Plagas de Egipto - En el Ganado y las Úlceras

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Introducción

Esta mañana continuamos nuestro estudio de Exodo, hemos estado considerando la historia de las 10 plagas de Egipto.
Recordemos que estas plagas son juicios de parte de Dios para los opresores de su pueblo en Egipto, mientras estas plagas son derramadas, Dios esta en proceso de redimir a su pueblo de la esclavitud. Hemos reconocido en esta historia un patrón importante en la historia de la redención, y es que mientras Dios redime a su pueblo, esta trayendo juicios sobre las fortalezas del enemigo. En la cruz de hecho Dios estaba redimiendo a sus escogidos y aplastando a satanás en la cabeza Mateo 12:28-29, I Pedro 3:22 . Jesús ha llevado cautivas todas las fuerzas espirituales de maldad y ha sacado a su pueblo del cautiverio, ahora somos más que vencedores porque Cristo ha vencido a todos los que se oponen a los elegidos de Dios: la muerte, la vida, los ángeles y los demonios. Y entonces vemos esto en la narrativa de las plagas, Dios derribando lo que se opone a su pueblo
De esto se trata Éxodo, del 7 al 11, Dios esta redimiendo a su pueblo y destruyendo a sus enemigos. Esto nos muestra como Dios se asegura que todos sus enemigos sean destruidos para que su pueblo esté libre y viva seguro.
De manera que, junto con Su trabajo positivo de rescatar a su pueblo, hay un trabajo negativo de romper la resistencia de sus criaturas a su gobierno soberano.
Estas plagas no solo nos revelan la historia de la redención, tambien son derramadas para manifestar el Señorío de Jehová sobre Egipto, Éxodo 7:5 Con cada plaga Dios quiere dar a conocer a los Egipcios que él es el único Dios verdadero. Estas plagas vienen en ciclos de tres, cada vez con mayor intensidad. A pesar de la intensidad con la que Egipto y Faraón son afligidos, el corazón del Rey de Egipto se endurece más (Hablaremos algo de esto en nuestro sermón de hoy). Veremos esta mañana dos plagas más, la plaga en el ganado y la plaga de las úlceras. Exodo 9:1-12

La Quinta Plaga: Muerte del ganado Éxodo 9: 1-7

En cada ciclo de tres plagas, dos de ellas vienen con un anuncio de parte de Dios, a causa de la dureza del corazón de Faraón, la ultima viene sin avisar. En esta quinta plaga Faraón es avisado primero: Dios envía a Moisés con la misma petición “Deja ir a mi pueblo”, Dios sigue reclamando los derechos que tiene como creador y Señor de Israel, el se presenta esta vez a Faraón como el Dios de los Hebreos. Dios quiere que Israel le sirva en el desierto, este es el fin último de la redención “Servir o adorar a Jehová”.
Si Faraón se resiste esta vez a la voluntad de Dios, el vera manifestada la mano de Jehová, los magos han reconocido en la 3 plaga el dedo de Jehová, esta vez Faraón conocerá su mano. Esta es una declaración muy provocativa, teniendo en cuenta para este entonces era común referirse a la mano poderosa del Faraón cuando Egipto sometía sus enemigos en la guerra. De manera que fue claro para Faraón que el vería la mano de Dios sobre él en esta terrible plaga.
Dios amenaza con traer una plaga gravísima sobre todo el ganado de Egipto, esto incluía: caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas. Sería muy grave porque amenazaba con destruir los animales que preveían: alimento, leche, ropa y transporte e este pueblo. De manera que esta plaga amenazaba la economía de Egipto y la de Faraón quien poseía grandes cantidades de ganado.
Pero además esta plaga expondría la vanidad de aquellas deidades en las que Egipto ponía su confianza. Los egipcios veían al toro como una figura de fertilidad, Apis fue el más importante de los toros sagrados egipcios. Los toros eran considerados como encarnaciones de los grandes dioses egipcios Ptah y Ra. Varias deidades femeninas importantes se representan como animales de ganado: Isis, la reina de los dioses, llevaba cuernos de vaca en la cabeza; Hathor tenía una cabeza de bovino para proteger al rey, era la diosa del amor y la belleza, la maternidad y la fertilidad. Dios descubre la falsedad de estos dioses hiriendo al ganado egipcio. El Dios de los hebreos es el único Dios verdadero.
