EL ANTIGUO MANDAMIENTO QUE VINO A SER NUEVO

1 Juan   •  Sermon  •  Submitted
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Introducción:

Algo que ya habrán notado en el país es la variedad de extranjeros que tenemos ¿verdad? Porque no creo que eso lo hayan pasado por alto. Nuestro país, es un país está alojando y resguardando muchas personas extranjeras.
- Ya es extraño salir a la calle y no encontrarse con un venezolano.
- Ya es extraño salir y no entoncontrarse a un colombiano o costarricense.
- Ya es extraño salir e incluso no encontrarnos con un chinito o japonés por ahí.
Y ¿cómo sabemos de qué país es que son? Porque tienen rasgos que los distinguen. El venezonalo los distingues por su forma de hablar y su carisma. Al asiático, por el simple hecho de tener una línea en vez de ojos.
Y sin ir tan lejos, si fijarnos mucho en los extranjeros. Como ustedes sabrán, nuestro país se caracteriza por sus tres regiones geográficas culturas: sierra, selva y costa. Y siempre nosotros vamos a poder identificar tal persona, de tal región, por el simple dejo que la persona mantiene o que de vez en cuando se le escapa.
Costa – Claro p’ Ceviche
Sierra – Claro pi Cuy
Selva – Claro pues oye Cecina
Y es que la verdad, siempre habrá rasgos que nos distingan. Siempre llegaremos a saber de que lugar viene una persona, cual es su ciudad o país de origen.

Transición:

De la misma manera en la vida espiritual, espiritualmente también hay rasgos distintivos de un creyente. Hermanos, hay rasgos que nos identifican de qué reino somos.
- Reino de la luz o el reino de las tinieblas.
- Reino de los cielos o el reino del infierno.
- Reino de Dios o el reino de satanás.
De aquí en adelante veremos los rasgos del creyente.
El apóstol Juan nos da rasgos que debemos de ver muy visibles en cada creyente, para poder saber cuál es tu lugar, cuál es el reino al cual perteneces.
Es necesario que nosotros podamos ver estos rasgos para identificar quiénes son del Señor y quienes no son del Señor.
Y lo que hoy veremos es que: Es un rasgo distintivo de los ciudadanos del reino de los cielos el amor hacia sus hermanos, el amor fraternal.
1 Juan 2:7 - 14
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
8Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
9El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
10El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
11Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
12Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
13Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
14Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

Recordando:

Espero que no estés olvidando mucho de lo que nosotros estamos viendo ya en el libro expositivo a 1 Juan. Porque uno de los rasgos distintivos, sí es que ustedes se dieron cuenta, de aquel que dice pertenecer a la familia cristiana:
- Anda en luz y no en tinieblas.
- Guarda los mandamientos, y no porque sea bueno, sino porque el amor de Dios se perfecciona en Él por Cristo Jesús.
El cartel distintivo de un verdadero creyente es que produce buenas obras.
Y aun así tus frutos puedan ser pequeños, grandes o en la proporción en la que estés realizando y evidenciando esos frutos. Si tu fruto es semejante al de Cristo, pues eso es lo que importa y eso me dice que soy Hijo, me distingue como alguien que pertenece al reino de los cielos.
Y ahora lo que Juan va a hacer es, introducir acerca del tema del amor.
Cuando nosotros revisamos el v. 5 la semana pasada, nos muestra el amor de Dios, perfeccionándose en nosotros y no es que su amor no sea perfecto, sino que la obra de Cristo en nosotros todavía continúa hasta el día en que Él regrese.
Ahora vamos a ver en el v. 10 el amor al hermano.
Esta es la relación: Primero nos amó Dios para que nosotros luego nos podamos amar unos a otros.

