El Paralitico de Bethesda
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El Ptaralitico de Bethesda
pórtico
Estructura exterior de un edificio monumental que forma un acceso cubierto a la puerta de entrada y se apoya sobre columnas.
Estructura con cubierta soportada por columnas y arcadas a lo largo de una fachada o rodeando una plaza a modo de claustro.
Bethesda—“casa de misericordia
"ángel" se deriva de la palabra griega aggelos, la cual significa "mensajero." La palabra correspondiente en Hebreo ma'lak también tiene el mismo significado.
La Puerta de las Ovejas estaba cerca del Templo. Recibía este nombre porque por allí entraban las ovejas destinadas a ser sacrificadas en el Templo, provenientes de Belén.
Belén es un pequeño pueblo vecino de Jerusalén. Era una ciudad levita dedicada principalmente a la crianza de ovejas para sacrificio. No es casualidad que Dios haya determinado que Jesús naciera precisamente allí.
Muy cerca de la Puerta de las Ovejas estaba el estanque de Betesda, Tenía dos piscinas grandes rodeadas de columnas blancas y cinco portales de entrada.
Al cruzar por uno de los portales vimos el estanque de Betesda. Lo rodeaban decenas de hombres y mujeres enfermos. Tullidos, ciegos y cojos se arremolinaban junto al brocal de la piscina, empujándose unos a otros y mirando con ansiedad el agua. El aire olía intensamente a orines, a pus y a sudor. Y las moscas, borrachas de toda aquella suciedad, formaban una nube negra sobre los enfermos.
1. La Puerta de las Ovejas estaba situada en la muralla norte de Jerusalén. Por ella entraban en el Templo las ovejas que iban a servir para los sacrificios. Cerca de esta puerta se encontraba un estanque de agua. Se le llamaba con dos nombres: Betesda (Casa de Misericordia) o Bezata (El Foso). En tiempos de Jesús, Jerusalén era una ciudad que padecía una aguda escasez de agua. El agua era un artículo que se vendía y se compraba. En la mayoría de las casas existían cisternas para recoger el agua de lluvia y aprovecharla. En la ciudad había dos grandes piscinas o estanques: Siloé, fuera de las murallas, y esta Betesda
2. La piscina tenía cinco pórticos de entrada y estaba dividida en dos por una hilera de columnas. En torno al estanque se reunían los enfermos para pedir a Dios su curación. Muchos de ellos tenían prohibida la entrada al Templo precisamente por sus enfermedades y en las aguas esperaban encontrar la misericordia de Dios que las leyes religiosas les negaban al apartarlos del lugar sagrado.
Nehemías 3:1, 32. Bethesda—“casa de misericordia”, por las curaciones efectuadas allí. cinco portales—para el amparo de los enfermos.
4. un ángel, etc.—Este milagro difiere en dos puntos de todos los demás milagros registrados en las Escrituras: (1) No fué uno, sino una serie de milagros efectuados periódicamente; (2) Como sólo se efectuaba “cuando las aguas eran revueltas, “así únicamente sobre un paciente a la vez, y el enfermo “que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua”. Pero esto sólo fijaba tanto más innegablemente su carácter milagroso.
Hemos oído de muchas aguas que tienen virtud medicinal; pero ¿qué agua fué jamás conocida que curara instantáneamente una sola enfermedad? Y ¿quién ha oído jamás de alguna agua que curara a todos, las enfermedades más diversas—“ciegos, cojos, secos”—de la misma manera? Y sobre todo, ¿quién ha oído de que se hiciera tal cosa “a cierto tiempo”, y más singularmente de todo, lo hiciese a la primera persona que entraba después del movimiento de las aguas?
Cualquiera de estas peculiaridades—muchas más tomadas todas juntas—habría proclamado el carácter sobrenatural de las curaciones obradas. (el texto aquí es genuino, no puede haber duda del milagro, pues vivían multitudes cuando fué publicado este Evangelio, quienes, por su propio conocimiento de Jerusalén, habrían podido exponer la falsedad del evangelista, si no se conocían allí tales curaciones.
La falta del v. 4 y parte del v. 3 en algunos buenos manuscritos, y el uso de algunas palabras raras en el pasaje, son explicados más fácilmente que la evidencia a su favor, si no pertenecieran originalmente al texto.
