los frutos del Espiritu Santo
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INTRODUCCIÓN
El fruto del Espíritu, ¿había escuchado hablar acerca de este tema? ¿Ya ha leído la lista de 9 características que el apóstol Pablo nos relata en su carta a los Gálatas? ¿Sabia Ud. que este constituye un tema que todos los cristianos debemos conocer? Hoy iniciaremos una nueva serie de estudios bajo el titulo del Fruto del Espíritu, el cual es un tema de gran importancia porque en resumen nos habla acerca del verdadero carácter que un cristiano tiene que reflejar en este mundo. Por ello Jesús dijo: “Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conoceréis”. (Mateo 7:17-20, BAD). Aunque en su contexto original, este texto nos ayuda a identificar a los falsos profetas, también podemos aplicarlo para identificar a los verdaderos cristianos. En términos usuales, un verdadero cristiano se reconoce por sus frutos, así como se espera que un árbol bueno de buenos frutos, así se espera que el verdadero cristiano de buenos frutos y estos son todas sus buenas obras, nuestro buen testimonio, nuestro servicio a Dios y a los santos, y en general, nuestra vida de santificación.
El Fruto del Espíritu: El Amor.
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Iniciamos considerando la primera y la mayor de todas las virtudes que el apóstol Pablo enumera en Gálatas 5:22-23, el Amor. El amor en sí constituye la plataforma donde tienen origen el resto de las grandes virtudes humanas. El amor es definitivamente uno de los más nobles y sublimes de las virtudes humanas, como el libro de Cantares lo describe es un don incalculable que nadie puede extinguir:
Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor,
De cierto lo menospreciarían.
1. Eros es una palabra de origen griego, muy utilizada por algunos filósofos en sus escritos como Platón, Sócrates y Aristóteles; pero no aparece en el Nuevo Testamento. Eros describe un amor basado en los instintos sexuales, es un deseo basado en la atracción física mas que en cualquier otra característica, de allí que se diga que este amor es egoísta ya que busca su propio placer. Generalmente se guía más por sus instintos y deseos que por el razonamiento. Este tipo de amor habla de enamorarse, de los sentimientos y de lo romántico, pero no habla de compromiso, entrega o fidelidad. Ahora bien, ¿es malo el amor eros? De alguna manera todos nosotros necesitamos amor eros en nuestra vida ya que Dios ha puesto una atracción natural entre el hombre y la mujer, lo malo de este amor eros es que se apodere de la persona y esta se entregue a la sensualidad y libertinaje sexual. Uno puede ver rasgos de este amor eros en algunos personajes de la Biblia. Por ejemplo, tenemos el caso de Jacob, el cual quedo prendido de amor por Raquel, tanto que trabajo por ella 7 años:
Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.
. Entre una pareja de esposos debe existir una atracción física que también los una, y eso podría considerarse amor eros, pero lo importante es que el amor entre la pareja no solo sea eros, porque de lo contrario solo será una atracción física que buscara satisfacer su deseo sexual. En la Biblia tenemos un ejemplo de cuando una persona es gobernada por este tipo de amor eros.
Aconteció después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David.Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna.
Tanta fue la obsesión que este hombre desarrollo que enfermo y un amigo lo noto, el cual lo aconsejo que se fingiese enfermo y le pidiera a su padre David que ella le sirviera en su cama, y así paso, pero termino abusando sexualmente de ella y aborreciéndola:
2. Fileo (φιλέω) es la segunda palabra que los griegos usaban para referirse al amor y este denota el afecto entrañable entre amigos, razón por la cual C. S. Lewis lo llamaba “amistad”. Para los antiguos la amistad era considerada una de las grandes virtudes y sentimientos que podían surgir entre dos personas, tal y como la Biblia lo registra referente a David y Jonatán:
Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo.Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre.E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo.
Lamentablemente hoy ha perdido su valor y solo basta preguntarnos cuántos amigos tenemos realmente para corroborar esta afirmación. Fileo nace como respuesta de lo que la otra persona ha hecho por ella y está influenciado por los sentimientos y emociones. Este tipo de amor, o mejor dicho cariño está limitado únicamente a los amigos y nunca a los enemigos o personas que le causan daño.
3. Stérgo (στέργω), es un amor que da, comparte y se sacrifica entre familiares. C. S. Lewis lo llamo afecto, y lo considero el más humilde de todos los amores: “El afecto, como ya he dicho, es el amor más humilde, no se da importancia. La gente puede estar orgullosa de estar «enamorada» o de su amistad; pero el afecto es modesto, discreto y pudoroso”. Es un amor hasta cierto punto instintivo, como el de una madre a sus hijos, pero es incapaz de ir más allá de la frontera de los lazos familiares. Aun así, este amor puede llegar a fallar y no es perfecto, y quizás el mejor ejemplo de esto lo tenemos en la familia de Isaac y Rebeca:
Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
. Si nos damos cuenta esta familia tenía serios problemas ya que por un lado el padre amaba más al hijo que era cazador porque comía de su caza, mientras que la madre amaba más al otro porque era quieto y le ayudaba con los quehaceres de la casa. Aunque también uno puede encontrar buenos ejemplos de este tipo de amor, pero aun así este puede fallar, tal y como hoy en día les pasan a muchas personas que les han fallado a sus familiares.
4. Agapáo (ἀγαπάω), es el amor de Dios. No está basado en las emociones sino en un acto voluntario, en la decisión de amar a una persona:
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
El amor es el cumplimiento de todos los mandamientos
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
En primer lugar decimos que el amor es el cumplimiento de todos los mandamientos. Un día un escriba vino a Jesús con una pregunta que se debatía a menudo en las escuelas rabínicas. En el judaísmo había una especie de doble tendencia. Estaba la tendencia a extender la Ley ilimitadamente en cientos y miles de reglas y normas; pero también existía la tendencia a tratar de reunir la Ley en una sola frase, una
El amor nos ayuda en nuestra relación con los demás.
El amor es el fundamento del carácter en la vida cristiana así como la principal de todas las virtudes humanas, sin él, las otras características del fruto serían imposibles desarrollarlas. Nuestro Señor Jesús instruyendo a sus discípulos los exhortaba no solo a amar a Dios, sino también a amarse los unos de los otros. El amor entre creyentes es una característica por la que se les debe reconocer en este mundo, a tal punto que nuestro amor no solo debe reflejarse en hacer buenas obras, sino en tener buenas relaciones con nuestros hermanos:
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
que el “andar en luz” es vivir amando a los demás. Por lo tanto, la iglesia del Señor debe diferenciarse del resto del mundo por el amor que se vive entre hermanos y por eso debemos esforzarnos por evitar toda clase de envidia, odio o sentimiento indigno que rompa esta comunión.