Buscando Evidencias:

Entonces ¿Cuál es la evidencia que nosotros tenemos que buscar en nuestras vidas? ¿Qué es lo que debemos de buscar en la vida de nuestros hermanos para saber si realmente son creyentes genuinos? El amor fraternal.
El amor fraternal tema central del día de hoy.
Y quizás alguno de ustedes pueda decir: El amor a Dios es mucho más importante que el amor fraternal, el amor al hermano. Pero lo que Juan nos quiere mostrar es que la manera en cómo muestras amor hacia tu hermano eso evidencia tu amor hacia Dios. ¿O acaso los demás pueden ver cuál es tu amor hacia Dios si es que no hay una evidencia?
1 Juan 4:20
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
¿Amas mucho a Dios?Bien, entonces se supone que también amas a tu hermano.
Y ese amor a tu hermano, esa evidencia, pues solamente será el rasgo de tu amor real hacia Dios.
El que ama a su hermano permanece en la luz. Eso dice Juan en esta sección.
v. 7
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
Juan:
- No estoy diciendo nada nuevo, es un mandamiento que ustedes ya conocen.
- Es un mandamiento que tenéis desde el principio.
Y Juan una vez más escribe esto, pues uno de sus propósitos es contradecir aquellas ideas erróneas y nuevas que estaban trayendo los gnósticos.
Y lo que Juan hace es poder llevar una vez más a los hermanos a las sendas antiguas. Aquel mandamiento que es Antiguo.
Las herejías siempre serán nuevas, pero la verdad es de siempre.
Aquí los gnósticos podrían haber estado trayendo mensajes nuevos:
- Nuevos mandamientos, nuevas visiones, etc. Pero ellos en sus vidas no estaban reflejando la ley de Cristo, ni lo más simple.
Y decían estos gnósticos conocer los misterios, conocer aquellas verdades ocultas y los secretos acerca de Dios.
Ellos pudieron haber tenido títulos, ser doctorados y magister’s, tener un gran conocimiento, pero los mandamientos, era algo, que para ellos era tan difícil llevar a cabo.
Los que alardean de cosas nuevas, desprecian lo que es antiguo.
Y ahora esto no solamente es de los gnósticos, hay en día también sufrimos de esta realidad, personas que vienen trayendo revelaciones nuevas, visiones, que de tiempo en tiempo se aparece un apóstol por ahí, diciendo: Dios me ha dicho que puedo tener concubinas, es su orden.
De tiempo en tiempo se aparece una niña, diciendo; que no salgan de casa porque va a ver un humo que va a matar a todas las personas fuera de casa, etc. Así que, esta es una realidad que también sufrimos en nuestros tiempos.
Y en realidad todas estas cosas no son nuevas, sino que son las mismas realidades que se van cambiando de camisa y se presentan como algo novedoso para hacer estragos dentro de la iglesia.
Lo que Juan quiere hacer en esta porción, en este pasaje es poder desenmascarar a los gnósticos, o poder corregir esa idea errónea que se estaba instalando en la iglesia por la vivencia y predicación de estos falsos maestros. Y al mismo tiempo Juan quiere traer consuelo nuestros corazones.
Están en la verdad si es que permanecen en lo de siempre, en lo antiguo.
Juan: No sufran pensando de qué ellos tienen la verdad por el hecho de que traen algo novedoso, ustedes están en la verdad, permanezcan en lo de siempre. No sufran, que sus corazones puedan estar tranquilos, en paz. Están en el señor y no necesitan más. Así que, no escuchen aquellos que digan que tienen un nuevo mandamiento, una nueva revelación, porque lo que yo les estoy mostrando es lo que era desde el principio.

El mandamiento antiguo:

