Los beneficios de la Palabra
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La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma;
el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.
Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón;
el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos.
El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre;
los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos;
deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino,
más dulces que la miel y que el destilar del panal.
Además, tu siervo es amonestado por ellos;
en guardarlos hay gran recompensa.
¿De qué tamaño es Dios?
Introducción
Introducción
Nadie que se considere cristiano negaría la “idoneidad teórica” de la Biblia. Pero al llevarla al campo de la experiencia, en el día a día, nos encontramos con serias deficiencias entre los cristianos: no nos acercamos a la Biblia. Las excusas son muchas y los efectos visibles. Cristianos derrotados, ansiosos, confundidos. Estamos plagados de religiosos que no le hayan mayor sentido a la vida cristiana.
“Relación” es la clave. Estamos en un Proceso de perfeccionamiento. Se llama “santificación”. Es el medio mediante el cual Dios Espíritu Santo nos transforma a la imagen del Hijo de Dios. Ahora, ¿recuerdan las Palabras de Jesús a sus discípulos la última noche antes de ser entregado? Jesús dijo: Si yo me voy les enviaré al Espíritu Santo, y Él les recordará todo lo que yo he dicho.
¿Quién de ustedes NO vino la semana pasada? Ese alguien puede recordar qué fue lo que yo dije. Quizás no preguntó, no pidió material, no se me acercó para que le comentara. ¿Cómo podría recordar lo que nunca escuchó?
En el proceso de santificación existe una parte imprescindible: su parte y la mía. Nosotros colaboramos con el Espíritu Santo en ese proceso de santificación sometiendo nuestra voluntad a la suya para que realice las operaciones que requiero. ¿Cómo me va a recordar el Espíritu Santo las palabras que nunca he escuchado o en las que nunca he meditado? Por eso Jesús oraba “Santifícalos en tu Palabra, tu Palabra es verdad”
Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
No podemos adorar lo que no conocemos ni disfrutamos. Y nacimos para conocer a Dios, tener gozo en Él y adorarlo en respuesta.
El poder de la Palabra es la que da vida. Por ello, el diablo está interesado en que no leas, no medites, no busques a Dios. Para tenerte como muerto. Él sabe que mientras más leas la biblia, más amarás a su autor. Y también sabe que Biblias con polvo indefectiblemente conducirá a vidas sucias.
Déjame compartir contigo seis razones para decididamente dar el paso para “casarse” con la Biblia.
La ley de Jehová
La ley de Jehová
La ley se traduce Torá, una enseñanza divina que apunta a la naturaleza didáctica de las Escrituras. Dios enseña al hombre a través de la ley; hace referencia a la instrucción divina con relación al credo, lo que nosotros creemos; al carácter, lo que nosotros somos; y la conducta, lo que hacemos o debemos hacer. La ley es perfecta. La palabra "perfecta" en hebreo significa sin mancha, libre de daño, absolutamente honrada y bien intencionada. Y además tiene el sentido de amplia y completa, es decir, que no tiene falta de nada porque cubre todos los aspectos. Por tanto, la Palabra de Dios es completa, tiene todo lo que necesita, cubre todos los aspectos de nuestras necesidades espirituales porque es perfecta y no hay que añadirle nada. La implicación es que la Escritura es tan completa y perfecta que puede transformar todo nuestro ser, todo nuestro corazón, toda nuestra personalidad.
El beneficio es que convierte el alma. Convertir significa restaurar, impartir nueva vida, reanimar el alma, transformar, reavivar a una persona. La ley de Jehová da vida a todos los aspectos del alma (esta palabra denota espíritu, principio vital, vida, corazón, persona, yo). La Biblia es suficiente para nuestra conversión, restauración, crecimiento y perfeccionamiento. Pablo afirma: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra"
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.
La Palabra de Dios es suficiente, idónea para todas las necesidades de la vida. ¿Es necesario añadirle cosas a la Palabra si es suficiente? Jamás.
“Cuando oramos hablamos con Dios, pero cuando leemos (Su Palabra) es Dios quien habla con nosotros.” — Agustín de Hipona
El testimonio de Jehová es fiel
El testimonio de Jehová es fiel
Testimonio otra acepción de la palabra Escritura presenta a la Palabra de Dios como un testigo divino. Además, es un testigo fiel, por encima de toda duda en sus declaraciones. Fiel habla de inamovible, firme, sin errores, digno de confianza. Fiel califica a la Escritura como un fundamento sobre el cual la vida y nuestro destino eterno puede ser edificado sin sombra de duda. Hay quienes edifican su vida sobre supersticiones, o por consejo de brujas, o bien "profecías".
