¿Quién es mi Señor?

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Hola hermanos, muy buenas. Yo soy Pedro Henrique, soy brasileno y seminarista. Y hoy nosotros sencillamente vamos a hablar sobre la Biblia, tener una conversación sobre textos de las Escrituras que hablan de Jesús como nuestro Rey y Sacerdote.
Pues hoy es Domingo de Ramos, un día especial. Jesús, hace más o menos 2.000 anos entraba triunfantemente como rey en Jerusalén. Por fin había llegado el momento, as personas alrededor cantando y bailando con hojas de palmera, para recibir al Rey de Gloria que había venido a rescatar a su pueblo. Hasta los ninos cantaban y alababan, como nos dice Mateo.
Pero de dónde salieron todas estas promesas de Rey que tenemos para el Mesías? Qué es lo que en verdad está ocurriendo aquí en el Domingo de Ramos? Por qué todos están tan contentos? Qué esperanza es esta de un Rey, hijo de David?
Pues para entender bien lo que queremos decir cuando hablamos de Jesús como Rey, como nuestro Salvador y el que cumple las promesas antiguas, pues hay que mirar esas propias promesas antiguas, no?
Así que hoy vamos a estudiar el Salmo 110. Es un Salmo corto, que va al grano y habla del futuro Rey que vendría para pelear por su pueblo.
Así que leemos el texto:

Salmo 110

Salmo 110:1–7 RVR60
1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos. 3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu juventud. 4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec. 5 El Señor está a tu diestra; Quebrantará a los reyes en el día de su ira. 6 Juzgará entre las naciones, Las llenará de cadáveres; Quebrantará las cabezas en muchas tierras. 7 Del arroyo beberá en el camino, Por lo cual levantará la cabeza.

Orar

Ideas generales

El Salmo 110 es el Salmo favorito de Jesús y de los apóstoles. Es el que más citan y más aluden, en especial al decir que Jesús está sentado a la diestra de Dios.

a. El Salmo 110 en el contexto del libro

Ahora, hablar del Salmo 110 quiere decir que 109 salmos han venido antes, con todos sus relatos épicos y ensenanzas. De hecho, muchas personas en los últimos an1os se están dando cuenta de que el libro de los Salmos tiene un orden profundo. Al mismo tiempo que cada poema, cada canción, cada Salmo nos dice algo único, el orden tiene un sentido.
Es como cuando escuchas un álbum de tu cantor favorito, un álbum cualquier de Michael Jackson, Bee Gees, Taylor Swift o Fito y Fitipaldis. Lo normal es que canción tenga su sentido, pero hay un mensaje general que el álbum quiere comunicar. Así que cada canción tiene su papel y está en su sitio apropiado.
Es lo mismo con los salmos. Hay un mensaje general que el libro de los salmos quiere comunicar.
El libro de Salmos está dividido en 5 partes, 5 libros y uno va construyendo encima del otro. Nosotros estamos en el Libro V, que empieza en el Salmo 107 y es hasta el Salmo 145. Los salmos 146-150 son 5 salmos seguidos de pura alabanza y adoración, para terminar a tope toooodo el libro de los salmos. Así, estamos de camino a esa suprema adoración, estamos convirtiendo nuestro lamento en alabanza por todo el libro al orar y pedir la ayuda del Creador.
Así, el libro V empieza con esa ayuda es prometida en el Salmo 107, que es por pura gracia y amor de Dios. Salmo 108 es una gratitud por esa ayuda prometida de Dios, una acción de gracias de David mientras que el Salmo 109 presenta el pedido de ayuda, que Dios venga y establezca su reino y restaure la justicia. Y cuál es la respuesta a esa petición? El Salmo 110, el Mesías, que vendrá y restaurará su pueblo, y traerá justicia y nos salvará.

b. Autoría

Ok, muy bien. Y quién escribió el Salmo?
Pues sabemos que este Salmo es de David, nadie lo cuestiona. Es parecido con otros salmos suyos. Pero eso crea un problema: Si David era el Rey, quién es el Sen1or del que habla David? O sea, con quién está hablando Dios en el versículo 1? El Sen1or, es decir, Yahveh, dijo a mi Senor - quienes están hablando? Quien es superior al rey y que se va a sentar a la diestra del Creador?
Pues por 1000 an1os el pueblo esperó. El cumplimiento inmediato de este salmo eran los hijos de David, los reyes de Judá. Pero aquí queda claro: Aunque David fuera un buen rey y su reinado fuera espectacular, está a punto de llegar un futuro Rey, el Senor de David, el Mesías. Él es hijo de David, pero también es superior a David, más grande que David, y está a punto de llegar?
Os dais cuenta de como el pueblo esperó por muchísimo tiempo que el Mesías viniera? Por supuesto que querían hacer una fiesta cuando él llegase, lo recibirían con hojas de palmera, pondrían sus abrigos para que él pudiese pasar. Es el Mesías que ha llegado!
Pero qué es lo que hace este Senor en el Salmo 110? Qué hace este Mesías?