En efecto, el v. 7 es ininteligible sin el v. 4. La evidencia interna presentada en contra, es meramente la improbabilidad de tal milagro, un principio que nos llevará mucho más lejos, si permitimos que pese contra la evidencia positiva). (A pesar del argumento del autor, los entendidos en cuestiones de variaciones en el texto, son casi unánimemente contra la inclusión de este versículo en el texto verdadero de Juan. Las aguas aquellas habrían tenido alguna virtud curativa natural, virtud que pronto se disipa. Nota del Trad.)
5–9. treinta y ocho años—pero no todo aquel tiempo al lado del estanque. Este fué el más patético de todos los casos, y por esto fué elegido.
6. Como Jesús vió a éste echado, y entendió, etc.—Así como él visitó el lugar sólo para obrar este milagro, así él sabía dónde hallar a su enfermo, y toda la historia previa del caso (cap. 2:25). 6. ¿Quieres ser sano?—¿Podría alguien dudar de que un enfermo tendría ganas de ser hecho sano, o que los enfermos vinieran acá, y que este hombre hubiera vuelto repetidas veces, sólo con la esperanza de una sanidad? Pero nuestro Señor le hizo esta pregunta: (1) Para fijar la atención en su persona; (2) Haciendo que el hombre detallara su caso, para ahondar en él el sentimiento de completa incompetencia; (3) Por pregunta tan singular, despertar en su corazón desesperado la esperanza de una curación. (Cf. Marcos 10:51).
7. Señor, . . no tengo hombre, etc.—En vez de decir que deseaba ser sano, sólo cuenta con sencillez lastimosa cuán infructuosos habían sido todos sus esfuerzos de lograrlo, y cuán impotente, y todo menos que desesperado, se hallaba. Pero no del todo. Porque aquí está él al lado del estanque,
Yacía una multitud de enfermos que esperaba el movimiento del agua"
Yacía una multitud de enfermos que esperaba el movimiento del agua"
Juan nos detalla la creencia popular que había surgido en relación con el estanque de Betesda y que sirve para explicar el porqué había tantos enfermos reunidos a su alrededor: "Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese".
No debemos pensar que esta creencia fuera cierta, o al menos no hay nada en el texto que nos haga pensar que el evangelista la apoye. Él incluye esta explicación para dar sentido al pasaje, porque esto era lo que creía el paralítico al que sanó Jesús, y otros muchos que estaban allí en una situación parecida.
En cualquier caso, esta creencia no tiene nada que ver con el carácter de Dios. Si lo pensamos bien, el "ángel que descendía de tiempo en tiempo al estanque" era bastante cruel, porque aunque venía a sanarlos, los hacía esperar indefinidamente, para llegado el momento, obligarlos a luchar con todas sus dificultades para llegar al estanque antes que los otros. Podemos imaginarnos el patético espectáculo cuando por alguna razón comenzara a moverse el agua. De repente, aquella multitud de ciegos, cojos y paralíticos estarían luchando entre ellos, arrastrándose como pudieran, golpeándose unos contra otros en un esfuerzo desesperado por ser los primeros en llegar al agua. Por supuesto, no encontramos nada parecido en la forma en la que el Señor sanó a todos los enfermos que le fueron presentados. Y de hecho, cuando el Señor sanó al paralítico no hizo ningún uso de este estanque.
A la vista de esto, surge de modo natural la pregunta de si habían ocurrido realmente milagros en aquel estanque que hubieran servido para dar continuidad a esta creencia. Y nos preguntamos esto, porque también en la actualidad sigue habiendo muchos lugares de peregrinación donde acuden constantemente enfermos con la esperanza de ser sanados por alguna virgen o santo. Y aunque la atención de nuestro pasaje no se centra en esta cuestión, podemos decir que no sería de extrañar que se hubieran producido curaciones en algunas circunstancias, de hecho es difícil negarlo después de haber leído los relatos de peregrinaciones a lugares de curas milagrosas. Pero como en este caso, es imposible afirmar que los milagros sean producidos por Dios. Lo que es evidente es que la mayoría de las curaciones que se producen en estos lugares tienen que ver especialmente con aquellos casos de enfermedades que tienen su origen en el sistema nervioso, y que una fuerte sugestión, como la que el enfermo siente al encontrarse en un ambiente así, puede producir una sanidad de este tipo.