Es en la Palabra de Dios donde debemos hallar dirección. "Fiel" está en contraste con lo inseguro, inestable, voluble y cambiante de la sabiduría y la opinión de los hombres. Tenemos que decidir en nuestro propio corazón entre escuchar a los hombres o escuchar a Dios. El beneficio es que hace sabio al sencillo. Una persona sencilla es inexperta, neófita, de una ignorancia ingenua que fácilmente se puede descarriar. Pero la Palabra de Dios la puede hacer sabia; le puede dar una base sólida y tremenda estabilidad. El término sabio aquí significa instruido en el arte de una vida piadosa. La Palabra de Dios puede tomar a alguien ingenuo, ignorante, y neófito, y hacer que sea capaz de vivir una vida piadosa de acuerdo a la voluntad divina. Entonces, no hay razón para recurrir a elementos fuera de la Biblia para hacerla relevante y práctica.
“No te preocupes por lo que no entiendas de la Biblia. Preocúpate por aquello que entiendes y no aplicas en tu vida” — Corrie Ten Boom.
El precepto de Jehová es recto
El precepto de Jehová es recto
Precepto es otro término utilizado para hacer referencia a la Escritura, y significa mandato, orden, regla que el superior hace observar al subalterno. Preceptos son instrucciones y reglas divinas. Aquí surge la característica de autoridad de la Palabra de Dios. La Escritura, entonces, no es una compilación de sugerencias de posibles alternativas que Dios presenta al ser humano. No; la ley de Jehová es un precepto, algo que tiene autoridad, una orden, una regla, algo que vincula y compromete. Por ejemplo, la Biblia dice "maridos amad a vuestra mujeres" (Ef 5.25). El precepto encierra lo que Dios quiere del hombre. El que obedece recibe bendición; para el que desobedece hay juicio.
David afirma que estos principios divinos son rectos. La palabra recto significa mostrar el sendero correcto, dar correcta dirección. Cuando nos ponemos bajo la guía de la Palabra de Dios, ella nos da una correcta dirección y nos envía por el correcto sendero, algo que no vamos a encontrar en la sabiduría del mundo. Es como si alguien nos tomara de la mano, nos liberara de toda vacilación, nos diera profunda satisfacción y una conciencia gozosa de estar en el camino correcto hacia una meta correcta.
El beneficio es que alumbra los ojos. Los preceptos de Dios iluminan al hombre de una manera triple: en su relación con Dios, con sus semejantes y consigo mismo. ¿Por qué? Porque la oscuridad del alma produce inseguridad, tristeza, y perplejidad. Cuando un hombre está ciego, anda a tientas; eso le produce inseguridad en su vida; tristeza porque no puede ver; perplejidad porque siente cosas que no puede detectar. La pureza de los preceptos del Señor da como resultado luz en el alma en lugar de las tinieblas del pecado. El Apóstol Juan dice: "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Jn 1.7). Aquí vemos la relación entre luz y pureza. Cuando un hombre se somete a la luz de Dios, habrá pureza en su vida. La Palabra de Dios es un precepto puro que alumbra los ojos. No necesitamos ir a otra fuente porque Dios ha dejado en estos 66 libros, que forman su Palabra, todo lo que el hombre necesita para hoy y siempre.
Los mandamientos de Jehová son puros
Los mandamientos de Jehová son puros
El mandamiento es diferente de la ley y del testimonio, aunque todos se refieren a la Palabra de Dios. Mandamiento habla de dichos, ordenanzas y estatutos, principios divinos que están establecidos en las páginas de la Biblia para que el hombre los siga.
Este precepto es puro. Esta palabra tiene una connotación diferente de la que solemos darle hoy. Puro significa claro, fácil de ver, como la luz de una lámpara.
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz,
y camino de vida las reprensiones de la instrucción,
Este precepto es puro, claro como la luz del sol. Si la Palabra de Dios es pura como el sol, ¿dónde se ha visto un rayo de sol corrompido? Y ¿dónde un poco de luz que se esté echando a perder? Es imposible. Un rayo de luz es capaz de penetrar ambientes infectados de corrupción y las profundidades más desagradables; entra puro, pasa por el lugar y sale puro.
Esa es la pureza de la Palabra de Dios. Existen pasajes en la Biblia que son un poco difíciles de entender, pero no son confusos. Las cosas de este mundo sí son confusas, oscuras, dudosas, contradictorias... Todos los días nos enfrentamos con decisiones sobre lo que no conocemos, pero la Palabra de Dios las clasifica, las ordena, las coloca en su verdadera perspectiva. Es la Palabra de Dios, entonces, la que nos declara lo que es bueno y lo que es malo, lo que es recto y lo que es torcido, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer.
El beneficio es que alegran el corazón. ¿Dónde tenemos que ir entonces para encontrar gozo, alivio, felicidad y libertad de la angustia, la ansiedad, la depresión? ¡A la Palabra de Dios!
Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía;
tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón,
porque se me llamaba por tu nombre,
oh Señor, Dios de los ejércitos.