Y hoy estaremos viendo acerca de amar a nuestros hermanos. De cómo el amor a nuestros hermanos es un rasgo distintivo de la vida de un creyente.
v. 7
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
10El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
El amar a un hermano no es un mandamiento nuevo, es antiguo. Lo dijo Juan, lo dijo Jesús, y tuviéramos que revisar el antiguo testamento para ver dónde es que inicia este mandamiento.
Lv. 19:18
No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Y los dos grandes mandamientos tiene que ver con esto, en la manera de cómo se dividieron los 10 mandamientos. Los primeros cuatro mandamientos tienen que ver con amar a Dios sobre todas las cosas y los seis últimos tiene que ver con amar al hermano como a uno mismo, al prójimo como a uno mismo.
Sin embargo, vivimos en una sociedad, en una cultura, en tiempos donde la humanidad esta ensimismada. En realidad, el hombre no ama Dios, no ama al prójimo, sino a sí mismo y que vive obsesionada, cada día, por amarse a sí mismo.
El amor propio es en nuestros tiempos lo que precede la felicidad.
Ya Pablo nos advirtió antes que, en los últimos días vendrán personas amadoras de sí mismos.
La autoestima se ha inmiscuido bastante en la vida cristiana, en la iglesia y en tantos púlpitos, predicadores que más parecen couching’s y no hacen lo esencial, llamar al arrepentimiento. Y los resultados que vemos, es que muchos creyentes viven preocupados por una autorrealización, preocupados por su autoestima. No por cumplir la ley moral de Dios.
Y lo creo, ya te amas a ti mismo y mucho, demasiado.
Entonces, si tú te preguntas: ¿Cómo es que debo de amar a mi prójimo? ¿Cómo? pues como a ti mismo.
Y no hay tres mandamientos. No es: te amarás a ti mismo, amarás a tu prójimo y amarás a Dios. Solamente hay dos y es ahí donde nosotros contrastamos nuestra vida. Amas al señor tu Dios y por lo tanto amamos al prójimo.
Ahora, importante: Para que no pensemos que sí, que ya lo amamos.
El señor no solamente te dice a quién debes amar, sino como debes amar ¿Cómo? Con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas.
Entonces estoy lejos, si es así entonces tengo que crecer mucho en amar a mi Señor.
En Dt. 6:5
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Aquí podemos encontrar que ames a Dios de todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Cuando Cristo llega agrega un elemento más.
Mr. 12:30
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
En un entorno griego lleno de filosofías, personas que amaban el conocimiento es ahí donde Cristo agrega que ames a Dios con toda tu mente, con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas.
Tienes que amar a Dios con todo tu ser, la pregunta es ¿Lo amas así? No, entonces busca crecer.
Ahora ¿Amas a tu prójimo como a ti mismo? No, entonces tienes que aprender.
Cristo dijo que ames a tu prójimo como a ti mismo, porque Él sabe que tú eres la persona a la cual más amas. Te amas a ti mismo.
- Te cuidas, te peinas, te lavas, te vistes, huyes de aquello que te produce malestar y te acercas aquello que te da bienestar.
Tú eres la persona a la cual amas más en este mundo y el señor tu Dios lo sabe, de tal forma que te compara a ti y ese amor propio, a el amor que le debes a tus hermanos.
Ama a tu prójimo de la misma manera que te amas a ti. Y el día que tienes un esposo, una esposa y más que nada para los varones. El día que tienes que amar a tu esposa, tienes que amar a tu esposa como a tu mismo cuerpo. Porque ninguno jamás ha aborrecido su propia carne, sino que la sustenta y la cuida. Así vas a tener que amar a tu esposa, como a ti mismo.
Éste es el antiguo mandamiento, el mandamiento de siempre, ama a tu prójimo como a ti mismo. Y Juan dice que este es un rasgo distintivo del verdadero creyente, de aquel que anda en luz.
Eso es lo que Dios espera de nosotros, eso es lo que Dios espera que hagamos, Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Ama a tu hermano como a ti mismo, pero la realidad que vemos es desconcertante.