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
Ahora bien, en Lucas nuestro Señor Jesús nos da una importante lección acerca del amor al prójimo. El evangelista nos dice que en cierta ocasión se presentó un experto de la ley delante de Jesús preguntándole qué tenía que hacer para heredar la vida eterna, pero lo hacía porque quería tentarle. Nuestro Señor le contesto con otra pregunta diciéndole.
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
a) El viajero. Obviamente se trataba de un judío. De alguna manera este viajero estaba cometiendo una imprudencia al viajar solo por este camino ya que sabía que estaba lleno de peligros por causa de los ladrones. Lamentablemente su imprudencia lo llevo directo a una trampa donde fue asaltado y gravemente lastimado: y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto.
b) En segundo lugar aparece el sacerdote: Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Uno podría pensar que lo mejor que le puede pasar en estos momentos de gran necesidad es cruzarse con una persona piadosa, servidora de Dios; sin embargo, el sacerdote se apresuró a pasar de largo, ni siquiera se detuvo a ver su condición. Sin duda tenía presente que, si tocaba a un muerto, quedaba ritualmente impuro (Números 19:11), por lo que no le importó para nada la necesidad de aquel podre viajero.
c) Luego tenemos al levita: Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo. Este levita también no estuvo en la disposición de ayudarlo. A este levita, conocedor de la ley de Dios no le importó la condición de su hermano israelita, a lo mejor pensó que no valía la pena arriesgar la vida y decidió pasar de largo.
d) Finalmente tenemos al samaritano:
El amor: Fuente de motivación para ejercer nuestro ministerio
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Como hijos de Dios somos responsables de ser testigos de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, para ello se nos ha otorgado diferentes dones y habilidades que cada uno utilizamos en diferentes ministerios y en nuestra vida diaria. Sin embargo, ¿cuál debe ser la fuente de motivación que nos impulse a desarrollarlos? La motivación es el motivo ya sea interno o externo que impulsa a un ser humano a cumplir un propósito determinado. Estos motivos pueden ser muchos: vanagloria, ganancia, dolor, aflicción, lástima, etc., no obstante, la pregunta seria, ¿qué debe impulsarnos a nosotros los cristianos? La respuesta sería el amor de Dios. Cuando el amor de Dios nos impulsa a vivir en santidad, a ejercer nuestros dones espirituales para provecho de la grey de Dios, a ayudar al necesitado y servir en la iglesia podremos estar seguros que nuestras acciones son las correctas y no egoístas o equivocadas ya que es el amor de Dios el que regulará nuestras acciones. Por esto mismo David Yonggi Cho dice “El amor del hombre es motivado por la responsabilidad y la compasión; pero el amor de Dios es motivado por el Espíritu Santo… El amor de Dios nos motiva a amar a Dios en integridad, sin ignorar a los necesitados
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es la fuente de donde se desprenden otras grandes virtudes
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
El Fruto del Espíritu: El gozo.
Estad siempre gozosos.
y en este versículo la palabra que se traduce como gozo proviene del griego: χαρά (jará) el cual es más que un sentimiento de alegría, es un estado de regocijo y completa satisfacción que experimenta el creyente como resultado de su comunión con Cristo. No se trata de la alegría que nos producen las cosas materiales o los placeres que este mundo ofrece, más bien el gozo en el cristiano es el resultado de la obra salvífica que Cristo ha ejercido sobre cada uno de nosotros. Es el resultado de experimentar la liberación de nuestras cargas y disfrutar de su benevolencia, y por ello el gozo es un sentimiento de origen espiritual que se mantiene permanentemente, siempre y cuando nuestra comunión con Cristo no se rompa y por ello las Escrituras nos dicen: Estad siempre gozosos
. Esta característica del carácter cristiano es tan importante que de hecho es parte de la misma vida cristiana:
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Por tanto, el gozo es un fruto del Espíritu que se espera que siempre este presente a lo largo de toda nuestra vida:
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
Sin embargo, la pregunta seria, ¿cómo mantener el gozo aun en medio de las dificultades más grandes de la vida cristiana? Veamos lo que la Biblia nos enseña en cuanto a este tema.
La fuente de nuestro gozo proviene de nuestra comunión con Dios.
La fuente del gozo radica en la llenura del Espíritu Santo en nosotros, en gustar su amor y misericordias en nuestras vidas, lo cual nos mantiene llenos de su presencia de tal forma que aun en medio de las pruebas podemos encontrar un descanso para nuestras almas y ese gozo indescriptible que nos da seguridad que Dios está con nosotros. El mundo nos dice que necesitamos llenar nuestras necesidades de afuera hacia adentro, ya sea con el amor de la familia, los triunfos académicos o laborares, la prosperidad económica, los entretenimientos de este mundo, los placeres del mundo, etc., pero esto nunca lograra satisfacerlas completamente, siempre faltara algo. La alegría del mundo es una emoción del alma que puede llegar o desaparecer movida por las circunstancias de la vida. Sin embargo, el gozo del Señor es una experiencia que tiene su base en una realidad espiritual que es la reconciliación que el cristiano tiene con Dios por medio de Jesucristo, tal y como Juan lo explica:
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
En estos versículos Juan nos habla acerca del propósito del mensaje del evangelio que es predicado por sus heraldos: el traer comunión con Dios y gozo a la vida del creyente. Este gloriosos mensaje no tiene el propósito de producir miedo en sus oyentes, sino más bien contristarlos para que a través de un verdadero arrepentimiento de sus pecados crean en Cristo y así el Espíritu Santo haga en ellos su obra gloriosa al convertirlos en nacidos de Dios y les dé un gozo inefable como resultado de la seguridad de su perdón, de la vida eterna y su nueva realidad como herederos de las promesas de Dios.
El Gozo proviene de una vida sin pecado.