Vemos en el Vr. 4 como Dios protege a su pueblo y no permitirá que la plaga toque su ganado, ningún animal de Israel morirá, recordemos que esto sucede en razón del pacto que Dios había hecho con Abraham, Israel era el pueblo de Dios. Este es el anuncio y Jehová señala que las plagas vendrán al siguiente día, esperando que Faraón se arrepienta.
Por la renuencia de Faraón a someterse a Jehová, vemos de nuevo como Dios muestra su soberanía haciendo tal cual como había decretado. El ganado de Egipto muere “Todo” señala una gran cantidad de ganado, murió ganado en proporciones alarmantes, mientras que del ganado de Israel no murió ni uno. Que contraste más glorioso. Dios trata a su pueblo de manera diferente a los egipcios: unos estaban bajo maldición, los otros estan amparados bajo la mano misericordiosa de Jehová.
Este día los egipcios contemplaron en sus granjas, en sus templos sagrados como los animales sagrados perecían bajo la ira del unico Dios verdadero. Todo el culto de Egipto es una falsedad.
En el Vs. 7 Faraón envía personas para asegurarse de que Dios había hecho lo que dijo y efectivamente se pudo dar cuenta de que del ganado de Israel no muere ni uno. Sin embargo, pese a la evidencia éste hombre endurece el corazón y no oyó a los profetas del Señor, tal como Dios había anticipado que sucedería. Esto nos enseña que no importa cuántos milagros vea una persona impía, a menos que Dios obre en su corazón, tal persona será como el faraón, que siempre encontró una manera de ignorar el reclamo de Dios sobre su vida.
Efesios 4:18 La dureza del corazón hace que los hombres voluntariamente ignoren a Dios, a pesar de las evidencias sobre su existencia. Ahora bien hermanos, aun nosotros como creyentes, debemos tener cuidado de endurecer nuestro corazones, recordemos las advertencias del Señor Heb. 3:12; cf. 1 Sam. 6: 6. Hermanos nosotros sabemos que Jesucristo ha venido para librarnos de nuestra esclavitud al pecado y nos capacita para vivir para la gloria de Dios. No solo debemos saber esto, también debemos recibirlo con un corazón confiado (Rom. 10: 10). Que Dios nos de tal corazón para creer y amar lo que nuestra mente conoce acerca de Jesucristo. Ruega a Dios por tal corazón y él seguramente te lo dará.
La terquedad de Faraón fue recordada por los rabinos de Israel al considerar el proverbio de Salomon Proverbios 27:22 - Faraón era considerado el mas grande necio de la historia del Antiguo Testamento, con cada nueva plaga, Dios molía a Faraón entre el mortero de su justicia y el mortero de su ira. Sin embargo, no importa cuán fina sea la tierra de Egipto, la insensatez del faraón permaneció.
Los rabinos escribieron en un comentario de Proverbios 27 lo siguiente: “este proverbio significa que si aplastas y castigas al necio con los golpes de las aflicciones y las plagas, y le das alivio levantando el mortero, su necedad no se apartará de él, ya que se olvida de todas las plagas. Tal era el malvado Faraón. Cuando experimentó alivio entre cada plaga ... se olvidó de las plagas.
Dios convirtió el río en sangre; pero Faraón endureció su corazón y no quiso escuchar a Moisés. Entonces vinieron las ranas, pero endureció su corazón una vez más. Luego, vinieron insectos y aunque sus magos dijeron que era el dedo de Dios, se negó a escuchar. Dios envió las moscas, y tan pronto se fueron, aunque prometió someterse a Dios, cambió de opinión y endureció su corazón. Vemos aquí como muere su ganada por la mano de Jehová y sin embargo no cede un ápice ante el poderío de Dios, 5 plagas y siguió actuando como un necio. ¿que mas hace falta para convencer a un necio? ¿Tal vez se humilla si Dios toca su salud? es bien sabido que el sufrimiento físico tiene una forma de llamar la atención de alguien de una manera que nada más puede hacerlo. Esto nos lleva a considerar la siguiente plaga, donde la aflicción es mas personal.
