciona se está refiriendo a ese hombre o mujer que tiene la habilidad de enseñar e interpretar las Escrituras, y consolidar lo que los apóstoles y profetas habían dicho o escrito. Ahí tenemos el ejemplo de Felipe con el etíope, a quien le explicó el pasaje de Isaías 53. Nosotros, en el siglo XXI conocemos a estos “evangelistas” como “misioneros itinerantes”. Hombres y mujeres que visitan diversos lugares para enseñar y fortalecer la obra que allí se está formando.

Pastores y Maestros

Es interesante que todos estos ministerios han sido enunciados, uno separado de los otros. Pero, al final, Pablo une el ministerio Pastoral con el de Enseñanza. Y esto lo hizo con una razón. Podemos hacer una separación de estos dos, o bien, unirlos en uno solo.
El pastor es ese HOMBRE, NO MUJER, que ha sido puesto por Dios para cuidar, alimentar y guiar al rebaño del Señor. Jesús se lo ordenó a Pedro cuando resucitó: “Apacienta mis corderos” (Jn.21.15, 16, 17).
¿Por qué hago la aclaración de que son hombres y no mujeres los que son llamados al ministerio pastoral?
La razón es porque es un ministerio designado únicamente para hombres.
1 Timoteo 3:1–6 LBLA
Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo.
Además, en ningún lugar en la Biblia se hace referencia a que una mujer sea quien dirija una iglesia. Ni siquiera Déborah, la jueza (Jue.4). La Biblia es clara al decir que fue Débora quien llamó a BArac, y que Barac debía tomar el liderazgo del ejército de Dios. Así que, si alguien usa a Débora como ejemplo para hablar acerca del ministerio pastoral femenino, está equivocado.
Pero regresando a 1 Timoteo 3, algo que llama la atención es que de entre todas las aptitudes que el pastor debe tener, hay una sola mención de una habilidad en toda la lista de requisitos: “apto para enseñar”. El pastor debe ser maestro de la Biblia, debe ser instructor de teología y doctrina. No solo debe cuidar, también debe alimentar. No solo debe predicar los domingos, debe también discipular y enseñar a lo lago de la semana. Pero, no todo maestro necesariamente debe ser pastor. Todo pastor debe ser maestro, mas no todo maestro es pastor. Hay que grabarnos bien esa idea.
¿Por qué he ocupado casi la mitad de mi tiempo para hablar de esto?
Porque quiero que entendamos que "los dones que Dios ha dado” a Su iglesia no deben quedarse para sí mismo. Todos los que hemos sido llamados al ministerio tenemos una responsabilidad, un propósito: Capacitar a los miembros.
¿Quieres saber si tu iglesia es una iglesia sana?
Observa a tus líderes, y mira si están cumpliendo con su obligación.

Capacitar para el ministerio local (v.12a)

Efesios 4:12 LBLA
a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;
Todo líder en la iglesia ha sido puesto como líder, no para enseñorearse de la congregación, sino para hacerse servidor de ella. “A fin de”. Este es el propósito. Esta es la finalidad. Esta es la meta. Esta es la razón por la que ha sido llamado al ministerio mi hermano: Capacitar. La RVR60 lo traduce como “perfeccionar”, mientras que la LBLA traduce Capacitar, y la NTV la traduce como “preparar al pueblo de Dios”. Creo que estas tres traducciones están correctas, pero aún no llegan al punto principal del significado.
Hace unos años, estuve yendo a un deportivo en Atizapán de Zaragoza para entrenar natación. Al principio solo nos enseñaban técnicas de nado y clavados, pero conforme iban pasando los meses, los entrenamientos iban aumentado de intensidad. Ya no entrenábamos para tener técnica. Ya nos enfocábamos en velocidad. Teníamos que nadar 50m en menos de un minuto, y cada vez más rápido.
Le preguntamos al instructor la razón por la que nos entrenaba así, y nos dijo que las competencias entre escuelas de natación estaban cerca, y nosotros íbamos a competir. Nos estaba preparando para que pudiéramos ser capaces de nadar distancias largas y a velocidad.
Básicamente es la misma idea que Pablo está usando aquí al mencionar: capacitar, perfeccionar, o preparar al pueblo. Son los líderes los que deben preparar a los congregantes para “la obra del ministerio”. Mas adelante lo vamos a ver a detalle, pero observemos que quienes realizan el crecimiento de la iglesia no son solo los líderes. Son los congregantes. Los pastores y maestros únicamente enseñamos cómo hacer las cosas, es damos un ejemplo de cómo se hace el ministerio, pero son ustedes, mis hermanos los que realizan el ministerio.
¿Qué estás haciendo tú, líder, para preparar a los miembros de UNIFAM Izcalli para el ministerio? ¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos cumpliendo nuestra obligación como debemos?
¿Qué estás haciendo, hermano y hermana, para hacer crecer el ministerio? ¿En qué ministerio estás involucrado? ¿Cuando fue la última vez que te involucraste en algo aquí, para que UNIFAM Izcalli crezca?
Pero también, mis hermanos, no estamos llamados a hacer que nuestra iglesia UNIFAM crezca. Líderes, estamos llamados a capacitar también a la Iglesia global de Cristo.