¿quién Lo Sanará? ¿un Dios Griego O Judío? (juan 5:2-5)
Cuando se llega a determinar el nivel de confiabilidad histórica del evangelio, la historia que terminará en la sanidad de un hombre paralítico es una de las unidades textuales más fascinantes en el Evangelio de Juan. Hasta que se descubrió el estanque con cinco pórticos abovedados cerca de la puerta de las Ovejas, muchos no consideraban el evangelio de Juan históricamente confiable. El evangelio se pensó para ser alegórico (cierta solo en el sentido similar a la literatura apocalíptica) o simplemente inexacto (escrito por alguien que no era de Judea y totalmente ajeno con la geografía de Jerusalén). Sin embargo, gracias a la incansable investigación de arqueólogos, ambos estanques mencionados en el evangelio de Juan fueron identificados- el estanque de Betesda en Juan 5: 2 (imagen cortesía de la Carta de Jerusalén) y el estanque de Siloé en Juan 9:7. El estanque mencionado en este capítulo resultó tener cinco pórticos (como se describe en el evangelio), pero no fue estructurado como un pentágono. Hubo cuatro pórticos separados en el medio por otro, de ese modo formando los cinco pórticos.
Es posible que estos estanques fueran instalaciones religiosas destinadas a la ceremonia de limpieza- mikvaot, asociadas con el Templo de Jerusalén; o simplemente depósitos de agua para consumo de la población en general (al menos en algunos períodos de su uso). Pero hay también otras opciones interpretativas.
Algunos arqueólogos que trabajaron con este descubrimiento por muchos años, encontraron y excavaron varias figuras de serpientes en este estanque; lo que indica que el área pudo haber albergado una sucursal en Jerusalén para el culto a Esculapio. Debemos ser cuidadosos para no asumir que podemos saber estas cosas con certeza (por ejemplo, ninguno de los artefactos conectados a Esculapio que fueron encontrados en ese lugar fueron datados en el primer siglo), algunas ideas interesantes todavía son dignas de considerar. Así que habiendo dado algún espacio para las denuncias, ¿quién fue Esculapio?
Esculapio fue el dios de la medicina y la sanidad en la Antigua Religión Griega. Las hijas del dios mitológico incluían las diosas Hygeia y Panacea. Podemos escuchar en sus nombres griegos nuestras palabras modernas para “higuiene” y “panacea” – conceptos claves asociados ahora con la medicina y la salud. De hecho las serpientes eran un atributo clave del culto a Esculapio de salud y sanidad (ver el área en círculo sobre la imagen de Esculapio). Hasta hoy uno de los símbolos claves de la medicina moderna es un madero con una serpiente alrededor.
Ahora deténgase y piense por un momento. Porque, si esto es cierto, puede cambiar nuestra percepción de toda la historia descrita aquí. Usted ve que es posible que los ciegos, cojos y paralíticos no estuvieran esperando por el Dios de Israel para sanarles; sino más bien por el acto misericordioso sanador de Esculapio. En este caso, el estanque de Betesda (casa de misericordia en hebreo) no tiene que ser del todo un lugar judío, sino más bien una instalación griega de afiliación Escupiliana. Esto por supuesto seria consistente con el pensamiento Helenizado de Jerusalén y Judea en el tiempo de Jesús. Ya sabemos que este es el caso de muchos estudios históricos y arqueológicos.
Es muy importante notar que en esta particular sanidad Jesús no ordena a quien sanó lavarse en el estanque (el estanque de Betesda), mientras que él si hace un mandato directo de ir y lavarse en el estanque de Siloé cuando ocurre la sanación del hombre ciego (Juan 9:6-7). Esto por lo tanto parece que mientras el estanque de Betesda era un lugar pagano, el estanque
Por lo tanto, ya que el autor del Evangelio sigue mostrando a Jesús como el encarnado divino Logos/ Memra del Dios de Israel, vemos la tensión real de la historia: ¿Quién tiene el poder de sanar, el Dios griego Esculapio, o el Dios judío, por medio de su hijo real Jesús? [2] de Siloé no lo era. Claro, Jerusalén era el centro para los Judíos religiosos en los días de Jesús, pero era también una sede para los ideales helenizados en Judea que estaba bajo control estricto romano con la Fortaleza La Antonia dominando el noroeste extremo de la Montaña del Templo.
Veremos más de esta interesante polémica tanto como continuemos nuestro fascinante estudio.
