Paz en La Tormenta Final
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Transcript
Introducción
Amigos queridos, un gusto saludarles. Yo estoy muy agradecido que yo tenga la oportunidad de compartir la Palabra de Dios con ustedes - especialmente en medio de los tiempos difíciles en el cual hemos pasado y estamos pasando en una manera u otra.
Transición
Yo les invito abrir sus biblias a Marcos 4:35-41, nuestro texto este día. Antes de leer este texto, necesitamos entender el contexto alrededor este relato que vamos a leer.
Cuando estudiamos La Biblia, es importante que tengamos una idea de lo que viene antes y después del pasaje que estamos estudiando.
Antes los acontecimientos que vamos a leer en Marcos 4:35-41, Jesús terminó algunas enseñanzas desde una barca (que duró un día entero, c.f. vs. 35) a un grupo grande de personas en la orilla del mar, y después, él decidió ir por otro lado del Mar de Galilea con sus discípulos.
35 Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado. 36 Despidiendo[a] a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con Él. 37 Pero se levantó* una violenta tempestad[b], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca. 38 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal[c]; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate[d], sosiégate[e]! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. 40 Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es este que aun el viento y el mar le obedecen?
Conexión
Amigos queridos, estamos pasando por una tormenta.
No, no es una tormenta de la naturaleza, sino que una tormenta en la forma de la pandemia y sus consecuencias. Yo vi que aquí en nuestro querido país de Ecuador, han sido casi 313,000 contagiados de COVID-19, con casi 17,000 muertos.
Mis nuevos amigos, me imagino que nosotros mismos o nuestros seres queridos han sido afectados de este virus en una manera u otra...
Algunos de ustedes tienen parientes que no pueden trabajar ni recibir un ingreso de dinero para poder comprar alimentos.
Algunos de ustedes o quizá alguien en su familia ha estado contagiado con el COVID-19, con el dolor y el miedo que lo acompañan.
Algunos de ustedes tienen parientes que han usado sus ahorros para comprar los necesidades básicos.
Algunos de ustedes no saben cómo va a estar la vida después de la pandemia.
Algunos de ustedes tienen dificultades dentro de la familia debido al estrés de estar privados de su libertad por mucho tiempo.
Algunos de ustedes están en sufrimiento aquí en la cárcel.
Algunos de ustedes están luchando contra un sentido de culpabilidad.
Y honestamente nosotros no sabemos por cuánto más tiempo vamos a estar afectados de esta amenaza contra la salud nuestra.
Y tal vez en este tiempo, nosotros estamos preguntando lo siguiente:
¿Dónde está Dios? ¿Señor, vas a protegerme de este virus? ¿Señor, cómo tu vas a proveer por las necesidades de mi familia? ¿Señor, te importa la profundidad de esta situación?¿Señor, qué vas a hacer en la luz de todo lo que está pasando?
En verdad, amigos queridos, estamos pasando por una tormenta en la forma de esta pandemia y las consecuencias económicas, físicas, y espirituales. También, me imagino que algunos de ustedes han experimentando otras tormentas en sus vidas, con el resultado que ustedes están aquí en esta situación.
Contenido Bíblico
Jesús y sus discípulos también pasaron por una tormenta hace 2,000 años.
Una tormenta con…
vientos fuertes
… las olas
… los truenos
… los rayos.
Habiendo terminado de enseñar a un grupo grande desde una barca en la playa del Mar de Galilea (Mk. 4:1), al fin del día (Mk. 4:35) Jesús decidió pasar al otro lado del mar con sus discípulos. Vemos versículos 35-37.
35 Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado. 36 Despidiendo[a] a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con Él. 37 Pero se levantó* una violenta tempestad[b], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca.
Conexión
No sé si algunos de ustedes provienen de La Costa. Pero, quizás algunos de ustedes conocen bien el mar, los peces adentro, el patrón de las olas y los corrientes, y me imagino que algunos de ellos han visto tormentas fuertes en sus vidas.
