Genesis 25
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Transcript
Un gusto estar aquí con ustedes, mis hermanos queridos, después de un año sin la oportunidad de congregarse. Estoy agradecido por el privilegio en compartir La Palabra con ustedes esta mañana.
Estamos en Génesis 25, estamos avanzando en nuestro estudio por el libro de los comienzos: el libro de Genesis. La semana pasada tuvimos una introducción al matrimonio de Isaac y Rebeca, y vamos a seguir estudiando acerca de esta familia de la promesa. Acompáñame en Génesis 25 en la lectura de La Palabra.
Leer Génesis 25
He divido este texto en dos porciones distintos.
La Espera Para Un Salvador
La Presencia de Pecado en La Familia de La Promesa
Dios mediante, veremos como estas dos porciones afectan nuestras vidas.
Vemos que Abraham tomó otra esposa después del fallecimiento de Sarah (Gn. 25:1), y tuvo otros hijos y nietos (Gn. 25:2-4), y en la tradición de esta época, dio la herencia a Isaac el hijo de la promesa (Gn. 25:5).
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. - Génesis 12:1-3
También, quisiera enfatizar la fidelidad de Dios a Ismael.
Sabemos que la esposa de Abraham fue estéril (Génesis 11:30). A pesar de que Dios le prometió a Abraham un hijo de la promesa, él tuvo que esperar años y años y años. Sarai seguía con su esterilidad.
En vez de confiar en la promesa de Dios y esperar en el tiempo oportuno de Dios, Abraham y Sarai decidieron tomar el asunto en sus propias manos. Sarah le dio a Abraham su sierva Hagar por esposa.
Abraham tuvo relaciones sexuales con Hagar, y ella concibió (Génesis 16:4).
Resultó en celo de parte de Sarai, y ella expulsó Hagar y Ismael de su presencia (Genesis 16:5-6)
En el desierto, el ángel de Jehová hizo una promesa a Hagar en cuanto a Ismael.
Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. - Génesis 16:10
En Génesis 25:12-18, vemos el cumplimiento a esta promesa para Ismael.
Dios es fiel a sus promesas.
En medio del pecado...
En medio de cambios...
Dios es fiel a sus promesas.
La Espera Para Un Salvador
Abraham - el patriarca famoso - se murió (Gn. 25:7-9). Hemos visto que El Señor hizo una promesa a Adán y Eva en cuanto a un Salvador quien iba a destruir la serpiente y el pecado, y redimir un pueblo para sí mismo (Gn. 3:15). Una simiente especial de la mujer. ¿Pero quién será?
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. - Gn. 3:15
No fue Caín, quien mató su hermano Abel (Gn. 4:8)
No fue Enos el justo, quien eventualmente falleció (Gn. 5:11)
No fue Noé, quien se emborrachó (Gn. 10:20-23)
No fue Abraham, un ser humano poderosamente usado por Dios pero fallible.
Aquí podemos ver la misma patrón: El Señor está usando tal persona, y tal persona es fallible y eventualmente fallece.
Conexión a Nuestras Vidas
La verdad es que nosotros somos personas con una tendencia a pecar. Somos débiles, y fallamos muchas veces de honrar Dios en actitudes, en acciones, y en naturaleza. Yo he fallado. Cada una de nosotros se va a morir como consecuencia del pecado. Cada una de nosotros pecamos.
Podría ser la misma ira y celo que resultó en el asesino de Abel por Caín.
Tiene que ver con pleitos entre familia, abuso física, abuso verbal, chisme.
Podría ser la falta de dominio propio que resultó en el alcoholismo de Noé
Tiene que ver con alcoholismo, adicciones a la pornografía, otros vicios
Podría ser una mentira en un intento de salvar nosotros mismos en una manera egoísta como Abraham con Sarai (Gn. 20:1-16).
Tiene que ver con el temor de hombre.
Aplicación a Nuestras Vidas
Nuestros heroes, nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros papás, y nosotros mismos nos va a fallar. El libro de Hebreos (Hebreos 11) está lleno de ejemplos de personas con mucha fe en El Señor, pero fueron pecadores. Ninguno de ellos pueden cambiar nuestros corazones hacia a Dios ni salvarnos de nuestros pecados.