¿Qué hace este ungido?

a. Él gobierna

Pues lo primero que destaca en este Salmo es el dominio del Mesías. Lo vemos muy claro en el versículo 1.
Él está sentado a la diestra de Dios, al lugar de honor y exaltación supremo, no hay nadie más grande.
A ver, las sillas de masaje son geniales porque son cómodas, te sientes genial allí. Destrozan tu espalda, pero te sientes genial allí, sabes? Es una silla especial.
Y ya en la primera frase vemos que el Mesías está sentado en la silla suprema: el trono a la diestra de Dios. No hay silla más cómoda o más majestosa que esta.
Y el estar sentado en esta silla además demuestra su poder. Él tiene todas las cosas debajo de sus pies. Este Mesías tiene el control absoluto sobre todo.
Pero no usa su poder para sacar provecho, sino que juzga con justicia y trae paz. Es lo que nos dicen los versículo 2 y 3.
Este rey, con su cetro, que representa rectitud, domina sobre todo. Así, los que confían en él se someten a él, se ofrecen voluntariamente, se entregan con todo lo que son. Y saben que es la mejor decisión para sus vidas.
Mientras tanto, los enemigos que se rebelan y que quieren hacer las cosas a su propia manera no pueden rechazar el dominio de este gran campeón y rey: él domina sobre sus enemigos. Así que toda rodilla tiene que confesar que él es Sen1or.

b. Él purifica

Este Sen1or y Maestro de David, además, no es sólo rey, sino que es sacerdote.
Pero aquí hay un problema: no puedes tener un rey y sacerdote a la vez. Saúl entró en serios problemas por eso, cuando se rebeló contra Samuel. Fue por eso que perdió su reinado! No, David sabe muy bien de esto, así que escribe: “eres sacerdote a la forma de Melquisedec”.
Vaaaaaaale.... ok, muy bien. Y quién es este tío?
Pues hay que mirar la historia de Génesis 14:17-20. Allí vemos que dos reyes salen para encontrarse con Abrahám, dos reyes en el Valle del Rey.
Uno de ellos es el rey de Sodoma. Mientras tanto, el otro, Melquisedec, es rey de Salem, que significa paz, y es Sacerdote de Dios. Este además es la primera persona que se le llama sacerdote y nadie sabe de dónde vino. No tiene genealogía, algo muy importante para los sacerdotes del tiempo de Moisés, ni tampoco murió. A todas las personas importantes en génesis se dice que murieron. Génesis 5 tú tienes una lista de genealogía que siempre dice: y murió, y murió, y murió, y murió. Pero de Melquisedec no hay nada de eso… sólo silencio. Es como si fuera un sacerdote para siempre.
Y qué hace un sacerdote? Pues un sacerdote representa delante de Dios y purifica, normalmente con agua, cubre los pecados del pueblo y lleva a la presencia de Dios. Un Sacerdote bendice a los demás.
Pero todos los sacerdotes de Aarón no eran tan buenos. Aarón hizo el becerro de oro y los que vinieron después no eran mejores, vamos a ver. Un sacerdote perfecto del linaje de Aarón no vamos a tener.
Ya este Sacerdote Melquisedec es excepcional! Ya me gustaría que viniera otro Rey y Sacerdote que nos pudiera ayudar hoy… Bueeeeeno....
Ahhhh, David sabe muy bien de esto. Él también está esperando este futuro rey y sacerdote que vendrá y será rey en Jerusalén, rey de Paz y que traerá bendición a todos. Un Sacerdote que nos purificase de nuestros pecados y que nos limpiase los corazones, nuestras conciencias. Alguien que nos perdonase. Por eso David escribe en el Salmo 110:4:

Juró Jehová, y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre

Según el orden de Melquisedec.

Así, ya nos vamos dando cuenta de las promesas que el Salmo 110 deja muy claro. Necesitamos de un Rey que venga y gobierne con justicia. Los gobernantes que tenemos ahora mismo son un desastre, necesitamos de alguien perfecto, que reine con Justicia. Necesitamos de un sacerdote eterno que nos bendiga, que nos rescate y nos purifique los corazones.
y así el Salmo 110 continúa, hay una cosa más que este Mesías hace: él pelea.

c. Él pelea

5 El Señor está a tu diestra;

Quién está a la diestra? Es Yahveh quien está a la diestra. Ohhhh, ok, ok. Qué pasa aquí? Pues cuando están sentados gobernando, el Mesías está a la diestra, pero cuando están en el campo de batalla, El Mesías está en el centro y Yahveh está peleando, está a su diestra, han cambiado de posición. Hasta parece que es un baile, una hermosa orquesta eterna, un trabajo en equipo perfecto que lleva a cabo victoria y bendición para nosotros, los seres humanos. Huh. Cómo me gustaría que ese Mesías viniese.
Ok.... pues seguimos leyendo:

Quebrantará a los reyes en el día de su ira.