Ahora parar cerrar el segundo ciclo de tres, Dios envía si aviso una plaga peor y sin ninguna advertencia.

La Sexta Plaga: Las úlceras

El nombre de esta plaga es incierto, la misma palabra hebrea aparece en otros lugares de la biblia para referirse a varias enfermedades infecciosas de la piel (ántrax cutáneo o, forúnculos), la lepra es una de ellas y es muy probable que halla sido esta enfermedad la que Dios envió a Egipto. La descripción que hace la Biblia describe áreas inflamadas de la piel, un sarpullido que se convirtió en úlceras o ampollas. Dicha enfermedad luego es descrita en Deuteronomio 28:27, 35
Para producir esta plaga, Dios ordena a Moisés y a Aarón que tomen puñados de ceniza de un horno. Lo mas probable es de los hornos en los que los Judíos cocían ladrillos para Faraón (Las cenizas que producían los hornos del pueblo esclavizado, es ahora usado por Dios para infligir castigo a sus opresores - Me hizo acordar de la Horca que preparó Aman para Mardoqueo).
Esta ceniza debía ser esparcida hacia el cielo delante de los ojos de Faraón, Dios la convertiría en Polvo que produciría la plaga de las úlceras. Moisés y Aarón obedecen y sucede lo que Dios había decretado nuevamente “otro glorioso milagro de transformación de la materia”
Los Egipcios estan ahora cubiertos de dolorosas llagas en la piel. Dios sin embargo no permite que esta plaga caiga sobre su pueblo.
Hemos visto ya que el propósito de Dios era glorificarse a sí mismo al derrotar al Faraón y sus dioses. Esta plaga no es la excepción. Demostró que los dioses y diosas de Egipto no podían brindar protección contra enfermedades y dolencias. Los egipcios, fueron bien conocidos por su interés en la medicina, buscaban curación en su religión. Muchos adoraban a Amon Re, el dios creador a quien un texto antiguo describe como “el que disuelve los males y disipa las dolencias; un médico que sana ". Otros adoraban a Thoth, que era el dios de las artes curativas. La deidad más común para tratar las enfermedades era Sekhmet, cuyos sacerdotes formaron una de las fraternidades médicas más antiguas de la antigüedad.
Núm. 33: 4 Dios derrotó a todo el panteón de Egipto: Amón, Thoth, Imhotep, Sekhmet y todos los demás. Dios envió tal variedad de plagas sobre los egipcios para exponer la impotencia de su idolatría haciendo que todos y cada uno de los ídolos fallaran en su área de especialización. Los egipcios cubiertos de dolorosas llagas, descubrieron que sus dioses no podían curar.
Aplicación: Tal vez no tengamos hoy un dios como estos en nuestra era moderna, pero es muy probable que hagamos de la ciencia un ídolo o de la medicina moderna el objeto de nuestra fe. Pro los médicos con toda su ciencia fracasan tambien, y además no tienen cura para la muerte. La medicina tiene sus limites. Los hombres con la ciencia no son soberanos en el cuerpo humano. Hermanos, cuando un buen medico nos de una receta o nos sometamos a una cirugía o empecemos cualquier tratamiento médico, debemos recordar que toda la curación viene de Dios y que solo Cristo es el Señor del cuerpo.
Ademas de los dioses, vemos como Dios nuevamente Dios humilla a los magos de Egipto, estos profetas de Faraón son puestos en ridículo, aparecen de nuevo en el texto enfermos, rascándose sus heridas e impotentes ante el Dios de los hebreos. Esto nos muestra que el poder de las tinieblas esta sometido al poder del unico y soberano Dios.
Esta plaga tambien aparece de nuevo en Apocalipsis 16:2 Estop es una clara advertencia, Amigos: Se acerca el día en que todo el que rechace a Jesucristo como Salvador y Señor será plagado de los dolores de la ira de Dios, ante los cuales nadie podrá enfrentarse.
