CONECTADO CON MI IGLESIA
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CONECTAR, CRECER & SERVIR
CONECTAR, CRECER & SERVIR
1. La iglesia me provee un lugar que puedo llamar HOGAR.
1. La iglesia me provee un lugar que puedo llamar HOGAR.
Dios diseñó la iglesia a la que asistimos para que sea un lugar donde nos sintamos protegidos y ayudados mientras crecemos en nuestra vida diaria. Este lugar lo llamamos iglesia local. Al pasar tiempo juntos, aprender unos de otros, encontrar nuestro lugar y permitir que el Espíritu Santo guíe nuestra vida, nuestra iglesia local se hace más importante para nosotros.
a. La iglesia nos provee un lugar al cual PERTENECER.
a. La iglesia nos provee un lugar al cual PERTENECER.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
b. La iglesia me ofrece un lugar donde soy ALENTADO personalmente.
b. La iglesia me ofrece un lugar donde soy ALENTADO personalmente.
«¿Qué pasaría si consideráramos la iglesia como una manera de atraer a las personas a Dios para que en su presencia encuentren sanidad, aceptación, amor, y sustento, todo esto a través de las manos, los pies y las sonrisas de las personas?»
«Se supone que la iglesia no es un club social ni un lugar de reunión como cualquier otro; se supone que es la familia, una comunidad viva y donde hay amor… las personas con quienes adoramos a Dios y con quienes tenemos comunión están capacitadas
de una manera única para ayudarnos en los tiempos difíciles y para alentar nuestra relación con Dios»
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
c. La iglesia provee un lugar para la RESPONSABILIDAD espiritual.
c. La iglesia provee un lugar para la RESPONSABILIDAD espiritual.
«Cuando usted da el paso y las personas entienden que deben contribuir y no sólo consumir, todo cambia»
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2. La iglesia me da una FAMILIA espiritual.
2. La iglesia me da una FAMILIA espiritual.
El poder de cada hogar se encuentra en la fortaleza de cada miembro de la familia. Entendemos que las familias no son perfectas, no obstante, son familia. Las familias fomentan la fortaleza, los éxitos y las oportunidades de cada miembro. También entienden que hay períodos en que las luchas llegan a nuestro hogar, llega la enfermedad y debilita a uno de los familiares, e incluso períodos cuando un miembro cae en pecado. Sin embargo, las familias siguen siendo familia. Las diferencias en las familias se miden por su amor mutuo, la alegría y la esperanza que comparten, y la fe que viven todos los días. Por eso, independientemente del trasfondo familiar del que provenga, yo puedo ser
parte de la familia de Dios (Romanos 8; Gálatas 4). Como miembro de la familia de Dios, yo hago lo siguiente:
a. Acepto a los demás basado en la aceptación de CRISTO y tratarlos como FAMILIA. Romanos 15:7 «Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios».
b. No juzgar a los demás por su PASADO.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.