[1] Algunos manuscritos insertan, totalmente o en parte, “esperando por el movimiento del agua. 4 porque una ángel del Señor descendía en ciertas estaciones al estanque, y agitaba el agua: cualquiera que descendía primero después del movimiento del agua era sanado de cualquier enfermedad que tenía”.
[2] Esto es muy parecido para el tipo de antiguas cruzadas-polémico religiosas descritas en la sanidad de Naamán (2 Reyes 5). En la mente de los antiguos, los ríos eran concebidos como canales de bendiciones que venían directamente de los dioses de un país particular. ¿Serán los ríos de Israel mejores que los ríos de Siria? (2 Reyes 5.12) ¿Le ganará el Dios de Israel al Dios de Siria?
La Piscina De Betesda Como Un Centro De Curación Del Dios Griego Asclepio
Por Dr. Eli Lizorkin-Eyzenbergdiciembre 1, 20147 comments
La piscina de Betesda como un centro de curación del dios griego Asclepios (Juan 5)
1 Después subió Jesús a Jerusalén. 2 Y había ahí en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque llamado Betesda, el cual tenía cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento de las aguas.
Cuando se llega a determinar el nivel de la credibilidad histórica del Evangelio, la historia que finalizará con la sanación del paralítico, es una de las unidades textuales más fascinantes del Evangelio de Juan. Hasta el descubrimiento del estanque con cinco columnas techadas cerca de la Puerta de las Ovejas (aunque cada cual buscaba un estanque en forma de pentágono, en un principio) muchos no consideraron el Evangelio de Juan históricamente creíble. El Evangelio era mostrado bien alegóricamente (verdadero solo en el sentido similar al de la literatura apocalíptica) o bien inexacto (escrito por alguien que no fuese de Judea y que desconocía completamente la geografía y topografía de Jerusalén). Sin embargo, ambos estanques mencionados en el Evangelio de Juan fueron identificados – el estanque de Betesda en Juan 5:2 y el de Siloé en Juan 9:7. El estanque que se menciona en este capítulo resultó ser de cinco columnas (como se describe en el Evangelio) pero no estructurado en forma de pentágono. Habían cuatro columnas separadas en el centro por otra, así formaban las cinco columnas tal cual eran descritas en el Evangelio.
Es posible que el estanque de Betesda fuese para facilitar las purificaciones con agua en el ceremonial religioso judío, “mikvah”, asociado al Templo de Jerusalén. Pero hay otras opciones interpretativas, que en mi opinión tienen mucho más sentido.
Hay muy buenos motivos para creer que esta estructura situada a una distancia peatonal por detrás de los muros de la ciudad de Jerusalén fue una parte del dios greco-romano de la salud y el bienestar Esculapios, el cual fue bien extendido por los dominios del Imperio Romano. Habían más de 400 “esclepiones”. Esculapios relata los beneficios a través de todo el Imperio, funcionando como centros de salud y dispensadores de la gracia y misericordia del dios hacia los que estaban necesitados.
Esculapios era el dios de la medicina y la salud en la región de la Antigua Grecia. Las hijas místicas del dios, por ejemplo, incluídas la diosa Higeia y Panacea. Podemos escuchar sus nombres griegos en el hablar moderno como “higiene” y “panacea”- conceptos clave asociados hoy en día con la medicina y la salud. Las serpientes fueron atributo del culto a Esculapios en la salud y la sanidad. Incluso, actualmente, uno de los principales símbolos de la medicina moderna es una vara con una serpiente enroscada en ella.
Deténte ahora y piensa por un momento. Si esto es correcto, puede que cambie nuestra percepción de la historia descrita aquí. Como puedes ver, es posible que los ciegos, cojos y paralíticos no estuviesen esperando a que el Dios de Israel les sanase, sino más bien por la gracia sanadora de Esculapios. Antes de empezar a pensar que la reconstrucción de arriba es descabellada, por favor, tenga en cuenta lo siguiente:
En el siglo II de la era cristiana, el apologista Justiniano Mártir menciona de obsesiones populares con Esculapios entre sus contemporáneos, diciendo: “Cuando el Diablo trajo a Esculapios como resucitador de los muertos y sanador de todas las enfermedades, ¿no debería decir que en este tema igualmente él ha imitado las profecías sobre Cristo? (Justiniano Mártir, Dialogo con Triphomenes, el Judío, 69). En una declaración atribuida al siglo II del Sabio Judío Rabbi Akivah, leemos: “Una vez a Akivah se le pidió que explicara por qué las personas afligidas por enfermedades, algunas veces regresan sanas después de una peregrinación al santuario de un ídolo, aunque sea seguro que no tiene poder alguno” (Talmud de Babilonia, Avodah Zara, 55a)”.
