El vestido del nuevo hombre
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8 Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos; 10 y vestíos del nuevo, el cual se va renovando en el conocimiento conforme a la imagen del que lo creó, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni scyta, siervo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos. 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de longanimidad; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
1) Hay que vestirnos con el nuevo hombre
1) Hay que vestirnos con el nuevo hombre
10 y vestíos del nuevo, el cual se va renovando en el conocimiento conforme a la imagen del que lo creó,
2) Somos iguales en Cristo
2) Somos iguales en Cristo
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni scyta, siervo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos.
A) El mundo separa por nacionalidad y raza pero Cristo no
A) El mundo separa por nacionalidad y raza pero Cristo no
34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: A la verdad entiendo que Dios no hace acepción de personas;
B) El mundo separa por situación económica pero Cristo no
B) El mundo separa por situación económica pero Cristo no
41 Y estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca: y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, que es un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
3) El vestido del nuevo hombre
3) El vestido del nuevo hombre
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de longanimidad;
A) El vestido de misericordia
A) El vestido de misericordia
1 Y me dijo otra vez Jehová: Ve, ama una mujer amada de su compañero (aunque adúltera), como el amor de Jehová para con los hijos de Israel; los cuales miran a dioses ajenos, y aman frascos de vino. 2 La compré entonces para mí por quince piezas de plata, y un homer y medio de cebada.
7 Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.
B) El vestido de benignidad
B) El vestido de benignidad
32 y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.
C) El vestido de humildad
C) El vestido de humildad
6 Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad; pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
5 Igualmente, jóvenes, sujetaos a los ancianos; y todos sujetaos unos a otros, y vestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
10 Sólo por la soberbia viene la contienda; mas con los avisados está la sabiduría.
D) El vestido de mansedumbre
D) El vestido de mansedumbre
32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad.
5 Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra.
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por buena conducta sus obras en mansedumbre de sabiduría.
E) El vestido de longanimidad
E) El vestido de longanimidad
4 La caridad es sufrida, es benigna; La caridad no tiene envidia, la caridad no es jactanciosa, no se envanece;
7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.