No pierdas la fe
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Introducción
Introducción
Hay algo que siempre me ayuda a sentirme mejor en los momentos que no lo estoy, sin duda alguna Dios es en quien uno debe refugiarse, pero él algunas veces utiliza nuestros pensamientos para mostrarnos que así como hay tiempos de alegría, también hay tiempos de dolor. Ese algo que me ayuda es el pensamiento que creo que el Señor pone en mí, por lo general siempre que estoy mal físicamente, recuerdo cuál es la sensación de estar bien, es cuando uno está mal que comienza a darle valor a los buenos momentos que el Señor nos da. José es un hombre que, aún sabiendo que él legalmente no merecía estar en la cárcel, mantiene su fe tan fuerte que en lo más profundo que él se encuentra es capaz de reconocer la grandeza de él. Veamos esta historia.
Cita bíblica central
Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.
I. El encarcelamiento del copero y panadero (Gn. 40:1-4)
I. El encarcelamiento del copero y panadero (Gn. 40:1-4)
El encarcelamiento de estos servidores de Faraón fueron justos, es decir, llevados a cumplir una condena por algo que ellos habían cometido. Dice el texto que ambos “delinquieron”, es decir, pecaron fallando en lo que debían hacer, incumpliendo con sus responsabilidades, por causa de esto Faraón se pone “furioso” resultando esto en la aprehensión de los jefes. Ellos no eran simples servidores, sino que eran los encargados privilegiado en ambas áreas, siendo poseedores de autoridad. Ahora, la cárcel a la que fueron enviados no fue un lugar cómodo, sino que era un lugar miserable, era una “cisterna, o sea, un pozo en el suelo, en forma de botella con una parte superior estrecha( con una tapa de piedra), tallado en piedra generalmente suave, que recoge el agua y la almacena; o sea, un hoyo en la tierra para prisioneros.” Es en este mismo lugar que José estaba encarcelado. José es convertido en servidor de ellos, él los atendía.
II. Los sueños del copero y panadero (Gn. 40:5-19)
II. Los sueños del copero y panadero (Gn. 40:5-19)
Los sueños que ambos tuvieron en la misma noche los afligió y perder la buena apariencia del rostro. José los vio así, él fue cumplir con sus responsabilidades y los halló de esa forma. Algo que debemos tomar en cuenta aquí es que José va más allá de cumplir con sus responsabilidades, él se preocupa por lo que los aflige, se preocupa por su bienestar emocional. Los sueños de ambos son particulares y con un distinto significado. Otra cosa que debemos tomar en cuenta, y que tiene muchas implicaciones es lo que José les dice a los jefes: “¿No son de Dios las interpretaciones?”
La dependencia de José en Dios
Hasta este punto José tenía muchos motivos humanos para rendirse y apartarse del propósito de Dios para su vida. Así como él pudo entender, por el favor de Dios, los sueños que él tuvo, él entiende que aún esos sueños están pendientes. Afirmar los atributos de Dios en medio de la dificultad es una gran virtud porque nos ayuda a ver que el aún está en control.
El poder de Dios
Dios es poderoso para hacer que todo sea explicable, José afirmó que Dios es capaz de hacer explicable su situación. Todo está en su mano, él lo gobierna todo, nada sucede en el mundo que no sea su perfecta voluntad.
Cada sueño fue interpretado dado a cada uno de ellos. José dijo que el copero sería restituido a su cargo y que el panadero sería ejecutado.
III. El cumplimiento de los sueños interpretados (Gn. 40:20-23)
III. El cumplimiento de los sueños interpretados (Gn. 40:20-23)
Las interpretaciones de los sueños fueron cumplidos al pie de la letra en el día del cumpleaños de Faraón. Tal como Dios se lo dijo a José que sucedería así pasó. Una vez más entendemos que a Dios nunca le sorprenden las situaciones aunque a nosotros sí. Una de las peticiones de José al copero fue que él tenga misericordia con José recordando delante de Faraón lo que José interpretó. Lamentablemente el copero no hizo lo que José pidió, sino que se olvidó, pasó por alto todo lo que aconteció.
Conclusión
Conclusión
Una de las muchas cosas que podemos aprender de todo es que nunca debemos perder nuestra fe. Hermano o hermana no te rinda. José en el pozo de la aflicción continuó siendo fiel a Dios, cumpliendo con sus responsabilidades y reconociendo el poder de Dios. Lo que te está sucediendo es un momento en la vida. Pero lo que te diferenciará como hijo de Dios es la permanencia que tengas en él aún en el pozo de aflicción que te encuentres. Hermano, ¡No te rindas!