Una vez que la persona ha nacido de nuevo el gozo del cristiano puede ser perdido por una ruptura en la comunión con Dios por causa del pecado y la única forma de recuperarla es reconciliándonos con Él. El rey David nos enseña muy bien este principio en el Salmo 51 ya que allí encontramos la oración de dolor y arrepentimiento que declaro al Señor después que cometió el pecado de adulterio con Betsabé y mando a matar a su esposo Urías el heteo. Esta oración debe ser un ejemplo a seguir cuando le fallamos a Dios:
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Si nuestro gozo depende de nuestra comunión con el Dios en verdadera santidad, entonces debemos esforzarnos por no contristar al Espíritu Santo:
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Y si lamentablemente pecamos, recordemos que como David podemos acudir a nuestro abogado que se llama Jesucristo el cual puede perdonarnos de nuestros pecados, restaurar nuestra relación con y Dios y así el gozo volverá a nosotros:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
El Gozo consiste en vivir para Cristo.
Otra razón por la cual el gozo puede perderse es debido a las dificultades que enfrentamos en la vida. Filipenses es una carta que revela el verdadero significado del gozo aun en medio de las dificultades más grandes que podamos atravesar. La Carta a los Filipenses se ha llamado La Epístola del Gozo, cuyo autor es alguien que verdaderamente puede enseñarnos con su gran ejemplo y poderosa inspiración de cómo mantener el gozo aun en medio de las más terribles circunstancias en la vida. Si pudiéramos elegir un versículo clave en esta carta que resuma todo su mensaje, a lo mejor escogeríamos el siguiente:
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
A pesar de encontrarse en prisión el apóstol Pablo no había caído en depresión, sino al contrario, le emocionaba la idea que pronto moriría y vería a su Redentor; pero también anhelaba continuar viviendo para contribuir con el avance del evangelio. Por tanto, cada uno de nosotros debe buscar la forma de experimentar sin reservas la vida que Cristo nos ofrece, disfrutando todas sus bendiciones y conociendo cada día más a nuestro Señor.
El Gozo proviene de las cosas espirituales y no de logros terrenales. A veces perdemos el gozo porque nuestro énfasis en la vida está orientado a buscar la felicidad en los logros terrenales, más que en buscar las cosas espirituales.
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
Este es el verdadero fundamento de la fe que provoca un gozo permanente y que nos dirige a poner la mirada en la cosas de arriba y nunca en las cosas efímeras de este mundo. En Colosenses se nos exhorta a tal cosa.
El Gozo proviene del contentamiento También perdemos el gozo cuando no vivimos contentos con lo que tenemos y nos frustramos al no poder conseguir otras cosas que codiciamos. Pablo finaliza su carta a los filipenses exhortándoles a ser felices con lo que tienen:
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Pablo había encontrado el auténtico secreto para mantener su gozo. Muchas personas son infelices creyendo que si tuvieran esto o aquello serian verdaderamente felices; pero eso es una mentira. Si no se es feliz ahora mismo con lo que se tiene, jamás se será feliz aun obteniendo aquellas cosas que creemos necesitar. En estos versículos Pablo utiliza la palabra griega utárkes (ὐτάρκης) para referirse al contentamiento, y utárkes (ὐτάρκης) literalmente significa autocomplaciente, es decir, alguien que se complace a sí mismo. Esta palabra era usualmente usada entre los estoicos los cuales enseñaban que la verdadera autocomplacencia se encontraba cuando se despojaba el corazón de todo anhelo y sueño posible. Era el resultado de renunciar a toda emoción. Sin embargo, el apóstol no dice que debamos eliminar todos nuestros deseos en el corazón ni nuestras emociones para alcanzar el estado de contentamiento. Tampoco nos está diciendo que debemos ser conformista, sino que debemos ser agradecidos con lo que hoy tenemos y ser felices por las cosas recibidas tomando una actitud de auto-dependencia en Dios bajo el lema: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. El verdadero contentamiento proviene no de ser Auto-Suficiente; sino en ser Dios-Es Suficiente, y por ello Pablo afirmaba:
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
El Gozo proviene sufrir por causa de la justicia. Aquí tenemos algo verdaderamente contradictorio para el mundo: encontrar el gozo en padecer por causa de la justicia. Sin embargo, si nuestra vida está enfocada en mantener nuestra comunión con Dios, lejos del pecado, en disfrutar de todas sus promesas y deleitarnos en la libertad que Cristo nos ha otorgado y poseemos un corazón agradecido cuya confianza es Cristo mismo, entonces el padecer injusticias por nuestro testimonio no será razón de depresión, sino de gozo al saber que el Señor nos recompensara por nuestra fidelidad. Uno puede encontrar en la Biblia algunos ejemplos de esto. Por ejemplo en la carta a los Hebreos se elogia la fe de los creyentes por mantener su gozo en medio de tribulaciones y vituperios, aun cuando estos fueron despojados de sus bienes:
por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
El Fruto del Espíritu: La Paz
Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
La tercera característica del fruto del Espíritu que aparece en la lista de Gálatas 5:22-23 es la paz. Pero ¿que entendemos nosotros por paz? De acuerdo con los diccionarios, la paz es la situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas. En el Nuevo Testamento la palabra griega de donde se traduce paz es eiréné (εἰρήνη) y se usaba en dos sentidos. En primer lugar, se usaba para denotar la serenidad que disfruta un país bajo el gobierno justo y benéfico de un buen emperador; y por otro lado también se aplicaba a un pueblo que sabía estar en gran armonía y serenidad. En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que se traduce en nuestro idioma como paz es shalóm (שָׁלוֹם) y su significado en nuestro idioma denota no solo serenidad o ausencia de conflicto, sino que también encierra un verdadero deseo de completo bienestar físico, emocional y espiritual. Por esta razón el decirle Shalom (שָׁלוֹם) a una persona era más que un saludo de presentación o despedida, es más, cuando un israelita decía Shalom a una persona estaba declarándole un auténtico deseo de salud, armonía, paz interior, calma y tranquilidad para aquel o aquellos a quien estaba dirigido este saludo. También vemos como los sacerdotes fueron instruidos por Dios para declarar esta bendición especial en medio del pueblo:
Paz entre Dios y el hombre
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Una de las razones principales por las cuales el ser humano no encuentra la paz de su alma en las cosas de este mundo es por causa del pecado. John Bunyan quizás lo supo plasmar en su gran obra “El Progreso del Peregrino”, una obra alegórica donde su protagonista principal llamado Cristiano vivía angustiado por una enorme carga que sostenía en sus hombros (lo cual simbolizan la carga del pecado), y no se liberó de ella hasta que en una colina encontró a su Salvador, Cristo, que le desato de sus cargas y estas cayeron al suelo. Solamente en Cristo podemos encontrar el descanso de nuestras cargas, sean culpas, resentimientos, frustraciones y cualquier sentimiento producido en este mundo de maldad, y por ello Jesús un día declaro una de las promesas más maravillosas que podemos encontrar en la Biblia.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas?
¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde?
¿Para quién lo amoratado de los ojos?
Para los que se detienen mucho en el vino,
Para los que van buscando la mistura.
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Sin duda, las demandas de la ley o religiones, lejos de traer paz a nuestro corazón, solo son una pesada carga acompañada por un terrible sentimiento de insatisfacción. Martin Lutero es un buen ejemplo de esto. Siendo un monje, busco hacer todo lo que el catolicismo romano y apostólico le enseño para aplacar su culposa alma y escapar del juicio de Dios. Desde largas oraciones a todos los santos, penitencias que terminaban en duras flagelaciones y peregrinaciones a Roma, nada logro traerle la paz que tanto ansiaba, hasta que leyó en las Escrituras:
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
Paz entre el hombre y sus semejantes.
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
La paz que Cristo nos da no solo implica paz entre Dios y el hombre, sino también paz entre él y sus semejantes. Esta paz está orientada a mantener la unidad del cuerpo de Cristo, es decir la iglesia. Esta paz entre hermanos descansa en que tenemos una fe común y debemos buscar vivir en armonía y no promover las divisiones entre la iglesia.
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
. Pablo dice que si mi conducta hará caer al débil en la fe debo abstenerme. Pablo hubiera añadido algo más: Que nadie pretenda hacer de su conducta la regla universal para todos los demás. Los seres humanos tenemos la tendencia a considerar que nuestra manera de hacer las cosas es la única perfecta, incluido el culto a Dios, o diciéndolo de otra forma
Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Verdaderamente el mantener la paz entre los creyentes es un reto. Mantener la unidad es sumamente clave y a veces parecería imposible, muchas veces ésta es deshecha por cuestiones de diferencias de opinión. Sin embargo, la Biblia nos exhorta a madurar a través del estudio de las Escrituras y hacer uso de la verdadera libertad que tenemos en Cristo Jesús.
Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.
Paz consigo mismo
Al igual que el gozo, la paz del cristiano no depende de factores externos sino de la comunión y confianza depositada en Cristo Jesús. Esto no significa que una vez salvos no atravesaremos por problemas; sino más bien que hallaremos el pronto refugio en Cristo Jesús:
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Cuando creemos que Dios es el que pelea por nosotros y no ponemos nuestra confianza en nuestras habilidades o factores externos, sino solamente en Él; entonces Dios nos otorga su paz en todo momento o circunstancia. En la actualidad la ansiedad entre las personas ha crecido considerablemente y es la causante de las enfermedades cardiovasculares y de allí que los cristianos necesitamos en nuestro corazón esa paz que Dios nos otorga. En su carta a los Filipenses Pablo nos enseña la manera de cómo mantener esa paz en nuestros corazones independientemente cual sea nuestra situación y esta es la oración.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
El Fruto del Espíritu: Paciencia .
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
La paciencia es otra característica del fruto del Espíritu en el creyente. En este versículo el autor de la carta a los Hebreos compara la vida cristiana con una carrera donde existe una gran número de testigos que nos observan. Este texto sugiere la idea de una competencia atlética en un gran anfiteatro. La palabra testigo en este versículo se traduce del griego mártus (μάρτυς), que literalmente significa mártir, y estos testigos o mártires son los héroes de la fe que aparecen en el capítulo 11 de esta misma carta, los cuales no son simples espectadores, sino verdaderos ejemplos que inspiran a los corredores. Los corredores griegos tenían la costumbre de desnudarse antes de la carrera con el fin de eliminar cualquier peso que pudiera hacerlos menos veloces, de igual manera, los creyentes debemos despojarnos de todo peso que nos angustie y en especial del pecado que nos asedia. Esta carrera debe ser corrida con mucha paciencia ya que no se trata de llegar primero, sino llegar a la meta. La palabra paciencia en este versículo viene del griego ipomoné (ὑπομονή), que literalmente significa constancia, resistencia o perseverancia. Por tanto, la paciencia es esa virtud que nos ayuda a mantenernos constantes y soportar las situaciones difíciles de la vida. De hecho, la vida cristiana requiere de constancia en medio de las circunstancias que nos rodea, para no desanimarnos en medio de las pruebas y desistir de la carrera. Necesitamos desarrollar la resistencia en medio de las calamidades y así culminar la carrera que tenemos por delante, de hecho, en varias partes de las Escrituras se visualiza la vida cristiana como una carrera.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Si nos damos cuenta, para el apóstol Pablo lo más importante era concluir con gozo su ministerio y vida cristiana, y esto lo compara con una carrera, y para ello estaba dispuesto a resistir los sufrimientos que le podrían venir en el futuro, y esa capacidad de resistir es la virtud de la paciencia. Pablo demuestra una vez más ser un ejemplo de verdadera paciencia al resistir todos los vituperios por la causa de Cristo y alcanzar la recompensa eterna al culminar su carrera. Esto se visualiza en su última carta dirigida a Timoteo donde expresa sus grandes pruebas por las cuales estaba atravesando y de las cuales podemos mencionar algunas de ellas:
1. Las iglesias de Asia lo abandonaron:
Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.
2. Se enfrentó a personas que introdujeron herejías en medio de la congregación:
Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto,que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
3. Sufrió la decepción de desertores del evangelio:
porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
4. También sus compañeros no lo respaldaron el día que tuvo su primera audiencia delante de las autoridades romanas.
En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta.
5. Aparte de todo esto había personas que se empeñaban en dañarlo:
Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.
Todas estas cosas aunadas al hecho de que Pablo se encontraba en prisión eran suficientes para desmotivar a cualquier persona y desistir de la carrera. Al final, él se encontraba en prisión sin recibir la menor ayuda, unos se habían apartado en pos del pecado, otros lo abandonaron, no recibió el apoyo cuando tuvo su primera defensa, la iglesia de Asia no quería saber nada de él, las herejías y enemigos del evangelio estaban atacando sin compasión.