6 Juzgará entre las naciones,

Las llenará de cadáveres;

Quebrantará las cabezas en muchas tierras.

7 Del arroyo beberá en el camino,

Por lo cual levantará la cabeza.

Ah, ya tenemos el perfil completo. El Mesías pelea, lucha y defiende su pueblo, y nadie puede contra él, tanto que levanta su cabeza. y no es por orgullo, es porque su dominio no tendrá fin. Este Rey ha triunfado en la batalla, Dios ha actuado por medio de él y le ha concedido la victoria. Efectivamente, nadie puede ganar de este rey. Él las derrotará en el campo de batalla y demostrará que solamente él es el rey.
He aquí el Rey supremo, que viene, tiene todo bajo sus pies, que limpia y purifica el pueblo, pues es sacerdote, y que triunfa en el campo de batalla.

¿Cómo se relaciona este Salmo con Jesús?

Y con todo esto en mente, llegamos a Jesús, en Domingo de Ramos entrando triunfantemente en Jerusalén, como el rey que ha llegado para gobernar. Él es el hijo de David prometido hace tanto tiempo, ha hecho poderosos milagros por 3 an1os por toda Judea.
Él ha estado predicando por 3 an1os que el Reino de Dios se ha acercado. Y por qué el Reino ha llegado? Porque el Rey está aquí, Dios mismo ha venido para visitar su pueblo, ha venido para rescatarnos! Seguramente este es el Rey que hemos esperado por tanto tiempo, seguramente él vino para pelear y cumplir el Salmo 110 y todas las otras profecías del Antiguo Testamento Este es nuestro Mesías.
Así leemos en Lucas 19:37 RV95:

37 Cuando ya se acercaba a la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto.

La bajada, ojo! Jesús estaba en el Monte de los Olivos y baja al valle cerca de Jerusalén, el Valle del Rey!! He aquí el Rey Sumo Sacerdote que vino a cumplir las profecías.
Claro que las personas se iban a alegrar, cantar y gozar, el Rey prometido, el Mesías ha llegado. Por fin, vamos a celebrar, diciendo:

38 Decían:

—¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!

Hosana al hijo de David! Gloria en las alturas, como los ángeles anunciaban en el nacimiento de Jesús. Seguramente ahora Jesús va a llegar para confrontar a los que hacen injusticia y a los orgullosos.
Lucas 19:39:

39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron:

—Maestro, reprende a tus discípulos.

40 Él, respondiendo, les dijo:

—Os digo que si estos callaran las piedras clamarían.

Eso es Jesús! Hoy es día de celebración, el Mesías ha llegado! Esos fariseos no lo entienden, sólo tienen envidia de Jesús. Hoy es día de alegría!!!

41 Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró por ella,

Pera, pera. Aguanta. Cuando llegó cerca de la ciudad, estamos hablando de Sión, obviamente, de donde el cetro del Rey juzga a las naciones, como dice el Salmo 110... “Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, Jesús lloró por ella”. No es hoy día de celebración?? El Mesías llegó!
“Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, Jesús lloró por ella”.
“Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, Jesús lloró por ella”.
Jesús sabía lo que iba a pasar esta semana. Él veía lo que iba a ocurrir. El pueblo le rechazará, estas personas que le cantan hoy, dentro de nada clamarán “crucifícale”. A los suyos vino, y los suyos no le recibieron. Despreciado y rechazado, varón de dolores, que sabe lo que significa padecer. Mirarán al que traspasaron y llorarán como se llora por el hijo unigénito.

42 diciendo:

—¡Si también tú conocieras, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos. 43 Vendrán días sobre ti cuando tus enemigos te rodearán con cerca, te sitiarán y por todas partes te estrecharán; 44 te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.

