Sermón: PODER PARA DESMAYADOS.
Isaias 40:28- 31.
«Él da vigor al cansado.» él habla de vigor, porque sabe que lo necesitamos. Es por falta de vigor que nos «cansamos» y que «no tenemos fuerzas» y «flaqueamos», y que los jóvenes «se fatigan» (v. 30). Hay mucha fatiga hoy y ausencia de fuerzas debido a la consciente incapacidad de vencer el poder de los actuales males.
Una atmósfera moral insana hace que sea difícil la respiración para un hombre espiritual. Incluso «jóvenes» carentes de este poder son un total fracaso.
Toda la plenitud en Él mora. Si somos obreros juntamente con Aquel que no se fatiga, ¿por qué deberíamos fatigarnos nosotros? ¿Por qué este cansancio en nosotros si Aquel que nunca se cansa está obrando en nosotros el querer y el hacer según su buena voluntad?
El poder no es algo de que nos revistamos, es algo que se reviste de nosotros. Algo que entra en nuestro ser, dándonos una capacidad y responsabilidad aumentada.
El poder, como el amor, mora en la vida de Dios. Tener más de su vida significa más de su poder. El espíritu de vida es el espíritu de poder (Hch. 1:8).
«Los que esperan a Jehová» (v. 31). Este esperar en el Señor debe ser interpretado como una honrada confesión de que ha habido desfallecimiento y fracaso en el pasado, debido a que la promesa es «al cansado, y… al que no tiene fuerzas» (v. 29). Su poder sólo puede ser perfeccionado en debilidad (2 Co. 12:9; He. 11:34). Espera en el Señor y cambia tu debilidad en su poder (v. 31).
«Levantarán el vuelo… correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.» Ellos ascienden, como águilas, a una atmósfera más alta y pura de vida donde correr y no cansarse, andar y no fatigarse. La dotación de poder implica una elevación de la vida a un plano más alto y misterioso de vida, muy por encima de todos las principados y potestades de la tierra y del infierno que querrían desalentarnos y destruirnos. Él da poder a los cansados