Contenido Bíblico
Así fue en el Mar de Galilea hace 2,000 años mientras Jesús y sus discípulos estuvieron intentando cruzar desde un lado al otro.
En realidad, hablando en términos de geografía, el Mar de Galilea es un lago grande, casi 214 metros abajo del nivel del Mar Mediterráneo, con montañas y colinas alrededor.
Cuando el aire fresco desde las montañas se une con el aire cálido cerca de la superficie del agua, tormentas fuertes ocurren frecuentemente.
Esta tormenta no fue algo ligero, fue algo demasiado fuerte. Fuerte al punto que el texto nos dice que en versículo 37 …37 Pero se levantó* una violenta tempestad[b], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca.
Los discípulos - algunos siendo pescadores con experiencia - pensaron que iban a morir.
Y sin duda ellos estuvieron pensando,
¿Dónde está Jesús? ¿Él no se preocupa de lo que esta pasando? ¿Él no se preocupa que podríamos morir?
Versículo 38 dice: 38 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal[c]; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
Conexión
Amigo querido, en este tiempo de pandemia, o un tiempo de tristeza y desesperación por causa de:
… Un divorcio
… Un fallecimiento de un ser querido
… Problemas económicos
… Cuando un amigo o una amiga le ha traicionado
… Cuando hay mucha discordia en su familia
¿Ha pensando usted?
¿Dónde está Dios? ¿No tienes cuidado de mi situación? ¿Por qué tú estás tan lejos de mí en mi tiempo de necesidad?
Ilustración
Yo me acuerdo cuando recién llegué a Ecuador para servir como misionero. Desde que yo tenía 10 años hasta la fecha, transiciones grandes en mi vida han causado mucha ansiedad, temor, y estrés.
Y cuando llegué a Ecuador, fue una transición llena de ansiedad, temor, y estrés. En mi tercera semana aquí, no estaba durmiendo bien, siempre estaba cansado, y honestamente no tenía ningún idea de cómo iba a superar este desafío.
Yo estaba en un momento de desesperación. Yo estaba pensando,
¿Dios, qué está pasando? ¿Dónde estás? ¿Me mudé aquí para servirte y esta es la respuesta tuya?
Y después, yo empecé a orar, y orar fervientemente. Amigos míos, honestamente, a pesar de que mi ansiedad ni estrés no desaparecieron en ese momento, yo sentí una paz sublime, una paz que me aseguró que Jesús estuvo caminando conmigo en medio de este tiempo difícil.
Esta me lleva al primer punto...
Tormentas Se Ocurren en La Vida Cristiana
Sin embargo,
Jesús Está Presente Con Nosotros en La Tormenta
Los discípulos pensaron que Jesús estuvo despreocupado de ellos en medio de su desesperación, pero él estuvo allí con ellos en paz (él estuvo durmiendo en vs. 38, nosotros dormimos cuando hay paz) con el conocimiento que él estuvo en control de todo como Dios mismo.
Conexión
Cuando nosotros no sentimos que El Señor está presente, nosotros podemos tener confianza que sí, él está presente.
Él es Immanuel, Dios con nosotros (Mt. 1:23).
Aplicación
Tengan ánimo, amigos.
En este tiempo, a pesar de la oscuridad y los desafíos, El Señor está presente con nosotros.
Podemos disfrutar cercanía con Él...
En oración - podemos hablar con Dios
En su Palabra - podemos leer su verdad
Por medio de la comunidad de su pueblo
La Palabra de Dios nos enseña que si nosotros somos salvos, si nosotros estamos en Cristo, que tenemos El Espíritu Santo que mora en nuestros corazones (Jn. 14:17; Rom. 8:15-17; 1 Cor. 2:12; 1 Cor. 12:13).