Aquí Jeremías explica que él encontró gozo y alegría "comiendo" la Palabra de Dios. Tengamos en cuenta que el profeta era un hombre que podía hablar del sufrimiento, porque nació para sufrir y así cumplir su ministerio.
Sin embargo, encontró la calma y la paz de su corazón, la alegría y el gozo de su vida en la irreemplazable Palabra de Dios, que es viva y eficaz
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
Por lo tanto, ¿necesitamos nosotros visiones o experiencias sobrenaturales, hablar con los ángeles, practicar yoga, meditación trascendental, visualización o sicología a fin de completar nuestro gozo? Jeremías no lo necesitó ni lo practicó; él fue directamente a la Palabra de Dios y allí encontró gozo, alegría, paz y satisfacción. La Escritura es suficiente, en contraposición a cualquier fuente humana donde no hallaremos satisfacción.
Además, la Biblia te hará ver todas las cosas a tu alrededor como en realidad son. He aprendido que todo es más claro cuando la Biblia ilumina tu mundo.
El temor de Jehová
El temor de Jehová
Es interesante notar que todos los otros calificativos o títulos de las Escrituras como la ley, el testimonio, los mandamientos, el precepto y los juicios son externos al hombre. Pero cuando habla aquí del temor de Jehová, parece ser algo más bien interno y subjetivo. Nunca cuando en las Escrituras se habla del temor a Jehová se habla de miedo, sino de la sana reverencia o respeto que el hombre debe a Dios. Y en ese sentido es que nosotros podemos temer y amar a Dios al mismo tiempo. Es una reverencia afectuosa con la que el hijo de Dios se somete cuidadosa y humildemente a la ley de su Padre. El temor de Jehová es no querer hacer ni decidir nada que vaya a ofender el nombre de Dios. Es la perspectiva de una persona que, debido a su propia debilidad y tentaciones, ve el peligro de una posible caída y teme pues no quiere pecar contra Dios
En mi corazón he atesorado tu palabra,
para no pecar contra ti.
En el Antiguo Testamento también leemos:
La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor tu Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta ley y estos estatutos,
Para dirigir a su pueblo correctamente, el rey debía tener una copia del libro de la Ley. Para temer a Dios tenía que leer todos los días. Hoy vivimos en una generación que no teme a Dios porque no lee las Escrituras.
La característica del temor es que es limpio. La palabra "limpio" significa puro, exento de cosas extrañas, de impurezas. Esta Palabra de Dios es una palabra limpia, sin impurezas, tachas, manchas ni errores. Desde el punto de vista moral, el temor de Jehová es limpio en contraposición a la impureza del pecado y a la inmoralidad humana. No tiene el más mínimo vestigio de maldad o de impureza sino que es la limpia, pura y refinada expresión del Creador. El beneficio es que permanece para siempre. El apóstol Pedro reitera el pensamiento:
Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Todo cambia, pero la Biblia permanece para siempre, no cambia; Dios la hizo perfecta y no necesita refinamiento, perfeccionamiento, actualización, corrección ni depuración.
Los juicios de Jehová
Los juicios de Jehová
Cuando la Biblia habla de los juicios de Jehová, se da por sentado que el juez es Dios. Si él es el juez, sus juicios serán justos, correctos, perfectos, infalibles. Juicio es una facultad del entendimiento que compara y juzga. Es el ejercicio del entendimiento en virtud del cual se puede discernir la realidad inclusive el bien y mal y así formar una opinión, primero en cuanto a la naturaleza real de una cosa, y también en cuanto al verdadero carácter moral de una persona.
Característica: son verdad. El término verdad en el Antiguo Testamento es traducción de un vocablo de donde proviene la palabra "amén". Significa sostener, estar bien fundado, firme y estable. De manera que verdad es una realidad firme, segura y digna de confianza. Esta es la Palabra de Dios. Los juicios de Jehová son firmes, seguros, confiables; son verdad; son amén". Hoy resulta difícil encontrar verdad. Las estadísticas dicen que una persona normal miente 25 veces por día.
Vivimos en un mundo de mentiras serias y mentiras piadosas. En cambio, en la Biblia sólo hay verdad. Y si es verdad, siempre será confiable, siempre relevante y aplicable porque es la verdad de Dios. La falta de resolución de los grandes problemas de nuestra vida no se debe a lo inadecuado de la Palabra de Dios, sino a la falta de correcta aplicación de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene que ser estudiada correctamente; tiene que ser obedecida. El beneficio es que son todos justos. Los juicios por su verdad constituyen la doctrina y por su justicia son el fundamento de la vida. De manera que la Biblia hace más que simplemente enseñar una verdad abstracta; ofrece además un impulso a la vida.
San Agustín escribió: «Cuando el hombre descubre su pecado, Dios lo cubre. Cuando el hombre tapa su pecado, Dios lo destapa. Cuando el hombre confiesa su pecado, Dios lo perdona.»