¡He aquí nuestro Rey!
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· 342 viewsLa coronación pública de Jesús como el Rey Verdadero de Israel, tanto como cumplimiento de profecía mesiánica como preámbulo de profecía apocalíptica.
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Desde hace mucho tiempo he deseado hablar sobre el tema que hoy abordaremos. Nos encontramos al comienzo de la última semana de nuestro Señor, en la cuál más explícitamente va a demostrar que Él es el Rey de Israel, el Profeta que habría de venir, el Gran Sumo Sacerdote, y el Cordero Pascual perfecto para el sacrificio. Muchos han llamado esta semana como la Semana de la Pasión, Semana Santa, o Semana de la Crucifixión. Pero sea cual sea el nombre que tú quieras darle, algo en lo que debemos estar de acuerdo es que todo lo que nuestro Señor vivió en esta semana es de suma importancia, espiritual y teológicamente.
Pero por el día de hoy, únicamente nos enfocaremos en el día domingo de la última semana: El domingo de Ramos, o Entrada triunfal. Pero lo vamos a hacer de una manera distinta. Vamos a ver cómo cada evangelio nos pinta una perspectiva distinta, aunque milagrosamente relacionada. Es decir, lo que Mateo menciona que Marcos no, contribuye a entender más a fondo lo que sucedió ese día. Y lo que Juan omitió, Lucas lo menciona para hacer mas profunda la enseñanza y relevancia de este evento. Y por ello, hoy veremos tres enseñanzas que los cuatro evangelios nos presentan de la Entrada Triunfal.
El Rey Prometido (Mt. 21.4-5)
El Rey Prometido (Mt. 21.4-5)
El evangelio de Mateo es muy característico en este punto de reconocer que Jesús es el Rey de los judíos, y el cumplimiento de las profecías del AT acerca de la venida del Mesías. Por eso, quiero enfocarme en la información que Mateo nos brinda acerca de este episodio tan emocionante y llena de significado.
Cumplimiento del AT
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Esta frase la vas a ver muchas veces en el evangelio de Mateo. Muchas cosas que Cristo hizo, o que sucedieron con relación a Él, Mateo lo registra y lo ve como un cumplimiento de lo que en la Tanaj (AT para nosotros) estaba escrito. Recordando que todo lo que se había escrito desde siglos atrás apuntaba hacia un evento, es que debemos acercarnos al AT con esta perspectiva.
La famosa película del Sexto Sentido, película que protagonizó Bruce Willis, trata de un médico que está ayudando a un niño con unos problemas de personalidad. Este niño, que se llama Cole, le confiesa que la razón de sus problemas es que tiene la habilidad de ver y hablar con gente muerta.
¿Cuántos fueron engañados con esa película?
La trama tiene la intención de engañarnos al hacernos creer que el doctor está vivo, pero para sorpresa de todos, resulta que el médico era solo un muerto que pensaba que estaba vivo.
¿Qué pasaría si vuelves a ver la película, ya sabiendo todo esto?
Vas a buscar y observar los detalles tocantes al doctor, y podrás percibir que todo lo que hace y vive es porque ya estaba muerto. Entonces entenderás más profundamente la película.
Lo mismo ocurre cuando nos acercamos a la Biblia. Es lo mismo que Mateo no está presentando en su evangelio, específicamente en Mt.21.4: “Todo esto aconteció para que se cumpliera lo dicho por el profeta”. Mateo estuvo viendo con Jesús, vivió, comió, caminó con Él, y supo que a quien él tenía delante de sí era Aquel que los profetas habían prometido que vendría. Y no tenemos tiempo, pues nos llevaría demasiado tiempo ver todas las profecías cumplidas del AT y que se cumplieron en Jesucristo, en Su primera venida. Pero quiero mencionar tres oficios que desde el AT se habían profetizado y se cumplieron en Jesús.
Profeta
Profeta
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.
Sacerdote
Sacerdote
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.
Rey
Rey
Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
Ahora bien, este último oficio de Cristo profetizado en 2 Samuel 7 es el que en nuestro texto de la Entrada Triunfal nos está mostrando.
Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
Esta es una profecía escrita en Zacarías 9.9. Lo que me llama la atención es que Mateo haya relacionado lo que Zacarías escribió con lo que estaba viendo. Todos los judíos, incluso los discípulos de Jesús sabía que era un pecado gravísimo la idolatría. Ellos tenían en su mente la escena de Israel haciendo el becerro de oro, y la época de los reyes y cuántos altares a dioses hubo en ese tiempo. Ellos no aprobaban la idolatría, pues a causa de ello habían sido llevados en cautiverio a Babilonia. Y es precisamente un judío que está diciendo: “El Dios al que nuestros padres adoraron, el Rey, Hijo de David que habría de venir, está aquí, montado sobre un pollino”.