¿Quién puede salvarnos?
Jesús, el Hijo de Dios, la simiente de Abraham (Gal. 3:16) en quien todas las promesas de Dios son “si” y “amen” (2 Co. 1:20). Jesús es el héroe de La Biblia. La única persona (Dios y hombre), quien obedeció perfectamente a Dios, quien tomo el castigo que pecadores como usted y yo merecíamos en la cruz, y venció la muerte y el pecado en su resurrección de la muerte. La única manera de estar reconciliado con Dios es por medio de Jesús.
Pero en la historia redentora, antes de llegar a la vida, la muerte, y la resurrección de Jesús, necesitamos ver la manera en la cual El Señor usaba gente imperfecta en sus propósitos. En sus propósitos para salvar que llegó a su culminación en la persona de Jesús. Este nos lleva a Isaac y Rebekah y sus dos hijos.
Pecado Dentro de La Familia de Promesa: Favoritismo
Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de de Padan-aram, hermana de Labán . Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una ; y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.[a] Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. - Genesis 25:19-26
Desde el inicio de las vidas de Esau y Jacob, había discordia.
Luchaban entre si en el vientre de su mamá Rebeca (Gen. 25:22)
Jacob tuvo su mano en el calcañar de Esau cuando Rebeca dio a luz (Gen. 25:26)
El nombre Jacob significa “engañador”
Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob. - Génesis 25:27-28
Vemos que Esau fue un hombre del campo, un cazador, mientras Jacob fue alguien quieto, un hombre quien se quedó cerca de su casa (en las tiendas).
También, vemos la presencia de favoritismo entre los papás y sus hijos.
Amó Isaac a Esau
Rebeca amó a Jacob
Conexión a Nuestras Vidas
Creo que podemos pensar de ejemplos de familias en las cuales han estado la presencia de favoritismo.
Quizás es la tendencia de un papá a preferir su hijo quien trabaja con sus manos en vez de su otro hijo quien es más intelectual
Quizás es la tendencia de una mamá a preferir su hija quien es muy diestra en la cocina y en cuidar la casa en vez de su hija quien tiene más intereses fuera de la casa en deportes, la escuela, involucramiento en la iglesia, etc.
Fácilmente como papás podemos preferir el hijo o la hija quien tiene intereses, temperamentos, y habilidades que nos agrada o que más refleja nosotros mismos.
Ilustración
Mi abuelo fue un hombre quien le gustó cazar venados. En los EE.UU. tenemos una cultura que celebra el deporte de la caza de animales. Mi abuelo fue un hombre quien no mostró mucha emoción, ni tampoco habló mucho. Fue un esposo fiel, un papá proveedor, pero pocas veces mostró su amor en palabras ni toques de afección.
Su hijo, mi tío, no fue alguien quien le gustó cazar. Fue alguien con un deseo de ser artista. Alguien más sensible y tierno. Mi abuelo no supo como amarle ni mostrarle cariño, y a pesar de que ellos tienen una buena relación el día de hoy, la crianza de mi tío fue difícil y causó problemas en la relación entre él y mi abuelo.
Aplicación a Nuestras Vidas
El favoritismo o una preferencia entre los papás y un hijo o una hija especifica es algo que hace daño a la familia.
Amargura en la vida de los hijos (no haber recibido el amor que ellos desearon de su papá o su mamá)
Inseguridad en la vida de sus hijos por no haber recibido amor incondicional de su papá o su mamá (¿Qué debo hacer para recibir el amor de alguien?)
Necesitamos entender que los hijos son un regalo del Señor. En la misma manera que hemos recibido amor incondicional de nuestro Padre Celestial en Cristo, nosotros tenemos el privilegio y la responsabilidad de mostrar este mismo tipo de amor a nuestros hijos.
Pecado Dentro de La Familia de Promesa: Falta de Reverencia y Manipulación
¿Qué es la primogenitura?