Capacitar para la edificación global (v.12b)

¿Cuándo fue la última vez que te involucraste en un viaje misionero?¿Sabes qué es eso? ¿Has ido a uno?
¿Has recibido un misionero en tu casa? ¿Has apoyado a un misionero o a la obra de alguien que está levantando una iglesia?
Mis hermanos, tal y como lo mencioné la semana pasada, nos hemos enfrascado tanto en nuestra denominación, en nuestra congregación, que no hemos puesto atención a las demás denominaciones (aunque no estemos de acuerdo con ciertas posturas), y las hemos apoyado. Y no nos vayamos tan lejos. Las mismas iglesias UNIFAM. Es triste que haya tanta separación dentro de un movimiento que lleva por nombre “Familias Unidas”, pero que en realidad no actuamos como familia, y mucho menos estamos unidos. Y si eso es así dentro del mismo movimiento, no quiero preguntar acerca de los creyentes del otro lado del mundo. Cristianos en India, China, España, Turquía, Cinbawe, o Argentina.
Líder, ¿qué estamos haciendo para capacitar a los hermanos del otro lado del mundo?
Es tiempo de que, como líderes, involucrarnos en el crecimiento de la Iglesia. Es tiempo de que hagamos la “obra del ministerio (para) la edificación del cuerpo de Cristo.” ¿Quieres saber si tu iglesia está creciendo saludablemente? La primera evidencia es que hay un buen funcionamiento del liderazgo.

El buen funcionamiento de los miembros (v.13-16)

Efesios 4:13 LBLA
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
¿Recuerdan el video que se proyectó al principio? Todos los músicos han sido entrenados durante años para llegar a ese momento en el que, siendo dirigidos por un director, toquen tan emocionante pieza. Es posible que unos llegaron a ese nivel de habilidad más rápido que otros. Hubo unos, incluso, que quizá fueron sacados del grupo porque no lograron llegar al nivel requerido para tal presentación.
Lo mismo está sucediendo con la Iglesia de Cristo. Todos, absolutamente todos, estamos siendo transformados poco a poco, y de manera distinta. Pero noten cuándo es que tal perfeccionamiento del creyente terminará: “hasta que todos lleguemos”.
Quiero que voltees a ver tu hermano o hermana que está a un lado tuyo. Obsérvalo bien. No le quites la mirada. Ese hermano o esa hermana que estás observando, está luchando con un pecado. Ese hermano o hermana tiene debilidades. Aún está creciendo. Ese hermano o hermana no ha sido perfeccionado aún. Sigue estando en el “ya” y el “todavía no”.
Pero Pablo nos está diciendo que “todos” llegaremos a ese punto. Él mismo se está incluyendo. Ninguno de nosotros hemos llegado a tal perfección, pero llegaremos en algún momento… PERO COMO IGLESIA.
¿Cómo sabemos que como congregación, entonces, estamos creciendo saludablemente?

Unidad de fe y conocimiento

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y de conocimiento”. La semana pasada mencioné que la unidad no es algo que como iglesia podemos lograr, pues no depende de nosotros tal acción. Es únicamente por medio del Espíritu Santo que podemos vivir como una unidad corporativa, pero también está en nuestro deber el mantener dicha unidad. Y Pablo aquí lo repite.
¿Como es que la misma unidad que ya tenemos y que debemos mantener, es la que debemos alcanzar?
Lo mismo ocurre en nuestra santificación. Cuando creemos en Cristo, Él nos lava de nuestros pecados presentes, pasados y futuros, en los que caeremos mientras seguimos creciendo en santidad. Pero, aunque ya somos santos ante Dios, sin pecado, estamos viviendo en santidad para llegar entonces a la santidad plena, que será cuando ya estemos con el Señor.
Lo mismo es lo que Pablo está diciendo aquí. Esa unidad que ya tenemos por ser hijos de Dios, se va manifestando poco a poco y, en la medida en que vamos creciendo en unidad, vamos creciendo en conocimiento de Dios. La otra vez hablé con alguien en la librería que decía el el sufrimiento no tenía un propósito, y yo le cité Romanos 8.28-30.
Romanos 8:28–30 LBLA
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.
Llegaremos a ser iguales a Cristo, “un hombre maduro”, a la misma “medida de la plenitud de Cristo”.

