Enfrentando el desánimo

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Cómo luchar contra el desánimo en la vida

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1 Tesalonicenses 5:12–24 LBLA
Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, y que los tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros. Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos. Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos. Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis el Espíritu; no menospreciéis las profecías. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno; absteneos de toda forma de mal. Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
Más de una vez en la vida me he sentado a planear algo, he tratado de prever todos los detalles y tener todo listo para lograr lo que me propongo para después ver que todo se viene abajo. ¿Te ha pasado? Cuando las cosas no salen como esperamos solemos desanimarnos. Tal vez ha sido una relación que esperabas que funcionara y terminó, tal vez era un trabajo o una universidad a los que querías ingresar y fuiste rechazado, sea cual sea la razón cuando algo no ha salido como querías un sentimiento de fracaso, frustración o hasta indignación tocan a la puerta de tu vida. La pregunta es ¿qué harás al respecto? Seguir por el camino del lamento te llevará a deprimirte y perder el deseo de cumplir con tus responsabilidades, en lugar de esto permite que Dios te hable a través del estudio de hoy sobre cómo enfrentar estos días y estas experiencias no planeadas.

Busca Compañía

Lo primero que necesitas hacer para enfrentar tu desánimo es reconocer que estar solo no ayudará a que te sientas mejor, necesitas ser más listo que tus emociones que te sugieren aislarte, y forzarte a acompañarte de un buen amigo, familiar o líder que te conozca y te ame. La Biblia nos dice en la lectura de hoy que los cristianos estamos para amonestar a los ociosos, animar a los de poco ánimo, sostener a los débiles y ser pacientes con todos. Un buen amigo te animará, te sostendrá, te escuchará con paciencia y te ayudará a distraerte. Necesitas cambiar el enfoque de tu mirada, necesitas decirle a tu corazón y tus emociones que no les permitirás seguir yendo en caída libre, es indispensable que mandes un mensaje a todo tu ser que es tiempo de levantarse. Nada mejor que el abrazo, las bromas y las palabras de amor de un ser querido para comenzar el proceso de recuperación del ánimo.

No te dejes llevar por lo malo

Cuando nos hemos esforzado mucho por alcanzar algo y no lo logramos nuestra primera reacción es pensar en: ¿para qué me esforcé tanto?, ¿de qué sirvió todo lo que hice? e inmediatamente después comenzamos a considerar la posibilidad de dejar de esforzarnos o hasta de hacer ahora las cosas mal para que cuando todo salga mal al menos sepamos por qué salió mal. ¿Te ha pasado? Lo que no podemos entender en el momento que sucede pero que con el tiempo sí logramos comprender es que cuando algo no sale como esperábamos inevitablemente aprendemos paciencia y carácter. Un esfuerzo que no es recompensado no implica que lo que hemos ejercitado y soportado no haya servido en nuestra formación como personas y como hijos de Dios. Dios mismo nos habla a través del versículo 18 de la lectura de hoy que dice: den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. Dar las gracias no significa que estemos de acuerdo con lo sucedido, sino que estamos recordando y reconociendo que en medio de una situación incomprensible Dios sigue teniendo el control de todo lo que sucede en nuestra vida. Dar las gracias nos lleva a quitar los ojos de nosotros mismos y a ponerlos en Él, nos detiene de ir por el camino de querer rendirnos y hacer lo malo, pues al agradecerle por su fidelidad, su amor y por impedir nuestros planes, abrimos la puerta a la idea de que si Él que nos ama más que nadie ha impedido lo que queríamos es porque o nos iba a hacer mal o porque Él tiene algo mucho mejor y no quería que nos conformáramos con lo que estábamos planeando.

Habla con Dios

“Nunca dejen de orar“. Sé honesto con Él, dile cómo te sientes, exprésale tus frustraciones y tristezas, hay libertad en la confesión del corazón. Abre tu oído a escuchar en los días siguientes lo que Dios quiere hablarte, tal vez a través de amigos, líderes o incluso habrá momentos en que Dios te mande personas a darte palabras de parte suya para reconfortarte y levantarte. Una vez que has buscado compañía y te has detenido de ir por el camino de rendirte y hacer lo malo necesitas abrazarte de Dios, decirle que confías en Él aunque no entiendes lo que pasa, échate un clavado en su Palabra, hay tantos versículos de consuelo y esperanza en libros como los Salmos de donde puedes obtener nuevas fuerzas y sanidad para tus heridas emocionales y espirituales. ¡No te alejes de Dios! En Él está la vida, la solución y la respuesta a lo que te está sucediendo, no escuches a tu mente o emociones que quieran culparlo de lo que sucede, llévate a ti mismo delante de su trono y preséntate con un corazón moribundo que necesita la intervención urgente de Dios.

Conclusiones

Evita toda especie de mal y que Dios te santifique por completo y todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor. Fiel es el que nos llama el cual también lo hará. El desánimo surge cuando las cosas no salen cómo esperábamos y el principio del camino que nos lleva a recuperar nuestro ánimo surge cuando recordamos que lo que sucedió sí era lo que Dios tenía planeado. Nos tomará un tiempo entender porque Dios hizo que las cosas sucedieran de cierto modo pero el día que volteemos hacia atrás y veamos cómo Él intervino y reescribió nuestra historia de una manera mucho mejor de lo que esperábamos nos llenaremos de gratitud y amor. Hagamos nuestras las palabras que Jesús le dijo a Pedro en el evangelio de Juan 13:7 “Lo que yo hago no lo comprendes ahora, más lo entenderás después”. Dios es Fiel y nunca dejará de serlo, tómate de su mano y ponte de pie, todavía hay muchas cosas por hacer, lo mejor está por venir.
Ideas para tu Oración de Hoy
1. Tómate un tiempo en tu oración para ser honesto con Dios respecto a los sueños que no has alcanzado, sobre los temores que tienes del futuro y sobre los planes que estás persiguiendo y no has visto que se estén realizando. Dile que confías en Él pase lo que pase, comprométete con todo tu corazón a amarlo cuando las cosas salgan como quieres y cuando no. Recuérdale y recuérdate a ti mismo al decirlo que le has entregado el control total de tu vida y declárale tu confianza y la seguridad que tienes en su fidelidad.
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