El rechazo del Mesías y la rebeldía de Israel culminarían en la destrucción del Templo en el an1o 70 d. C., cuando los romanos arrasaron con la ciudad. Y así, al ver a Jesús rechazado por las naciones y las consecuencias de ese rechazo, tenemos que revaluar nuestras propias vidas. cómo que nosotros le hemos recibido?
A pesar de que reconocemos que necesitamos del Rey Mesías, no queremos nosotros ser los reyes? Vamos a ver, yo merezco ese trono, yo quiero hacer lo que me da la gana, yo merezco gobernar. Yo no quiero a ese Sen1or del que David habla en ese trono, ponedme a mí, ese trono me pertenece. Da igual lo que hagan con ese otro Mesías, yo soy el que merece todo honra y toda gloria. Nosotros miramos el trono, lo deseamos y lo tomamos. Nos rebelamos contra nuestro Creador y no le hemos recibimos cuando nos visitó, no queríamos que él reinara en nuestros corazones.
Pero aún así, Jesús nos amó a nosotros y se entregó por nosotros. Aún allí en aquella cruz, que dentro de pocos días ocurrirá, él siguió reinando, demostrando su perfecto carácter, obediente e intachable, el Rey que nos ama.
Aún allí Jesús era nuestro Sumo Sacerdote, tanto que oró por nosotros, nos bendijo, diciendo: “Padre, perdónalos. Ellos no saben lo que hacen”. Allí, en la cruz, Jesús estaba cubriendo nuestros pecados, perdonándonos y purificándonos.
Aún allí, en aquella cruz, Jesús luchó contra el pecado y el poder de las potestades y los desarmó, destruyó su poder, demostró quién era el verdadero rey! Él absorbió las consecuencias de nuestra rebelión y agotó el poder de la muerte en él mismo, allí en la cruz Jesús demostró que la muerte no tiene poder sobre él. Él tiene la suprema autoridad, así que él puede poner su vida y volver a tomarla!
Y es por esto, por esta fiel obediencia que Jesús resucitó y se sentó a la derecha del Padre. Él tiene todo el dominio, Él cumplió el Salmo 110 y tooodas las Escrituras. El Mesías nos ha visitado y ha triunfado, a pesar de nuestra maldad.

Aplicación

Y así llegamos a la aplicación.
Hemos visto al glorioso y poderoso Mesías que viene humildemente cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento para poder salvarnos a nosotros. Jesús es el Rey poderoso, él es el Sacerdote que purifica, él pelea por nosotros.
Así, cabe la pregunta. Cómo le hemos recibido? De verdad él es el Rey de nuestros corazones? O sólo le recibimos con alabanza un día, pero al siguiente le rechazamos? De verdad él es el Sen1or de nuestras vidas? O soy yo mismo, mi trabajo, mi bolsillo, mi propia carrera o nombre? Son mis padres a los que quiero adorar, o es al Rey de Reyes?
Es muy fácil decir un día “Hosana” y al siguiente “No tenemos Rey”. Lo decimos con nuestras acciones y forma de vivir. Somos llamados a entregarnos completamente, voluntariamente a nuestro Rey en todas nuestras acciones, no sólo el domingo.
Incluso debemos ir más allá: cómo trato yo a los hermanos y personas a mi alrededor? Los trato con la gracia y compasión que he recibido del Mesías o quiero pisar sus pies y ponerles la zancadilla para que yo sea el Rey? El reconocer que Jesús es nuestro Rey nos lleva a amar las personas a nuestro alrededor, aunque nos rechacen.
Cómo está nuestro corazón? Le hemos pedido a Jesús que nos limpie y nos purifique? Los bautismos que hemos visto hoy son sólo símbolos y expresiones de la purificación que ya ha ocurrido en nuestros corazones. Jesús es el que limpia nuestras conciencias, que nos purifica, que nos llama a una comunión más profunda.
Así nos debemos preguntar: He pedido que Cristo venga y purifique mi mente, mi corazón? O intento limpiarlo yo mismo? El bautismo es una clara declaración a todo el mundo: “Yo necesitaba de ayuda y Jesús me ha ayudado, me ha purificado! Ahora tengo un nuevo rey, y el eterno rey me tiene a mí”. Al mismo tiempo, el bautismo no es el fin, sino el comienzo de esta jornada acudiendo siempre al Sumo Sacerdote que viene y nos limpia de todo pecado y maldad.
Y por fin, qué lucha estamos pelando? Estoy al lado del Mesías o contra él? Cuando las cosas no salen como a nosotros nos gustaría, qué hago? Me someto a la voluntad de mi Sen1or o intento encontrar algún atajo y me rebelo contra el Rey? Estoy yo confiando en Jesús en mis decisiones y permitiendo que él reine en mi corazón, o son mis decisiones más bien rebelión contra él? Estoy yo dispuesto a obedecer a mi comandante y gobernador todos los días de mí vida?
Necesitamos reflexionar sobre en qué lado de la batalla estamos. Si somos de los rebeldes o si confiamos en la provisión del rey y sacerdote.
El Salmo 110 es una promesa cumplida en Jesús. Es una invitación a reconocerle como Rey. Eso lo hacemos de una vez por todas y también todos los días.
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