Y este nos lleva al siguiente punto:
Jesús Tiene Poder Encima de La Tormenta
39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate[d], sosiégate[e]! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma
En medio de la tormenta, Jesús reprendió al viento y al mar, en la misma manera que haríamos nosotros si estuviéramos hablando a una mascota malcriada.
¿Y qué pasó?
Versículo 39 nos dice: 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate[d], sosiégate[e]! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
Después cesó la tormenta, Jesús usó la oportunidad para dar una enseñanza.
40 Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es este que aun el viento y el mar le obedecen?
Lo que es obvio aquí es que en este momento en las vidas de los discípulos, ellos no entendían el poder de Jesús - ni su identidad.
Ellos no entendían que Jesús era Dios, el mismo Dios que creó los cielos y la tierra.
Ellos no entendían que con el poder de su palabra, Jesús puede levantar los muertos y echar los demonios.
Y por eso, Jesús les censuró a ellos. ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
Habló Jesús aquí como si estuviera diciendo:
¡Yo soy Dios mismo! ¿Por qué aún ustedes no creen en mi divinidad y mi poder? ¡Ten valentía, yo soy el Dios creador y todopoderoso!
Ahora, el miedo que los discípulos tuvieron por causa de la tormenta cambió a miedo por causa del poder de Jesús.
Entonces temieron con gran temor, y se decían al uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen? (vs. 41)
En los tiempos antiguos, el mar fue considerado una representación de maldad y caos. Muchas personas tenían temor del mar en este sentido, y ahora los discípulos vieron alguien que tenía poder encima del mar, el viento, y la tormenta.
¡Imagínate!
Los discípulos vieron alguien que usó su poder encima de algunos de sus temores más fuertes: el desorden del mar - una representación de maldad y caos.
No solo en la naturaleza pero también en el ámbito espiritual, El Señor nos muestra que Él tiene poder encima de maldad y caos.
Conexión
Y a pesar de que la tormenta en la cual estamos pasando es difícil y peligrosa, nosotros servimos un Dios que tiene poder encima de toda tormenta.
Nosotros oramos que El Señor nos proteja de la enfermedad, y que Él les sane aquellos que están contagiados, y Él puede hacerlo, y muchas veces lo hace.
Nosotros oramos que El Señor nos provea con nuestras necesidades. Nosotros oramos que El Señor brinde paz en la sociedad nuestra.Nosotros oramos que El Señor nos dé consolación en nuestro sufrimiento en este mundo.
Debemos orar así. El Señor escucha y contesta nuestras oraciones. No siempre en la manera que nosotros queremos, pero Él es un buen papá que nos da lo que es mejor en medio de las tempestades en nuestras vidas.
Nosotros necesitamos entender algunas cosas importantes:
Jesús está presente con nosotros en la tormenta, y Jesús tiene poder encima de la tormenta.
Jesús Usa Las Tormentas en Nuestras Vidas Para Un Propósito Bueno
Sin importar cómo este pandemia terminará - necesitamos recordar las palabras de Pablo en Romanos 8:28 - 39, dónde él escribió:
28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien[a], esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a esos también llamó; y a los que llamó, a esos también justificó; y a los que justificó, a esos también glorificó. 31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó[b], el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo[c]? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito:Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. 37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes[d], 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Nosotros tenemos confianza que sí hemos puesto nuestra fé en Cristo Jesús como Salvador y Señor, que hemos experimentando victoria y salvación encima de la muerte eternal - la tormenta más grande de toda.
A pesar de que vivimos en un mundo lleno de dificultades y tribulaciones, nosotros tenemos una herencia eternal e incorruptible con El Señor (1 Pt. 1:4).
Tenemos su presencia con nosotros en medio de cualquier tormenta que Él usa al final para nuestra bien y su gloria.
Les invito aferrarse al único Salvador y Señor con quien puede confiar en las tormentas de esta vida, y el único quien puede salvarles de la tormenta más fuerte de todas, una eternidad separada de la presencia de Dios.
Amen