Es importante desarrollar el fruto de la paciencia ya que estaremos expuestos a diversidad de pruebas en nuestra vida cristiana y lo único que nos mantendrá en el camino de la fe es esa resistencia a las mismas. Esa resistencia ante las adversidades provoca una perseverancia y la perseverancia nos ayuda a superar cualquier tribulación que se presente,
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Propósito de las pruebas
Las pruebas tienen diferentes propósitos en nuestras vidas. Muchas veces las pruebas vienen con el propósito de disciplinarnos o moldear algún aspecto de nuestro carácter para ser mejores instrumentos de su gloria. Dios como un Padre amoroso está dispuesto a someternos a disciplina cuando nos desviemos del camino correcto.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Otras veces las pruebas pueden venir a nuestras vidas con el propósito de que aprendamos a depender de su gracia. Por ejemplo, Pablo tenía una enfermedad por la cual había orado 3 veces, pero Dios no quiso sanarlo, sino que decidió dejársela para que el apóstol no se le olvidara su dependencia de Dios y no se engrandeciera más de lo necesario por la grandeza de su ministerio.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
En otras ocasiones las pruebas vienen a nuestra vida con el propósito de convertirse en desiertos espirituales que tiene como fin formar nuestro carácter y prepararnos para el futuro. Muchas veces estas pruebas se alargan convirtiéndose figurativamente en verdaderos desiertos espirituales y para cruzarlos definitivamente necesitamos paciencia. Muchos de los grandes líderes que encontramos en la Biblia cruzaron por desiertos antes de desempeñar la misión que Dios les había delegado. Así vemos que Moisés pasó 40 años en el desierto donde aprendió a ser un hombre humilde y obediente antes que Dios lo llamara a ser el libertador de su pueblo, David huyó al desierto cuando Saúl lo quería matar y allí aprendió a confiar en Dios y desarrolló su pericia militar antes de ser rey de Israel, los profetas con frecuencia pasaban un tiempo en el desierto antes de emerger con un mensaje, Juan el Bautista, el precursor del Señor Jesús, fue preparado por Dios en un desierto, Pablo se dirigió al desierto de Arabia antes de entregarse a su obra apostólica. Respecto a esto Jeff Caliguere nos dice:
Los desiertos espirituales desarrollaran en nosotros nuevas cualidades para nuestro bien, sin embargo, necesitamos atravesarlos y no desistir a la mitad del camino, y para ello necesitamos paciencia sabiendo que Dios tiene un plan especial para nosotros:
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
La Paciencia con nuestros semejantes.
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
En la Biblia encontramos otra palabra en griego para referirse a la paciencia y es: Makrozumía (μακροθυμία) lo cual literalmente significa “lejos de enojarse”. En este sentido su uso se aplica a la paciencia que se debe tener respecto a sus semejantes. Crisóstomo la describe como el espíritu que tiene poder para vengarse, pero no se venga. Makrozumía es el espíritu que soporta los insultos y las injurias sin amargura ni queja.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Este tipo de paciencia nos ayuda a controlar los efectos de la ira. Somos seres humanos vulnerables y por tanto a veces nos dejamos arrastrar por nuestras emociones; especialmente por la ira. El manejo de la ira es un tópico importante. De acuerdo con la estadística se sabe que el 50% de la gente que acude para consejería, tuvo problemas con el manejo de su ira. La ira puede dañar la comunicación, romper las relaciones, y arruinar tanto el gozo como la salud de muchos. Y con mucha frecuencia la gente tiende a justificar su enojo, en vez de aceptar la responsabilidad por él. Hay un tipo de ira que la Biblia llama “justa indignación”, pero ésta no debe ser confundida con la ira humana. Pero veamos primero lo que dice la Biblia acerca de la ira.
1. Nos impulsa a pecar:
Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
2. La ira ofende a Dios por cuanto es un pecado:
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
3. Es un pecado que debemos abandonar.
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
a) Primeramente, reconocer nuestra conducta impulsiva e iracunda como un verdadero problema:
El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
b) Hay que reconocer que todas las pruebas y dificultades vienen a nuestra vida con el fin de desarrollar la paciencia:
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
c) Dejar lugar a la ira de Dios,
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
d) Combatir el mal con el bien no devolviendo mal con mal:
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
La paciencia de Job
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.Y le nacieron siete hijos y tres hijas.Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?
El Fruto del Espíritu: Benignidad.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
En su carta a los Efesios Pablo exhortaba a los creyentes a ser benignos unos con otros, y la palabra que se traduce aquí como “benignos” es la palabra griega jrestós (χρηστός), la cual también puede traducirse como amabilidad o a veces como misericordia. Esta misma palabra aparece en el listado del fruto del Espíritu en la carta a los Gálatas: “En cambio, el fruto del Espíritu… amabilidad (jrestótes, χρηστότης)…”,
En su sentido etimológico la palabra benigno significa algo o alguien que no causa daño, y en su carta a los Efesios, capítulo 4, versículo 32 el apóstol Pablo desarrolla a profundidad este concepto ya que nos dice cómo debemos ser benignos, es decir, amables (jréstós), y de acuerdo a sus palabras esto se logra siendo misericordiosos con las demás personas, sabiendo perdonar así como Dios nos ha perdonado a nosotros. Los griegos definían jrestós (χρηστός) como la disposición del corazón para considerar los asuntos de los demás como si fueran propios. Su enfoque está en considerar a los demás antes que a uno mismo, lo que provoca que sea bueno en todos sus aspectos. Así, en una sola palabra, jrestós (χρηστός), Pablo establece la ley de las relaciones personales: Debemos tratar a los demás como Jesucristo nos ha tratado a nosotros, con suma amabilidad. En sí, jrestós (χρηστός) revela un carácter generoso y no áspero, incapaz de hacer daño. La cualidad de la amabilidad se destaca prioritariamente en las relaciones con los demás. Como seres humanos, Dios nos creó mayoritariamente sociables, y es allí donde radica su importancia. Muchos de los problemas dentro de la iglesia vienen de las malas relaciones las cuales afectan la unidad de la misma. Como seres vivos estamos en constante comunicación, resolvemos problemas entre personas, amonestamos a los que hacen mal las cosas, animamos a los tristes, fortalecemos a los decaídos y si la cualidad de la amabilidad no existe entre nosotros podemos llegar a causar grandes conflictos al ser muy ásperos o imprudentes en el trato con los demás. Pablo nos muestra un precioso ejemplo de esta virtud. En estos versículos Pablo nos muestra un ejemplo de amabilidad. Pudiendo exigirles basado en su autoridad como apóstol, se presenta como un padre espiritual recordándoles su arduo trabajo a favor de ellos y el buen ejemplo que les dio, para animarlos, consolarlos y exhortarlos a llevar una vida santa. Estos versículos son un verdadero ejemplo de cómo ejercer la autoridad en la iglesia, y por eso Pedro animaba a los pastores a no ejercer su liderazgo como capataces sino dando el ejemplo en todo lo que hicieran:
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Amabilidad es el resultado de un corazón restaurado
Lamentablemente por causa del pecado nuestro corazón es malo y desde el principio el hombre se ha desviado de los caminos de Dios en pos de lo que le desagrada:
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Siendo así, difícilmente el hombre puede ser benigno por el hecho de ser un ente egoísta. Sin embargo, el Señor transforma el corazón del cristiano por medio del poder del Espíritu Santo con el fin de que produzca el fruto deseado:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Una vez que el poder de Dios transforma nuestro corazón duro, es nuestra responsabilidad cultivar el atributo de amabilidad desechando todo aquello que dañe las relaciones que podemos tener con los demás.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
La amabilidad es el resultado de nuestro sometimiento a Dios
Uno no se puede levantarse en la mañana y decir, “empezando hoy, voy a ser amable”. Aun las mejores intenciones fracasan cuando dependemos de nuestras propias fuerzas. Pablo dijo que la amabilidad era un fruto del Espíritu porque no puede crecer efectivamente sin el continuo trabajo del Espíritu en nuestras vidas. Vivir en el Espíritu significa ser controlado por su presencia, toda decisión y acción debe ser influenciada por su gloriosa presencia y por eso Pablo dice.