- Caín mató a Abel. Jacob mintió Esaú. Judá vendió a José. ¿Ese es el amor fraternal que Dios quiere ver en nosotros?
A través de los siglos podemos ver que el hombre es incompetente, incapaz de amar a su hermano.
Este mandamiento antiguo no hemos sido capaces de cumplirlo.
v. 8
Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo…
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
Juan estas jugando con mis emociones.
Y Juan como que nos quiere confundir, en el v. 7 nos dice que este es un mandamiento antiguo, pero el 8 nos dice hay un mandamiento nuevo.
Juan que está pasando, nos estás despistando, resulta que ahora hay otro mandamiento.
No, nos confundamos. La verdad es que es lo mismo.
Ese mandamiento antiguo también es un mandamiento nuevo.
El mandamiento antiguo vino a ser nuevo. Ok.
Porque el Evangelio es así, dice Mateo 13
Mt. 13:52
El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Como un padre que saca de su Tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Aquello que es viejo, vino a ser nuevo. El mismo mandamiento: Ama a tu prójimo es un mandamiento antiguo, también un mandamiento nuevo.
Lo tenemos desde hace mucho, y se nos ha sido imposible cumplir. Pero ahora en Cristo Jesús es hecho realidad. Cristo es la luz del mundo y el la alumbra a todo hombre, y ahora todo cobra nueva dimensión delante de nosotros.
Aquello que era imposible ahora es una realidad en nosotros.
- En Cristo Jesús tenemos este mandamiento cumplido.
- En Cristo Jesús tenemos este mandamiento que se hace algo práctico.
- En Cristo Jesús este mandamiento es una realidad que podemos ver y podemos palpar.
Incluso podemos decir: Yo amo a mi prójimo como a mí mismo, porque Él ama a su prójimo como a sí mismo. Porque Él ama al hermano como a sí mismo, ama a su pueblo como a sí mismo.
Juan 13:34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Ese mandamiento antiguo, es un mandamiento nuevo. Por qué es verdadero en Él.
Eso es lo que dice el v. 8.
8Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
Ese mandamiento que no pudimos cumplir, Cristo Jesús es la realidad y en nosotros es una realidad.
Se dan cuenta que se está cumpliendo. Cristo dice ejemplo os he dado, Cristo se encarnó… (vida terrenal de Cristo)
Cristo nos amó a nosotros y más que, asimismo. Humillándose, Tomando la toalla y lavándonos los pies, entregándose a la Cruz y después de lavar los pies de los discípulos dice ejemplo os he dado.
Pero ese amor es verdadero en nosotros también, porque es algo que bajo el antiguo pacto no podíamos cumplir y ahora bajo el nuevo pacto lo podemos cumplir.
Es una realidad en nuestros corazones, Dios ha puesto en el creyente un corazón de carne que sabe amar. Y Dios a escrito en el corazón del verdadero creyente su ley para que caminemos en ella.
El creyente medita en la ley del señor, entiende la ley del señor, ama a la ley del señor y la cumple. Dice como el salmista tu ley es mi delicia. Recuerda que quienes lo conocen cumplen sus mandamientos.
Ahora en Cristo, amar al prójimo no es un esfuerzo frustrante, amar al prójimo es una realidad deliciosa. Es Cumplir la ley del señor y podemos decir: mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.
Es verdadero en Cristo y es verdadero en nosotros.
Porque Él ha hecho de nosotros una nueva naturaleza.
Y no piensen: guau que bueno soy porque amo a mi hermano. No, es una realidad en ti porque Cristo ha creado una nueva naturaleza en ti.
El amor fraternal ahora es una realidad en la iglesia del señor porque tenemos esa Luz.
- Porque Cristo ha traído una nueva naturaleza.
- Porque Cristo ha traído un nuevo orden.
- Y el Espíritu Santo que ahora habita en el creyente es quien produce ese querer como el hacer. Ahora produce en nosotros lo que Cristo producía y es amor, recuerda es el fruto del Espíritu Santo. Mas el fruto del espíritu es amor…
En primer lugar, la primera evidencia del fruto del Espíritu es amor.
La primera evidencia que el cristiano debe de estar experimentando, el primer rasgo distintivo de un creyente genuino es una proporción mínima o máxima, del amor hacía sus hermanos.
Amor al prójimo, amor al hermano.