Pero ocurrió algo distinto a lo que los judíos tenían en mente. Las expectativas de los judíos fueron destruidas por Jesús al no ser el Mesías Conquistador que ellos esperaban. Hablaremos de eso más adelante. Jesús entró a la ciudad en un burrito, no en un caballo. Zacarías 9.9 lo dice “He aquí viene tu rey, justo y dotado de salvación, HUMILDE, montado sobre un asno.” Es importante esta aclaración, porque los profetas habían mencionado que Jesucristo iba a venir para ser el Salvador, pero los judíos entendieron que se referían a ser salvados de Roma. Esperaban un Mesías Conquistador, así como David. Por eso la el énfasis de un burrito, y no un caballo. Los asnos simbolizaban humildad, mientras que los caballos reflejaban autoridad y poder. Y Zacarías menciona que Jesús, el rey que habría de venir, estaría “dotado de salvación”, con el poder para salvar, y se pensaría que entraría en un caballo, pero “humilde, montado en un asno”.
Y la gente lo reconoció de esa manera, “el Rey de Israel, pero al final fue rechazado por todos aquellos que lo recibieron así.
El Rey Reconocido pero rechazado (Lc. 19.35-40)
El Rey Reconocido pero rechazado (Lc. 19.35-40)
Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima. Y a su paso tendían sus mantos por el camino. Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas! Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
¿Han visto cómo en la entrega de los Óscar los famosos y los nominados van llegando en sus limusinas o carros de lujo, y desde cu carro hasta la entrada hay una alfombra roja?
La alfombra roja tiene su origen en la antigua Grecia, cuando el general Agamenón regresó de la guerra de Troya, su vengativa esposa lo recibe con una alfombra de color rojo. Esto era con el fin de que el camino donde el caballo de Agamenón iba a pasar fuera un suelo que no había sido pisado por los súbditos. Desde ese momento, ese acto de alfombrar el camino para que alguien importante camine empezó a realizarse por los siglos siguientes.
Incluso, en mi graduación del seminario, los graduados y maestros de la facultad hacían la procesión pasando por una alfombra roja.
Nuestro Señor Jesucristo, nos dicen los evangelio, fue recibido con la misma tradición, solo que en lugar de alfombra roja, fueron “mantos y hojas de palmas”. Pero notemos desde donde comienza la procesión.
Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
Recordemos que Jesús se encontraba en Betania, una aldea donde realizó el milagro de resucitar a su amigo Lázaro. Y de hecho, Juan 12.12 que las personas que venían para la celebración de la Pascua, y Lucas 19.37 nos añade más información al decirnos que esta multitud había escuchado, o incluso presenciado, los milagros recientes de Jesús, Entre ellos el de lázaro. Y fue, precisamente por esa resurrección que vieron, o que escucharon que movió a las masas a comenzar a gritar: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (Mt. 21.9).
Esta declaración fue tomada del Salmo 118, en el cual el salmista anónimo alaba a Dios por la salvación. Algunos estudiosos piensan que este salmo fue escrito por Moisés en el cual alababa a Dios por la salvación que Israel experimentó en el Éxodo. Y queda perfectamente todo lo que en este salmo dice con lo que Israel vivió. Y quizá por esta causa es que los judíos, al ver a Jesús, se emocionaron e interpretaron que iban a ser librados de Roma, así como lo fueron sus antepasados de Egipto.
Respuesta de la multitud
Respuesta de la multitud
Pero Lucas omite lo de “Hosanna”, y únicamente menciona “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!” (Lc. 19.38). Esta declaración nos demuestra el concepto tan limitado que los judíos tenían acerca de Cristo, y lo que el Mesías haría. Ellos reconocen que Jesús viene en el “nombre del Señor”, pero no como deberían reconocerlo. Y lo mismo nos puede pasar a nosotros.
Podemos reconocer que Jesús el Hijo de Dios de manera intelectual, pero sin que esto sea una realidad en nuestro corazón. Es posible repetir una oración, levantar las manos, decirle a todo el mundo que crees en Jesús y, sin embargo, adorar a otro Jesús, y no al de la Biblia. Bien lo dijo un pastor: “Es posible que el domingo es el día de la semana con mayor idolatría, pues cada uno va al templo para adorar al Dios que se ha formado en su imaginación, y no al de la Biblia. Y precisamente eso es lo que estos judíos estaban haciendo. Exteriormente estaban proclamando a Jesús como “rey”, pero en sus corazones no está Jesús como soberano.