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
Cuando esta presencia gloriosa actúa en nosotros comenzamos a reflejar el fruto del Espíritu y por ende la amabilidad, mejorando así nuestras relaciones con los demás. Dios no desea que sus hijos sean personas soberbias e insoportables, al contrario, la Biblia nos exhorta a través de la carta de Pablo a los Efesios a cuidar esta nuestras relaciones personales entre nuestros semejantes
Someteos unos a otros en el temor de Dios.
entre cónyuges:
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
entre padre e hijo .
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
La amabilidad produce resultados positivos La Biblia muestra que la amabilidad produce resultados positivos y en primer lugar decimos que ayuda a nuestra conciencia a estar en paz consigo misma:
A su alma hace bien el hombre misericordioso;
Mas el cruel se atormenta a sí mismo.
Cuando sabemos que no hemos ofendido a nadie y que nuestro trato ha sido justo con los demás podemos sentir una especie de satisfacción y paz, muy diferente cuando sabemos que hemos ofendido a una persona. En segundo lugar la amabilidad gana la confianza de la gente. Henry Drummond dijo.
Las relaciones están fundamentadas en la confianza y en este caso la amabilidad nos ayuda en este fin. En tercer lugar la amabilidad también suaviza el corazón duro y enojado de los hombres:
La blanda respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.
la amabilidad ayuda el cristiano a ser una persona confiable y agradable, alguien en quien se pueda confiar
El fruto del Espíritu: Bondad.
Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
Ya vimos que benignidad es una virtud que nos ayuda a ser amables, que expresa misericordia y nos ayuda a no dañar a nadie, de tal forma que nos convierte en personas agradables con las cuales los demás quieren pasar tiempo; sin embargo, ¿qué es bondad? La bondad es la virtud que crea en nosotros la disposición para hacer buenas obras, es decir, ayudar a los demás. Si nos damos cuenta la benignidad ayuda a ser misericordiosos y amables con las personas, es decir, crea la compasión para desear hacer el bien a otros, pero la bondad traduce estas buenas intenciones en acciones. Por tanto, un buen cristiano tiene que ser alguien benigno y bondadoso. En este versículo de Romanos 15:14 el apóstol Pablo nos enseña mucho en cuanto a la bondad, la cual era una característica por las cual los creyentes de este lugar eran conocidos y nosotros también tenemos que esforzarnos para que las personas vean en nosotros la obra que Cristo realizo a través de nuestras buenas obras.
La bondad se manifiesta a través de la abundancia de buenas obras.
Pablo al escribirles a los romanos elogia su bondad diciéndoles que esta se manifiesta de una manera muy clara a los ojos de los demás: Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. En este texto la palabra bondad se traduce del griego agazosúne (ἀγαθωσύνη), y efectivamente expresa la disposición de toda persona para hacer buenas obras. Si bien es cierto, la salvación es por fe y no por obras, pero esto no significa que estas últimas no son importantes en la vida del creyente, al contrario, se vuelven un factor importantísimo e indispensable en la vida del hijo de Dios, tal y como lo enseña Pablo .
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;no por obras, para que nadie se gloríe.Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Si nos damos cuenta Pablo dejaba claro que la salvación del alma no depende de nuestras obras, sino de nuestra fe en Jesús; pero esto no significa que debamos ignorar el tema de las buenas obras en la vida cristiana ya que hemos sido creados por Dios para andar en ellas. Jesús espera que nuestra vida sea agradable a Él y de allí se vuelve importante que evaluemos nuestra actual conducta porque ella es un reflejo de lo que tenemos adentro. Jesús decía, así como era el corazón del hombre, así serían sus obras, buenas o malas:
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
La bondad es más efectiva cuando el Espíritu Santo la dirige.
Pablo continúa diciéndonos que el creyente debe estar lleno no solo de bondad, sino de conocimiento ya que este último es el que le ayuda a discernir y saber cómo ser efectivo en la realización de las buenas obras. Si bien es cierto, los creyentes deben estar preparados para hacer el bien en todo momento:
Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
alguna razón el Espíritu Santo se lo impidió ya que sus planes eran diferentes, sin embargo, el apóstol obedeció y así su ministerio fue más exitoso. Pablo le dijo a Timoteo que no impusiera sus manos a la ligera para orar por cualquier persona sino que discerniese con la ayuda del Espíritu de Dios con el fin de terminar orando por alguien a quien Dios no quiere bendecir:
No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
Samuel Dios le dijo que dejase de llorar a Saúl porque ya era demasiado tarde para él porque lo había desechado; y que mejor ungiera a un nuevo rey sobre Israel:
Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.
La bondad ayuda a otros a corregir sus malas acciones.
Finalmente, una persona llena de bondad y conocimiento es capaz de saber amonestar a los demás con el fin de hacerlos volver de su error. Es un error el querer amonestar a los demás basados solo en nuestra supuesta autoridad ya que si no usamos adecuadamente la sabiduría de Dios podemos llegar a ser imprudentes y por ello la Biblia nos dice que esta tarea es exclusiva de aquellas personas bondadosas y llenas del conocimiento de Dios a través del cual son capaces de hacer ver el error de las personas con el fin de que estas se vuelvan de su mal camino:
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
En sí la bondad es un fruto que el Espíritu produce en el creyente que lo impulsa a hacer lo bueno, pero al mismo tiempo le da el discernimiento de cómo hacerlo, siendo tanto así que es capaz de amonestar con toda prudencia a todos aquellos que se han desviado por el mal camino con el fin de volverlos a la senda de justicia. Por tanto, el cristianos necesita desarrollar el fruto del Espíritu que es bondad ya que como hijo de Dios está obligado a vivir su salvación produciendo toda clase de buenas obras que reflejen a este mundo la obra que Cristo ha hecho en ellos.