Dos tipos de personas – creyentes:

Así que en base a este criterio es que Juan describe dos tipos de personas: el que aborrece a su hermano y el que ama su hermano.
El que aborrece a su hermano lo tenemos reflejado en los versículos 9 y 11. Y en pocas palabras lo que Juan está haciendo es una radiografía de aquel falso cristiano que, dice que ama a Dios, pero desprecia su hermano.
vv. 9, 11
9El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
11Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Características:

Características – El que aborrece a su hermano:
1. Dice que está en la luz, pero en realidad están dando en tinieblas. Vive una cosa, pero confiesa otra, en su vida hay dobles, en su vida hay hipocresía.
2. Está todavía en tinieblas. Y gracias que dice está todavía, porque pudiera dejar de estarlo.
3. V. 11nos dice que no sólo está en tinieblas, sino que anda en tinieblas. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas… Ilustración: Nadie aquí camina cuando la luz se va.
Éste es aquel que piensa que está en luz, pero en realidad está en tinieblas y camina en tinieblas, pensando que está en luz. Así que se causa daño y hace daño.
4. V. 11 …no sabe a dónde va… No sabe a dónde va y sin embargo está guiando a otros.
Apostoles - Me amas, pastorea mis ovejas.
5. V. 11 …las tinieblas le han cegado los ojos. Las tinieblas le han segado los ojos. Así que, en realidad tiene dos problemas, uno: es que está en tinieblas, y dos: es que está ciego.
A un ciego puedes encenderle todas las luces de la casa Y la casa estará bien iluminada, pero sigue ciego, él no va a ver. Necesita ver la luz, así que, necesita que le prediquen el evangelio, necesita escuchar acerca de esa luz y que Dios pueda abrirle los ojos para poder ver esa luz. Porque aunque hay mucha luz a su alrededor, mientras siga ciego, no habrá ninguno cambio.
Características – El que ama a su hermano:
v. 10
10El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
1. El que ama a su hermano permanece en luz.
Entonces el contraste del que ama a su hermano es tan simple y profundo.
El hecho de que tú estés en luz. Se ve en la realidad de que tú amas a tu hermano
Ahora, atento aquí, no habla de que ya te sepas la doctrina, de qué si eres fiel a los cultos, no dice si estás diezmando, ofrendando, aunque todo eso es bueno, pero no habla de eso.
La evidencia de que tú ya perteneces al reino de los cielos, es ese fruto del espíritu: Amor. Que amas a tu hermano.
¿Amas a tu hermano? Esa es la señal de la vida espiritual en ti.
2. A diferencia del que andaba en tinieblas y estaba ciego, este hermano que anda en luz y ama a su hermano, puede ver que en él no hay tropiezo. v. 10 …en él no hay tropiezo. No tropieza, ni hace tropezar.
Las personas que están en luz, aman a su hermano. Ellos entienden la realidad de su pecado la realidad de su propia vida.
Y aquel que ha visto esa gracia de Dios en su vida como es que no va a tener gracia en la vida de su hermano. Y los que no son capaces de eso, es que no han vivido en la gracia de Cristo en sus corazones.
Ahora los cristianos pueden amar a su prójimo. Algo que era un mandamiento desde el principio y no se podía cumplir, Cristo los capacita para que lo puedan cumplir.
Ahora es que el creyente puede coger la toalla, el cántaro y lavar los pies de sus hermanos. Los cristianos acompañan al que está solo, consuela al que está abatido. Exhorta al que esté equivocado, enseña al que está creciendo y sirve al que está necesitado.
Y tú puedes decir hay mucho de esto en nuestra sociedad y te diré que es gracias al cristianismo.
Todas las ONG’s, las alianzas caritativas, y los que buscan el bien de las personas con necesidad de ayuda, ha nacido en Europa, en el cristianismo. Porque es Cristo, porque es el evangelio quien cambia corazones, cambia personas, cambia familias, cambia ciudades, países y reinos.
Es el evangelio del señor Jesucristo.
La iglesia de Cristo se compone de corazones transformados y de todos hizo un solo pueblo.
Un pueblo que amo y desea que se aman…

Exhortaciones:

Y Juan termina desde el verso 12 al 14 con algunas exhortaciones:
Y si se dan cuenta en los términos que usa Juan está usando hijitos, padres y jóvenes. Juan está usando los términos para describir a una gran familia. Alista los clientes una gran familia espiritual.
12Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
13Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
14Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al malignoMAnd
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