El estanque de Betesda/Esculapios (rama de Jerusalén) era probablemente, una parte Helenística de Jerusalén junto con varios otros proyectos como el Teatro Romano, el complejo deportivo romano, los baños romanos y la Fortaleza Romana Antonia (cerca del estanque). Es probable referirse a tal helenización de Jerusalén que los devotos Qumranitas fueran autores del comentario del Profeta Nahúm que escribió: “¿Dónde está el león sin dientes, la cueva de sus cachorros?” (Nahúm 2:12b). La interpretación de esto se refiere a Jerusalén, que se había transformado en habitáculo de los gentiles malvados… (4Qp Nah)”.
En este caso, el estanque de Bethesda (Casa de Misericordia, en hebreo) no tiene nada que ver con el lugar judío, por el contrario, con las instalaciones asociadas al griego Esculapios. Es muy importante señalar que en esta particular sanación, Jesús no manda a lavarse en el estanque (estanque de Betesda), mientras que directamente, envía al ciego a lavarse en el estanque de Siloé (Juan 9:6-7). Parece por lo tanto, que mientras que el estanque de Betesda fue un lugar pagano (Esculapios) el estanque de Siloé estaba conectado con el Templo de Jerusalén. Desde luego, Jerusalén fue el centro religioso judío en los tiempos de Jesús, pero también fue el cuartel general de las ideas helenísticas en Judea que estaba bajo el estricto control de Roma con la Fortaleza Antonia dominando la zona noroeste de la Montaña del Templo.
[… esperaban el movimiento del agua; 4 porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.][1]
Mientras que entre este paréntesis, algunas Biblias modernas todavía incluyen el texto anterior (3b-4) no está incluido en los originales y más fiables manuscritos de que disponemos hoy en día y por lo tanto no debería ser tratado como auténtico. Parece ser que el copista cristiano, no familiarizado con el culto a Esculapios y la relación con el estanque de Betesda, añadió la explicación de que el ángel del Señor removía las aguas, buscando clarificar las cosas al lector. Al final, realmente, acabó enviando a toda una generación de lectores en una dirección errónea de interpretación, perdiendo el verdadero punto de vista.
Contrario a la opinión popular, los antiguos escribas no siempre eran exactos en la preservación de cada jota y tilde del texto que copiaban. No embellececían las cosas, pero desde luego no tenían miedo “para aclarar cuestiones”, cuando pensaban “que algo estaba faltando”. Por lo tanto el nuevo personaje de esta historia, el ángel del Dios de Israel, se añadió con buena intención por un error del copista. El copista, distinto al autor del Evangelio de Juan, no fue consciente de la identidad de la religión griega de Betesda, lo que le pareció mejor para él solo a partir del texto que tenía delante, sin tener ninguna evidencia del material cultural contemporáneo, tal como la casa de misericordia del Dios de Israel. Simplemente fue un error suyo.
5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.6 Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres se sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, el otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Toma tu lecho y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho y anduvo.
Los enfermos que a menudo eran vistos en los porches del estanque de Betesda formaban dos tipos. Aquellos que iban a probar suerte allí como parte de su búsqueda en su recorrido de sanación, hacia otra solución como prometida curación y aquellos que ya habían perdido toda esperanza en cualquier otro medio de sanación. En respuesta a la pregunta de Jesús acerca de si quería o no ponerse bien, leemos una respuesta que no fue nada, pero sí alentadora. En las palabras del enfermo “No tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy otro desciende antes que yo”(v 7). El remolino del agua parece que fuera producido cuando el sacerdote de Esculapios, abría las compuertas que conectaban la parte superior con la parte inferior del estanque de Betesda. El agua del departamento superior entonces fluía a la parte baja.