Respuesta de los fariseos
Respuesta de los fariseos
Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
Esto es muy interesante, porque los fariseos han sido el grupo que desde el comienzo del ministerio de Jesús se han estado oponiendo. Y si continuamos leyendo, veremos que en los siguientes capítulos los fariseos y sacerdotes estarán haciendo preguntas para tentar a Jesús. Pero, en esta ocasión, los fariseos se acercan a nuestro Señor para pedirle que callara a sus discípulos y a toda la multitud.
¿Por qué el temor de que la gente se manifestara de esa manera?
La historia nos cuenta que en ese momento estaba Poncio Pilatos como prefecto de la región de Judea, y que en varias ocasiones ya había amenazado con cancelar la festividad de la Pascua si había más manifestaciones. De hecho, Barrabás ya había sido encarcelado por asesinato de un oficial romano. Entonces, Jerusalén estaba ya bajo el ojo de la lupa, y los fariseos estaban temerosos de que este tumulto, una entrada triunfal de un rey incomodara a Roma y se levantara una revuelta.
En ese deseo equivocado de mantener la paz y querer celebrar la Pascual, los fariseos se acercan a Jesús y le piden que calle a sus discípulos. Les preocupaban más los peligros políticos y sociales a los fariseos, que celebrar que el Rey Verdadero de Israel estaba frente a ellos. Les importaban más a los fariseos la fiesta de la Pascua, que el Cordero Pascual que entraba sobre un pollino, y que estaban hablando con Él. Y nosotros, como cristianos es posible que tengamos la misma actitud. Nos importa más la comodidad de la asistencia semanal al servicio, que involucrarnos en la expansión del reino aquí en la tierra.
Ayer hablaba con alguien de una experiencia que uve cuando fui de misionero a la India. Tuve la oportunidad de apoyar a una comunidad cristiana que vivía en la montaña, literalmente donde ni la luz eléctrica llegaba. Esa comunidad estaba a 5 horas en carro, montaña arriba, de la ciudad. Y, sin embargo, a pesar de lo recóndito que se encontraba ese pueblo cristiano, ellos eran una fuente muy grande de apoyo financiero para misioneros en India, y otros países. Ellos tenían una caja roja, colgada en la casa común, y allí la gente depositaba ofrendas para luego enviárselas a misioneros.
Mis hermanos, estos hermanos en Cristo de India hacen con lo poco que tienen lo que nosotros no hacemos, aún poseyendo más recursos y acceso a más cosas. Nos interesa que nuestra congregación crezca, pero no nos preocupamos porque el Reino de Cristo crezca. Y, sin darnos cuenta, tenemos la misma actitud de los fariseos: “Calla a tus discípulos. ¿No ves que puede provocar que nos clausuren la Fiesta que Dios nos encargó celebrar hasta la llegada del Mesías?”. Y aunque suene ilógico, es posible que esa sea nuestra mentalidad hoy.
Pero la entrada Triunfal nos enseña un tercer aspecto que no debemos pasar por alto.
El Rey Coronado (Mr. 11.7-8)
El Rey Coronado (Mr. 11.7-8)
Entonces trajeron* el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y Jesús se sentó sobre él. Y muchos tendieron sus mantos en el camino, y otros tendieron ramas que habían cortado de los campos.
Ya hablamos acerca de lo que implicaba que la gente tendiera sus mandos y hojas de
palmas por donde Jesús iba pasando. Y para los que estaban dormidos cuando expliqué eso, era una manera honorífica de recibir a alguien con eminencia. Lo que para nosotros ahora es la alfombra roja.
Entendiendo esto, quiero enfocarme no en el hecho de las personas al tener sus mantos en el suelo, sino en Quien está pasando por allí. Es Jesús quien está entrando en la ciudad santa. Es nada menos que el Creador del universo sobre un pequeño animal para demostrar Su Señorío. Al igual que lo que Lucas 19 nos dice que “las rocas clamarían sobre el Señorío de Cristo”, es la creación misma la que reconoce quien es el Dueño y Amo de todo. Pero son los seres humanos los que menos reconocen esta verdad.
Vemos el ejemplo de Jesús reprendiendo al viento en medio de una tormenta, y éste automáticamente se calmó. Vemos cómo el Mar Rojo fue abierto, al igual que el río Jordán cuando Dios lo determinó. Vemos a una roca dando agua en un desierto, codornices volando hacía donde el pueblo israelita andaba. Vemos el sol deteniéndose en la pelea de Josué contra los amorreos. Vemos la tierra temblando y el sol oscureciéndose cuando Jesucristo murió.