El Fruto del Espíritu es: Fe
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
. Por ello estudiaremos el fruto del Espíritu que es fe. En Hebreos 11:1 aparece nuevamente esta palabra y algunos han llegado a llamar a este versículo como la definición de la fe; aunque otro grupo no concuerda en ello ya que dicen que no engloba todas sus características. En primer lugar dice que la fe la certeza de lo que se espera. La palabra que se traduce como certeza es jupóstasis (ὑπόστασις) y puede traducirse también como sustancia, tal y como la versión en Inglés lo traduce: “, (Hebreos 11:1, KJV) En este sentido, la fe es como la materia prima de la cual nuestra confianza se construye, esta mira hacia el futuro, a las cosas que están adelante y es la garantía que tenemos que recibiremos lo que tanto esperamos, tal y como lo traduce la NVI:
Por tanto, la fe es la convicción de algo que no se visualiza materialmente, pero se cree como algo que ya existe. Basado en todo esto podemos ver que es en función de esta virtud que el creyente vive, mirando hacia el futuro con plena certeza y colocando su esperanza en las cosas que no se ven.
Al considerar los aspectos de la fe, el autor a los Hebreos va más allá al detallarlo un poco mejor en su capítulo 11. La fe es la que realmente nos aprueba delante de Dios: “Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos”, (Hebreos 11:2, RV60). La palabra testimonio se traduce del griego marturéo (μαρτυρέω), de la cual proviene la palabra mártir y en este contexto significa alguien que ha alcanzado un buen desempeño o reporte. Por tanto, solamente la fe nos dará la aprobación delante de Dios. La fe nos ayuda a comprender nuestro origen al entender que todo este mundo fue creado por la palabra de Dios.
1. Una fe viva y creciente.
La fe no es solo una creencia útil en momentos de dificultad o cuando se quiere algo, la fe es una fuerza activa y constante en nuestra vida. La fe es el fundamento de todas nuestras creencias, la materia prima de nuestros sueños y anhelos, la plena certidumbre de nuestras esperanza, la garantía de lo que se espera. El autor a los Hebreos nos enseña cómo se debe mostrar la fe en la vida de las personas al presentarnos una lista de personajes que llegaron a realizar grandes proezas por medio de su fe y que hasta hoy son recordados por ellas:
a) Abel: Por medio de su fe fue inmortalizado como justo delante de Dios.
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
b) Enoc: Por medio de su fe escapo de la muerte.
Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
d) Abraham: Por fe obedeció contra todo pronóstico para dejar todo un legado. “
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
e) Sara: Por la fe dio a luz un hijo siendo estéril y avanzada de edad.
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
g) Isaac: Por la fe bendijo a sus hijos y les exhorto a obedecer el pacto. “
Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.
h) Jacob: Por la fe recordó a sus hijos las promesas de Dios.
Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.
i) José: Por la fe profetizo que Dios sacaría a su pueblo de Egipto.
Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.
k) Moisés: Por la fe renuncio a los placeres temporales de Egipto y se entregó al oprobio de su pueblo con tal de ganar las riquezas espirituales.
Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.
2. Los alcances de la fe.
que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
Una persona con fe es capaz de ganar la aprobación de Dios y ser usado para realizar grandes obras para gloria de su nombre. Muchos cristianos vivimos sin
considerar los alcances de esta realidad, sin gozar del poder de Dios en nosotros y ahogados en un mundo de compromisos y dificultades. Sin embargo, nuestra fe tiene que evidenciarse en nuestra vida cumpliendo el propósito del Señor y viendo su gloria en cada momento para que aun muertos, nuestra fe trascienda eternamente.
1. El veredicto de Dios hacia las personas de fe.
de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
Para Dios, este mundo no es digno de tales personas. Por tanto, debemos atesorar esta importantísima virtud y realmente entender lo que significa vivir por fe.
He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
El Fruto del Espíritu: Dominio Propio.
Dominio Propio: La Reina de las Virtudes
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Esta palabra dominio propio o templanza se traduce del griego egkráteia (ἐγκράτεια), y significa el dominio que el ser humano tiene para evitar embriagarse con sentimientos o deseos. El mismo Señor Jesús exhortó a sus discípulos a no permitir que estos sentimientos o deseos los controlen:
Es por esto que en ocasiones se le llama al dominio propio la reina de las virtudes ya que nos permite tener un control de nosotros mismos. Como seres humanos sin Cristo somos incapaces de someter nuestra voluntad a lo bueno, ya que el pecado nos domina tal y como Jesús lo dijo.
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Sin embargo, por obra del Espíritu Santo se nos otorga esta preciosa virtud que nos ayuda a mantener nuestras bajas paciones, deseo y temperamento bajo control y por ello el apóstol Pablo exhortaba constantemente a controlar nuestra vida abandonando todas nuestras antiguas costumbres pecaminosas y no dejarnos gobernar por ellas:
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
Uno de los mayores desafíos de las personas es el controlarse a sí mismos, de allí que Platón un día dijo “La primer gran victoria es conquistarse a uno mismo”. El mismo Pablo entendió que a pesar de su libertad en Cristo tenía que tener su mente y cuerpo en servidumbre y completo control:
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
. Por ello el cristiano debe luchar por controlar su mente, cuerpo y temperamento para hacer lo agradable al Señor y no ceder a los antojos de la naturaleza pecaminosa. En general el dominio propio se refleja en muchos aspectos de nuestra vida entre los cuales podemos mencionar los siguientes:
1. La manera en que comemos.
2. La manera en que hablamos.
3. En la forma de cómo administramos el dinero,
4. En el uso del tiempo.
5. En nuestras actitudes.
6. Levantarnos temprano para buscar a Dios.
7. Para vencer la lentitud y la pereza.
8. Para servir a Dios.
9. En los deseos de la carne.
10. En nuestros sentimientos.
11. En la manera de vestirnos, etc.
Otra de las palabras griegas que se traducen como dominio propio es sofronismós (σωφρονισμός), la cual literalmente significa autodisciplina .