El hombre allí recluido parece haber estado durante mucho tiempo, ya que el Evangelio nos dice en el contexto ser profundamente religioso a pesar del ambiente religioso griego. Era un hombre con una necesidad personal significativa y toda su esperanza se había ido. Esculapios, en la metodología griega, era conocido también no solo por sus poderes sanadores y vivificadores, pero también por su benevolente actitud hacia la gente, los cuales lo hicieron una de las más populares deidades en el mundo greco-romano. Más adelante en la historia, Jesús conocería al hombre que sanó en el Templo de Israel y le avisaría de no continuar en su vida de pecado (algo que encaja perfectamente con la idea de que la piscina de Betesda fue Asclepion).
Esta es una historia poderosa. La enfermedad, símbolo del caos humano, fue llamada al orden por la palabra de Jesús. Justo igual que con el caos previo a la creación, cuando a una voz del Rey Celestial de Israel puso en orden la creación de la misma forma. Ahora, el Hijo real del Rey de Israel vino a la morada pagana (Esculapios) y sanó al judío sin ninguna fórmula mágica ni sortilegios. Jesús, simplemente lo hizo “diciéndole” al hombre que se levantara y caminase. En otras palabras, Jesús curó al hombre de la misma manera que el Dios de Israel una vez creó el mundo – simplemente por el
Paganismo en el estanque de Bethesda y la omisión de Juan 5:4
Autor: Rodrigo Giménez
Juan 5: 2-4 “ 2 Hay en Jerusalén una piscina Probática que se llama en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. 3 En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. 4 Porque el ángel del Señor se bajaba de tiempo en tiempo en la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, recobraba la salud de cualquier mal que tuviera”.
El griego “Probática” y el hebreo “Betzatá” refiere a “ovejas” y del arameo beth-hesda que significa casa [lugar] de misericordia (otros lo traducen como Casa del Derramamiento). Este lugar tiene todas las característicasde una iniciativa de construcción bien planificada del período romano temprano, porque desde el siglo III AEC , la piscina era usada para lavar a las ovejas antes de sacrificarlas en el Templo. Este uso dio a sus aguas un símbolo de santidad y muchos inválidos llegaban a ellas para intentar conseguir su curación. Ahora bien, siglos antes (siglo VIII AEC), se la llamaba “ la piscina alta” y aparece mencionada en el libro de los Reyes II, capítulo 18 versículo 17: “Mas el rey de los asirios, faltando a lo prometido, envió desde Laquís a Jerusalén contra el rey Ezequías a Tartán, y a Rabsaris, y a Rabsaces con mucha tropa; los cuales, poniéndose en camino vinieron a Jerusalén, e hicieron alto cerca del acueducto del estanque superior, situado sobre el camino del campo del Batanero”, y también en el Libro de Isaias, capítulo 36, versículo 2: “El rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, contra Ezequías, al copero mayor, con un fuerte ejército. Subieron y, cuando llegaron a Jerusalén, se detuvieron junto al canal del estanque superior, el que está junto al camino del Campo del Batanero.”
En el versículo 2 del capítulo 5 de Juan se dice que la piscina tiene cinco pórticos. Hasta la década de 1860, muchos eruditos supusieron que Birket o Birket es-Serain, en el lado norte del Haram al-Sharif fue la piscina de Bethesda sobre la base de los testimonios medievales que ofrecían los peregrinos que visitaban este lugar. Sin embargo, en otoño de 1888, el profesor Conrad Schick organizó una expedición a causa de la restauración de la Iglesia de Santa Ana y desenterró el área total hasta el nivel romano, dejando al descubierto dos estanques de gran tamaño con cinco pórticos y numerosos fragmentos de columnas y capiteles.
Sobre una pared había un fresco borroso de un ángel agitando el agua, lo que indica que este era el lugar según la tradición. Otro lugar que se ha barajado es el convento de las hermanas de Sión, allí se encontraron dos piscinas gemelas subterráneas, separadas por un muro grueso que las cortaba. Arqueólogos han sugerido que la piscina de Bethesda era un sistema de agua que se usaba específicamente para la purificación ritual, un miqveh (espacio donde se realizan los baños de purificación). Cuando era necesario, se abría una compuerta en el extremo de este canal y esto, a su vez, conducía a un canal cubierto que ayudó a drenar el exceso de agua hacia el sur. El burbujeo y la formación de espuma que se producía durante el drenaje y el chorro periódico de agua en el estanque pudo haber dado lugar a la idea de que las aguas eran removidas por un ángel del Señor, en el primer siglo. La intervención del ángel en la piscina, bañándose y agitandolas aguas, no aparece en la tradición Alejandrina, es decir, el final de Juan 5:3 y Juan 5:4 completo, no aparece en textos como el Codex Bezae. Parece ser que la idea de un ángel lavándose en una piscina complementa el versículo 7 del propio capítulo 5 de Juan, en donde el paralítico le dice a Jesús: “ Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo”. Es posible que sea un añadido posterior, de tiempos de la Aelia Capitolina. Esto significa que cuando se redactó el final de Juan 5:3 y Juan 5:4, se estaba tratando de judaizar una tradición pagana mediante la inserción de un ángel.