La Biblia está repleta de ejemplos de cómo la creación obedece a la voz de su Creador, en el instante que Él habla. Dios ordena y la naturaleza obedece, pero no así con los hombres.
Dios ordenó no comer de un solo árbol en un jardín lleno de árboles, y el hombre no hizo caso. Dios ordenó que se expandieran sobre la tierra, y en lugar de eso se unen junto a un hombre para construir una torre cuya cúspide llegase hasta el cielo. Dios ordenó dejar la tierra y familia a un hombre de 75 años, y se fue con su padre hasta que éste murió en Harán. Dios ordenó entrar y conquistar por completo la Tierra Prometida, pero todo el pueblo permitió que el enemigo habitase entre ellos. Dios ordenó que no haya idolatría en el pueblo, y el hombre más sabio del mundo hizo altares para las deidades de todas sus 300 esposas y 700 concubinas. Dios le ordenó a un profeta ir a predicar a un pueblo pecador, y éste profeta toma un barco para ir en la dirección contraria. Dios ordenó que se hagan discípulos de todas las naciones, pero ni tenemos ni un solo discípulo en nuestra propia iglesia local.
Pero Jesucristo es Rey, ¿amen? Así es, mi hermano. A pesar de nuestra desobediencia, Él sigue siendo Rey, y seguirá siendo Rey, aunque tú sigas negando Su Dominio, amigo pecador que no te has arrepentido. Jesús entró a la Ciudad Santa en un pollino para demostrar Su humildad al ser obediente a la voluntad del Padre, y morir en la cruz. Pero llegará el día en que Jesús entrará en el mundo montado sobre un caballo blanco para demostrar Su Autoridad y terrible Poder para juzgar a vivos y a muertos.
Como vimos al comenzar el sermón, Jesús está iniciando la Semana de Su Pasión, en la cual va a demostrar a todo hombre y mujer que Él es el Rey Prometido de Israel (domingo); Sacerdote al Limpiar el templo de las impurezas (Lunes); el Profeta al maldecir a Israel por su incredulidad (martes); el Cordero Perfecto para el sacrificio (miércoles); el Inocente que pagaría por los culpables (jueves); el Verdadero Hijo de Dios (viernes); el Libertador (sábado); el Autor y Consumador de nuestra fe y nueva vida (Domingo).
Nuestro Señor Jesucristo entro en Jerusalén para dar inicio a la Semana ya planeada para traernos salvación. Nuestro Dios se hizo hombre para morir como hombre, a fin de que los hombres sean transformados a imagen de Dios. De eso se trata la Semana Santa. No son vacaciones. No son un tiempo de relajamiento. Es un tiempo de celebración porque nuestro Dios Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad, efectuó nuestra salvación. Y esa obra de salvación, esa Pasión Salvadora comenzó un domingo como hoy. La Entrada Triunfal de nuestro Dios. Y por eso es que hoy decimos: “Miren ¡He aquí nuestro Rey!”
Aplicación:
Aplicación:
Creyentes:
Creyentes:
¿Qué áreas de tu vida aún no han sido sometidas al Señorío de Cristo?
Deja de luchar por lo que tú anhelas y aspiras
Identifica qué es lo que Dios te está llamando a hacer
Dejar un pecado
Dejar o buscar un trabajo
Atesora el Señorío de Cristo
Estudia más la Biblia
Lee literatura cristiana y teológica
No creyentes:
No creyentes:
Así como Jesús dijo que las “piedras hablarían” si los discípulos callaran, llegará el día en que toda la creación, incluso aquellos que nieguen la existencia de Dios, se van a arrodillar, y “toda lengua confesará que Jesús es el Señor”. No importará si ahora tú te estás resistiendo al evangelio. El Rey viene pronto, y te va a encontrar como un enemigo Suyo. Llegará ese momento en que lo único que querrás es que tenga compasión de ti, y te perdone, pero NO LO HARÁ. ¿Por qué esperarte hasta ese momento, si hoy mismo puedes rendirte ante Dios y vivir? Arrepiéntete de tu pecado de rebeldía. Arrepiéntete de tu pecado de autoengrandecimiento y autosuficiencia. Si Dios tan solo quitara Su mano que te sostiene, tú caerías directo al infierno, aún sentado allí donde estás. Pero no lo hace, porque es paciente contigo. Aprovecha este día para renunciar a tu vida, y abrazar la vida y muerte de Cristo a tu favor.