Un tal Jesús...
Sermon • Submitted
0 ratings
· 6 viewsNotes
Transcript
Un tal Jesús...
Un tal Jesús...
Estamos a la puerta de una de las conmemoraciones mas importantes para todo aquel que se dice ser Cristiano, lo mas importante de esta semana, no es el feriado que dan, no es el viajar a la playa, no es ir a visitar a la familia.
somos cristianos que no podemos, ni expresar nuestro agradecimiento a Dios estamos llenos de tantas cosas a nuestro al rededor, pero carecemos de una devoción a nuestro redentor, y no estoy hablando por que sé algo de ustedes se los digo desde un corazón que conoce su condición de pecador.
Es un tiempo de reflexionar en todos los aspectos de nuestra vida, evaluar ese sacrificio de CRISTO en mi vida.
Para poder entender la muerte de Jesús debemos de saber por que vino el a la tierra a morir.
¿Por qué era necesario que Cristo, el Redentor, muriera?
¿Por qué era necesario que Cristo, el Redentor, muriera?
Debido a que la muerte es la paga del pecado, Cristo murió voluntariamente en nuestro lugar para liberarnos del poder y del precio del pecado, y para llevarnos a Dios. Por Su muerte expiatoria y sustitutiva, solo Él nos redime del infierno y obtiene para nosotros el perdón de pecados, justicia, y vida eterna.
21 Y aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras,
22 sin embargo, ahora Él os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él,
¿Por qué era necesario que Cristo, el Redentor, muriera? Esta es una pregunta importante. No sé si haya una pregunta más importante que esta.
Cristo vivió una vida perfecta, la vida que tú y yo debimos haber vivido. Vivió una vida de amor, de servicio. Vivió una vida asombrosa de confianza en Su Padre celestial.
Así que la pregunta es de suma importancia. ¿Por qué tuvo que morir alguien como Él? ¿Por qué era moralmente necesario?
Bueno, Él no tendría que haber muerto por Sí mismo. Si pensáramos solo en Jesús, no habría necesidad de la cruz. No, Él murió porque sería el Redentor.
Su voluntad, y la voluntad de Su Padre, fue redimirnos. Él quiso poner Su vida, sacrificarse a Sí mismo al morir en la cruz para rescatarnos del castigo que merecíamos. Y es que debido a que Dios es bueno, Él castigará el pecado.
Todo lo malo que hemos hecho en secreto, Dios lo sabe. Dios es real. Él no es solo una idea. Él no es solo un invento de nuestra imaginación.
Y este Dios está tan comprometido con lo que es bueno y correcto que todo pecado será castigado. Y aquí es donde entra Jesús. Jesús está determinado a ser nuestro Redentor. Fue la voluntad del Padre celestial que se diera a Sí mismo como sacrificio en nuestro lugar, como nuestro sustituto.
Esa palabra la usamos con frecuencia, “sustituto”, en lugar de, en vez de ti y de mí. Jesús es nuestro sustituto si nos arrepentimos de nuestros pecados, nos apartamos de ellos y confiamos en Él. Así que ¿por qué tenía que morir el Redentor? Porque era la única forma en que tú y yo pudiéramos vivir.
25 el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado por causa de nuestra justificación.
Jesús fue "entregado", ¿por quién? ¿Por soldados? ¿Por Pilato? ¿Por Herodes? ¿Por la multitud judía? Ninguno de ellos fue, en un sentido supremo, porque dice que fue entregado "por causa de nuestras transgresiones". Los soldados y Pilato y Herodes y los judíos no entregaron a Jesús "por causa de nuestras transgresiones".
23 a este, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis,
3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,
32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?
¿Quién mató a Jesús?
¿Quién mató a Jesús?
Alguien sabe quien mato a Jesús
Eso es lo que dice la primera parte de Romanos 8:32: Dios no escatimó a su propio Hijo sino que lo entregó —a la muerte—.
4 Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades,
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y afligido.
10 Pero quiso el Señor
quebrantarle, sometiéndole a padecimiento.
Cuando Él se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación,
verá a su descendencia,
prolongará sus días,
y la voluntad del Señor en su mano prosperará.
O como dice:
25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,
Así como Abraham levantó el cuchillo sobre el pecho de su hijo Isaac, aunque luego lo libró al encontrar un carnero en el matorral, así Dios Padre levantó el cuchillo sobre el pecho de su propio Hijo, Jesús, pero no lo libró, porque él era el Cordero —él era el sustituto—.
Dios no escatimó a su propio Hijo porque esa era la única forma de librarnos a nosotros. La culpa por nuestras transgresiones, el castigo por nuestras iniquidades, la maldición por nuestro pecado, nos hubieran llevado inexorablemente a la destrucción del infierno.
Pero Dios no escatimó a su propio Hijo: lo entregó para que fuera herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades y crucificado por nuestro pecado.
Este versículo es uno de los más hermosos de la Biblia, porque es el fundamento de la promesa de la gracia venidera de Dios, que lo abarca todo, es que el Hijo de Dios cargó en su cuerpo todo mi castigo y toda mi culpa y toda mi condena y toda mi responsabilidad y todas mis faltas y toda mi corrupción, para que yo pudiera presentarme delante de un Dios grande y santo como alguien perdonado, reconciliado, justificado, acepto y beneficiario de sus indescriptibles promesas de placer a su diestra por siempre jamás.
El proposito
El proposito
25 el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado por causa de nuestra justificación.
3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,
Así que nuestras transgresiones no son barridas bajo la alfombra. No son pasadas por alto. Son condenadas. Producen una ejecución. Pero no la nuestra. La de Cristo.
De este modo somos redimidos por la muerte de Cristo. Es decir, somos salvados de nuestros pecados. Somos rescatados de la condena del infierno Somos redimidos del juicio de Dios. Y no merecemos toda esta redención.
Merecemos morir, e ir al infierno y llevar el juicio de Dios. Pero esta es una redención misericordiosa. Este es el Dios en quien confiamos a fin de ser justificados, el Dios que realiza una redención misericordiosa. Él planeó salvarnos de nuestras transgresiones mediante la muerte de Su Hijo.