Es decir, que esta piscina también atendía a creencias populares paganas, de que Esculapio, dios de la medicina y la salud, que curaba a la gente mientras dormía después de haberse bañado, era el que actuaba sobre estas aguas. Al Este de estos dos estanques, se encontraron otros dos estanques más pequeños que atestiguan la presencia de un santuario pagano de curación. A partir del 135 DEC, durante la época de Aelia Capitolina, los descubrimientosen el área de las excavaciones sugieren que los ritos paganos de curación se realizaron indudablemente en las inmediaciones, asociados con Serapis o Esculapio. Los romanos también erigieron, en el lado sureste de las piscinas, un templo dedicado a Esculapio (un héroe griego que se convirtió en el dios griego de la medicina y la curación) o Serapis (un dios griego-egipcio). Es posible por consiguiente que este texto “del ángel en la piscina, bañándose y agitando las aguas” sea una forma de despaganizar lo que muchos atribuían en aquel momento a dioses romanos como Esculapio o Serapis. Incluso varios traductores han omitido el siguiente relato:
“Porque el ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua” entre las traducciones que omiten se encuentran: BTX3, NVP, TNM, NVI 1999, DHH1994, NTV, Serafín de Ausejo 1975,
TLA Dueterocanónicos, otras versiones como la BNP y la BLP95 lo colocan entre paréntesis.
1. Puerta de las Ovejas
La primera puerta que comenzaron a reconstruir es la Puerta de las Ovejas.
(Nehemías 3:1-2) Y se levantó Eliasib el sumo sacerdote con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos aparejaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Meah, aparejándola hasta la torre de Hananeel.
Esta puerta no estaba destruida, pero sí necesitaba ser alineada. Quien realizó dicha restauración fueron los sacerdotes, liderados por el sumo sacerdote, cuyo nombre era Eliasib, que literalmente significa: “Dios restaura o hace regresar”.
La Puerta de las Ovejas estaba cerca del Templo. Recibía este nombre porque por allí entraban las ovejas destinadas a ser sacrificadas en el Templo, provenientes de Belén.
Belén es un pequeño pueblo vecino de Jerusalén. Era una ciudad levita dedicada principalmente a la crianza de ovejas para sacrificio. No es casualidad que Dios haya determinado que Jesús naciera precisamente allí.
En los Evangelios está registrada una ocasión en la que Jesús entró por esta puerta, y sanó a un paralítico.
(Juan 5:1-9) Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. (2) Y hay en Jerusalén, a la puerta de las Ovejas, un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco pórticos. (3) En éstos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua. (4) Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. (5) Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. (6) Cuando Jesús le vio postrado, y entendió que hacía mucho tiempo que estaba enfermo, le dijo: ¿Quieres ser sano? (7) Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; pues entre tanto que yo vengo, otro desciende antes que yo. (8) Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. (9) Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día.
Esta puerta representa la salvación.
Esta puerta representa la salvación.
Algunos comentaristas dicen que esta puerta no tenía cerrojo ni llave. Permanecía sin llave, para que cualquiera pudiera entrar por ella en cualquier momento. Todos estamos invitados a pasar por la puerta de la salvación.
Jesús es la puerta a través de la cual podemos entrar al Reino de Dios, la cual está abierta para todo el que crea en Él.
(Juan 10:7-11) Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. (8) Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. (9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Como tal, Él es la puerta para que entremos en el Reino. Pero Él también es el Pastor, y quien cree en Él será Su oveja.
El primer paso en la progresión de nuestra relación con Dios es reconocerlo a Él.
(Salmo 100:3-5) Reconoced que Jehová es Dios: Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. (4) Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; dadle gracias, bendecid su nombre. (5) Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad permanece por todas las generaciones.