Lamentablemente, la plaga de furúnculos terminó de la misma manera que todas las demás plagas terminaron: con el endurecimiento del corazón de Faraón. Incluso después de que sus dioses fueron humillados y sus magos fueron humillados, el corazón de Faraón no cedió. Y aquí, por primera vez, la Biblia dice explícitamente que Dios fue quien endureció el corazón de Faraón. Vs. 12. “Esto es llamado el endurecimiento Judicial de Dios - entrega a los pecadores a sus deseos - es el peor juicio de este lado de la eternidad, que termina en la auto-destrucción” vemos aquí la soberanía de Dios en la condenación de los hombres, Dios soberanamente eligió dejar a Faraón en su dureza para manifestar su justicia sobre los los réprobos en Egipto. Exodo 7:3-4 - Romanos 9:22-23 - Dios endureció el corazón de Faraón para multiplicar las plagas, lo que magnificó el poder tanto de su justicia como de su misericordia. Dios es pues soberano en la condenación y en la salvación de los hombres, los hombres son responsables de endurecer su corazón y perecer ante la ira justa del santo Dios.
Esta sexta plaga es citada en Apocalipsis 16:2 será el castigo que Dios derramara sobre los adoradores de la bestia cuando derrame las copas de su ira sobre la tierra. Dios descargará un día su furor sobre los impíos y los herirá como lo hizo con Faraón su Pueblo. La ira de Dios vendrá sobre todo necio que ha endurecido su corazón par con Dios, como vino sobre Faraón.
¿Qué debería haber hecho Faraón en lugar de endurecer su corazón? ¿Que hicieron en la biblia otros hombres en circunstancias similiares? La Biblia contiene muchos ejemplos de hombres y mujeres que lidiaron con enfermedades graves no endureciendo sus corazones sino volviéndose a Dios:
Job, sufrió casi igual que Faraón. Job siendo un hombre justo, perdió su ganado, sus sirvientes y sus hijos; sin embargo, continuó alabando a Dios. Esto hizo que Satanás se enojara y dice el texto (Job 2: 7-10). Job entendió que Dios es soberano tanto sobre la enfermedad como sobre la salud. Cuando soportamos el sufrimiento físico, en lugar de endurecer nuestro corazón, debemos aceptar la voluntad de Dios. Faraón debería haber hecho lo que hizo Job: en lugar de endurecer su corazón, debería haberse rendido a la soberanía de Dios en su sufrimiento.
El faraón podría haber seguido el ejemplo de David. Como el faraón, David era rey; y como Faraón, sufrió por sus pecados. Le dijo esto a Dios: (Sal. 38: 3-5). David sufrió un dolor intenso a causa de una enfermedad repugnante. Su enfermedad fue la consecuencia directa de su pecaminosidad. Fue un acto de juicio divino. (Esto no es cierto para todas las enfermedades, pero es cierto para algunas. Algunos problemas físicos, como las ETS, son el resultado natural de elecciones pecaminosas. Otros problemas son causados por los pecados de otros. También hay enfermedades que vienen por razones que no comprendemos, Job es un ejemplo perfecto de esto: no sufrió porque fuera pecador, sino porque era justo. Algunas enfermedades vienen a causa de la justicia de Dios como esta plaga. Moisés advirtió a los israelitas que si no tenían cuidado les pasaría lo mismo Deut. 28:15, 21, 35.
El caso es que es imposible saber por qué Dios inflige una enfermedad en particular a una persona en particular. Pero, si podemos saber que toda enfermedad es una oportunidad para renovar nuestro arrepentimiento. Cuando estamos enfermos, debemos examinarnos a nosotros mismos, buscando en nuestro corazón el pecado no confesado, que es lo que hizo David cuando estaba enfermo (Sal.38: 17, 18). Al arrepentirse de su pecado, David aprovechó su mala salud para sacar provecho. Lo tomó como una oportunidad para la renovación espiritual. Faraón debería haber hecho lo que hizo David: en lugar de endurecer su corazón, debería haber confesado su pecado.