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Pablo pone la fórmula perfecta en la vida cristiana. Sabiendo las grandes vicisitudes que el cristiano enfrenta exhorta a Timoteo a tener coraje para enfrentar la vida. Dios nos ha otorgado poder a través del Espíritu Santo y este es regulado por el amor que nos impulsa a ejercerlo bajo las motivaciones correctas, sin embargo, Pablo agrega a la lista la palabra dominio propio o autodisciplina. No importa cuán dotada sea una persona de parte de Dios, sus dones nunca alcanzarán su potencial máximo sin la autodisciplina. El deseo de Dios es que alcancemos grandes promesas y explotemos al máximo la nueva vida que Él nos ha otorgado, pero si somos indisciplinados jamás lo lograremos. Las influencias de este mundo
pecaminoso, nuestra naturaleza carnal, nuestro temperamento o malos hábitos pueden ser un estorbo para desarrollarnos en el plano que el Señor desea, pero cuando ejercemos el dominio propio sobre ellos para controlarlos y no que ellos nos controlen, y además nos enfocamos en las cosas de provecho para nuestra vida podremos estar seguros de llevar mucho fruto agradable para el Señor. En algunas partes de la Escritura compara la vida del cristiano a la del atleta, el cual por medio de su autodisciplina llega a ganar la corona en las competencias:
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
El fruto del Espíritu es: Fidelidad.
Fidelidad: Fe en acción
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
En la biblia aparece una palabra tanto en griego como en hebreo que se traduce fidelidad y tiene dos formas diferentes de traducción, por ejemplo; del hebreo, está la palabra emuna (אֱמוּנָה ) que usualmente se traduce como fidelidad; también tiene el sentido de genuinidad, confiabilidad, constancia, honestidad. En el griego tenemos la palabra que es pistis (πίστις) para fidelidad, sin embargo también se traduce como fe. En muchas versiones de la Biblia la palabra griega pistis que figura en Gálatas 5:22, ha sido traducida por fe mientras que en otras se traduce como fidelidad, sin embargo, cuál es la correcta traducción de esta palabra, ¿es fe o fidelidad? Al examinar los diccionarios de griego encontramos que la palabra pistis generalmente tiene el sentido activo de fe, indicando la acción de “confiar en alguien”, pero en algunas ocasiones puede tener sentido pasivo, “ser confiable”. En este segundo caso se puede traducir como fidelidad. Esta palabra pistis .
La fe es un don de Dios por medio del cual creemos en una realidad que todavía no existe, la fe es una fuerte convicción que nos aferra a la esperanza de Cristo, pero la fidelidad es una respuesta y demostración de la fe por lo que podemos decir que la fidelidad es fe en acción. La fidelidad desarrolla otras virtudes que se deben evidenciar en nuestra vida de fe, tales como confiabilidad, lealtad, constancia, integridad, firmeza, determinación y honestidad. En las Sagradas Escrituras podemos encontrar personas de fe que reflejaron estas preciosas cualidades.
1. La fe de Eliezer el siervo de Abraham lo impulso a ser fiel en buscarle esposa al hijo de su señor convirtiéndose en un ejemplo de confiabilidad. Como muchos, Eliezer pudo fingir su fracaso en encontrarle esposa al hijo de su señor por celo ya que si Isaac no hubiera nacido la herencia de Abraham hubiese sido suya. Pero no fue así, sino que como todo hombre temeroso de Dios y fiel a Abraham realizo con gran diligencia y confiabilidad esta tarea:
Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.
2. La fe de José lo impulso durante toda su vida a ser un fiel administrador, ya sea como mayordomo de Potifar, o en la cárcel o como gobernador de Egipto, convirtiéndolo en un ejemplo de honestidad. Quizás el mejor ejemplo de esto se muestra cuando la mujer de Potifar quiso seducir a José para que se acostara con él, pero el reusó por su fidelidad a Dios y a su señor que le había confiado todo mostrándonos su gran honestidad:
Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
3. La fe del profeta Daniel le ayudo a mantenerse fiel a Dios durante los diferentes imperios paganos en los cuales fungió como administrador convirtiéndose en un ejemplo de integridad. Durante toda su vida siempre hablo la palabra que Dios le daba con toda claridad y sin quitar o añadirle, aun cuando se tratase del mismo rey, no dejándose sobornar por nadie mantuvo su integridad
Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino.
Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación.
4. La fe de Jonatán se vio reflejada en su fidelidad hacia su amigo David, aun cuando su padre Saúl lo perseguía para matarlo, Jonatán nunca lo traicionó convirtiéndolo en un ejemplo de lealtad. Esta lealtad se deja ver en la Biblia al mostrarnos lo grande que era su amistad:
E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo.
5. La fe del profeta Jeremías le ayudo a mantenerse fiel en el ministerio, a pesar de la oposición que sufrió y el rechazo de su mensaje por parte del pueblo judío, jamás retrocedió o renunció de su tarea, convirtiéndose en un ejemplo de constancia. Quizás el ejemplo de esto se deja ver en el lamento del profeta donde expresa como quiso escapar del ministerio debido a las fuertes dificultades que tenía, pero
Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.
6. La fe del apóstol Pablo es otro hermoso ejemplo de fidelidad lo cual se muestra a lo largo de todo su ministerio ya que a pesar de las pruebas jamás se apartó de su objetivo de predicar la palabra de Dios aun cuando esto lo llevo a su propia muerte, siendo así un ejemplo de determinación. Sus propias palabras lo declaran así:
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Por lo tanto podemos aseverar que la fidelidad es un elemento clave en nuestra vida cristiana. No debemos olvidar que vivimos en un mundo donde la fidelidad prácticamente no existe, difícilmente podemos encontrar personas en las cuales podemos confiar y aun la misma Escritura declara lo difícil que es encontrar a alguien fiel:
Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad,
Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
. La fidelidad en una persona es una cualidad escaza, muchos son los que se proclaman como dignos de confianza, pero realmente pocos son los que demuestran serlo. La fidelidad implica fe y muchos hombres en la Biblia sirven de ejemplo, ahora es nuestra responsabilidad el unirnos a ellos. El mismo Dios elogia esta bendita conducta y afirma que ellos serán las personas que escoja para servirle.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo;
El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
El Señor recalca la importancia de la fidelidad al prometer rodearse en su reino solo de personas fieles e intachables. Nadie quiere estar rodeado de personas infieles y nosotros como cristianos debemos destacarnos como personas confiables en todas las áreas de la vida.
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.