El derecho que el hijo primogénito para recibir la responsabilidad de liderazgo y autoridad de la familia en la ausencia o la muerte del papá. El primogénito tuvo la responsabilidad de perpetuar la familia, y recibió una doble porción de la herencia de su papá. Fue algo designado por Dios mismo.
¿Qué Pasó?
Un día, Esau estuvo cazando en el campo. Mientras tanto, Jacob estuvo preparando un guiso. Aquí, vemos que los dos hijos estuvieron llevando a cabo sus actividades según sus gustos y personalidades.
Esau volvió con hambre después de su tiempo cazando. Por lo tanto, pidió a Jacob por la comida preparada.
30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.[a]
Jacob, con maquinaciones para superar Esau y recibir el beneficio de la primogenitura, respondió así.
31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
La respuesta de Esau muestra su falta de dominio propio, su impulsividad, y su falta de reverencia por la bendición de Dios en la primogenitura.
32 Entonces dijo Esau: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
34 Entonces Jacob dio a Esau pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
Los dos pecados de las maquinaciones egoístas de Jacob, y la falta de reverencia de Esau por la bendición de Dios en la primogenitura.
Conexión a Nuestras Vidas
Creo que cada uno de nosotros puede identificar con Jacob y Esau en este relato.
Jacob en el egoísmo en su corazón. Su deseo de superar lo que Dios diseñó para recibir poder, un sentido de importancia.
¿Hemos usado engaño o nuestras propias maquinaciones en una manera egoísta?
¿Con nuestra parejas?
¿Con nuestros hijos?
¿Con nuestros amigos?
¿En el lugar de empleo?
Y ahora, Esau.
Esau desperdició su bendición. Él fue alguien impulsivo y no estuvo agradecido por la bendición de Dios de la primogenitura.
¿Hemos sido personas ingratas?
¿Personas que no hemos tomado en cuenta quien es Dios, y su llamado y sus bendiciones en nuestras vidas?
Tomar por sentado el perdón que hemos recibido
Desperdiciar oportunidades para servir los demás
Vivir según los deseos de la carne
Creo que en este sentido podemos ser como Esau.
Aplicación a Nuestras Vidas
En esta familia de la promesa, vemos que no fue una familia perfecta. No fue una familia cien por ciento entregada al Señor.
Los corazones de Jacob y Esau estuvieron lejos de Dios.
No amaron a Dios. Jacob amaron sí mismo y un deseo de ser el primero en la familia fuera del diseño de Dios. Esau amaron su estilo de vida, y no honró Dios en su actitud hacía el privilegio divino de la primogenitura.
Y como hemos visto, hasta este momento en Genesis estamos esperando un Salvador quien en verdad puede cambiar corazones desde egoísmo pecaminoso hacía Dios el Creador.
La única manera en la cual podemos convertirse de egoísmo, y manipulación es por medio de un cambio de corazón. Un corazón lleno de amor a Dios y a los demás.
Y este es el cambio de corazón que Cristo nos da.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. - Ezequiel 36:26
Conclusión
Hasta este momento en Génesis, estamos esperando un Salvador. Estamos esperando el cumplimiento de la promesa de un Salvador del pecado (Gn. 3:15).
El Señor está usando gente pecaminosa y una familia pecaminosa en su plan de redención que llega a su pináculo en la persona de Jesús.
Jesús es el Único Salvador. Nuestra Única Esperanza.
En la familia de la promesa, había algunos pecados.
Favoritismo Entre Los Papás y Los Hijos
El Engaño de Jacob y La Impulsividad Impía de Esau
Creo que El Señor incluye este relato es para hacer hincapié - por medio de gente imperfecta - nuestra necesidad para un Salvador, y que en su gracia usa gente imperfecta en su plan.
Gente como usted y yo.
Amor que tenemos de Dios en Cristo nos ayuda amar a los demás y evitar favoritismo.
El engaño en la búsqueda para tener importancia y supremacía no es necesario. Descansamos en la supremacía y la importancia de Dios. Estamos contentos.
Hay dominio propio y el rechazo de impulsividad cuando nos damos cuenta de quien es Dios, y lo que Él nos ha llamado a ser.