Faraón debió haber hecho lo que hizo Naamán el Sirio. Quien teniendo lepra, oyo que había un profeta en Israel que podía ayudarlo; Fue en búsqueda de Eliseo, quien le dijo que se bañara 7 veces en el río Jordán y sería sanado. Naamán pensó que esto era absurdo, sin embargo obedeció y fue curado. (2 Reyes 5:14). . Si el faraón hubiera hecho lo que hizo Naamán, se habría curado. En lugar de endurecer su corazón, debería haber acudido a Dios en busca de sanidad.
Como la mujer del flujo de Sangre, pudo haber sido humilde para rogar a Dios que le sanara.
Como Job, debemos aceptar nuestra enfermedad como la voluntad de Dios. Nuestro sufrimiento es parte de su plan soberano. Como David, debemos considerar nuestra enfermedad como una oportunidad para confesar nuestro pecado. Nuestra enfermedad puede ser o no un acto de juicio divino, pero si lo es, ciertamente lo merecemos; por eso debemos renovar nuestro arrepentimiento. Como Naamán, debemos acudir a Dios en busca de sanidad, y eso significa aferrarnos a Jesús por fe como lo hizo la mujer con flujo de sangre en los Evangelios.
El filósofo y teólogo francés Blaise Pascal (1623-1662) quien padeció mucho hasta su muerte a la edad de treinta y nueve años. Oro así en medio de su aflicción:
"Oh Señor, cuyo espíritu es tan bueno y misericordioso en todas lo que haces, que eres tan misericordioso no solo en la prosperidad, sino también en medio de la angustia de aquellos que amas y haz elegido. Concédeme la gracia de no actuar como un pagano en este estado en el que por tu justicia me encuentro. Ayúdame a responder como un verdadero cristiano, que pueda reconocerte como mi Padre y mi Dios, en cualquier circunstancia en la que me encuentre... Señor, me diste salud para gastarla en servirte y la malgaste para un uso totalmente profano. Ahora que enviaste una enfermedad para corregirme, no permitas que la use tambien para provocarte con mi impaciencia. Señor, si mi corazón se ha llenado del amor del mundo mientras estaba en posesión de la fuerza, gracias por quitar mi vigor para promover mi salvación … Oh Señor, como el día que muera estaré separado del mundo, despojado de todo y parado solo en tu presencia para responder a tu justicia por todos los pensamientos de mi corazón: concédeme que pueda considerarme a mí mismo en esta enfermedad, como muerto, separado del mundo, despojado de todos los objetos de mis afectos, postrado solo en Tu presencia, para implorar que en tu misericordia conviertas mi corazón, de manera que pueda gozar de un gran consuelo sabiendo que ahora me envías una especie de muerte, para manifestar tu misericordia, antes de que me envíes la muerte real para manifestar tu justicia.… Concédeme oh Señor, la gracia de no separar Tus consuelos de mis sufrimientos, y así pueda sufrir como un cristiano. Oro no necesariamente para estar exento del dolor ... oro mas bien para que no ser abandonado en medio del dolor natural sin los consuelos de Tu Espíritu. Concédeme, oh Señor, que… me sujete a tu voluntad; y que estando tan enfermo como ahora, pueda glorificarte en mis sufrimientos ... Úneme a Ti, lléname de Tu Santo Espíritu. Para que, ya no sea yo quien viva o sufra, sino Tú, Salvador mío, que vives y sufres en mí; para que, habiendo sido así un pequeño participante de tus sufrimientos, me llenes completamente de tu gloria ... Amén.
Que Dios nos conceda tal gracia para no endurecer nuestros corazones en medio de las circunstancias que Dios provee en la vidas.
Oremos: Señor nuestro y Dios nuestro, tú eres un Dios temible; Eres el Rey sobre todos los dioses, el Rey de reyes y el Señor de señores. Que la tierra sepa que tú eres el Señor, y que el conocimiento del Señor cubra la tierra como las aguas cubren el mar. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.
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