Discernimiento

Efesios 4:14 LBLA
para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error;
Me llama la atención cómo la Biblia nos asocia con niños, específicamente como inmaduros. Vemos a los niños, y ellos son tan volubles que cualquier cosa que les digamos, es fácil que ellos nos crean.
Hace tiempo vi un video en el que un joven, como de 25 a 30 años, va a un parque con un cachorro cargándolo. Él se acercó a las mamás de unos niños para preguntarles si podía hacer un experimento con sus hijos. Él les preguntó si ellas les han enseñado a sus hijos el no hablar con extraños y mucho menos irse con ellos. Obviamente todas respondieron que sí, pero el joven quiso verificarlo. Fue con el hijo de la señora y le habló al niño, mientras le enseñaba el cachorro. El niño muy contento acariciaba el cachorro (mientras su mamá observaba de lejos), y el joven le dijo que tenía a los hermanitos del cachorro en un lugar. Le preguntó si quería ir a verlos, y para sorpresa de la mamá (y de todos), el niño aceptó.
Así de volubles y fáciles de confundir son los niños. Y me asombra que Pablo compare a los creyentes con niños “sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá”. Aquel creyente que es inmaduro, no puede discernir entre una doctrina esencial, y una herejía. En la librería, han ido personas qen busca de libros de “auto-ayuda” de Cash Luna, Guillermo Maldona, o Joel Osteen. Estos hombres farsantes, herejes del siglo XXI han confundido a tanta gente, y lo que es aún más triste es que a gente cree en sus mentiras.
Pero Pablo nos dice que no. La evidencia de que una iglesia está creciendo de una manera sana y correcta se refleja en que sus miembros saben identificar las enseñanzas falsas que el mundo ahora está dando.
¿Tú, hermano, sabes identificarlas?

Madurez

Efesios 4:15–16 LBLA
sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Pablo reconoce la contra parte de la falta de discernimiento: la Madurez. Notemos que dice que crezcamos en todos los aspectos. No solamente en unas áreas, sino en todas las áreas. No solo en algunos ministerios, sino en todos. (Espero en Dios que una vez que terminemos de estudiar Efesios, tengamos una pequeña serie de Características de una iglesia saludable).
Pero quiero hacer énfasis en lo que Ef.4.16 dice acerca de los miembros de la congregación. Pablo utiliza el ejemplo de un cuerpo, y cómo cada hueso ayuda al otro por medio de esas uniones que tienen. Así como tenemos ligamentos que nos permiten movernos y hacer esfuerzos, así mismo los miembros de la iglesia deben funcionar como ligamentos. ¿Cómo?Según el funcionamiento ADECUADO de cada miembro”. Aquí me encanta cómo la LBLA tradujo este versículo, pues nos enseña que un buen crecimiento eclesiástico, un buen iglecrecimiento es posible a través de la actividad adecuada de cada miembro.
¿Por qué las iglesias no crecen? Porque los miembros de la iglesia no crecen. Y ¿por qué no crecen los miembros de la iglesia? Porque los líderes no los estamos capacitando. Pero ya condenamos la negligencia que como líderes podemos tener al momento de hacer ministerio. Pero, ¿qué hay de nosotros como congregantes?
¿Estamos realmente creciendo en conocimiento?
¿Estamos reconociendo las herejías que están surgiendo en nuestros tiempos?
¿Estás usando adecuadamente tus dones y habilidades? ¿Sabes acaso cuáles son tus dones?
¿Te estás involucrando en el ministerio? ¿O piensas que con 30 min a la semana, sentándote a escuchar a alguien hablar de la Biblia es más que suficiente?

Aplicación

(Creyentes)
Líderes
Persiste en buscar a alguien con quien puedas reunirte para que juntos crezcan en su estudio de la Biblia, y oración (discipulado)
Planifica objetivos claros. Fíjate metas con él, si eres hombre, o con ella si eres mujer.
Paga el costo. Invierte tus recursos, tus horas libres, tus desvelos en esa persona.
Prepáralo para el ministerio. No le hables del evangelio y lo dejes allí. Capacítalo para que se involucre en el ministerio.
Congregantes
Identificar el don que Dios te ha dado, y ponerlo en obra para el crecimiento de la iglesia local
Busca a alguien con quien reunirte. Un maestro.
(No creyente)
Pero tú, mi amigo o amiga, que sigues sin hacer caso al llamado de Dios para salvar tu alma. ¿Hasta cuando vas a esperar? Ya has escuchado Su Palabra. Él no solo dio dones a la Iglesia para que crezca, también pagó el precio de tu rescate para que tú seas ese regalo Suyo para la iglesia. Pero prefieres seguir en tu condición condenada.
No, mi amigo. No sigas más en ese sentir. Acércate. Busca a Aquel que puede salvarte. No es casualidad que hoy mismo estés escuchando esta palabra de advertencia: Cree en el evangelio porque tu alama corre peligro. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo. No esperes a mañana. Hazlo hoy. Ven a Cristo.
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