El Bienaventurado.
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Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
Selah
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Selah
Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Selah
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
Algunos toman este Salmo como una continuación al Salmo 51 donde David ruega por piedad a Dios después de haber tomado a Betsabé mujer de Urías heteo. Si recuerdas la historia en 2 Samuel 11 David codició, cometió adulterio y además cometió un homicidio.
A pesar de los pecados tan graves que David cometió, y después de un año de rehusarse a admitir su falta, Dios por medio del profeta Natan le hizo reconocer su pecado, sabemos por la historia que David recibió el perdón de Dios.
Entendiendo un poco más el contexto del Salmo es que podemos entender el porque David se regocija en el perdón de Dios.
Podemos dividir este Salmo en 2 partes la primera donde David es el que habla y la segunda donde Jehová es quien toma la palabra.
El punto en el que quisiera pusiéramos nuestra atención es sobre “los bienaventurados” Si te fijas David comienza el Salmo repitiendo dos veces esta palabra, y es importante entender que es ser “bienaventurado”
De entrada podemos definir esta palabra como “feliz” David se sentía feliz por haber recibido el perdón por su transgresión. Pero antes es importante notar como David ocupa tres términos para definir el pecado:
1.- peshá: Se entiende como una ofensa, rebelión, desafío a la autoridad
Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
2.-chatá ah: Se entiende como una ofensa hacía Dios intencional o sin intención
Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.
Y el sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando pecare por yerro delante de Jehová, la reconciliará, y le será perdonado.
3.- awon: Se entiende como el quebrantamiento de la Ley de Dios
Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella.
Estos versos los cita Pablo en Romanos 4 para hablar acerca de la justificación, y si los analizamos, tenemos un concepto mas redodndo de lo que es el pecado, es una transgresión de la ley de Dios, tambien es una ofensa al prójimo pero principalmente a Dios mismo, es un menosprecio de Su Ley y de su carácter.
Ahora cuando volvemos al termino bienaventurado, que dijimos lo podemos interpretar como “feliz” podemos ahora con un concepto mas profundo acerca del pecado notar los matices de ésta felicidad.
Esta palabra bienaventurado la encontramos en el Salmo 1
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
y podemos leer su equivalente del griego en las bienaventuranzas de Mateo 5
Este bienaventurado se debe entender como alguien “privilegiado” o “afortunado” Ahora ñla pregunta sería ¿afortunado porque?
Muchos pueden decir de si mismos que son “bienaventurados” tal vez porque les va bien en los negocios, tienen dinero, por tener muchos amigos, mucha fama, pero lo que nos interesa es a que se refiere David con “bienaventurado”
Recordemos que somos creación de Dios y fuera de lo que el considera como “bienaventurado” realmente no nos debería interesar tanto.
Para los hebreos el ser bienaventurado tenía una connotación muy diferente a la nuestra, por ejemplo para ellos el ser “bienaventurado” significaba tener o contar con el favor de Dios en cualquier cosa que ellos hicieran, por otro lado el ser maldición o maldito significaba para ellos lo opuesto, no gozar del favor de Dios, o sea que Dios les diera la espalda.
un ejemplo de este concepto lo leemos en
Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
por otro lado el concepto de maldición era no contar con el favor de Dios o el que Dios diera la espalda, podemos leer esto cuando nuestro Señor se hizo maldición por nosotros y dijo estando en la cruz:
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Entonces David al declarar que aquel cuya transgresión ha sido perdonada, cubierto su pecado y aquel a quien Jehová no culpa de su iniquidad es un afortunado, o un privilegiado, dichoso que no le queda otra cosa que ser feliz.
El cristiano debe encontrar la felicidad en saber que Dios hace resplandecer su rostro sobre el.
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
En esto reconocemos la verdadera bendición y bienaventuranza, en encontrar el favor de Dios en todo lo que hagamos, en ser guardados de caída y en recibir misericordia día a día.
Este es el estado natural del hombre, asi lo creó Dios, Adán gozaba de esto en el huerto, pero leemos que David al no confesar su pecado sufrío, porque este no es el estado natural del hombre, David toma la imagen de huesos envejecidos y de un verdor convertido en sequedades.
David ilustra la n¿bendición de confesar el pecado mientras que el mantenerlo en secreto le hizo sufrir y le hizo sentir el continuo castigo de Jehová, y no fue hasta que confesó que pudo sentir el verdadero perdón del Señor.
Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Selah
Es bienaventurado aquel que clama a Jehová y lo halla, en quien encuentra en él refugio y liberación.
Adán en el huerto era un bienaventurado porque tenía comunión con Dios y después de su pecado se rompió esta comunión y lo que hubo fue vergüenza y temor.
Ahora por medio de Cristo tenemos nuevamente acceso y la fortuna de encontrar refugio y liberación.
A partir del v.8 Dios es quien toma la voz y nos hace ver aspectos de lo que debemos entender como verdaderas bendiciones.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
La guía que encontramos en los mandamientos de Dios es la bendición que habla aquí, el que el Señor nos de entendimiento es una fortuna, entendimiento lo debemos entender como discernimiento entre lo bueno y lo malo que es la marca de un cristiano maduro, entonces la bendición de parte del Señor es enseñarnos el camino hacía la madurez, es interesante la ilustración que toma del caballo que tiene que ser sujetado ejemplificando a alguien que carece de madurez o entendimiento, en cambio el caballo entendido es aquel que ha sido enseñado y esta listo para el trabajo.
Esto hace eco a las bienaventuranzas en especial a la que habla de los mansos aquellos que han sido enseñados por el Señor y estan listos para servirles.
Esto es lo que debemos entender como aquellos bienaventurados o dichosos.
David concluye diciendo:
Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
David llama a alegrarse todos los que gozan de la justicia comprada por Cristo, aquellos que a pesar de sus transgresiones gozan del perdón y la instrucción del Señor.